15-Aceptando el amor.

..

La pareja había regresado de su lugar de trabajo, Jung-Li estaba algo cansada al igual que Alexander. En estos momentos ambos se encontraban en su habitación, ella terminando de arreglar su cabello, minutos antes se había dado una ducha y ahora ya no sentía tanta tensión.

Escucha que Alex sale del baño y sigue en lo suyo, al terminar se levanta de el asiento y va hacia el armario.

—¿Te paso la pijama? —su pregunta hace que Alex la vea y senté su atención en ella.

Alexander solo lleva una toalla cubriendo sus caderas, el agua escurre por su cuerpo y su cabello está húmedo, señal de que lo ha lavado.

—Sí, gracias, linda—responde y empieza a secar su cabello con una toalla pequeña.

Cuando ya esta por terminar con su cabello las manos de su esposa se atraviesan en su campo de visión provecando que su atención recaiga en ella y deje la toalla pequeña en el buro.

Toma la pijama entre sus manos y le de la espalda a Jung-Li para colocar su ropa interior.

La chica fija su mirada en la espalda ancha y musculosa de su esposo, ya antes lo había visto así pero hoy en especial se sentía diferente, tal vez por lo que paso la otra noche o solo es el deseo carnal que todos los humanos experimentan.

—La mia schiena non è un trofeo da ammirare, mia sposa(Mi espalda no es un trofeo digno de admiración, esposa mía)—habla en un perfecto italiano que hace que los bellos de el cuerpo de Jung-Li se erizen.

—No sé qué has dicho—responde dándose la vuelta y mirándolo por el reflejo del espejo.

Él responde a su falso desinterés con una carcajada muy poco normal en su persona, haciendo que la chica sonría sonrojada.

Alexander termina de ponerse su pantalón de pijama y se acerca por la espalda a Jung-Li. La levanta de la silla y pasa sus manos por su cintura, viendo sus ojos por el reflejo.

—Hoy te ves muy bien... Siempre te ves bien, pero hoy más que ayer... Así cómo ayer te veías más bien que un día antes y así sucesivamente—baja su rostro a sus hombros y deja un beso en ellos.

Jung-Li siente un escalofrío por el beso y cierra los ojos disfrutando de su caricia. Expone su cuello aun más dejandolo a la disposición de sus besos.

—Gracias...—su respuesta sale en susurro, lo que está empezando a sentir no la deja hablar de forma coherente.

Siente la sonrisa que se dibuja en los labios de Alex cuándo agradece por su cumplido, aunque ella no quiera enamorarse de él, este le pone las cosas muy difíciles al comportarse como solo un caballero podría.

Las manos de Alex entran en su camisa de pijama y suben de su cintura a uno de sus pechos, acaricia este con suavidad, aunque él nota que ella lo está disfrutando, no se imagina cuánto.

Ella siente sus piernas temblar, se detiene pegando su espalda al pecho de su esposo y muerde su labio con suavidad.

Todo esto siendo obcervado por Alexander a través del espejo.

La mano que estaba en la cintura de la chica baja a su intimidad, metiendo la mano en sus shorts de pijama, un jadeo algo fuerte se escucha en la habitación.

—Andrew...—ella intenta detener su mano pero él lo ignora y la baja aún más.

Jung-Li siente las caricias en sus zonas más sensibles; Sus pezones y su intimidad, y suelta un suave gemido que es retenido por su mano.

La habitación se ha rodeado de tensión sexual, ambos quieren seguir, pero él busca llagar hasta donde el cuerpo de su esposa se lo permita.

Es claro que en momentos así no piensan en nada que no sea sentir y anelar más de el contacto del otro. Él hace girar el cuerpo de Jung-Li, cruzan miradas y ella sonríe sonrojada, pegándose a su pecho.

Alex baja su rostro a la altura de los labios de ella y los une en un beso apasionado a la vez que conduce su cuerpo a la cama, donde la recuesta con cuidado.

Su mano baja un poco más llegando a la feminidad de ella, acaricia su clítoris con mucha suavidad.

—Oh...—el gemido necesitado que ella suelta hace que él se separe del beso y vea su rostro.

Aprieta suavemente su pecho izquierdo con una sonrisa pervertida.

—¿Sei così per pochi tocchi, La mia bellissima sposa?(¿Estas así por unas pocas caricias, mi hermosa esposa?)—hace la pregunta con la intención de molestar a su esposa, pero consigue todo lo contrario.

Ella mueve sus caderas, sus ojos están cerrados, su labio inferior entre sus perfectos dientes blancos. Él toma esto como buena señal y deja de acariciar su clítoris para bajar a sus labios íntimos.

Entra un solo dedo en ella sin dejar de ver su rostro, quiere apreciar su reacción y guardarla cómo su mejor recuerdo. El gemido que sale de sus labios es música para los oídos de Alexander, quien deja de verla y pasa a besar su cuello.

Jung-Li esta completamente dispuesta a lo que su esposo le quiera hacer, todo esto es nuevo para ella pero esta experimentado el placer de ser tocada por la persona que ama, entonces no tiene ni un poco de miedo o temor.

Ella siente mucho calor, la ropa en su cuerpo está estorbandole pero no detiene a Alex para pedirle que la retire.

—Muevelo...—su voz apenas es escuchada por él, quien ahora está dejando marcas en su cuello como un profesional.

Su dedo dentro de ella se mueve en círculos buscando que se dilate más, después de unos segundos de besos y caricias, entra otro dedo.

Sigue el mismo patrón, los mueve en círculos mientras disfruta de los gemidos de ella con devoción.

Sube su blusa y besa su pecho derecho, traza una línea al rededor del pezon con su lengua, saca sus dedos y con cuidado de no lastimarla, vuelve a meterlos.

Ella está necesitada, sus gemidos no paran, cada vez son más fuertes. Lleva sus manos a su boca intentando taparlos, lo cual funciona, hasta que Alex gruñe y pellizca su pezon izquierdo para luego subir y retirar sus manos de su boca.

—Quiero escucharlos—la pasión y exitacion es muy perceptible en los ojos de ambos.

—Tu...nos escucharán...—las palabras salen entre cortadas por los jadeos.

Ella no puede dejar de soltarlos, él ha aumentado los movimientos de sus dedos, duda un poco en meter un tercero, pero decide dejarlo así, no quiere lastimarla.

—¿Habría algún problema? Eres mi esposa...—su voz ronca y seria hace que ella sonría.

—Besame, por favor...—esta vez sale claro, sin ningún titubeo.

La sonrisa en su rostro se expande y la besa con pasión, ella siente su respiración faltar cuando el placer aumenta, no puede evitar morder el labio de Alex sacando un poco de sangre, él gruñe y vuelve a besarla con desesperación.

Sus caderas buscan juntarse, pero se recuerda que esta ocasión no se trata de él, a ella es a la que tiene que conocer, para cuando llegue la ocasión perfecta no lastimarla o incomodarla.

Empieza a juntar y separar sus dedos dentro de ella, aumentando así el placer, muerde con suavidad su pezon y pasa a su lado izquierdo, llevando la mano que antes tenía ahí, hacía su espalda.

Las estimulaciones en sus pechos no paran, al igual que sus movimientos en su feminidad, la esta haciendo sentir deseada y su cuerpo al igual que ella, desean más de él, no solo toques, pero se contiene cuando siente como él se separa de su pecho y baja a sus piernas.

Los dedos de sus pies se apretan entre si cuando su aliento pega en su clítoris, no cree que puede sentir más placer, hasta que él lame su feminidad.

Los dedos dentro de ella, su lengua dándole todavía más placer, su mano masajeando su trasero.

No pasa mucho cuando siente una oleada de placer y sus piernas tiemblan, él sonríe y sube a su rostro, la besa callando el gemido fuerte al llegar al orgasmo.

Jung-Li siente sus pensamientos nublarse y se deja caer en la cama completamente. Sus respiración es agitada, no abre sus ojos hasta que siente como Alex se aleja.

Aunque quiere reclamarle, su voz no sale gracias al cansancio. Poco después él regresa con papel y limpia su cuerpo, primero sus piernas y después su cuello y rostro que están sudados.

Ella está muy sonrojada, él ha visto todo su cuerpo desnudo y lo limpia con mucha delicadeza, le pone nueva ropa y le sonríe.

—¿Lo has disfrutado, linda?—Alex se recuesta a su lado y la sube en su cuerpo, la abraza por la cintura y ella se recuesta en su pecho.

—Sí...Mucho...—responde, su rostro igual de sonrojado que anteriormente.

Él sonríe orgulloso, aunque no ha pasado a más, esta feliz de que ella se haya sentido bien.

Quiere y tiene fuerzas para seguir, pero ella se nota muy cansada y desde el principio no era él el centro de atención, ella debe sintirse bien.

—Descansa, linda—acaricia su cabello, su vista esta fija en el techo de la recamara.

Después de unos pocos minutos, la respiración de Jung-Li se relaja y cae en un profundo sueño y Alex se dedica a analizar la situación.

           

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