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3. #ETHIANA: El error (7/10)

Ha-neul, que hasta ahora había permanecido en silencio, finalmente habló: —Ethan… ¿estás seguro de esto? ¿De verdad crees que es la mejor solución?

—No lo sé, Ha-neul —admití, con sinceridad. —Pero no podía seguir así. Tenía que hacer algo.

—Estás siendo egoísta, Ethan —dijo Yu-jin, con la voz cargada de reproche, clavando sus ojos en mí como si quisiera perforarme con la mirada—. Estás poniendo en riesgo todo lo que hemos construido. Años de trabajo, de esfuerzo, de sacrificio… ¡todo por tu capricho!

—No —respondí, mirándolo directamente a los ojos, sin ceder ante su intensidad. Mi voz era firme, aunque por dentro me debatía entre la convicción y la duda—. Estoy intentando salvarla. A Chromatic. A nosotros.

Un silencio tenso se extendió entre nosotros, roto solo por el murmullo lejano de la multitud impaciente. Yu-jin respiraba con dificultad, con las mejillas enrojecidas por la ira contenida. Sus puños estaban apretados a los costados del cuerpo.

—¿Salvarla? —espetó finalmente, con una risa amarga que resonó en la habitación. —¡Estás destruyéndola, Ethan! ¡Estás destruyendo la imagen que hemos cultivado cuidadosamente durante años! ¿Crees que esto va a quedar así? ¿Que los medios lo van a ignorar? ¡Estás loco si lo crees!

—No me importa lo que digan los medios —respondí, con la mandíbula apretada. —Me importa lo que piensan los chicos. Me importa lo que siento yo.

—¡Pues deberías empezar a preocuparte! —gritó Yu-jin, con el rostro ahora completamente rojo. Su voz resonó en el pequeño espacio del backstage, atrayendo las miradas de algunos miembros del staff que pasaban por el pasillo. Bajó la voz, pero la furia seguía presente en cada sílaba—. Esto no ha terminado, Ethan. Ni mucho menos. Pagarás por esto. Ya hablaremos de esto… después del concierto.

Con esas palabras, Yu-jin salió de la sala dando un portazo que retumbó en todo el backstage, dejándonos a todos con la tensión a flor de piel. El concierto estaba a punto de comenzar, y la atmósfera era más densa que nunca. El aire parecía cargado de electricidad estática, listo para estallar en cualquier momento. La decisión que había tomado pendía sobre nosotros como una espada de Damocles, amenazando con caer en cualquier instante.

Después del portazo de Yu-jin, el silencio en el backstage era casi ensordecedor. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Nadie se atrevía a decir nada, como si temiéramos que cualquier palabra pudiera encender aún más la mecha. Yo me sentía culpable, sí, pero también aliviado. Al menos, la verdad estaba sobre la mesa, aunque las consecuencias fueran inciertas.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, Jae-hyun suspiró profundamente y rompió el silencio.

—Ethan… —comenzó, con su voz calmada y conciliadora de siempre. Me miró con una expresión seria, pero sin rastro de reproche. —Gracias.

Lo miré con el ceño fruncido, sin entender a qué se refería—¿Gracias? ¿Por qué?

—Por pensar en nosotros —respondió Jae-hyun, con una pequeña sonrisa. —Sé que no ha sido fácil para ti tampoco. Y sé que esta… situación… nos ha afectado a todos. Pero el hecho de que hayas tomado esta decisión… demuestra que te importamos. Que Chromatic te importa.

Min-ho asintió con la cabeza, aunque su expresión seguía siendo un poco tensa. —Sí, hyung. Gracias —dijo, con un tono más suave que el que había usado antes. —Entendemos que esto es complicado.

Ji-woo se acercó y me dio una palmada en el hombro. —Estamos contigo, hyung —dijo, con una sonrisa sincera.

Incluso Ha-neul, que había permanecido en silencio durante toda la discusión con Yu-jin, me dedicó una breve sonrisa. —Gracias, Ethan.

Un peso pareció aligerarse en mi pecho al escuchar sus palabras. A pesar de la tensión y la incertidumbre, sentí un rayo de esperanza. Tal vez, después de todo, no los había perdido. Tal vez, esta decisión, aunque dolorosa, era el primer paso para recuperar el equilibrio en Chromatic.

—No hay de qué —respondí, con una pequeña sonrisa. —Ustedes son mi familia. Y no voy a permitir que nada nos separe.

El ambiente en el backstage se relajó un poco después de este breve intercambio. La tensión seguía presente, como una bruma persistente, pero ya no era tan opresiva. Sentí que los chicos me apoyaban, a pesar de las circunstancias. Y eso, en ese momento, era lo que más necesitaba. Saber que no estaba solo en esto, que tenía a mi banda, a mi familia, de mi lado, me daba una fuerza renovada. «Aunque Yu-jin piense lo contrario, aunque los medios intenten destrozarnos, nosotros estaremos juntos. Eso es lo que importa.»

Min-ho comenzó a afinar su bajo, tarareando una melodía suave. Ji-woo se puso a calentar la voz, haciendo ejercicios de vocalización. Jae-hyun se acercó a la batería, probando los platillos con cuidado. Incluso Ha-neul, que seguía algo callado, esbozó una pequeña sonrisa mientras revisaba sus teclados.

«Tenemos que darlo todo ahí arriba», pensé, mirando a los chicos. «Por nosotros, por los fans, por Chromatic.» La imagen de los carteles de "Ethaniana" volvió a aparecer en mi mente, pero esta vez intenté apartarla. No iba a dejar que esa farsa me distrajera. No iba a permitir que afectara nuestro concierto.

Respiré hondo, cerré los ojos por un instante y me concentré en la música. Visualicé el escenario, la multitud, la energía que fluía entre nosotros. «Es hora de salir ahí fuera y demostrarles quiénes somos realmente. Somos Chromatic. Y estamos aquí para quedarnos.»

El concierto comenzó con una explosión de luces y sonido. La multitud rugió al vernos aparecer en el escenario. La adrenalina, que antes se mezclaba con la tensión, ahora fluía libremente por mis venas. Era lo que siempre me había gustado de esto: la conexión con el público, la energía que se generaba entre nosotros y ellos.

Desde el primer acorde, me entregué a la música. Dejé que las notas me guiaran, intentando olvidar la discusión con Yu-jin, la ausencia de Ariana y la tensión con los chicos. Pero era difícil. Mi mirada recorría el público, buscando rostros conocidos, buscando… algo. Y lo que encontré me crispó los nervios.

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