Andréw Alexander Black
Conduzco hacía la oficina, casi siempre hay tráfico, pero hoy en especial hay mucho. Mi esposa va en el asiento de copiloto, una de mis manos baja a su pierna y aprieto un poco. Lamo mis labios por el recuerdo de lo que paso hace algunas noches, me ha costado un poco no volver a tocarla, con solo recordar como todo ella estaba completamente a mi disposición me hace sentir orgulloso de no haberla hecho sentir incomoda. —Ya casi llegamos, linda—veo el semáforo y vuelvo a conducir. —Tengo hambre—su voz sale con un deje de reproche y al ver su rostro, esta haciendo un leve puchero. Mi sonrisa se amplía, ¿Ella no se da cuenta de todo lo que provoca en mi? Hemos salido más temprano de lo normal de casa ya que tengo una junta importante, ella quiso venir conmigo en lugar de llegar después con Edgar, entonces gracias a eso no nos dio tiempo de desayunar. —Ahora que lleguemos te compro algo en la cafetería—viro el auto en una calle, ya llegamos. Bajo y le abro su puerta, cuando baja toma mi mano, beso su mejilla y veo cómo su rostro se sonroja. Joder, es tan linda. Caminamos hacia dentro del edificio, al entrar en lugar de ir al elevador, camino hacia la cafetería, no quiero que mi esposa se enoje o se muera de hambre. —¿Te enojas cuando no comes?—entramos, aqui hay muchos empleados con cara de no haber dormido. —No quieres verme enojada, And—su respuesta me da un poco de risa. Al verla su rostro muestra reproche, entonces me pongo serio y me pongo detrás de un empleado para comprarle el desayuno. Poco después llega mi turno, el chico que atiende parece un poco sorprendido. —¿Qué llevará, señor Black?—veo de reojo a mi esposa y vuelvo mi vista a él al escuchar la pregunta. —Un latte de chocolate blanco con jalea de fresa y una crumbl cookie de oreo sin maní, también un café sin leche con dos de azúcar—mi respuesta es clara, sé que a mi esposa le gustará. Veo como lo preparan y cuando me lo entregan para llevar, camino a donde esta Ji recostada en una mesa y río. —Vuelve a reírte de mí y no te hablaré—dice con el rostro fruncido. Le muestro lo que le he comprado y su sonrisa vuelve, lo toma entre sus manos y deja un beso en mi mejilla. —Gracias, sabes que amo el chocolate—toma mi mano y me lleva fuera de la cafetería. —Con gusto, mi–linda...—corrijo rápidamente, al parecer ella no ha notado como la iba a llamar así que suspiro de alivio. ¿En qué momento se me pasó por la cabeza llamarla "mi amor"? Debo dejar de hacer esto, no salgo de una relación en la que mi pareja se hizo muy especial para mí en más de 10 años, para meterme a una en la que mi pareja es mi mundo en solo 4 meses. Entramos al elevador y ella me ve, sus ojos brillan cómo constelaciones, cuándo sonríe estos desaparecen y parecen dos medias lunas, ese lunar en su nariz, sus hermosas mejillas que prueban que aunque es muy delgada, sí come, y vaya que lo hace. —¿Puedo comer en tu oficina? Es que me da pena que me vean comer—hace puchero, sonrío y asiento, la atraigo a mi cuerpo y beso su puchero. —Claro que sí, tú puedes hacer lo que quieras—respondo sin dejar de ver sus ojos. Salimos del elevador y caminamos a mi oficina, fuera de esta está mi secretaria. Saluda a mi esposa y a mi con una sonrisa que es correspondida solo por Jung-Li, entramos a la oficina y me dirijo a mi escritorio mientras ella camina a la pequeña sala que hay aqui. —Ella me agrada—escucho y la veo. Me quito el saco y lo dejo en el respaldar de la silla, luego de eso me siento en ella y tomo unas carpetas de papeles. —¿Es un "a ella sí puedes tenerla de secretaria"?—la veo con una sonrisa burlesca. —I illi si pidis tinirli di sicritiri—me remeda y reímos a la vez—Sí, pero no, osea, yo no decido quién trabaje para ti. Cuando estaba por responder la señorita Evelin toca la puerta, entra después de que yo haya dado mi autorización y ve a Jung-Li y luego a mi. —El director de campañas ha pedido una reunión con usted, según dice es muy probable recibir una demanda por la modelo que habían contratado—me avisa, volteo a ver a Ji pero esta concentrada comiendo y no ha puesto atención a lo que ella a dicho. —Ahora estoy ocupado, dile que dentro de dos horas puede venir y avisale a los abogados para que revisen nuevamente el contrato que ella firmó y busquen una solución que no sea una demanda—mi voz al igual que mi rostro son serios y inexpresivos, me molesta que Daniela quiera demandar a la empresa, pero verdaderamente no se que hicieron con su contrato así que lo revisaré por mi cuenta. —Está bien—asiente y revisa su libreta—. Oh, lo que había encargado ya ha llegado y esta entre los documentos. Ella se retira y yo busco entre las cosas, no me es difícil encontrar la caja roja de joyería, la abro con cuidado, al ver su contenido sonrio, es justo el que pedí. Un collar de oro blanco con un dije de corazón con un diamante rojo en el centro. Espero que a mi esposa le guste, me he dado cuenta que ama las joyas y el rojo, entonces al ver el collar me di cuenta que era para ella. Al estar colgado en su cuello blanco combinara perfecto con su cabello negro. Lo guardo en mi saco y sigo con los papeles que tengo que revisar. La veo acercarse a mi y sonríe. —Gracias, ya comí—tomo su mano y la hago sentarse en mis piernas. —Con un beso se agradece, pero solo a mí —se acerca a mis labios y los une. Sonrio y llevo mi mano a su mejilla, profundizo el beso sin pasar a algo atrevido, solo quiero mas de sus labios, el movimiento de nuestros labios y su mano en mi pecho me hace gruñir, me separo del beso y sonrío. —Tu labial...se ha corrido...—tomo el pequeño pañuelo de mi saco y limpio sus labios con mucho cuidado de no hacerlo con mucha fuerza. Termino de limpiar y ella se levanta, limpio mis labios y ella besa mi mejilla. Sonrio viendo como se retira de la oficina. Suelto un suspiro fuerte y vuelvo mi atención a los papeles, paso leyendo estos como dos horas. La puerta suena y doy permiso de pasar. Veo al señor Williams ingresar y vuelvo a mi postura recta, le doy un asentimiento para que tome asiento en el asiento frente a mi escritorio. —Explíqueme el problema y el por qué rompió el contrato sin un acuerdo mutuo, usted me dijo que había terminado de forma exitosa y ahora me encuentro con una posible demanda—reprocho en total desacuerdo con su ineficiencia. —No–nosotros imaginamos que no demandarían, ya sabe, por la relaci...—antes de que termine de darme una respuesta estúpida lo interrumpo. —Esto es trabajo, no le pago por imaginar, le pago para que realice un trabajo en el que se especifica que las relaciones fuera de lo laboral no importan—pongo las palmas de mis manos en el escritorio, mi rostro expresa el enojo que su respuesta me hizo sentir. —Lo...lo siento...bueno...usted y la señora Black siempre tienen muestras de amor en público así que creímos que...—su intento de arreglar mi opinión solo hace que se enrede más. —Sus respuestas no lo están llevando a nada—acaricio mi puente nasal—. Y usted lo ha dicho, con la señora Black. Con la señorita Jones nunca tuve ese tipo de muestras en público y si en algún momento lo hice, no lo recuerdo y no es de gran importancia como para firmar y anular sin supervision de un abogado un contrato tan importante. La cabeza me ha empezado a doler así que solo suspiro y lo veo. Él lleva muchos años trabajando para esta empresa, un error puede ser ignorado, así que decido perdonarlo por esta vez y no despedirlo. —Para la próxima no tome en cuenta relaciones personales a menos que sea mi relación con mi esposa, y que le importe poco si ella y yo tenemos muestras de amor en público, le pago por su trabajo no para que ande metiéndose en la vida de otros—le señalo la puerta con mi mano, él se levanta y asiente. —Sí, gracias, señor Black—sale rápidamente de la oficina. Me recuesto en mi asiento y pienso un poco, nunca había defendido a Daniela cómo defiendo a mi esposa. En realidad desde mi boda, nunca he hecho comparaciones entre ambas, pero me estoy dando cuenta de que mi trato a ambas es diferente, con Ji es delicado y busco su bienestar antes que el mío, mientras con Daniela era una relación más de amigos que de pareja, la única diferencia entre su trato a mi hermano y a mí, es que con él no tenía encuentros sexuales y conmigo sí. Niego, hace rato ha dejado de importarme y eso me genera paz, he empezado a querer a Jung-Li y creo que soy correspondido. Tal vez ésto si sea amor, quiero sentir lo que es amar de verdad a alguien. Y no solo sentir apego a esa persona. .... Soff: No me pagan lo suficiente, helpme (aún sigo odiando a el mae ese)Min Jung-Li...{...}Me encuentro en mi cuarto jugando con mis muñeca favorita, estoy un poco aburrida así que salgo de la recamara y voy saltando al cuarto de mi hermano. Toco la puerta pero al ver que no responde y no abre, pego una pequeña patada el suelo haciendo un leve puchero. —Hermanito...abre...—vuelvo a tocar abrazando la muñeca a mi cuerpo. Siento unas manos cargarme y sonrío al recocnocerlas de inmediato, abrazo a mi papá con una sonrisa, al pegarme a su pecho puedo sentir su respiración agitada, me alejo y veo que ha empezado a caminar hacia su oficina. —¿Papi? ¿Qué paso? ¿Y Yeungie?—mi padre dibuja una sonrisa muy parecida a la que hago cuando descubren que me he comido solo la carne. —Tranquila, mi princesa...—al llegar a la oficina me deja en el sofa, no hay nadie aquí—prométeme que no saldrás. —¿Qué pasa, papi? —mi voz suena temblorosa, no me gusta la oscuridad y aquí esta muy oscuro—. Quiero a Yeung-Li, por favor. Sollozo y cruzo mis brazos. Siento la mano de
Alexander BlackAl verla tan vulnerable no pude contener mis ansias de protegerla, aunque lo que hice funcionó y ahora ella está recostada nuevamente en la cama, nada cambia el hecho de que todo lo que hice fue por instinto.Me deje guiar por las ansías de protegerla y se me olvido que nunca había hecho esto con nadie más que conmigo, Pero, ¿Y si eso hubiera fallado? ¿Y si la hubiera lastimado? ¿Y si en lugar de ayudar, la hubiera hecho sentir peor?La única respuesta es que nunca me lo hubiese perdonado, hoy he visto su versión más vulnerable y eso me dolió.Debo reconocer que en la juventud tuve algunos ataques pero ninguno fue tan fuerte como el de Ji, solo se que ver que no podía controlar su respiración y como luchaba por hacerlo, dolió, dolió mucho más. Sí, quiero saber qué es lo que la perturba tanto, el porqué de su miedo a los hombres y los cuchillos, pero no así, no quiero que me lo diga mientras sufre."¿Habrá soñado con eso? ¿Por qué se ha puesto así?"Suspiro, no se de
... Min Jung-Li Dejo el pincel de lado al ver que el lienzo solo tiene rayones sin mucho sentido, llevo un tiempo sin pintar pero hoy sentí la necesidad de hacerlo y lo único que me sale, son escenas oscuras, basadas específicamente en mis pesadillas. Ya es tarde, hace rato hable con Nicolle, quien dice estar muy feliz en su "retiro espíritual". En realidad solo se fue a España para esconder el embarazo, el cuál ya se le nota, son 4 meses ya y sorprendente lo grande que está. Me da tristeza ver el rostro de Edgar cuando le miento diciéndole que se ha ido de viaje por su trabajo, se que él merece saberlo y se lo he dicho a ella, pero está segura que es mejor ocultarlo. Sus papás no se han enterado del embarazo, si lo hacen seguro reaccionan realmente mal. Siento las manos de Andrew pasar por mi cintura, sonrío recostando mi espalda en su pecho. —¿Has resuelto el problema?—pregunto acariciando sus dedos que están dibujando círculos en mi cintura. —Algo así —siento como se aleja d
... Min Jung-Li Estoy por levantarme de la cama cuando me llega la respuesta de Nicolle. Sonrío viendo la hermosa foto de su panzita, es sorprendente lo rápido que creció, cuando tenía 3 meses ni se notaba. Resivo una llamada de ella y rápidamente la contesto. —Se ve hermoso...—coloco la cámara de forma que se vea mi rostro pero no mi cuerpo, la ropa que llevo deja mucho que ver—. ¿Cómo estás? ¿Todo bien? —Primero que todo, buen día—reímos a la vez, siempre se me olvida saludar—. Segundo, no, todo mal. La cara de preocupación y cómo grita contra la almohada me deja ver que es fuerte lo que me contará. —Dime que tienes, Coll—me hace sentir impotencia no estar ahí con ella ayudándole. —¿Prometes no enojarte?—sonríe nerviosa, frunzo el ceño y asiento. —Está bien, lo intentaré—desato mi cabello y vuelvo a hacerme una coleta. —Bueno... Hace unos meses... Me volví a acostar con Edgar—dice las palabras tan rápido que me cuesta entender. —¿Qué hiciste qué?—abro los ojos en demasía
... La sala esta en completo silencio, lo único que se logra escuchar son los leves lamentos de mi madre. Suspiro cansado, últimamente todo se a puesto en mi contra, todo se me ha venido enzima;la muerte de mi padre, los problemas de mi hermano y la empresa que esta hecha un lío. No puedo permitirme sentir o lamentarme, el dolor es gigante, pero mi familia me necesita y tengo que ver por su bienestar y dejar de lado mis sentimientos, no puedo poner en riesgo su legado por mis emociones, seria como desperdiciar años de trabajo. Como mi padre decía "los sentimientos nos hacen entrar en un laberinto al que pocos le han encontrado salida". Nunca entendí su forma de actuar, en mi adolescencia me enfurecia que nunca nos diera un poco de su tiempo y cariño. Desde pequeño tuve que ser una persona fría y reservada, creyendo que asi no me dolería su falta de atención. Mi hermano tomo otro camino, siendo una persona rebelde desde pequeño, ahora es alguien sin preocupaciones por su fut
Espero que cuando Jung y yo quedemos, podamos llegar a un arreglo y que acepte mi propuesta, sera lo mejor para los dos. Bajo del coche y entro a mi casa, veo a mi madre que esta en silencio, sentada en el sofa, volteo para ver la sala y no veo a mi hermano. —¿Y Edg... —no termino de preguntar porque mi hermano me ha gritado casi en el oído. —¿Qué tanto hacías?¿Por qué tardaste tanto?, no me digas que te casaste ya y no me llevaste —respiro y lo veo serio — Ya, me callo, pero quita esa cara que parece que me quieres matar. — Intente hablar con la chica, por eso tarde, y no, no me eh casado — me acerco al sofa y beso la mejilla de mi madre, la abrazo y me siento en em sofá individual, si me siento en el otro capaz Edgar se me tira encima para saber mas — Relajate, Edg, quede con ella de que le escribiria y nos pondríamos de acuerdo para hablar de como sera nuestro matrimonio —pienso un poco y me corrijo — Bueno, le dije que tenia que hablar con ella, pero no le dije de que, aunq
Min Jun-Li... Salgo de la cafetería aguantando las ganas de tirarme a llorar y gritarle que con lo poco que hablamos, ya hizo que mi corazón se sintiera morir, esto me pasa por ilusionarme con un hombre que ama a otra.Subo al coche y le pido a mi chófer que me lleve a casa. Él es todo lo que siempre soñe, es amable, respetuoso, inteligente, carismático y caballeroso. Parece perfecto, se que no lo es, nadie en este mundo es perfecto, pero él hacia que aguantar a la molesta profesora de ciencias no me importara con tal de estar en el mismo lugar que él. Ahora que ha pasado un tiempo desde de ma última ves que lo vi, siento que la vida me esta jugando una broma, sigo enamorada de él como la primera vez que lo vi, se podria decir que todavía mas que en ese entonces, pero él,él parece ser una persona diferente, no es de extrañarse, él era muy serio y reservado en ña prepa, solo era sociable y sonriente cuando estaba ella, Daniela.Suspiro y niego, no debería estar sufriendo por alguie
Min Jung-Li ...Terminan de poner mi vestido de novia y colocan el velo perfectamente en el hermoso peinado que han hecho, debo admitir que estas estilistas son muy buenas en lo que hacen, no me han dejado el maquillaje muy cargado, hicieron algo sutil pero lindo, me siento bonita.Terminan de arreglarme y quedo sola en mi recamara. Veo las maletas y me acerco con mucho cuidado de no arruinarme el peinado, maquillaje y no arruinar el vestido. Tomo el pequeño cofre que esta en mi armario, lo abro y veo las cartas, flores y chocolates que eran destinados a una persona y nunca fueron entregadas. Parpadeo rápidamente para que no me salgan las lágrimas, he entendido que nadie puede enterarse de que he estado enamorada de Alexander desde que lo conocí, sería humillante y suficiente tengo con los sentimientos escondidos que me destrozan corazón y alma cada que lo recuerdo. —Vamos, hija. —veo a mi madre ingresar y tras ella esta mi padre con un semblante serio, hasta parece que es él el que