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3. #ETHIANA: El error (10/10)

«¿Tenso? Estoy a punto de estallar», pensé, pero me limité a encogerme de hombros y a murmurar un "sí" apenas audible. No quería preocuparlos más de lo necesario. Ya bastante tenían con la situación con Yu-jin.

En ese momento, una chica se acercó con una sonrisa tímida y me extendió los brazos.

—¿Te puedo abrazar? —preguntó, con los ojos brillantes de ilusión.

«Otro recordatorio más», pensé, sintiendo un nudo en la garganta. Pero antes de que pudiera responder con una de mis sonrisas prefabricadas, la chica añadió, con una pizca de picardía en la voz:

—¿No se pondrá celosa Ariana?

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. La pregunta resonó en mis oídos como un eco burlón. Miré a la chica, que me observaba con una sonrisa expectante, y luego a Jae-hyun, que me miraba con preocupación. «¿Qué se supone que debo decir?», pensé, sintiendo la presión aumentar.

Respiré hondo, intentando controlar la creciente ansiedad. «Tengo que salir de esta», me dije. Forcé una sonrisa y abrí los brazos, invitando a la chica al abrazo.

—No creo —respondí, con un tono de voz que intentaba ser casual, pero que me salió más tenso de lo que pretendía. El abrazo fue rápido, casi incómodo. Sentí su cuerpo temblar de emoción, pero yo permanecí rígido, como una estatua.

Mientras la chica se alejaba, feliz con su abrazo, sentí la mirada de Jae-hyun clavada en mí. Su expresión era una mezcla de preocupación y comprensión. Me di cuenta de que no podía ocultarle la verdad por mucho más tiempo. «Tengo que hablar con ellos. Tengo que contarles lo que está pasando», pensé, sintiendo el peso de la farsa hacerse cada vez más insoportable.

La despedida con los fans finalmente terminó. El último autógrafo fue firmado, la última foto fue tomada, y el último grito de emoción se desvaneció en el aire nocturno. Entramos de nuevo al backstage, el silencio contrastaba fuertemente con el bullicio de hacía unos minutos. Me sentía agotado, no físicamente, sino emocionalmente. La insistencia de las fans sobre Ariana había reabierto la herida, recordándome la magnitud de la farsa. «Es como si me hubieran estado clavando pequeñas agujas durante toda la despedida. Cada pregunta, cada comentario, un recordatorio constante de la mentira que estoy viviendo.»

Me dejé caer en el sofá, cerrando los ojos por un instante. Necesitaba un respiro, un momento de paz. Pero sabía que no lo encontraría hasta que resolviera esta situación de una vez por todas. «Tengo que hablar con los chicos. No puedo seguir cargando con esto solo.»

Jae-hyun se sentó a mi lado, con una expresión seria en el rostro. Los demás chicos se dispersaron por el camerino, hablando en voz baja sobre el concierto, pero Jae-hyun se quedó conmigo. Sabía que quería hablar sobre lo que había pasado. «Jae-hyun siempre ha sido el más comprensivo. El que mejor entiende las cosas sin necesidad de que se lo expliques con palabras.»

—Estabas… diferente ahí fuera —dijo Jae-hyun, con voz suave. —Las preguntas sobre Ariana… te afectaron, ¿verdad?

Abrí los ojos y lo miré. No tenía sentido negarlo. Jae-hyun siempre había sido el más observador del grupo, el que mejor leía entre líneas.

—Sí —admití, con un suspiro. —Es difícil fingir que todo está bien cuando… cuando no lo está.

Jae-hyun asintió con la cabeza, comprendiendo. —Lo sé. Pero… creo que deberías intentar disimularlo un poco mejor.

—¿Disimularlo mejor? —pregunté, con una mezcla de incredulidad y frustración. —Jae-hyun, llevo tres años fingiendo. ¡Tres años! ¿Cuánto más tengo que fingir?

—Lo sé, Ethan —respondió Jae-hyun, poniendo una mano en mi hombro. —Y entiendo lo difícil que es. Pero piénsalo de esta manera: si dejas que se note que algo va mal, los rumores van a empezar. Y eso solo empeorará las cosas. Para ti, para Ariana, y para Chromatic.

Me quedé en silencio, reflexionando sobre sus palabras. Sabía que tenía razón. Los rumores eran como una plaga, se extendían rápidamente y podían causar mucho daño.

—Yu-jin tiene razón en una cosa —continuó Jae-hyun—. La imagen es importante. Y ahora mismo, la imagen de ustedes dos como pareja es parte de la imagen de Chromatic. Si esa imagen se rompe, las consecuencias podrían ser graves.

—¿Y qué sugieres que haga? —pregunté, con la voz cargada de resignación. —¿Que siga mintiendo?

—No te pido que mientas —respondió Jae-hyun—. Solo te pido que… finjas un poco más. Al menos en público. Intenta mostrarte más… cariñoso con ella. Dale a los fans lo que quieren ver. Al menos hasta que encontremos una solución a todo esto.

Lo miré fijamente, considerando sus palabras. La idea de fingir aún más me repugnaba, pero también entendía la lógica detrás de su consejo. Era una solución temporal, sí, pero tal vez era la mejor opción en este momento.

—Está bien —dije finalmente, con un suspiro. —Lo intentaré.

Jae-hyun me dio una palmada en el hombro y me dedicó una sonrisa reconfortante. —Lo sé, Ethan. Sé que lo harás.

El silencio volvió a reinar en el camerino, pero esta vez era un silencio diferente. Un silencio cargado de resignación, pero también de una tenue esperanza. La esperanza de que, de alguna manera, podríamos superar esta situación sin causar más daño.

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