Intento forzar su miembro, me lastimó y se dio cuenta, cuanto más le pedía detenerse, con más brusquedad me poseía.
Él siguió haciendo lo que le placía conmigo. Me había lastimado, no le había importado, Lo estaba odiando, intenté quitármelo de encima en muchas ocasiones. Era demasiado fuerte, no le importaba en lo más mínimo mis súplicas para que se detuviera, él solo continuaba encima de mí satisfaciendo sus deseosCerré mis ojos para no verlo, tiempo después de un tiempo se detuvo, se bajó de encima de mí. Se vistió y se marchó de la habitación, me puse de costado a llorar, me sentía muy sucia, e impotente.Me levanté y me metí a la ducha, me sentía muy lastimada, no pude bañarme bien, me dolía, era incómodo caminar, dejo moretones en mis brazos.«Maldito, lo odio»pensé mientras me duchaba y lloraba, salí de allí, no sabía si él volvería tome mis cosas, intente salir, pero había dejado la puerta asegurada. Solo puede pasar, volvería.Ya no tenía nada que perder, me metí a la cama, no recuerdo a qué horas me quedé dormida.Cuando desperté, había una señora del servicio haciendo aseo, le pregunté la hora y me apresure a ir a mi habitación, al llegar allí las chicas no estaban, había una note en mi recámara, decía que me tomará el día, que él me buscaría en la noche.Estaba deseando no haber llegado allí nunca; no podía dejar de pensar en lo mucho que lo odiaba, era un maldito infeliz, como se atrevía a querer verme, después de lo que me había hecho.Me tiré en la cama, a pensar como haría para salir de ese lugar, quizás si hacía las cosas que le molestaban, quizás si cuando me tocará bailar le coqueteaba a otros hombres o quizás solo podía escapar, entro Marcia para prepararme de nuevo. Ella me preguntó como me había ido.Estaba tan molesta con ella, que no respondí nada de lo que me preguntaba, le dije que no quería hablar, que solo hiciera su trabajo, me dio un vestido y me maquillo, me pidió que fuera con ella, me dirigió a una cabina, donde estaba el maldito de su jefe. Se acercó, me miró de arriba abajo y se acercó un poco más.—Te ves muy guapa, no ser virgen, te sienta muy bien. Además, sigues viva —dijo sarcástico—. Veo que mi castigo te sentó bien. No te preocupes, ya entendiste la lección, esta noche te daré eso especial que quieres, ahora siéntate y espérame allí. ¡Ah! No se te ocurra desobedecerme, ¿no querrás que esté molesto o sí?Le dirigí una mirada fulminante mientras me hacía espacio para sentarme. Esa noche había un show, las chicas bailarían«Debería estar allí y no aquí con este infeliz» pensé, el show había comenzado y no había regresado.Minutos después, justo cuando estaba disfrutando del show, sentó a mi lado.—Que buena y obediente chica. ¿Me echaste de menos? Por cierto hueles muy bien, tu perfume me dan ganas de hacerte mía de nuevo, lo cual pasará en unas horas, te aviso para que te prepares emocionalmente, con eso de que me odias es mejor que estés preparada nena.—Idiota —murmuré.Como se atrevía a ser tan descarado, le parecía una broma, intentó acariciar mi pierna. Ágilmente con mi mano tire la suya, lo mire con odio, él se burlaba descaradamente, se acercó a mí y susurró a mi oído.—¿Entonces no tengo derecho a tocar lo que me pertenece? Sabes que si quisiera haría salir a toda esta gente de aquí y te haría mía justo aquí, justo ahora. ¿Sí, sabes eso verdad? Que me mires así y que me odies me tiene sin cuidado, me hace querer tenerte. Tus actitudes no me importan en lo más mínimo.Fruncí el ceño y lo miré fijamente, el muy infeliz no parecía tener descaro ni remordimiento alguno.—A las 12:15 AM Te levantas, vas a la habitación de ayer, te quitas el vestido y me esperas en ropa interior en la cama. Y por favor no se te ocurra desobedecerme. Ya sabes lo que pasara si lo haces.«Maldito, infeliz» pensé dejando notar mi molestia con su orden.—Si no te importa, prefiero ir ahora —dije—. Todo para no verle la cara.—¡No! ¿Eres sorda? He dicho a las 12:15 am, es una orden y no pienso discutirlo, te veré allí.Se levantó y se escabulló entre la gente, pasaban los minutos, las horas y no había regresado, al no estar en su presencia comencé a disfrutar la noche y sus diferentes espectáculos.Las chicas eran muy buenas, parecían que se divertían mucho, el tiempo seguía avanzando y él no había regresado, lo cual me había alegrado. Hasta el momento en que me di cuenta de que tenía el tiempo justo para ir a la habitación y hacer lo que me había ordenado, mientras caminaba, pensaba en si desobedecer su estúpida orden.Entre y me quité la ropa, retire un poco el maquillaje, justo cuando se dieron las 12:15ª ya me había metido a la cama.Me dio un poco de frío, por lo que sentada me puse la sabana encima, estaba pensando cuando de repente entro, parecía satisfacerle mucho verme allí, baje la sábana de mi cuerpo para que el infeliz pudiera ver qué había cumplido su ordenSe acercó a servirse un trago, se quitó la camisa, saca un condón, se posa en frente de la cama, lo abrió, y mientras me miraba fijamente, retiró su pantalón.—Quítate el sostén y juega con tus pechos, deja caer saliva en ellos y juega con ellos mientras me miras —demandó autoritario.Hice de mala gana lo que ordenó, vi como su miembro comenzaba a crecer y hacerse grande y grueso, lo suficiente como para el poner el condón. Procede a darme órdenes, las cuales seguí asustada.Se acercó y me dijo que me daría lo que deseaba, pensé que podía darme después de haberme quitado de manera desagradable lo que puedo ser mi más bonito recuerdo de la intimidad. Me pidió que me tumbara y abriera las piernas.Usó su lengua y dedos para darme placer, subió sus manos recorriendo mi cuerpo, mis ojos estaban cerrados, me temía que me tomará con violencia. Intenté contralor mis gemidos y no pude, se sentía muy bien, no pude controlarme, entendía a que hacía referencia cuando decía sin gritar. Se sentía tan bien, no quería que se detuviera. Puse mis manos en su cabello, para evitar que sacará su cara de entre medio de mis piernas. Pero él lo hizo, me miraba de manera muy apasionada, me volvió loca, se detuvo y abrí mis ojos, me estaba mirando, sentí un poco de miedo al ver cómo me miraba, pensé en mí, que se pondría agresivo de nuevo, pero lo hizo con cuidado. Estaba siendo muy cuidadoso, intenté besarlo en varias ocasiones, pero no me lo permitió. Presionaba mis manos a la cama para evitar que lo acariciase, abrí mis ojos y me estaba mirando con mucho deseo Me estaba haciendo sentir tanto placer, note sus ojos verdes. Su cabello era marrón y ondulado, sus brazos eran fuertes y su cuerpo pe
Recogí mi móvil, de regreso escuché gemidos en una de las habitaciones, no le di importancia, pensé que podría ser alguna de las chicas. Pero me acordé de haber visto allí a Hades con una chica, no creía que fuese él. Seguí mi camino, pero recordé que no teníamos permitido acompañantes en el lugar. Me devolví y con cuidado abrí la puerta allí estaba, era él con otra mujer, solté mi móvil, intenté ocultarme, pero no pude moverme. Él se giró y me miró y no le importo en absoluto, solo volteo de nuevo y siguió en lo que estaba. Recogí mi móvil y me fui a la habitación donde había estado antes por el móvil. No quería que las chicas me vieran llorar, al perecer me había enamorado de ese imbécil y me dolía no importarle en absoluto. No podía por más que intentaba restarle importancia, pero sabía perfectamente lo que tenía que hacer, haría que se sentiría igual. Pasaron los días y nada pasaba nada de lo que hacía, le importaba, sus actitudes y comportamiento me mataban, su indiferencia,
—Hades, por favor, baje ahí porque estaba molesta, estaba celosa, Hades. Quería que sintieras lo mismo que siento cuando te veo con otras chicas, ¿por qué me castigas por actuar igual que tú? —expliqué entre lágrimas—. ¿Por qué? Si solo quiero recibir lo mismo que me pides. Me pides ser tu esclava sexual, pero te acuestas con quién desees. Como crees que me siento, Hades, me duele mucho porque me enamoré de ti, soy una idiota, una masoquista, me duele y molesta verte con otras, como a ti, te molesta que haya herido tu orgullo, a mí me duele el corazón Hades, no me lastimes porque estoy actuando igual que tú, dices que por haber bajado ahí para darte celos soy una zorra, dices que debía ser solo de tuya, lo he sido hasta ahora, ¿por qué haces esto? Me pides, pero no obtengo lo mismo de ti, eres indiferente y me usas, me maltratas. ¿Por qué eres hombre, tienes el derecho? Me detuve un momento y él se había detenido, el silencio era incómodo. —No estoy pagando por ti, no tengo el diner
—¿Estás cómoda así nena? —preguntó —Si quieres que me detenga, si estoy siendo agresivo o te molesta algo dímelo. «Quién es este y que le había hecho a la bestia que conocí» cuestión mientras lo analizaba. Decidí que no importaba, prefería esa versión. Le pedí ir un poco más rápido y duro, así por minutos por no decir más, tuve mi último orgasmo y él se corrió un par de veces en mí. Cuando terminamos me volteé de lado, pensé que se iría unos minutos más tarde, me dijo al oído que durmiera en su pecho, me volteé para hacerlo. Era tan sexy, como malo, tan bonito como despiadado, y yo, si yo tan masoquista como ingenua, me miraba con esos ojos verdes, me dio un beso en la frente, estaba feliz, eso se sentía maravilloso, me sentía a salvo allí, aun cuando él era la bestia que solía destrozarme. Podía sentir su corazón latir, su respiración, acariciaba mi espalda muy suave y olía mi cabello. Tenía mi pierna en su parte íntima, sentía su miembro moverse, mire y parecía estar recobrando
Termino su llamada y comenzó a explicar. Justo lo que dijo Betsy, me quedé callada y salí del lugar, él me ordenó detenerme, pero no le preste atención, estaba tan molesta que no me importaba que pudiera hacerme. Me había mentido, ambos lo había hecho. Me sentía fuera de lugar, no era especial, solo era una más, no sentía nada por mí, solo me usaba. Estaba acostumbrado hacerlo, no significaba nada para él. Fui a la habitación, tire todo lo que había comprado, me llene de ira y rompí todo. Pasaron horas, seguí llorando, tenía la esperanza de que me buscara y me convenciera de que realmente era especial, no lo hizo, eso le dio la razón a Betsy y es que la tenía, pasaron unos días se acercaba su cumpleaños y no lo había visto. Era el día de su cumpleaños, en la mañana Marcia me dijo que había llegado, espere hasta las horas de la tarde. Fui a su oficina y no estaba, lo esperé no por un par de horas, mira muchos documentos, había demasiada información, comencé a beber whisky, u
«Por supuesto que quiero que me hagas tuya, pero no te daré lo que deseas, no voy a decirte lo que quieres escuchar, no voy a dejar que esta vez sea como deseas». Pensé mientras sentía su cálido miembro entrando en mí. Cerró el grifo y me recogió en sus brazos, me puso contra la pared y comenzó hacerme el amor como él sabía, quería gritarle que lo amaba, quería decirle que era suya, que era mi dueño, que le pertenecía, pero no le daría el placer, se acercó a besarme, me miró y se mordió los labios.—¿Te gusta, quieres que sea rudo? Dime qué me amas, dime que soy tu dueño Zia, dime qué me perteneces. —Si Hades, me gusta mucho, si quiero que seas un poco rudo, estaba gimiendo, me bajo, me volteó contra la pared, me sujetaba por el cuello y me pedía decir que lo amaba, que era mi dueño, pero estaba ignorando, luchando para controlarme y no darle el placer de lo que deseaba. Entre gemidos dije su nombre. —¿Quieres que me detenga Zia? —No, solo quería decirte, feliz cumpleaños —¿Solo
—Te lo diré y te miro porque sé que te pondrás celosa y me gusta cuando te pones celosa, tendré una excusa para hacerte el amor —dijo sonriente—. Con Betsy todo empezó como una relación, a diferencia de ti y las otras dos chicas, me interesaba, me gustaba y le pedí ser mi novia, se volvió tóxica, comenzó a tratar mal al personal, en especial a Marcia, ella lo negaba todo hasta que un día lo vi con mis propios ojos, le perdone eso, pero terminamos seguía viéndola de vez en cuando ya solo interés sexual, el sexo con ella solía ser bueno. Fruncí el ceño ante su descarada sinceridad. —Ella sabía cómo complacerme, así funciono durante un tiempo, hasta que intento concebir un hijo mío, aun cuando sabía que no era lo que desea, le perdoné eso permitiéndole seguir aquí y trabajar con Marcia, pero se volvió irritante tratada mal a las chicas especialmente a las que hubo antes de ti. Hable con ella una vez y finalmente entendió o eso pensé, hasta lo que hizo ese día en la oficina y eso es lo
—Por supuesto, tengo unos test de embarazo por aquí, permite que te facilite uno, estos, son bastante efectivos, certeros, pocas ocasiones los resultados son erróneos —afirmo el doctor—. Usarlo es muy fácil, ve al baño orina y pones cierta cantidad por no decir gotas en el recipiente o y usas el aplicador, tiene guía por si la necesitas, dos líneas indicarán que estás embarazada, este test te permite saber qué tiempo tienes aproximadamente, la señora puede ir contigo si deseas. —Nena ve rápido, por favor tengo que volver, se supone que este evento es muy importante, nada debía salir mal hoy, ve allí y haz la prueba, te esperaré para poder regresar a coordinar —dijo Marcia. —De acuerdo, volveré en unos minutos —dije angustiada. Entre, abrí la cajita y comencé a leer las instrucciones, estaba muy nerviosa, intente orinar, pero los nervios no me lo permitían, escuchan a Marcia ir y venir mientras esperaba inhale y exhale y trate de calmarme, logré orinar lo suficientemente para hacer