Alexander Black

Al verla tan vulnerable no pude contener mis ansias de protegerla, aunque lo que hice funcionó y ahora ella está recostada nuevamente en la cama, nada cambia el hecho de que todo lo que hice fue por instinto.

Me deje guiar por las ansías de protegerla y se me olvido que nunca había hecho esto con nadie más que conmigo,

Pero, ¿Y si eso hubiera fallado? ¿Y si la hubiera lastimado? ¿Y si en lugar de ayudar, la hubiera hecho sentir peor?

La única respuesta es que nunca me lo hubiese perdonado, hoy he visto su versión más vulnerable y eso me dolió.

Debo reconocer que en la juventud tuve algunos ataques pero ninguno fue tan fuerte como el de Ji, solo se que ver que no podía controlar su respiración y como luchaba por hacerlo, dolió, dolió mucho más.

Sí, quiero saber qué es lo que la perturba tanto, el porqué de su miedo a los hombres y los cuchillos, pero no así, no quiero que me lo diga mientras sufre.

"¿Habrá soñado con eso? ¿Por qué se ha puesto así?"

Suspiro, no se de que trata todo esto, no se porque ha sucedido esto pero no quiero que le vuelva a pasar.

Veo su rostro qué ha diferencia de antes, ahora está tranquilo y relajado, sus labios abiertos levemente y sus mejillas sonrojadas.

Acarició su cabello, no pensé llegar a tener sentimientos tan fuertes nuevamente, pero esto superan a lo que sentí por Daniela, todo es diferente.

Visualizarnos en un futuro es algo complejo pero no imposible.

Ella y yo tenemos pensado cosas diferentes para el futuro, pero a esta vez no es difícil imaginarme viviendo como ella quiere.

En una cabaña rodeada de naturaleza, con una mascota y nuestro hijo o hija, sé que ella será una excelente madre.

Ella es color, vida, arte y libertad, yo soy más sencillo, suelo guiarme más por las cosas básicas y no molestarme en cosas que no tienen mucho sentido.

Somos diferentes e iguales, compartimos algunos gustos y a la vez hay cosas que a ella le gustan y que a mi ni en un millón de años me podrían gustar. Ella suele ser muy llamativa, puede obtener la atención de las personas en solo pocos minutos y aún así prefiere pasar desapercibida.

Término de admirar su rostro y cierro los ojos, las preguntas de lo que paso y que nos depara el futuro no dejan de reproducirse en mi mente. Me centro en su respiración lenta mientras acaricio su espalda y por fin puedo conciliar el sueño.

Al amanecer me levanto de la cama con cuidado de no despertar a Jung-Li, bajo las escaleras y entro a la cocina encontrandome con mi madre que está preparando el desayuno.

—Buenos días, mamá—me acerco a ella y la abrazo.

—Buen día, ¿no has dormido? Tienes unas grandes ojeras—se separa de mí y sigue concentrada en su labor.

Tomo una charola y sirvo desayuno para llevarlo a Ji, abro el refrigerador y saco el jugo de piña.

—Hubo un inconveniente anoche...—respondo sirviendo el jugo mientras enciendo la tostadora de pan.

—Hola, hola, familia—mi hermano entra sonriendo a la cocina.

Suspiro viéndolo, hace algunos días que ha empezado a actuar extraño, sus cambios de actitud son muy notorios, él no suele ser así.

—Hoy Jung-Li y yo no iremos al trabajo así que necesito que te hagas cargo de la junta con los italianos, Fabián ha pedido una renovación de contrato, revisa las nuevas condiciones—señaló la jalea y cuando me la pasa termino de preparar el desayuno de Ji.

—¿Por qué no irán?—estira su mano queriendo tomar del desayuno de Ji.

Le pego en la mano y escucho como suelta una queja, le veo serio, odio cuando juega la comida y él lo sabe.

—Saldremos...—tomo la bandeja y salgo de la cocina.

Hoy no estoy con ánimos para aguantar los cambios de humor de mi hermano, ayer se enojo tan solo porque el señor Ernesto no lo dejaba salir temprano. Él es inteligente y estoy seguro que si le pusiera más empeño a su trabajo podría ser mejor de lo que el señor Ernesto.

Abro la puerta, hago malabares para que la bandeja no se caiga de mis manos. Cierro con el pie y camino hacia la cama, dejo el desayuno en la mesita de noche y luego voy a la cama.

—Linda...—acaricio su mejilla.

Ella duerme mucho y le cuesta despertar, después de estar hablándole por un rato abre los ojos pero vuelve a taparse con la sabana.

—Solo un poco más...—su voz es distorsionada por la sabana.

—¿Entonces me como solo el desayuno?—me levanto de la cama y justo ella se quita la sábana.

—¿Qué es? Quiero comer huevos con tocino—restriega sus ojos con sus nudillos, es una imagen adorable.

—Es pan integral con jugo dietetico—escondo una sonrisa, en su rostro se dibuja una mueca.

—Eso no me gusta...—ve hacia la bandeja de comida y vuelve a sonreír—. Mentiroso...

Le traigo el desayuno y se lo dejo en sus piernas. Tomo el cuchillo y le unto la jalea al pan. La veo de reojo esperando una reacción de su parte pero no es así, solo está esperando a que le entregue el pan.

Cuando lo hago empieza a comer, he notado que dos cosas que ama es;comer y dormir. Duerme demasiado y cuando come parece disfrutar mucho de la comida.

—¿Quieres decirme qué paso en la madrugada?—como un poco de mi desayuno.

No quiero alterarla pero si no se lo que pasa no puedo ayudarla, se que probablemente esto no se trate solo de un episodio de ansiedad, hay algo más y parece perturbarla en demasía.

—Yo...—suspira y deja de lado lo que estaba comiendo—...tengo pesadillas, todas basadas en el mismo momento, sé repite una y otra vez, y siempre logra hacer que me sienta ansiosa...

Sus ojos han empezado a soltar lágrimas, me acerco a su cuerpo y la rodeo con mis brazos.

—...los episodios de ansiedad antes eran aún peor...había dejado de tenerlos desde poco antes de nuestra boda... Ya casi ajustaba 5 meses y ahora...no se porque volvieron...—guio mi mano a su rostro y limpio sus lágrimas, no voy a interrumpirla, más sin embargo quiero que se sienta acompañada—...pensé que no volverían...

Nos quedamos abrazados en silencio, hasta el momento no me ha dicho lo que muestran sus pesadillas.

—¿Puedo saber de que tratan tus pesadillas?—sus lágrimas ya no salen, parece estar pensando.

—La muerte de Yeung-Li...esa noche se ha convertido en mi pesadilla viviente...—ella me cuenta lo que paso, el cómo mataron a su hermano.

Ahora todo tiene sentido, ahora entiendo porque odia estar sola con desconocidos en especial hombres y su temor por los cuchillos.

—Tranquila...ya todo eso paso—la pego más a mi cuerpo, noto los espasmos que están recorriendo su cuerpo y suspiro, no puedo hacer más que abrazarla.

Pasa algo de tiempo para que su respiración se vuelva a regular y deje de temblar, no la suelto en ningún momento solo cuando me dice que quiere ir al baño.

Recojo lo que dejamos ya que no terminamos de comer, lo pongo en el sillón y me dispongo a arreglar la cama.

Acomodo las almohadas como siempre y al terminar tomo la charola para bajar.

—¡Estaré en la cocina, hoy no iremos al trabajo! —estoy por salir cuando ella responde desde el baño.

—¿Por? No he pedido permiso—sonrio ante lo que ha dicho.

—Vale, soy tu jefe, te doy permiso de faltar hoy—salgo de la recámara por completo escuchando su reclamo a lo lejos.

Al llegar a la cocina voy al lava manos y lavo lo que ensuciamos.

Escucho el rugido de un auto fuera de la mansión, indicando que mi hermano ya va al trabajo.

—¿Sabes por qué Alejandro está actuando...extraño?—niego ante la pregunta de mi madre.

—No, lo mismo me pregunto yo, ya lleva rato con esa actitud y ya cansa—me sirvo un poco de agua y vuelvo a cerrar el refrigerador.

—Parece mujer embarazada—la veo inmediatamente cuando dice eso.

La idea que llega a mí no es para nada descabellada si me pongo a atar cabos.

—¿Y si embarazo a alguien? Ha estado bipolar, se la pasa comiendo cosas un poco peculiares. Solo le falta vomitar y tener mareos—imaginarme a mi hermano como papá es difícil.

Nunca me imagine que llegaría a tener una familia pero dejare de hacerme ideas y mejor hablaré con él cuando regrese. Lleva ms de 10 años en el mundo de libertinaje, no creo que después de tanto venga a cometer un error así.

Un bebé debe tener una familia y Alejandro apenas está empezando a tomar las riendas de su vida.