15(2)-Aceptando el amor

Andréw Alexander Black

Conduzco hacía la oficina, casi siempre hay tráfico, pero hoy en especial hay mucho. Mi esposa va en el asiento de copiloto, una de mis manos baja a su pierna y aprieto un poco.

Lamo mis labios por el recuerdo de lo que paso hace algunas noches, me ha costado un poco no volver a tocarla, con solo recordar como todo ella estaba completamente a mi disposición me hace sentir orgulloso de no haberla hecho sentir incomoda.

—Ya casi llegamos, linda—veo el semáforo y vuelvo a conducir.

—Tengo hambre—su voz sale con un deje de reproche y al ver su rostro, esta haciendo un leve puchero.

Mi sonrisa se amplía, ¿Ella no se da cuenta de todo lo que provoca en mi? Hemos salido más temprano de lo normal de casa ya que tengo una junta importante, ella quiso venir conmigo en lugar de llegar después con Edgar, entonces gracias a eso no nos dio tiempo de desayunar.

—Ahora que lleguemos te compro algo en la cafetería—viro el auto en una calle, ya llegamos.

Bajo y le abro su puerta, cuando baja toma mi mano, beso su mejilla y veo cómo su rostro se sonroja.

Joder, es tan linda.

Caminamos hacia dentro del edificio, al entrar en lugar de ir al elevador, camino hacia la cafetería, no quiero que mi esposa se enoje o se muera de hambre.

—¿Te enojas cuando no comes?—entramos, aqui hay muchos empleados con cara de no haber dormido.

—No quieres verme enojada, And—su respuesta me da un poco de risa.

Al verla su rostro muestra reproche, entonces me pongo serio y me pongo detrás de un empleado para comprarle el desayuno. Poco después llega mi turno, el chico que atiende parece un poco sorprendido.

—¿Qué llevará, señor Black?—veo de reojo a mi esposa y vuelvo mi vista a él al escuchar la pregunta.

—Un latte de chocolate blanco con jalea de fresa y una crumbl cookie de oreo sin maní, también un café sin leche con dos de azúcar—mi respuesta es clara, sé que a mi esposa le gustará.

Veo como lo preparan y cuando me lo entregan para llevar, camino a donde esta Ji recostada en una mesa y río.

—Vuelve a reírte de mí y no te hablaré—dice con el rostro fruncido.

Le muestro lo que le he comprado y su sonrisa vuelve, lo toma entre sus manos y deja un beso en mi mejilla.

—Gracias, sabes que amo el chocolate—toma mi mano y me lleva fuera de la cafetería.

—Con gusto, mi–linda...—corrijo rápidamente, al parecer ella no ha notado como la iba a llamar así que suspiro de alivio.

¿En qué momento se me pasó por la cabeza llamarla "mi amor"? Debo dejar de hacer esto, no salgo de una relación en la que mi pareja se hizo muy especial para mí en más de 10 años, para meterme a una en la que mi pareja es mi mundo en solo 4 meses.

Entramos al elevador y ella me ve, sus ojos brillan cómo constelaciones, cuándo sonríe estos desaparecen y parecen dos medias lunas, ese lunar en su nariz, sus hermosas mejillas que prueban que aunque es muy delgada, sí come, y vaya que lo hace.

—¿Puedo comer en tu oficina? Es que me da pena que me vean comer—hace puchero, sonrío y asiento, la atraigo a mi cuerpo y beso su puchero.

—Claro que sí, tú puedes hacer lo que quieras—respondo sin dejar de ver sus ojos.

Salimos del elevador y caminamos a mi oficina, fuera de esta está mi secretaria.

Saluda a mi esposa y a mi con una sonrisa que es correspondida solo por Jung-Li, entramos a la oficina y me dirijo a mi escritorio mientras ella camina a la pequeña sala que hay aqui.

—Ella me agrada—escucho y la veo.

Me quito el saco y lo dejo en el respaldar de la silla, luego de eso me siento en ella y tomo unas carpetas de papeles.

—¿Es un "a ella sí puedes tenerla de secretaria"?—la veo con una sonrisa burlesca.

—I illi si pidis tinirli di sicritiri—me remeda y reímos a la vez—Sí, pero no, osea, yo no decido quién trabaje para ti.

Cuando estaba por responder la señorita Evelin toca la puerta, entra después de que yo haya dado mi autorización y ve a Jung-Li y luego a mi.

—El director de campañas ha pedido una reunión con usted, según dice es muy probable recibir una demanda por la modelo que habían contratado—me avisa, volteo a ver a Ji pero esta concentrada comiendo y no ha puesto atención a lo que ella a dicho.

—Ahora estoy ocupado, dile que dentro de dos horas puede venir y avisale a los abogados para que revisen nuevamente el contrato que ella firmó y busquen una solución que no sea una demanda—mi voz al igual que mi rostro son serios y inexpresivos, me molesta que Daniela quiera demandar a la empresa, pero verdaderamente no se que hicieron con su contrato así que lo revisaré por mi cuenta.

—Está bien—asiente y revisa su libreta—. Oh, lo que había encargado ya ha llegado y esta entre los documentos.

Ella se retira y yo busco entre las cosas, no me es difícil encontrar la caja roja de joyería, la abro con cuidado, al ver su contenido sonrio, es justo el que pedí. Un collar de oro blanco con un dije de corazón con un diamante rojo en el centro.

Espero que a mi esposa le guste, me he dado cuenta que ama las joyas y el rojo, entonces al ver el collar me di cuenta que era para ella. Al estar colgado en su cuello blanco combinara perfecto con su cabello negro.

Lo guardo en mi saco y sigo con los papeles que tengo que revisar. La veo acercarse a mi y sonríe.

—Gracias, ya comí—tomo su mano y la hago sentarse en mis piernas.

—Con un beso se agradece, pero solo a mí —se acerca a mis labios y los une.

Sonrio y llevo mi mano a su mejilla, profundizo el beso sin pasar a algo atrevido, solo quiero mas de sus labios, el movimiento de nuestros labios y su mano en mi pecho me hace gruñir, me separo del beso y sonrío.

—Tu labial...se ha corrido...—tomo el pequeño pañuelo de mi saco y limpio sus labios con mucho cuidado de no hacerlo con mucha fuerza.

Termino de limpiar y ella se levanta, limpio mis labios y ella besa mi mejilla. Sonrio viendo como se retira de la oficina.

Suelto un suspiro fuerte y vuelvo mi atención a los papeles, paso leyendo estos como dos horas. La puerta suena y doy permiso de pasar.

Veo al señor Williams ingresar y vuelvo a mi postura recta, le doy un asentimiento para que tome asiento en el asiento frente a mi escritorio.

—Explíqueme el problema y el por qué rompió el contrato sin un acuerdo mutuo, usted me dijo que había terminado de forma exitosa y ahora me encuentro con una posible demanda—reprocho en total desacuerdo con su ineficiencia.

—No–nosotros imaginamos que no demandarían, ya sabe, por la relaci...—antes de que termine de darme una respuesta estúpida lo interrumpo.

—Esto es trabajo, no le pago por imaginar, le pago para que realice un trabajo en el que se especifica que las relaciones fuera de lo laboral no importan—pongo las palmas de mis manos en el escritorio, mi rostro expresa el enojo que su respuesta me hizo sentir.

—Lo...lo siento...bueno...usted y la señora Black siempre tienen muestras de amor en público así que creímos que...—su intento de arreglar mi opinión solo hace que se enrede más.

—Sus respuestas no lo están llevando a nada—acaricio mi puente nasal—. Y usted lo ha dicho, con la señora Black. Con la señorita Jones nunca tuve ese tipo de muestras en público y si en algún momento lo hice, no lo recuerdo y no es de gran importancia como para firmar y anular sin supervision de un abogado un contrato tan importante.

La cabeza me ha empezado a doler así que solo suspiro y lo veo. Él lleva muchos años trabajando para esta empresa, un error puede ser ignorado, así que decido perdonarlo por esta vez y no despedirlo.

—Para la próxima no tome en cuenta relaciones personales a menos que sea mi relación con mi esposa, y que le importe poco si ella y yo tenemos muestras de amor en público, le pago por su trabajo no para que ande metiéndose en la vida de otros—le señalo la puerta con mi mano, él se levanta y asiente.

—Sí, gracias, señor Black—sale rápidamente de la oficina.

Me recuesto en mi asiento y pienso un poco, nunca había defendido a Daniela cómo defiendo a mi esposa.

En realidad desde mi boda, nunca he hecho comparaciones entre ambas, pero me estoy dando cuenta de que mi trato a ambas es diferente, con Ji es delicado y busco su bienestar antes que el mío, mientras con Daniela era una relación más de amigos que de pareja, la única diferencia entre su trato a mi hermano y a mí, es que con él no tenía encuentros sexuales y conmigo sí.

Niego, hace rato ha dejado de importarme y eso me genera paz, he empezado a querer a Jung-Li y creo que soy correspondido.

Tal vez ésto si sea amor, quiero sentir lo que es amar de verdad a alguien. Y no solo sentir apego a esa persona.

....

Soff: No me pagan lo suficiente, helpme (aún sigo odiando a el mae ese)

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