No puedes permitirme amar por el miedo de que se repita la trama de el capítulo pasado de tu vida"
... Le doy campo a mi esposa para que entre a la mansión y la sigo de cerca. Ella sube las escaleras después de saludar a mi madre y hermano, mientras yo me quedo en la sala y camino al sofá, quedandome en este un momento. Suelto un suspiro cuestionandome el porqué se su lejanía resiente. {...} Veo a Ji entrar a mi oficina, como siempre tan bonita, debo admitir que ese vestido se sienta tan bien a su cuerpo que me hace pensar en cosas para nada inocentes. —Estaba pensando en intentar exponer mis cuadros...—murmuró después de que la besara. Ella ha estado pintando bastante últimamente, parece más cercana a mí y suele desenvolverse más en mi presencia. Ya ha llegado a darme besos, abrazos y muestras de afecto sin que yo tenga la iniciativa. —Me parece perfecto, linda—subo mi mano a su rostro y dejo una caricia en su mejilla—. Le diré a mi secretaria que haga lo necesario y que se ponga a tu disposición. Ji me sonríe y vuelvo a besar sus suaves labios. Después de eso solo llamo y le ordeno a mi secretaria lo que ya le había dicho a ella, pero su actitud cambia de la nada y cuando la señorita Brown sale, ella me ignoró horriblemente como si hubiera hecho algo malo. Intento iniciar una conversación al salir de la empresa y subir al coche, pero ella no cambia su actitud y yo me canso de eso. La verdad nunca había visto esta parte de ella, y si me molesta un poco, no por ella, si no porque me siento frustrado al no saber que hice y porqué ella está así. {...} Después de por lo menos 15 minutos, subo las escaleras y entro a nuestro cuarto sin tocar, al ingresar puedo distinguir su silueta en la cama. Es apenas prescindible ya que ella es pequeña, no ocupa mucho espacio. —Min...—la llamo por su apellido para ver si contesta o sigue ignorandome. —¿Umm?—sisea sin verme. —¿Por qué estás enojada?—camino al baño y me quito la corbata en el trayecto. Ella se queda en silencio, cuando regreso mi vista a ella parece enojada, todavía más que antes. —¡Porque ella estaba..!—detiene su oración y suelta un suspiro, niega y se vuelve a acomodar—. Olvidalo, y disculpa mi actitud. Me extraña un poco que haya decidido callar, pero decido darle tiempo y entro al baño. Cuando salgo me coloco una pijama, dejando de lado la camisa ya que esta haciendo mucha calor últimamente. Me acomodo a su lado en la cama y instintivamente paso uno de mis brazos por su estrecha cintura. Huelo el delicioso aroma que utiliza siempre y he asociado a ella ya que prácticamente se ha señido a su piel y se puede distinguir aunque no lo esté utilizando. Huele a vainilla. —Si no me dices que hice no podré pedir disculpas—dejo un beso en su cuello, cerrando los ojos en el proceso. —No es nada...—su voz sale en susurro y su cuerpo tiembla ante mi toque. —Dímelo—ordeno en su oído con mi voz ronca por la exitacion. Abro los ojos al escuchar un sonido muy parecido a un gemido salir de sus labios, una sonrisa de satisfacción hace aparición en mis labios. Ella parece meditarlo un poco, pero al final habla con voz temblorosa y un poco de duda en esta. —No me agrada la Srta. Brown—sus mejillas están sonorjadas. Mi frunzo el ceño al escucharla, es extraño que a mi chica no le agrade alguien, es muy carismática y amistosa. —¿Y por eso me ignoraste todo este tiempo?—suelto mientras dejo otro beso en su cuello. Escuchar los sonidos leves que salen de ella es muy ecxitante, es difícil contenerme y no empotrarla contra nuestra cama. —No...es algo tonto así que mejor olvidalo—ha diferencia de lo anterior, en esta ocasión suena triste. Me alejo de su cuello y con mis manos hago que quede frente a mí, cuando lo hace, veo su rostro, la exitacion ha quedado en segundo lugar ante su tono triste. —Si te molesta no es algo tonto, dímelo con confianza, si es que quieres—le sonrío y acaricio su mejilla. Suelta un suspiro y asiente. Me acuesto en la cama y hago que ella quede sentada a horcajadas en mí, colocando sus manos en mi pecho. —Creo...—suelta otro suspiro—. Creo que ella gusta de ti. Lo dice muy rápido y se esconde en mi pecho, supongo que decirlo le ha hecho sonrojarse. Me pregunto si ella sabrá que yo sé que ella se está enamorando de mi. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, la verdad no me preste mucha atención a su aclaración del porqué estaba enojada, a lo que si le puse todo mi interés es a su forma tan adorable de intentar esconder sus sentimientos. —¿Y eso te molesta?—intento ver su rostro pero sigue escondido en mi cuello. —Sé que no debería...pero, sí—su susurro en mi cuello hace que me estremezca. Pongo mis manos en sus caderas y las apreto sin querer lastimarla. —Linda, eres mi esposa, tienes todo el derecho de sentir celos...—susurro y hago que alce su rostro. —No...—su voz titubea, sus mejillas no pueden estar más sonrojadas—. No son celos... Veo como se sienta recta en mi y juega con su pulsera, acaricio sus piernas con la yema de mis dedos. —Si tú lo dices...pero igual, mientras estemos casados puedes celarme cuánto quieras—lamo mis labios, deseoso de probar los suyos. Una idea algo grosera y arriesgada llega a mi mente, solo así podré saber si lo que ella siente es amor. —Pero no puedes creertelo, recuerda que esto es solo un contrato—me cuesta un poco decirlo porque se que haré que se sienta mal. Al ver sus ojos, estos han perdido el brillo, su rostro cambia de uno de desilusión, parece querer soltar lágrimas lo que me hace cuestionarme qué tan grandes serán sus sentimientos. Hago que vuelva a recostarse en mí, no quería herirla, solo quería saber si lo que pensaba era real, y ahora veo que es más real de lo que creí. —¿Ya dormirás?—mi pregunta parece sorprenderle ya que pega un pequeño salto. —Sí...mañana toca hacer una sección de fotos, será un poco cansado—me es imposible no notar su tono de voz tan melancólico. —Pensaba llevarte a visitar a tu hermano...—intento que mi voz salga lo más suave posible. Hace días me lo está pidiendo, pero no le he podido cumplir porque he estado muy ocupado, la empresa está presentando algunos inconvenientes, nada que no se pueda resolver. Ahora que lo veo desde otra perspectiva, he sido egoísta, pude haber tomado una hora de mi tiempo y llevarla, pero no, todo tiene que ser cuándo y cómo yo quiero. —Gracias...mejor se lo pediré a uno de los guardias—responde y intenta alejarse de mí, pero la detengo. Hace poco he notado que le da cierto temor quedarse con desconocidos, con los únicos hombres que habla o interractua somos; mi hermano y yo. También suele hablar un poco con el su jefe de piso, pero con los modelos casi no habla, solo ha hablado con Francesco, al cuál me dan ganas de tomarlo del cuello y lanzarlo contra la pared cuando posa su vista en el cuerpo de mi esposa. Respiro intentando no hacer que se mueva contra mi hombría, está muy cerca y no se me dificultaría, pero en estos momentos lo importante es que ella deje de sentirse mal, aunque fue yo el que lo provocó. —No, yo te llevaré, perdón por no hacerlo antes, la empresa me ha tenido muy ocupado—intento dar excusas aunque yo sé que de nada sirven, no debí dejar esto para cuando yo tuviera tiempo. —Está bien, gracias—su respuesta suena a resignación. Quiero pedirle disculpas, pero tampoco se lo que siento verdaderamente. Sé que me gusta su sonrisa, que su tono al hablarme y sus sonrojos tan repentinos por cada cosa o acción mía hacen que quiera besarla y cuidarla de todo y de todos, se que la deseo en demasía, que cuando no esta cerca extraño su cercanía y sus besos, sus abrazos y tacto. Pero sigo preguntándome si es real o mi mente me juega una broma. Su respiración se vuelve más lenta, creo que ya se ha quedo dormida. Intento dormir también pero esta siéndome difícil con ella sobre mí y mis pensamientos y sentimientos buscando ponerse en sinfonía y averiguar lo que en realidad siento. Después de por lo menos 1 hora, por fin me dejo caer en los brazos de Morfeo, haciendo que mis pensamientos se detengan por unas cuantas horas.Llevo un bocado a mi boca, el desayuno ha sido preparado por la sirvienta, mi madre esta un poco enferma y Ji no tenía ánimos para cocinar. No sabe mal, pero tampoco se compara con su sazón.—¿Y qué has pensado del trabajo?—veo a mi hermano cuestionando lo que hace días venimos hablando.—Quisiera ejercer mi carrera, pero sabes muy bien que no soy bueno—limpia sus labios para seguir hablando—.—Cómo te dije antes, puedes empezar haciendo prácticas, al señor Ernesto ya se va a jubilarse y tú serás su suplente—termino de desayunar—. Ir aprendiendo de él sería un muy buen comienzo.La conversación fluye, mi hermano ha decidido intentarlo lo que me brinda un poco de paz. Algo en mi interior quiere guiarlo sin opacar sus ideas y decisiones.Me levanto de la mesa para caminar a la salida de la mansión mi esposa me sigue y al igual que yo, toma un abrigo y salimos de nuestra casa.Le abro la puerta del coche para que ingrese, hoy no hemos compartido muchas palabras, solo pequeñas oraciones,
...Min Jung-LiSus palabras se repiten en mi mente una y otra vez, pero ¿Cómo quiere que no me crea esto si su comportamiento es tan especial? Me será imposible no hacerlo, pero decidí no cuestionar mi futuro y solo disfrutar de lo que estoy viviendo. Me va muy bien en mi trabajo, pertenezco a un hogar momentáneamente, tengo un excelente esposo y mis amigas están pasando también por un buen momento en sus vidas. Pero entonces, ¿Por qué siento que me falta algo?¿Por qué siento que podría ser mejor? Tal vez si el no me tratará con tanta delicadeza y me complaciera en todo lo que pido y simplemente digo, yo no me ilusionara. O si yo dejará de repetirme que es lo que siempre he querido y lamentablemente nunca será completamente mío. Mis ojos viajan a sus labios, hoy he despertado antes que él, ya llevo más de 15 minutos viéndolo dormir y sigo sin cansarme. ¿Por qué me gusta tanto?¿Por qué no puedo solo dejar de desear sus caricias y besos?¿Por qué mi cuerpo y mente piden cada vez
Después de por lo que creo son dos horas, termino de arreglarme, llevo un jeans negro y un suéter blanco tejido, junto a unos tenis blancos. Tomo mi pequeña bolsa y bajo las escaleras, veo el auto de Nicolle estacionado frente a la mansión y detrás del suyo está el de Zoe, me río porque pudieron haber venido en uno solo, pero como siempre, Nic solo utiliza deportivos y no habríamos alcanzado las tres en uno de esos.—Bajate y nos vamos en el de Zoe, es más grande y hay campo para las tres—le digo desde la ventanilla.En verdad la amo, pero con el sol que esta haciendo no quiero y no puedo ir en ese coche y tampoco quiero mandarla sola porque se lo celosa que es y no quiero que se recienta.—Dile a tus guardias que abran—Dice mientras sonríe Le pido al guardia de la entrada a la mansión qué habrá y camino al coche de Zoe.—Hola, Zoe—sonrío y me siento en los asientos traseros.—¿Ya viene Nic? Tarda como si estuviera coqueteandole al guardia—enciende el coche y río por su ocurrencias.
...Min Jung-LiMe despido de las chicas y veo como cada una se va en su coche. ¿Estoy sorprendida? Sí, es que, me parece increíble esto. Ingreso a la mansión, son las 7:16 minutos, hemos perdido la noción del tiempo mientras hablábamos de todo lo que está pasando. —Buenas noches, ya bajo para ayudarle—saludo a la señora Olivia y después subo las escaleras. Nicolle no sabe que hacer, porque tampoco es que va a empezar una relación con mi cuñado solo por el bebé. Por lo que hemos hablado hasta ahora, ella ha decidido no decirle, no estoy de acuerdo con si decisión pero no tengo porqué influir en ella. Entro a mi habitación y me despojo de la incomoda ropa y entro a la ducha. Me quedo por algunos minutos ahí hasta que escucho la puerta abrirse y la voz de mi esposo hablando con alguien. Salgo de la ducha y me cubro el cuerpo con una toalla grande. Asomo mi cabeza por la puerta del baño, Andrew esta hablando por celular con alguien y parece frustrado.—He dicho que no, revisa bien
... Andrew Alexander Black Todo mi día ha ido mal, desde que salí de casa. No sé si sea una broma del destino, pero el director del proyecto en el que trabajará mi esposa ha contratado a Daniela para ser la modelo de esta campaña de fotografía. Si Jung-Li se puso celosa de la señorita Brown no quiero saber como estará cuando se de cuenta de esto, aunque Daniela y yo no nos cruzaremos ya que no trabajo en el mismo piso de Ji y la sección de fotos será tomada en ese piso. Justo cuando todo va bien ella vuelve y no malinterpreten mis palabras, no siento más que aprecio por el pasado que tuvimos. Pero no quiero que mi relación con mi esposa salga afectada, lo peor del esto es que ya ha firmado el contrato y si lo anulamos tendríamos que pagar mucho dinero. En estos momentos estamos todos reunidos en la mesa, la verdad es mi parte favorita del día, siento que siempre debió ser así, nosotros cuatro nos llevamos muy bien. Apreto levemente la pierna de Ji, ella y yo estamos
..La pareja había regresado de su lugar de trabajo, Jung-Li estaba algo cansada al igual que Alexander. En estos momentos ambos se encontraban en su habitación, ella terminando de arreglar su cabello, minutos antes se había dado una ducha y ahora ya no sentía tanta tensión.Escucha que Alex sale del baño y sigue en lo suyo, al terminar se levanta de el asiento y va hacia el armario.—¿Te paso la pijama? —su pregunta hace que Alex la vea y senté su atención en ella.Alexander solo lleva una toalla cubriendo sus caderas, el agua escurre por su cuerpo y su cabello está húmedo, señal de que lo ha lavado.—Sí, gracias, linda—responde y empieza a secar su cabello con una toalla pequeña.Cuando ya esta por terminar con su cabello las manos de su esposa se atraviesan en su campo de visión provecando que su atención recaiga en ella y deje la toalla pequeña en el buro.Toma la pijama entre sus manos y le de la espalda a Jung-Li para colocar su ropa interior. La chica fija su mirada en la espa
Andréw Alexander Black Conduzco hacía la oficina, casi siempre hay tráfico, pero hoy en especial hay mucho. Mi esposa va en el asiento de copiloto, una de mis manos baja a su pierna y aprieto un poco. Lamo mis labios por el recuerdo de lo que paso hace algunas noches, me ha costado un poco no volver a tocarla, con solo recordar como todo ella estaba completamente a mi disposición me hace sentir orgulloso de no haberla hecho sentir incomoda. —Ya casi llegamos, linda—veo el semáforo y vuelvo a conducir. —Tengo hambre—su voz sale con un deje de reproche y al ver su rostro, esta haciendo un leve puchero. Mi sonrisa se amplía, ¿Ella no se da cuenta de todo lo que provoca en mi? Hemos salido más temprano de lo normal de casa ya que tengo una junta importante, ella quiso venir conmigo en lugar de llegar después con Edgar, entonces gracias a eso no nos dio tiempo de desayunar. —Ahora que lleguemos te compro algo en la cafetería—viro el auto en una calle, ya llegamos. Bajo y le a
Min Jung-Li...{...}Me encuentro en mi cuarto jugando con mis muñeca favorita, estoy un poco aburrida así que salgo de la recamara y voy saltando al cuarto de mi hermano. Toco la puerta pero al ver que no responde y no abre, pego una pequeña patada el suelo haciendo un leve puchero. —Hermanito...abre...—vuelvo a tocar abrazando la muñeca a mi cuerpo. Siento unas manos cargarme y sonrío al recocnocerlas de inmediato, abrazo a mi papá con una sonrisa, al pegarme a su pecho puedo sentir su respiración agitada, me alejo y veo que ha empezado a caminar hacia su oficina. —¿Papi? ¿Qué paso? ¿Y Yeungie?—mi padre dibuja una sonrisa muy parecida a la que hago cuando descubren que me he comido solo la carne. —Tranquila, mi princesa...—al llegar a la oficina me deja en el sofa, no hay nadie aquí—prométeme que no saldrás. —¿Qué pasa, papi? —mi voz suena temblorosa, no me gusta la oscuridad y aquí esta muy oscuro—. Quiero a Yeung-Li, por favor. Sollozo y cruzo mis brazos. Siento la mano de