Intente irme a descansar, había sido un día muy estresante y eso le haría daño a mi hijo, al día siguiente no supe de él Marcia, no respondía mis llamadas, supuse que le había pedido que no me contactara, me fui a trabajar sin darle importancia. Paso un mes y no supe nada de él, Marcia ya no iba suponía que por orden de él, en su lugar iba el chofer de Marcia Favio, le pregunte por ellos y no me dijo nada, siguieron pasando los días, Max estaba bien, no sabía nada de Hades y me generaba tranquilidad, pero en el fondo me molestaba. Era fin de semana había recibido el pago de mi trabajo y con lo que Hades había dejado decidí ir a comprar unas cosas para el bebé, invite a una de las chicas de la floristería donde trabajaba que también estaba esperando niño, solo que con un poco menos tiempo, estando allí compramos muchas cosas nos divertimos, saliendo de allí y mientras hablaba con Karen me tropecé con alguien. —Hades, ¿Qué haces aquí? — pregunté—. ¿Acaso me estás siguiendo y que te p
—Sé que puedes —dijo esa parte masoquista en mí.— ¿Quieres que hablemos un poco de lo que pasa? Y después tenemos sexo, Hades quiero que tomes el control. No sabía por qué estaba diciendo eso, quizás solo quería descubrir y demostrarle que si podía controlarse, me acerque y comencé a besarlo, él me pedía que me detuviera. No le estaba haciendo caso, tomo mis manos y me pidió detenerme. —No hagas esto, te deseó Hades— dije—era él quién me detenía y yo quien insistía. Continúe besándolo, él era realmente muy alto por lo que cuando se resistía me era imposible alcanzar sus labios. —Por favor Hades, podemos hacerlo —pedí. Poco a poco fue cediendo hasta que nos encontrábamos en el acto, sí que estaba haciendo un esfuerzo, sus manos apoyadas en la cama con mucha fuerza y la forma en la que apretaba su mandíbula, me hacían notar que le estaba costando mucho mantener el control, en ocasiones me penetraba fuerte, se ponía rudo, alcanzaba a detenerlo. Fueron muchos los intentos de perder
—Es tu casa, puedes quedarte, eso me gustaría, está bien, me sentaré a esperar que me sorprendas. —No es mi casa, cuando estemos juntos, lo mío será de ustedes, tuyo y de nuestros hijos, pero lo que es tuyo es solo tuyo, jamás vuelvas a hacer lo que hiciste hace unos meses con los regalos que te había dado, los dejaste, eso fue molesto. —No lo decía por eso, seque no eres ese tipo de hombre o al menos no lo has sido conmigo, solo digo que es tu casa porque es el lugar donde ambos tenemos lo que necesitamos y queremos. Termino y pude probar, lo que había hecho para cenar, se ofreció a dejar todo en orden en la cocina, me fui a lavar los dientes mientras él terminaba. Entro a la habitación y nos metimos a la cama, yo solo podía dormir de lado, estaba siendo incómodo para ambos, no supe cuanto tiempo había pasado desde que logre dormirme, pero me despertó besando mi cuello, le pregunte si estaba todo bien y tomo mi mano y la llevo a su miembro. —Lo siento, creo que no debí quedarme,
—Tienes razón, por eso debes elegir Zia, si este tipo se queda no estaré aquí, tienes que elegir quien quieres que esté contigo en este momento —dijo Hades. —Eres un idiota Hades, ni en este momento puedes dejar tu orgullo de lado, pensé que habías cambiado, pero sigues siendo el mismo de siempre, Max ha sido mi amigo y ha estado cuando ni siquiera tú que eres el padre estuviste —musite molesta—. Él sostuvo mi cabeza cuando algo le caía mal o hacía daño, era el quién estaba allí cuando tu hijo me hacía sentir deseos de algo, él merece estar aquí y si no puedes entender eso vete tú por favor. —No te preocupes, Zia puedo esperar afuera o irme estaré pendiente de ti de todos modos —dijo Max —él es el padre y merece estar aquí, me iré para no molestar, pero prometo que estaré pendiente. —De ninguna manera Max, tú también mereces estar aquí, tiene derecho por ser el padre, pero tú eres mi amigo y yo he decidido que estés aquí. Al escuchar eso, Hades salió de la sala de parto, dejándome
—De acuerdo —me despedí. Max se despidió de nosotros y salió, darle pecho al bebé, me dolía mucho, pensaba en lo sorprendida que estaba, Hades había doblegado su orgullo para estar en el nacimiento de su hijo y no solo eso, dejo que Max lo cargará primero Solo podía imaginar lo difícil que debería estar siendo para alguien con su carácter, levanté el rostro y estaba en la puerta de la habitación como esperando a que le concediera el permiso para entrar. Tenía un ramo de flores el cual me dio al momento de acercarse en ellas había una pequeña caja de regalo, el bebé había comido y se estaba durmiendo, se veía muy tranquilo, lo puse en sus brazos y pude ver sus ojos llenarse de lágrimas mientras le hablaba al bebé. En las flores había una tarjeta que decía gracias por el regalo más hermoso. Abrí la cajita y había un collar con dos, dijes, uno con la inicial A y el otro con Z, había mandado hacer mi nombre y el de mi hijo. Era muy lindo, se veía tan bello con nuestro hijo en sus bra
—Quiero que estés segura de lo que estás haciendo, Zia no quiero que te arrepientas o que mis errores te hagan desistir de este paso que acabas de dar —dijo Hades —Tengo una promesa que cumplirte, espero que sexualmente hayas venido preparada para recibir todo lo que tengo para darte. No tengo intenciones de detenerme, quiero tomar el control, como te lo prometí hace unos meses y te pido perdón desde ya porque seré más rudo de lo que puedas imaginar, te amo Zia, estoy tan feliz de que estés aquí, te haré mía Zia lo más seguro es que siembre otra semilla en ti, no pienso dejarte respirar si Ares me lo permite. —No quiero tener otro hijo, podemos esperar unos años, muy doloroso tener hijos, y ya sabes lo nuestro, no es sano, solo quiero tener dos, si no doliera tanto podría darte 5, pero es muy doloroso, Hades y no sabemos qué tipo de padres tóxicos seremos. —Seremos los mejores, confío en nosotros, una cosa somos como paraje y otros seremos como padres— aseguró Hades. —No creo estar
—¿Te estás cuidando con algún método o es necesario que use protección? —preguntó cachondo —Zia no me mires, así que me descontrolas, me provoca poseerte, me provoca darte unas buenas nalgadas y ser muy rudo contigo. Recoge tu cabello por favor y nena siéntate en aquel sofá y me esperas unos minutos y no te quites lo que llevas puesto.Hice lo que me dijo, lo vi dirigirse a mí y tirar su toalla, su miembro aún no tenía una erección, se posó delante de mí y me miró con esa mirada posesiva, me agarro del mentón y me pide decir que le pertenezco, me pide que diga que le cedo el control, al escuchar esto, puedo ver el placer en su rostro.—¿Te gusta? —preguntó—. Arrodíllate y tómalo, es tuyo, deja que esos dulces labios le den placer, hazlo muy húmeda nena intenta llevarlo todo, que bien lo haces, eso es, no te detengas, mírame mientras lo haces, qué buena chica abre la boca y saca la lengua tengo algo para ti. Arrodillada, como sabía que le gustaba verme y tenerme, pude ver lo placenter
—¿Cómo te sientes? —pregunte—Bien nena, creo que podría funcionar, pero sabes que tengo un lío ahora, la manera en que me tocaste hizo que alguien allí se emocionara mucho y ahora quiere satisfacerse. ¿Te sientes muy cansada o podemos continuar?—¿Quieres intentar de la manera que acabamos de practicar?—Por supuesta nena será como tú quieras, déjame ir por un condón, Zia quiero que intentemos sexo anal, te prometo que te gustará.Comenzamos hacer el amor, me sitúa arriba de él para tener el control, íbamos a mi ritmo, sus manos estabas recorriendo mi cuerpo, mordía sus labios y me miraba con esa cara de placer que me hacía querer más y más de él, le concedí el placer del Sexo anal.—Hades cierra los ojos, dime qué me amas, dime qué me cedes el control total de ti, vamos amor, dilo, dime que soy tu dueña.Me miró y se reía mientras le repetía que me lo dijera, quitó su condón y me subí arriba de él, llevando las cosas a mi ritmo, pidiéndole lo que él solía pedirme, rendirse a mí, ced