VII

Al día siguiente tomamos el vuelo a casa. Y pronto el fin de semana se desvaneció sin que Camille y yo lo notáramos, así que el día de entrar a clases llegó y estaba tan emocionada que desde que mi móvil me avisó que eran las cinco de la madrugada, no pude volver a dormir, así que deambulé por mi habitación hasta que volví a escuchar el sonido del mar y recordé a Silas.

Mi madre había guardado el vestido en mi armario, donde encontró allí una carta en braille que decía que cuando volviera a ver, sería la primera prenda que usaría. No entendí el significado, pero mi madre dijo que era muy elegante para llevarlo a la universidad. Así que lo guardó y seguimos desempacando hasta que me quedé dormida y cuando desperté de la emoción, sabía que mi madre había dejado mi habitación ordenada.

Finalmente, cuando mi madre entró por la puerta para

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