De repente, la puerta se abrió y los chicos comenzaron a entrar uno a uno. Jae-hyun fue el primero, seguido por Ji-woo, Min-ho y finalmente Ha-neul. Sus rostros reflejaban una mezcla de preocupación y curiosidad.
—¿Todo bien, Ethan? —preguntó Jae-hyun, acercándose y poniendo una mano en mi hombro.
Levanté la vista y le dediqué una débil sonrisa. —Sí, todo bien —mentí, intentando restarle importancia al asunto.
Justo en ese momento, un miembro del staff entró en el camerino con una expresión apresurada.
—Chicos, prepárense. Ya están listos para la despedida —anunció, mirando a todos. —Las fans los están esperando en la puerta trasera.
Un murmullo de emoción recorrió la habitación. A pesar de la tensión anterior, la idea de interactuar con los fans siempre nos animaba.
—Bien —dijo Jae-hyun, dando una palmada. —Vamos a darles una buena despedida.
Los chicos comenzaron a moverse, recogiendo sus cosas y preparándose para salir. Yo me levanté lentamente, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que tendría que fingir una sonrisa y actuar como si nada hubiera pasado.
Mientras me secaba el sudor de la frente con una toalla, miré a los chicos. A pesar de todo, ahí estaban, listos para darlo todo por los fans. Eso me dio una pequeña inyección de energía. «Tengo que hacerlo por ellos», pensé.
Salimos del camerino y nos dirigimos hacia la puerta trasera. El pasillo estaba lleno de personal de seguridad y miembros del staff, que nos abrían paso entre el bullicio. Al llegar a la puerta, el rugido de la multitud se intensificó. Cientos de fans nos esperaban, con carteles, regalos y gritos de emoción.
Me obligué a sonreír y saludé a la multitud con la mano. Los chicos hicieron lo mismo, contagiándose, al menos en apariencia, de la energía del público. Comenzamos a firmar autógrafos, a posar para fotos y a intercambiar algunas palabras con los fans. Intentaba disimular mi incomodidad, pero la imagen de la discusión con Yu-jin seguía presente en mi mente, como una sombra que me perseguía. Cada vez que una fan se acercaba, temía la pregunta que inevitablemente llegaría.
—¡Ethan, eres el mejor! —gritó una chica con una pancarta que tenía dibujado un corazón enorme.
—Gracias —respondí, con una sonrisa forzada, firmando su álbum.
—¡Ojalá Ariana hubiera estado aquí! —comentó otra fan, con una expresión de tristeza. —La extrañamos mucho.
Sentí un vuelco en el estómago. «Ahí está», pensé. «La pregunta inevitable».
—Sí, bueno… —murmuré, intentando sonar natural. —Está… ocupada.
—¡Mándale saludos de nuestra parte! —gritó un grupo de chicas al unísono. —¡Dile que la queremos!
—Se los daré —respondí, con una sonrisa que apenas llegaba a mis ojos. «¿Cómo les explico que la persona de la que me piden que les hable es prácticamente una desconocida para mí? ¿Cómo les digo que todo esto es una mentira?».
Otra fan se acercó, con una foto nuestra de una alfombra roja. —Me encanta cómo se ven juntos —dijo, con una sonrisa radiante. —Son la pareja perfecta.
«Perfecta farsa», pensé, con amargura. Apreté la mandíbula y firmé la foto, intentando evitar su mirada.
—¿Cuándo los veremos juntos de nuevo? —preguntó otra chica, con los ojos brillantes de ilusión.
—Pronto —respondí, con una sonrisa ensayada. «Ojalá nunca», pensé para mis adentros.
La despedida continuaba, una marea de rostros sonrientes y voces emocionadas. Yo seguía firmando y posando, intentando mantener la compostura, pero cada mención de Ariana era como una punzada. «¿Cuánto más tengo que fingir?», me preguntaba, sintiendo la máscara de falsa alegría resquebrajarse.
Jae-hyun, que estaba a mi lado, notó mi tensión. Se acercó disimuladamente y me susurró al oído, con la mirada fija en las fans:
—¿Estás bien? Se te ve… tenso.
«¿Tenso? Estoy a punto de estallar», pensé, pero me limité a encogerme de hombros y a murmurar un "sí" apenas audible. No quería preocuparlos más de lo necesario. Ya bastante tenían con la situación con Yu-jin.En ese momento, una chica se acercó con una sonrisa tímida y me extendió los brazos.—¿Te puedo abrazar? —preguntó, con los ojos brillantes de ilusión.«Otro recordatorio más», pensé, sintiendo un nudo en la garganta. Pero antes de que pudiera responder con una de mis sonrisas prefabricadas, la chica añadió, con una pizca de picardía en la voz:—¿No se pondrá celosa Ariana?Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. La pregunta resonó en mis oídos como un eco burlón. Miré a la chica, que me observaba con una sonrisa expectante, y luego a Jae-hyun, que me miraba con preocupación. «¿Qué se supone que debo decir?», pensé, sintiendo la presión aumentar.Respiré hondo, intentando controlar la creciente ansiedad. «Tengo que salir de esta», me dije. Forcé una sonrisa y abrí los brazos, in
(ARIANA JÁUREGUI)Hace tres años, Ethan me pidió que fuera su novia en su nuevo video musical. Recuerdo la propuesta como si fuera ayer. Estábamos en el set, rodeados de cámaras y personal, y de repente, entre toma y toma, me soltó la pregunta. Al principio pensé que era una broma, una estrategia publicitaria más. Pero luego vi la seriedad en sus ojos, una seriedad que contrastaba con la sonrisa pícara que siempre llevaba. Acepté. No porque me cayera bien, de hecho, desconfiaba profundamente de él. Seguía pensando que sus acciones perjudicaban a Chromatic, aunque en el fondo, una parte de mí, una parte que me negaba a reconocer, disfrutaba de su cercanía. Estar con él significaba estar cerca de la banda que amaba, de la música que me hacía vibrar. Era una contradicción constante, un tira y afloja entre la razón y la emoción. «¿Cómo podía sentirme atraída por alguien que, según yo, estaba dañando a mi grupo favorito? Era absurdo. Pero ahí estaba, mi corazón latiendo más rápido cada vez
Su mirada recorrió mi cuerpo de arriba abajo como si me estuviese escaneando, deteniéndose por un instante en mi cuello, como si hubiera notado algo que le incomodaba. «¿Será el perfume de Thomas? ¿Todavía se nota?». Olfateó en el ambiente y arrugó la nariz. Por puro instinto, retrocedí, intentando mantenerme lo más alejada posible de él; no quería que descubriera lo que hice antes de venir aquí. «Si se entera de que estuve con Thomas… no sé qué podría pasar. Aunque, ¿qué más da? Ya nada importa.» La culpa me carcomía por dentro, mezclada con una extraña sensación de rebeldía. «¿Por qué tengo que esconderme? ¿Por qué tengo que fingir todo el tiempo?».—¿A qué te refieres? —pregunté, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda. Instintivamente me toqué el cuello, recordando los besos de Thomas. Demonios.—Me refiero a que no eres precisamente un ángel, Ariana —Ethan se acercó un poco más, su voz se tornó grave y amenazante—. Hueles… interesante. Una mezcla de excitación y arrepentimient
Las palabras salieron de mi boca como un torrente descontrolado, una confesión que había estado guardando durante demasiado tiempo. «Tenía que decírselo. No podía seguir callándomelo más. Necesitaba que lo supiera. Necesitaba que entendiera.» Lo miré a los ojos, buscando alguna reacción, alguna señal de que mis palabras lo habían afectado de alguna manera. Buscaba una chispa de sorpresa, de comprensión, incluso de enojo. Cualquier cosa que me diera una pista de lo que estaba sintiendo. «¿Acaso no siente nada? ¿Es que no le importa en absoluto?». Pero su rostro permanecía impasible, inexpresivo. Como si le estuviera hablando a una pared. «Es como si no me viera. Como si no me oyera. Como si no existiera para él.» La frialdad en su mirada me caló hasta los huesos, haciéndome sentir más sola y vulnerable que nunca. «¿Por qué me hace esto? ¿Por qué es tan frío conmigo? ¿Acaso no se da cuenta del daño que me está haciendo?»—Sin ti, yo sigo siendo Ariana Jáuregui —continué, con la voz tembl
—Ji-hoon Park, ¿qué significa esto? —apenas pude pronunciar las palabras en un susurro que Ethan no logró escuchar, pues se quitó la camiseta y desabrochaba sus pantalones mientras se dirigía al baño, o al menos eso creía yo porque sino, no tendría sentido el porqué se desnuda sin importarle mi presencia—. «¿Qué está haciendo? ¿Acaso no le importa que esté aquí? ¿Es que no tiene ni un poco de respeto?». Oh, no.El sonido del agua corriendo inundó la habitación, confirmando mis peores temores. Me quedé paralizada en el mismo lugar, en estado de shock. «No puedo creer lo que está pasando. Esto es una pesadilla.» ¿Qué acababa de pasar? ¿Qué iba a pasar ahora? Mi mente era un torbellino de pensamientos confusos y emociones contradictorias. El recuerdo de Thomas, la confrontación con Ethan, su rechazo… todo se mezclaba en un caos que me impedía pensar con claridad.La habitación del hotel tenía una pequeña sala de estar, separada del dormitorio por una puerta corredera. Caminé como un autóm
Me puse la camiseta de Ethan. Me llegaba hasta la mitad de los muslos, dejando mis piernas completamente desnudas. «Perfecto. Justo lo que necesito.» Esta camiseta es perfecta para lo que quiero lograr: molestarlo. «Quiero sacarlo de su frialdad. Quiero ver una reacción en él. La que sea.» Con esa idea fija en mi mente, me quité el pantalón de pijama que también me había dado y se lo arrojé a los pies de la cama con una deliberada falta de cuidado. «Que vea lo poco que me importa su opinión ahora.» La luz del baño seguía encendida, iluminando la habitación con una luz suave que hacía que la tela blanca de la camiseta se transparentara, revelando la silueta de mi cuerpo. Lo vi allí, en la cama, mirándome fijamente como si me desnudara con esa intensa mirada oscura sin los lentes de contacto azules. «Por fin me está mirando. Por fin me ve.» Ahora entiendo por qué lo ven irresistible las biased Ethan. Sus ojos oscuros brillaban con una intensidad que me puso nerviosa, pero al mismo tiempo
Sin decir nada más, me di la vuelta y me dirigí al sofá. Pero antes de llegar, me detuve. «No. No voy a dormir ahí. No voy a ceder ante su indiferencia.» No iba a dormir allí. No después de todo. No iba a permitir que me tratara de esa manera. «Voy a luchar por mi lugar. Aunque sea en esta cama. Aunque sea por esta noche.»Respiré hondo, intentando calmar los latidos acelerados de mi corazón. Luego, me di la vuelta y regresé al dormitorio. Ethan me miraba con el ceño fruncido, como si estuviera anticipando una nueva discusión. «Que espere lo que quiera. No voy a irme.»Sin embargo, no dije nada. Simplemente me deslicé bajo las sábanas, dándole la espalda. «No voy a darle la satisfacción de verme sufrir más. No voy a darle la espalda a lo que siento.» El silencio que se instaló en la habitación era denso, cargado de tensión y emociones contenidas. «Pero esta noche, voy a dormir en su cama. Y eso, al menos por ahora, es una pequeña victoria.»—¿Qué crees que haces? —Murmuró Ethan, con l
La misma tormenta que se estaba desatando en el exterior, la lluvia comenzó a caer con fuerza. El sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos. Era Yu-jin. Me dijo que era imposible viajar con la tormenta y la cantidad de fans afuera, que aprovechará el tiempo con ella y que la vuelva invitar a los eventos con la banda. «Maldición. Esto es lo que me faltaba. Estar atrapado aquí con ella. Con la mujer que me miente, con la mujer que me… confunde.»Salí del baño, secándome el pelo con una toalla, y la vi sentada en el sofá. «Sigue aquí. Atrapada conmigo. Por la tormenta. Por el destino. O por lo que sea.» La miré a los ojos, sintiendo una mezcla de frustración y resignación.—Bien —dije al colgar, volviéndome hacia ella—. Parece que no te irás a ningún lado esta noche, se te cumplió lo que querías, Ariana —enfatice su nombre con sarcasmo, dejando caer los hombros con un suspiro de cansancio. «¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a pasar esta noche con ella?».Evité su mirada, fijándola