—Lo siento Marcia, prefiero que sea hoy mismo, él te pidió que hicieras lo que te pidiera, te estoy suplicando esto. Logré convencerla, me acompañó, recogí muy pocas cosas, deje el teléfono y todo aquello que había recibido de él, salimos del lugar, fuimos con un agente inmobiliario. Con el que tuvimos suerte encontramos un lugar cómodo, pequeño y que podrían entregar en pocos días. Marcia me llevo a comer, no consumí mucho, ella se encargó del hotel y de que quedará cómoda. Le pedí que por favor no le dijera a Hades dónde estaba, aunque sabía perfectamente que eso a él no le importaría en absoluto. Ella lo prometió y se marchó, dijo volvería, en unos días, para hacer el resto de cosas. Así fue como días después estaba viviendo en ese lugar, había encontrado empleo en una floristería, mi bebé estaba bien, al igual que yo, aunque a veces tenía momentos de depresión. Pasaron los días, semanas y meses. Tenía algunos amigos en el trabajo, ya tenía 6 meses de embarazo. Marcia me visit
—Sé que todo esté tiempo, estuve mal ¿Puedes ver lo que me has hecho tú a mí? Zia me has cambiado, al punto de no disfrutar del sexo con otra mujer que no seas tú, me has cambiado al punto, de contratar personal para vigilar tus movimientos, tu bienestar y el de mi semilla, Zia me has cambiado al punto, de no poder dormir hasta no saber que están bien. A no dejarte ser feliz con nadie diferente a mí. Maldita sea, Zia me perteneces y no dejaré que otro tome el control de ti —dijo en voz alta—. Me hiciste sentir esto que siento aquí, en el pecho que no me permite dejarte ir, Zia siente como se acelere mi pecho cuando mencionas que te quieres alejar de mí. Todos parecen saberlo menos tu Zia, me has cambiado al punto de estar aquí, aun cuando sé que no quieres verme. —Vete, me dejaste sola cuando te necesite, vete porque no te necesito, ahora Hades. —No te he dejado sola, Zia también he sufrido por tu partida y estoy aquí si, porque quiero hacerte mía de nuevo, porque me hiciste adicto
Intente irme a descansar, había sido un día muy estresante y eso le haría daño a mi hijo, al día siguiente no supe de él Marcia, no respondía mis llamadas, supuse que le había pedido que no me contactara, me fui a trabajar sin darle importancia. Paso un mes y no supe nada de él, Marcia ya no iba suponía que por orden de él, en su lugar iba el chofer de Marcia Favio, le pregunte por ellos y no me dijo nada, siguieron pasando los días, Max estaba bien, no sabía nada de Hades y me generaba tranquilidad, pero en el fondo me molestaba. Era fin de semana había recibido el pago de mi trabajo y con lo que Hades había dejado decidí ir a comprar unas cosas para el bebé, invite a una de las chicas de la floristería donde trabajaba que también estaba esperando niño, solo que con un poco menos tiempo, estando allí compramos muchas cosas nos divertimos, saliendo de allí y mientras hablaba con Karen me tropecé con alguien. —Hades, ¿Qué haces aquí? — pregunté—. ¿Acaso me estás siguiendo y que te p
—Sé que puedes —dijo esa parte masoquista en mí.— ¿Quieres que hablemos un poco de lo que pasa? Y después tenemos sexo, Hades quiero que tomes el control. No sabía por qué estaba diciendo eso, quizás solo quería descubrir y demostrarle que si podía controlarse, me acerque y comencé a besarlo, él me pedía que me detuviera. No le estaba haciendo caso, tomo mis manos y me pidió detenerme. —No hagas esto, te deseó Hades— dije—era él quién me detenía y yo quien insistía. Continúe besándolo, él era realmente muy alto por lo que cuando se resistía me era imposible alcanzar sus labios. —Por favor Hades, podemos hacerlo —pedí. Poco a poco fue cediendo hasta que nos encontrábamos en el acto, sí que estaba haciendo un esfuerzo, sus manos apoyadas en la cama con mucha fuerza y la forma en la que apretaba su mandíbula, me hacían notar que le estaba costando mucho mantener el control, en ocasiones me penetraba fuerte, se ponía rudo, alcanzaba a detenerlo. Fueron muchos los intentos de perder
—Es tu casa, puedes quedarte, eso me gustaría, está bien, me sentaré a esperar que me sorprendas. —No es mi casa, cuando estemos juntos, lo mío será de ustedes, tuyo y de nuestros hijos, pero lo que es tuyo es solo tuyo, jamás vuelvas a hacer lo que hiciste hace unos meses con los regalos que te había dado, los dejaste, eso fue molesto. —No lo decía por eso, seque no eres ese tipo de hombre o al menos no lo has sido conmigo, solo digo que es tu casa porque es el lugar donde ambos tenemos lo que necesitamos y queremos. Termino y pude probar, lo que había hecho para cenar, se ofreció a dejar todo en orden en la cocina, me fui a lavar los dientes mientras él terminaba. Entro a la habitación y nos metimos a la cama, yo solo podía dormir de lado, estaba siendo incómodo para ambos, no supe cuanto tiempo había pasado desde que logre dormirme, pero me despertó besando mi cuello, le pregunte si estaba todo bien y tomo mi mano y la llevo a su miembro. —Lo siento, creo que no debí quedarme,
—Tienes razón, por eso debes elegir Zia, si este tipo se queda no estaré aquí, tienes que elegir quien quieres que esté contigo en este momento —dijo Hades. —Eres un idiota Hades, ni en este momento puedes dejar tu orgullo de lado, pensé que habías cambiado, pero sigues siendo el mismo de siempre, Max ha sido mi amigo y ha estado cuando ni siquiera tú que eres el padre estuviste —musite molesta—. Él sostuvo mi cabeza cuando algo le caía mal o hacía daño, era el quién estaba allí cuando tu hijo me hacía sentir deseos de algo, él merece estar aquí y si no puedes entender eso vete tú por favor. —No te preocupes, Zia puedo esperar afuera o irme estaré pendiente de ti de todos modos —dijo Max —él es el padre y merece estar aquí, me iré para no molestar, pero prometo que estaré pendiente. —De ninguna manera Max, tú también mereces estar aquí, tiene derecho por ser el padre, pero tú eres mi amigo y yo he decidido que estés aquí. Al escuchar eso, Hades salió de la sala de parto, dejándome
—De acuerdo —me despedí. Max se despidió de nosotros y salió, darle pecho al bebé, me dolía mucho, pensaba en lo sorprendida que estaba, Hades había doblegado su orgullo para estar en el nacimiento de su hijo y no solo eso, dejo que Max lo cargará primero Solo podía imaginar lo difícil que debería estar siendo para alguien con su carácter, levanté el rostro y estaba en la puerta de la habitación como esperando a que le concediera el permiso para entrar. Tenía un ramo de flores el cual me dio al momento de acercarse en ellas había una pequeña caja de regalo, el bebé había comido y se estaba durmiendo, se veía muy tranquilo, lo puse en sus brazos y pude ver sus ojos llenarse de lágrimas mientras le hablaba al bebé. En las flores había una tarjeta que decía gracias por el regalo más hermoso. Abrí la cajita y había un collar con dos, dijes, uno con la inicial A y el otro con Z, había mandado hacer mi nombre y el de mi hijo. Era muy lindo, se veía tan bello con nuestro hijo en sus bra
—Quiero que estés segura de lo que estás haciendo, Zia no quiero que te arrepientas o que mis errores te hagan desistir de este paso que acabas de dar —dijo Hades —Tengo una promesa que cumplirte, espero que sexualmente hayas venido preparada para recibir todo lo que tengo para darte. No tengo intenciones de detenerme, quiero tomar el control, como te lo prometí hace unos meses y te pido perdón desde ya porque seré más rudo de lo que puedas imaginar, te amo Zia, estoy tan feliz de que estés aquí, te haré mía Zia lo más seguro es que siembre otra semilla en ti, no pienso dejarte respirar si Ares me lo permite. —No quiero tener otro hijo, podemos esperar unos años, muy doloroso tener hijos, y ya sabes lo nuestro, no es sano, solo quiero tener dos, si no doliera tanto podría darte 5, pero es muy doloroso, Hades y no sabemos qué tipo de padres tóxicos seremos. —Seremos los mejores, confío en nosotros, una cosa somos como paraje y otros seremos como padres— aseguró Hades. —No creo estar