Inicio / Romance / Sinfonía de un amor inesperado / 3. #ETHIANA: El error (5/10)
3. #ETHIANA: El error (5/10)

No tardó demasiado en que su mano terminara en mi diestra y, sin que pudiera decir nada, él se deslizó entre mis piernas para meterse debajo de mi falda, jadeando ante la sorpresa que se encontró. En ese instante, la imagen de Ethan se intensificó aún más. Ya no era una simple superposición, era una presencia completa. Sentía sus manos en mi piel, sus besos en mi boca, su cuerpo contra el mío. Era como si él estuviera ahí, realmente ahí, haciéndome el amor. La culpa y la confusión se mezclaron con una excitación incontrolable. Sabía que estaba mal, que estaba besando a Thomas mientras pensaba en Ethan, pero la sensación era demasiado intensa para resistirme.

Justo cuando Thomas comenzaba a moverse para entrar dentro de mí, la puerta se abrió de golpe. Kaia y Sarah irrumpieron en la habitación, con una mezcla de shock y horror en sus rostros. Kaia se tapó la boca con las manos, mientras que Sarah se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos y la mandíbula caída. La escena que tenían delante era, sin duda, impactante.

—¡¿Ariana?! —exclamó Kaia con un grito ahogado.

Thomas se detuvo de inmediato, sobresaltado por la repentina interrupción. Me miró con confusión, sin entender la situación. Yo, por mi parte, sentí que la sangre se me helaba en las venas. La fantasía se rompió en mil pedazos, dejando al descubierto la cruda realidad: estaba a punto de acostarme con un extraño en la fiesta de mi mejor amiga, mientras pensaba en el hombre con el que mantengo una relación secreta y conflictiva.

En un movimiento brusco, Thomas se apartó de mí, se acomodó los pantalones con rapidez y me dirigió una última mirada de confusión antes de salir de la habitación sin decir una palabra. El silencio que quedó fue ensordecedor.

Kaia y Sarah seguían en la puerta, mirándome con una mezcla de incredulidad, preocupación y, en el caso de Sarah, con una punzada de una emoción desconocida para mí que no podía ocultar. Sus ojos recorrían mi cuerpo, deteniéndose en mi ropa desordenada y en mi expresión de absoluta vergüenza.

—¿Qué… qué acaba de pasar? —preguntó Sarah con la voz temblorosa, mirando el lugar donde Thomas estuvo hace unos segundos, con una mirada de desprecio y furia. Kaia se acercó lentamente a Ariana, con una mirada de preocupación y lastima.

El drama y la comedia se entrelazaban en esa escena. La forma en que me habían encontrado, a punto de… bueno, a punto de todo, era digna de una película. Pero la vergüenza y la confusión que sentía eran reales, profundas y dolorosas. Y la mirada de Sarah, cargada de una emoción que desconozco, no hacía más que empeorar las cosas.

(PARK ETHAN)

3 AÑOS DESPUÉS, 2 DE ABRIL DEL 2024

Han pasado tres años. Tres años de sonrisas forzadas, flashes constantes y titulares predecibles. Tres años de una farsa que se ha convertido en una segunda naturaleza. Ariana y yo. Ethan y Ariana. Una pareja perfecta, según la prensa. Dos completos extraños, según la realidad. Dos extraños que comparten portadas de revistas, alfombras rojas y un sinfín de eventos sociales, pero que apenas intercambian más que unas cuantas palabras ensayadas cuando nadie nos ve.

La vida en Chromatic seguía su curso, aunque con una tensión subyacente que nunca terminaba de desaparecer. El éxito era innegable, pero a un costo. Cada vez me sentía más lejos de los chicos, atrapado en una jaula dorada que yo mismo había ayudado a construir. Cada logro, cada premio, cada entrevista, venía acompañado de la inevitable pregunta sobre Ariana. "¿Cómo está Ariana?", "¿Qué tal les va?", "¿Planes de boda?". Como si mi vida se redujera a esa farsa. La sombra de mi "relación" con Ariana se extendía sobre la banda, distorsionando la percepción pública y generando resentimiento entre mis compañeros. Los veía en sus ojos, en las miradas de reojo que me daban durante las entrevistas, en los comentarios sarcásticos que soltaban entre ellos cuando creían que yo no los escuchaba. "Ahora somos 'Ethan Park y sus acompañantes'", escuché decir a Min-ho una vez, y esas palabras me quemaron por dentro.

Ariana… a veces la miraba de reojo, intentando descifrar qué pensaba realmente. Detrás de esa sonrisa pública, detrás de esa fachada de chica perfecta, intuía una cierta tristeza, una soledad que resonaba con la mía. «¿Sentirá lo mismo que yo? ¿Estará igual de harta de esta farsa?». Pero me resistía a ir más allá. Me resistía a conectar con ella de verdad. No quería que esta farsa se convirtiera en algo real. No quería confundir las líneas entre el contrato y la realidad. Y, sobre todo, no quería lastimarla más de lo que ya lo estaba haciendo con esta situación. «Aunque… ¿acaso no era ya demasiado tarde para eso? ¿No la estoy lastimando ya, simplemente por mantenerme alejado?».

Recuerdo las palabras de Yu-jin, resonando en mi cabeza como un eco constante: "Les está yendo excelente, Ethan. Las cifras están por las nubes. Nunca antes Chromatic había tenido tanta exposición. Sigan así". Como si las "cifras" y la "exposición" fueran lo único que importaba. Como si mis sentimientos, los sentimientos de los chicos, no valieran nada. Me sentía como un títere, movido por los hilos de mi agencia, obligado a representar un papel que me asfixiaba. Y lo peor de todo, era consciente de que, en parte, yo también era responsable de esta situación. Yo había aceptado el contrato. Yo había elegido este camino. Ahora, tenía que lidiar con las consecuencias. «Pero ya no más. No puedo seguir así. Tengo que cambiar esto, por mí, por los chicos, por Chromatic».

La semana pasada, después de una presentación en un programa de música, tuve una fuerte discusión con Yu-jin. Estábamos en su oficina, rodeados de premios y reconocimientos que ahora me parecían trofeos vacíos.

—¿Por qué tiene que estar siempre con nosotros? —le reclamé, con la voz cargada de frustración. Me crucé de brazos, intentando controlar la rabia que me recorría el cuerpo. —En cada evento, en cada entrevista, en cada m*****a foto. ¡Es Chromatic, no 'Ethan Park y su novia'!

Yu-jin se recostó en su silla de cuero, con una expresión impasible. —Ethan, no seas ridículo. Sabes que esto es bueno para la banda. La exposición que les da su relación con Ariana es invaluable. Las marcas los buscan, los programas de televisión los invitan… ¡Están en la cima!

—¿A qué precio? —repliqué, dando un golpe en el escritorio con el puño. Yu-jin me miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada. —Los chicos se sienten opacados. Se sienten como… como extras en mi propia vida.

—Están exagerando —respondió Yu-jin, encogiéndose de hombros. —Además, las cifras hablan por sí solas. Nunca antes habíamos tenido este nivel de éxito.

—¡Me importa un carajo el éxito si estoy perdiendo a mi banda en el proceso! —exclamé, levantándome de golpe. Caminé de un lado a otro de la oficina, sintiendo la rabia hervir en mi interior. —No voy a seguir con esta farsa.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP