12(2)-¿Es amor?

Llevo un bocado a mi boca, el desayuno ha sido preparado por la sirvienta, mi madre esta un poco enferma y Ji no tenía ánimos para cocinar. No sabe mal, pero tampoco se compara con su sazón.

—¿Y qué has pensado del trabajo?—veo a mi hermano cuestionando lo que hace días venimos hablando.

—Quisiera ejercer mi carrera, pero sabes muy bien que no soy bueno—limpia sus labios para seguir hablando—.

—Cómo te dije antes, puedes empezar haciendo prácticas, al señor Ernesto ya se va a jubilarse y tú serás su suplente—termino de desayunar—. Ir aprendiendo de él sería un muy buen comienzo.

La conversación fluye, mi hermano ha decidido intentarlo lo que me brinda un poco de paz. Algo en mi interior quiere guiarlo sin opacar sus ideas y decisiones.

Me levanto de la mesa para caminar a la salida de la mansión mi esposa me sigue y al igual que yo, toma un abrigo y salimos de nuestra casa.

Le abro la puerta del coche para que ingrese, hoy no hemos compartido muchas palabras, solo pequeñas oraciones, creo que esta intentando evadirme.

—Primero iremos a visitar a tu hermano—enciendo el coche y emprendo camino a el cementerio.

—Gracias...—susurra viendo sus manos.

Asiento en respuesta y me concentro en el camino, la verdad me siento mal por su lejanía, ni siquiera nos hemos besado y eso me está frustrando más.

Me he acostumbrado a su espontaneidad y ahora que este siendo cortante no es muy saludable para mí.

Llegamos al cementerio y bajo a abrirle su puerta, ella baja y camina hacia adentro del lugar sin verme, en su rostro todavía se puede notar la tristeza pero solo finge desinterés.

En esta ocasión si voy con ella hasta la tumba, en letras cursivas se puede distinguir el nombre "Yeung-Li Min" y la fecha de su muerte y nacimiento, al lado de este está una foto de un niño, su sonrisa es muy parecida a la Ji, en lo demás no tienen mucho parecido.

Mi esposa se sienta en la lápida y acaricia el nombre de su hermano en esta, deja las flores que momentos antes ha pasado comprando, son unas peonias azules.

—어제보다 오늘 더 보고 싶어요(Hoy te extraño más que ayer)—una pequeña lagrima cae por sus sonrojadas mejillas al pronunciar la frase anterior.

Me acerco a ella y paso mi mano por su espalda, no entendí lo que ha dicho, pero parece generarle dolor y es lo único que me importa.

—나는 이 결혼이 어떤 결과를 낳을 수 있는지에 대한 오해에 매달리고 싶지 않지만, 결국 내가 어떤 고통을 겪더라도 그들의 친밀감을 즐기고 싶다. (No quiero aferrarme a una idea errónea de lo que puede resultar de este matrimonio, pero quiero disfrutar su cercanía sin importar el dolor que experimente al final.)—limpio su lágrima cuando dice eso, en esta ocasión no está viendo la tumba, me esta viendo a mí y siento impotencia al no saber que ha dicho.

Después de unos minutos nos retiramos de ese lugar, ella ha dejado de lagrimiar lo que me hace sentir mejor.

Conduzco a la empresa y al llegar ella se va a su piso, pero antes me abraza y deja un beso en mi mejilla, lo que me sorprendió un poco, pero me sentí mejor al volver a tener su atención.

Entro a mi oficina y llamo a la señorita Brown, cuando ingresa yo estoy revisando los papeles de la última campaña publicitaria de la empresa, por lo que veo va bastante bien, ha sido la que más reconocimiento y compras ha generado.

—Necesito que se traslade al área de ventas, antes encargese de buscar a alguien que ocupe su puesto—murmuro concentrado en la computadora.

—Pero...no he cometido ni un solo error—se puede distinguir el desespero en su voz.

Alzo la cabeza y la veo serio, me enoja que no sigan mis órdenes. A mi esposa le genera desconfianza entonces lo mejor es que yo cambie su lugar de trabajo, no es mala trabajadora, en realidad es muy eficiente, pero si Ji dice que le molesta entonces la alejo sin molestarme en objetar.

—Lo sé, pero no le estoy pidiendo su opinión en mi decisión, le estoy dando una orden y si no quiere ser despedida lo mejor será que no presente ninguna sola objeción—lo veo serio, mostrando la poca paciencia que le tengo a las contracciones.

—Lo siento señor Black, en estos momentos me dispongo a buscar a alguien capacitado para ser mi suplente—baja la cabeza y eso me enoja un poco.

Odio cuando las personas se hacen las víctimas, nadie es inprensendible, menos ella.

—Retírese, le doy tiempo a su cambio hasta dentro de una semana, si no consigue a su suplente entonces le pediré a alguien mas que busque y usted será despedida—mi voz es clara y sin tituveos.

Desde un principio he dicho que a los únicos con los que puedo hablar sin anteponer mis deseos como prioridad es a mi madre y hermano, a los cuáles ahora se les ha unido mi esposa, la contrareidad ante mi persona me molesta y la señorita Brown esta contradiciendome mucho.

Cuando se retira de mi oficina, llevo mi mano a mi cabeza, me ha empezado a doler un poco y no estoy acostumbrado a medicarme.

El día transcursa normal, a la hora d almuerzo bajo hasta el piso de Ji y al entrar a su lugar de trabajo, que es una oficina grande donde editan y perfeccionan las fotografías de las campañas o publicidades, camino hasta su escritorio y le doy tres golpes a la mesa.

—Amor, ¿nos vamos?—pregunto utilizando el apodo con el cual la llamo siempre que hay personas.

—Sí...solo guardaré esto...—teclea algo en la computadora y después de cerrarla se levanta.

Toma sus cosas y después me sonríe, agarro su mano y entrelazo nuestros dedos. Caminamos juntos hasta el elevador el cual agradezco que este vacío, no es por ser desagradable pero me molesta la aglomeracion de personas.

—La señorita Brown cambiará su lugar de trabajo, ahora trabajará en las oficinas del área de ventas—la abrazo y huelo su cabello.

—¿Hizo algo malo?—su pregunta me sorprende un poco ya que fue ella la que se molestó con su presencia.

—No, solo no quiero que te sientas incómoda con ella—respondo y en ese momento el elevador se detiene.

—Pero, tampoco era que quería que la cambiaras de puesto—caminamos al auto, ella parece cohibida con mi acción.

—Es mejor así, aparte, tampoco es que la despedí, linda—beso su mejilla antes de abrir su puerta y que ingrese al auto.

Le doy la vuelva al coche y me acomodo en el asiento del piloto.

Enciendo el coche, me gusta el silencio, pero no me gusta estar en silencio con ella.

—¿Qué tal tú día?—bajo mi mano a su muslo y lo acaricio suavemente.

—Bien, he hablado con mi madre y la sección de fotos a salido perfecta, aunque se tienen que corregir algunas cosas, nada de que preocuparse—responde y alza los hombros.

Pude notar el cambio de actitud desde que hablo con su hermano en el cementerio a ahora, aunque ya había dejado de evitarme y empezó a demostrarme afecto nuevamente, ahora está siendo la misma de siempre.

Sonríe mientras siente mis caricias, se sonroja cuando le digo cosas bonitas o incluso creo que se sintió bien cuando le dijo lo de la señorita Brown, la verdad yo también me había sentido igual de bien si ella me hubiese elegido ante cualquier otra persona.

Llegamos a casa, hoy hemos decidido mejor comer aquí, ya que ella al igual que yo, esta preocupada por mi madre.

Bajamos del coche y ingresamos a la mansión. Camino directo al comedor siendo seguido por mi esposa.

—Mamá—me acerco a ella—. ¿Cómo te has sentido? ¿Ya estas mejor?

—Ya estoy mejor, tranquilo, Edgar me llevo al doctor y me dieron unos medicamentos muy buenos—responde, le doy un abrazo.

—Gracias, Ed—me siento en mi lugar.

—También es mi madre, Alexander—responde serio, no entiendo porqué pero creo que tiene algo.

Ji abraza a mi madre y a Edgar y luego se sienta a mi lado, me sirvo un poco de la comida que esta en la mesa y también le sirvo a ella.

—Ten, a ti no te gusta la remolacha—le sirvo solo ensalada verde y dejo la morada de lado, con cuidado ya que están juntas y no quiero que se vaya ni una sola en su comida.

—Sí, gracias—sonríe sonrojada.

Creo que no se da cuenta de toda la atención que le presto a su persona.

Analizo mi entorno, mi madre esta comiendo callada cómo siempre, mi hermano extrañamente también, él y Ji nunca están callados mientras comen lo que me sorprende un poco. Mi esposa solo come al no tener con quien conversar, a mi no me gusta hablar al comer, pero sé que ella no se puede quedar callada entonces le pregunto sobre qué hablo con su madre.

—Ha dicho que vendrá a visitarnos, pero que papá está pensando en viajar a Corea entonces tendrá de esperar—la sonrisa que tenía al hablar de su madre se desvaneció al mencionar a su padre.

Creo que algo esconde y esta asociado a su padre y la muerte de Yeung-Li, ya que nunca me ha querido decir de que murió y el porqué su padre es tan estricto con su única hija.

Así cómo prometí no ser como mi padre, también he prometido amar a mis hijos, si es una niña la trataré cómo la princesa que será y si es un niño le enseñaré a ser un caballero y que esta bien disfrutar de su vida de forma sana.

Sea niño o niña, le amaré por igual y cuidare de él. Le haré ver que todos merecen respeto y que nadie es más ni menos que otros.

....

Cada que leo a Alexander me quita un año de vida, negro ese. Atte: Soff.

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