—Nena, ¿qué haces allí? Esa habitación está ocupada, ven vamos —dijo la encargada del lugar —¿tienes alguna duda que yo pueda resolver? —No, ninguna, Marcia. Todo está bien hasta el momento. Lo siento, no sabía que la habitación estaba ocupada. ¡Espera! Si tengo una pregunta después de todo, es que acabo de ver al jefe con una mujer, imagino que debe ser su novia. ¿Por qué él querría escoger una de nosotras como su acompañante si tiene novia? ¿Qué es lo que eso significa? —Nena está con esa chica porque seguramente ella lo buscó, la mayoría de las chicas no se resisten a él, lo de la acompañante es algo personal, como un capricho de él —explicó Marcia—. Se escoge una chica a la cual hace su acompañante exclusiva, eso significa que debe estar con él únicamente, aunque su única labor sea mantenerlos satisfecho sexualmente, esta chica recibe muchos beneficios, también tiene ciertas condiciones por así decirlo. —Pensé que era algo necesario, pero entiendo que solo es placer para él ¡Ma
Me quería reír, pero solo seguí escuchando lo que decían, la cena había terminado y me dirigí al dormitorio para lavar mis dientes y ducharme, me había tocado compartir cama con una chica que no era de mi grupo. Su nombre era Betsy, era muy amable, de regreso hablamos un poco. A ella tampoco solía agradarle el jefe, por lo que me agrado mucho, le pregunte muchas cosas y cada vez me desagrada más ese tipo. Ella me contó muchos de los castigos y prohibiciones que conllevan ser la acompañante de ese tipo, cada vez tenía menos razones para querer ser yo, le conté que me habían elegido a mí, ella se sorprendió mucho. Dijo que no salía ser el tipo de chicas que le gustaban a él. Le pregunté las razones por las que lo decía. En realidad era diferente según la descripción de las chicas y de la que había mirado hace un rato. A diferencia de ellas, yo era delgada, con poco busto, un trasero conforme a mi cuerpo, mi cabello rizado y largo, ojos color avellana, mi rostro redondo y con algunas
—De acuerdo—dije mientras ella deja la habitación. «Que sería lo peor que podría pasar» me pregunté. Ella tenía razón, era solo sexo, me dije intentando convencerme de que podría con ello. Entre al baño y allí, mientras me miraba en el espejo, me decía de todo, con la intención de convencerme de que no era nada del otro mundo, que podría hacerlo y que si tenía suerte, él se daría cuenta de que no era una buena opción y me dejaría trabajar para escoger a otra chica. Me miré por última vez en el espejo diciendo estará bien, todo estará bien, al salir lo vi parado junto a la mesa de noche, sirviendo un trago y sin camisa, quise devolverme y encerrarme en el baño, pero tuve el valor y salir. —¡Hmmm! Pensé que estarías toda la noche en el baño, llevo rato esperándote —dijo con el ceño fruncido —¿dime, qué tanto hacías allí? —¡Hola! —saludé tímida. —¿Hola dices? Ven aquí, no me hagas perder el tiempo. «Sí que es autoritario» pensé mientras lentamente y asustada caminé a donde se enco
Intento forzar su miembro, me lastimó y se dio cuenta, cuanto más le pedía detenerse, con más brusquedad me poseía. Él siguió haciendo lo que le placía conmigo. Me había lastimado, no le había importado, Lo estaba odiando, intenté quitármelo de encima en muchas ocasiones. Era demasiado fuerte, no le importaba en lo más mínimo mis súplicas para que se detuviera, él solo continuaba encima de mí satisfaciendo sus deseos Cerré mis ojos para no verlo, tiempo después de un tiempo se detuvo, se bajó de encima de mí. Se vistió y se marchó de la habitación, me puse de costado a llorar, me sentía muy sucia, e impotente. Me levanté y me metí a la ducha, me sentía muy lastimada, no pude bañarme bien, me dolía, era incómodo caminar, dejo moretones en mis brazos. «Maldito, lo odio»pensé mientras me duchaba y lloraba, salí de allí, no sabía si él volvería tome mis cosas, intente salir, pero había dejado la puerta asegurada. Solo puede pasar, volvería. Ya no tenía nada que perder, me metí a la c
Usó su lengua y dedos para darme placer, subió sus manos recorriendo mi cuerpo, mis ojos estaban cerrados, me temía que me tomará con violencia. Intenté contralor mis gemidos y no pude, se sentía muy bien, no pude controlarme, entendía a que hacía referencia cuando decía sin gritar. Se sentía tan bien, no quería que se detuviera. Puse mis manos en su cabello, para evitar que sacará su cara de entre medio de mis piernas. Pero él lo hizo, me miraba de manera muy apasionada, me volvió loca, se detuvo y abrí mis ojos, me estaba mirando, sentí un poco de miedo al ver cómo me miraba, pensé en mí, que se pondría agresivo de nuevo, pero lo hizo con cuidado. Estaba siendo muy cuidadoso, intenté besarlo en varias ocasiones, pero no me lo permitió. Presionaba mis manos a la cama para evitar que lo acariciase, abrí mis ojos y me estaba mirando con mucho deseo Me estaba haciendo sentir tanto placer, note sus ojos verdes. Su cabello era marrón y ondulado, sus brazos eran fuertes y su cuerpo pe
Recogí mi móvil, de regreso escuché gemidos en una de las habitaciones, no le di importancia, pensé que podría ser alguna de las chicas. Pero me acordé de haber visto allí a Hades con una chica, no creía que fuese él. Seguí mi camino, pero recordé que no teníamos permitido acompañantes en el lugar. Me devolví y con cuidado abrí la puerta allí estaba, era él con otra mujer, solté mi móvil, intenté ocultarme, pero no pude moverme. Él se giró y me miró y no le importo en absoluto, solo volteo de nuevo y siguió en lo que estaba. Recogí mi móvil y me fui a la habitación donde había estado antes por el móvil. No quería que las chicas me vieran llorar, al perecer me había enamorado de ese imbécil y me dolía no importarle en absoluto. No podía por más que intentaba restarle importancia, pero sabía perfectamente lo que tenía que hacer, haría que se sentiría igual. Pasaron los días y nada pasaba nada de lo que hacía, le importaba, sus actitudes y comportamiento me mataban, su indiferencia,
—Hades, por favor, baje ahí porque estaba molesta, estaba celosa, Hades. Quería que sintieras lo mismo que siento cuando te veo con otras chicas, ¿por qué me castigas por actuar igual que tú? —expliqué entre lágrimas—. ¿Por qué? Si solo quiero recibir lo mismo que me pides. Me pides ser tu esclava sexual, pero te acuestas con quién desees. Como crees que me siento, Hades, me duele mucho porque me enamoré de ti, soy una idiota, una masoquista, me duele y molesta verte con otras, como a ti, te molesta que haya herido tu orgullo, a mí me duele el corazón Hades, no me lastimes porque estoy actuando igual que tú, dices que por haber bajado ahí para darte celos soy una zorra, dices que debía ser solo de tuya, lo he sido hasta ahora, ¿por qué haces esto? Me pides, pero no obtengo lo mismo de ti, eres indiferente y me usas, me maltratas. ¿Por qué eres hombre, tienes el derecho? Me detuve un momento y él se había detenido, el silencio era incómodo. —No estoy pagando por ti, no tengo el diner
—¿Estás cómoda así nena? —preguntó —Si quieres que me detenga, si estoy siendo agresivo o te molesta algo dímelo. «Quién es este y que le había hecho a la bestia que conocí» cuestión mientras lo analizaba. Decidí que no importaba, prefería esa versión. Le pedí ir un poco más rápido y duro, así por minutos por no decir más, tuve mi último orgasmo y él se corrió un par de veces en mí. Cuando terminamos me volteé de lado, pensé que se iría unos minutos más tarde, me dijo al oído que durmiera en su pecho, me volteé para hacerlo. Era tan sexy, como malo, tan bonito como despiadado, y yo, si yo tan masoquista como ingenua, me miraba con esos ojos verdes, me dio un beso en la frente, estaba feliz, eso se sentía maravilloso, me sentía a salvo allí, aun cuando él era la bestia que solía destrozarme. Podía sentir su corazón latir, su respiración, acariciaba mi espalda muy suave y olía mi cabello. Tenía mi pierna en su parte íntima, sentía su miembro moverse, mire y parecía estar recobrando