—Soñé que me iría antes de verte la cara. —dijo Adelina con desgano. —Pero al parecer fue solo eso. Un hermoso sueño.—No te cuesta nada ignorarme. —dijo este viendo solamente al frente. —Lo hago. Pero respiras y eso ya es una tortura para mí. —se quedó en su puesto, esperando que Pascal volviera con Atila y Eleazar trajera las llaves de su deportivo. —Eso no dijiste anoche cuando casi te follé en la cama de tus suegros. —soltó de golpe y ella miró en automático hacia las escaleras. —¿Le temes a que lo sepan? —Temo a ridículizarme por ello. Imagina tú y yo en contacto de esa forma. —bufó. —Asco. —Cuando dejes de gemir y frotarte en mí cuando te beso dices eso. —exclamó y Lina apretó los labios para no decir una m@ldición en su contra. —Tengo mi cartera, cariño. Podemos irnos. —dijo Nixon y Kael apenas lo miró cuando la besó y ella no se dignó a alejarse al menos. —No nos extrañes tanto, tío. —se despidió de este con una sonrisa falsa para luego tomar la mano de Nixon y llevarlo
Mientras otros odiaban recuerdos de batallas perdidas contra deseos tontos por quienes no debían, la chica que los provocaba, ni siquiera consideraba esas trivialidades, ya que estaba disputándose el liderazgo, más como una actividad que los divertiría a todos que el cargo en sí. El desafío era lograrlo con votos ganados con quien se ganara la simpatía de todos los que estaban frente al lago. —Lo he sido años antes y hemos tenido los mejores momentos como compañía, así que no queda más que continuar con las tradiciones. —dijo Naenia confiando en que los socios y sus asistentes le darían suficientes votos para obtener la llave. Uno de los socios optó por competir, haciendo propuestas de horarios más flexibles para las actividades, lo cual lo hizo ganar algunos aplausos. —Es hora de votar. —se levantó Naenia. —Alcen la mano quienes…—Falto yo. No me olvides, tía —Avery bebía su limonada tranquilamente, pues sabía que eso era un espectáculo digno de ver cuando su prima tomaba el mand
—Señorita, no es por ser entrometido, pero ¿no cree que tomar la responsabilidad de un grupo tan extenso será muy agotador? —La pregunta hizo que Lina viera a todos los que charlaban frente al lago. —Tengo una idea de cómo lograrlo —siguió organizando cómo se reuniría con todos al amanecer—. Y si todo se sale de control, tú y Pascal son mis soldados. —¿Por qué no acepta que hizo “campaña” por diversión, no porque quisiera ganar? —Lina alzó la mirada. —A veces, cuando eres tan… intuitivo, me caes mal —recibió la botella de agua—. No es mi culpa que todos hayan aceptado a la primera tonta que los haga reír —se quejó—. ¿Por qué fue tan fácil? ¿Acaso nunca los hicieron reír? —Lo pondré así —se sentó a su lado—. Hay un rincón de polillas que deben aplacarse a la oscuridad porque cuando hay una pequeña luz, la polilla más grande la apaga rápidamente —señaló a Naenia—. Y de pronto, llega un foco enorme que ilumina todo a su alrededor. Ellos instintivamente buscarán la luz. Lina agar
—Sí me dijeras qué fue lo que se perdió al menos sabría qué busco. —mencionó Avery.—No importa. No voy a buscar algo que se cayó por accidente en mi maleta y debería haberse ido a la basura desde hace mucho. —recogió su cabello con pinzas y colocó un listón en la parte trasera. Un jogger oscuro con una camiseta fue lo que eligió para pasar al siguiente nivel. —¿Cómo me veo? —Como si estuvieras lista para hacer que todos se giren a mirarte y se pregunten cómo sobrevivieron sin conocerte. —contestó logrando que su prima esbozara una risa satisfecha. —Justo por eso de entre todas mis primas mujeres, eres mi favorita. —le guiñó un ojo y Avery realizó una mueca como si se colocará una corona, siguiendo su juego. Ambas vieron que ya todos se reunían, en lo que veían que el horario mejor no podía ir. Todos a tiempo y así la fiesta podría tener lugar con un horario no tan difícil de cumplir. Las rampas ya estaban siendo colocadas y varias zonas que abarcaría la temática que más no pudo
En el salón más grande frente al lago, las luces se habían encendido desde hacía algunos minutos. Piratas, monstruos, personajes místicos y algunos otros con nada más que maquillaje en el rostro se encontraban en el lugar.La música retumbaba entre las paredes. La decoración, impregnada por el bar, no sólo contaba con alcohol, sino con un grupo de chicas que ofrecían purpurina, y todos querían al menos un dibujo en el rostro.De repente, las luces se apagaron. Un murmullo de expectación recorrió la sala. La música se avivó aún más cuando el ritmo de “Sweet but Psycho” de Ava Max inundó el ambiente a un volumen ensordecedor. Todos alzaron sus voces en una ola de gritos que se intensificó cuando, desde el techo, se descolgó una manta que, al adherirse a la pared, liberó una cascada de luces que se movían al ritmo de la música.En ese momento, la puerta se abrió y un hada hizo su entrada con las manos en alto y su pose de haber llegado para adueñarse del lugar. El top destellaba aún más
—Ya decía yo que todo estaba demasiado bien. —se alejó cuando esa electrizante sensación la recorrió al ver al Mayor. Eso no la detendría. Hacerlo rabiar era tan increíble que no se negaría ese gusto. —Eso no lo piensas cuando me buscas por todos lados. —dio otro paso y ella solo colocó ambas manos en la cintura. —Muy bonita medalla, pero te hice falta. —¿Cuanta prepotencia, Hércules? —le sonrió. —Pero ¿no acordamos que no vendrías? —hizo un puchero. —Mi ilusión se fue al diablo. La estaba pasando tan bien sin verte. Conseguí un harem increíble. Los ojos de Kael la recorrieron de pies a cabeza sin importarle sus palabras. Esa joya en su abdomen le agrietaba los límites. Rasgaban esas ganas por tocarla. Lo llevaba a tener pensamientos nada amables con ese pequeño cuerpo que seguramente no podría resistirlo. Pero se sentía tan extremo que tuvo que apretar sus puños para no hacerlo. —Tenía 80 razones para no venir. —avanzó hacia ella. El aroma que desprendía lo puso peor. —Y solo dos
La lengua de Kael se movía con destreza dentro de la boca de Lina, quien sentía que ardía en la prisión disfrazada por los brazos del hombre que la estrelló contra la puerta de su dormitorio. La música subió aún más alentando a todos a quedarse en la fiesta llena de descontrol que había por todos lados. Mientras Lina recibía el beso cargado de electricidad que la tenía al borde de perder la cabeza totalmente.Kael la presionó contra su entrepierna totalmente rígida. Se sentía tan grande que tuvo miedo de su promesa. La iba a destrozar, aunque ya no había vuelta atrás. Estaba tan deseoso que cuando la sentó sobre la cómoda para tirar todo lo que estorbaba, solo atinó a sostenerse cuando Kael se deshizo de la camisa, quedando solo con el pantalón desabrochado. Mientras por la mente del Mayor solo estaba la imagen de la chica con el top de lentejuelas que tenía la división más exquisita entre esa pieza y la falda que subió con sus dedos extendidos. Llegó a sus caderas y siguió subiend
—Déjame verte. —pidió haciendo que su espalda tocara la cama, volviendo a su boca sin ninguna reserva. Sus senos fueron apresados por las manos del Mayor y su cuello ya contaba con una marca roja que él recorrió con su lengua. Sus latidos se detuvieron cuando algo enorme se frotó contra su canal. La humedad no bastaba, pero con las caricias en ese lugar obtuvo el necesario para que sintió la lucha por invadir ese pequeño espacio.—Va dejar de doler. Lo prometo. —la siguió besando a medida que iba expandiendo sus pliegues y desapareciendo entre ellos. —Solo déjame entrar en este apretado coño tuyo. No le fue difícil adivinar que jamás había sido tocada por ninguno antes que él y en ese momento en el que las uñas se enterraron en su piel y su polla se esforzaba por entrar completamente, eso quedaba más que claro. Lina sintió que la estaban desgarrando por dentro, aún así mantuvo su decisión de continuar hasta que el ardor la hizo apretar los ojos, mientras Kael suplicó por mantener