El escondido al estilo monarquía francésLucreciaVoy camino a París, nuevamente. Ha sido el lugar donde he vivido los últimos diez años. Lo odié desde el primer día.La paranoia de mi padre fue más fuerte así como su sobre protección hacia mí, me obligó a vivir en un exilio, alejándome de ellos, sobretodo de mis hermanas.Todo por un maldito juego de póker donde sin saberlo su oponente me quería para su hijo, incitando al reto desde el inicio y mi padre sin poder soportar más su insistencia, claudicó para ganarle el hijo predilecto de éste y arrastrarlo a nuestras filas. ¿Quién no querría al prodigio de los Santorini en su clan? Pero mejor aún, ¿quién no desearía a la heredera del imperio mafioso como su esclava?. La sed de grandeza y ambición fue mas fuerte y para su karma, perdió. Mi nombre yace al lado de Eros, hijo de Aristóteles, dueño y señor de Grecia. Por ello estoy aquí, encerrada cual cenicienta, viviendo una vida que no merezco.Los Vecchio tenemos un físico muy llamativo,
Caperucita Atrapada y ConfundidaLucreciaEl roce de sus dedos entrelazando con los míos electrifica el momento. El calor emanado por su cuerpo al pegarse al mio envía una sensación extraña por mi torrente sanguíneo, quiero quitármelo de encima pero es como si también disfrutara de esta cercanía.¿Me quedo quieta? Puede ser. ¿Lo golpeo? Joder, por supuesto.¿Corro? ¡Claro que debo correr, carajo! Pero tengo las piernas plantadas en el suelo, mi cerebro envía las órdenes más mis extremidades no reaccionan a las peticiones de huída. —Creo que te sorprendí —ríe. Su voz es pausada, ronca y sedosa cómo lo he recordado las veces que hemos tenido interacción—. Sabía que debía tener tacto con nuestro primer encuentro —se aleja un poco de mí.«¡Es él, es él! El demonio griego, mi cazador», repite mi subconsciente.Por supuesto es él, aunque esa voz la asocio con otro nombre. «Klauss», es lo que llega a mi mente y muchas sensaciones más. Debo estar equivocada, esto tiene que ser una broma de
Juguemos en el bosque mientras el lobo no está...pero el lobo soy yoErosCaminé a través del bosque denso de regreso al auto, está escondido en una zona poco visible para el resto cortesía de los reyes franceses; el cigarrillo vacila en mis labios calmando a su vez las ganas inmensas de haberla poseído ahí al pie de la laguna bajo este cielo estrellado. Río para mis adentros al recordar la rigidez de su cuerpo, el temblor de sus manos y la incredulidad en sus palabras. Ese miedo de verme a los ojos, el darse cuenta de que siempre he estado ahí alrededor de ella, acechándola, conteniendo las ganas de tomar lo que me pertenece y largarme de París. Memorizar todas las veces que tuve la oportunidad de matarla o follarla, besarla o desangrarla. Volver a hacerla mía o arrebatarle la vida de una vez por todas. Me he imaginado tantas cosas con ella que se convirtió en mi sueño lujurioso, el suficiente como para crear una metamorfosis en mis sentimientos hacia ella.Para mí, este juego no s
El diablo va en busca de su demonioLucreciaMe establecí en su totalidad en la villa Vecchio hace tres días. Fueron días largos y extenuantes, sin contar todo lo que jode Fiorella, me tiene harta. Se cambió todo el personal de seguridad —exceptuando los que tienen años en la familia y el Triángulo— y se realizó los traspasos correspondientes para ser la apoderada totalitaria de los negocios. También se habló algo sobre la coronación aunque esto deberá esperar, está muy reciente mi llegada y quiero enfocar mi mente en lo que ahora importa.Papá no estuvo de acuerdo cómo era de esperarse pues aunque es el responsable de toda ésta situación él se cree el superman de los Vecchio y arriesgaría su vida hasta el fin con tal de mantenerme a salvo, a mamá —aunque no debería— y a mis hermanas. Lamentablemente esto ya no es decisión suya, es un problema puesto en mis hombros y soy quien debe salir a dar la cara de ahora en adelante con respecto a todo este dilema.El resto de la familia y soci
No juguemos en el bosque porque el diablo ya llegó...LucreciaNuestro pequeño momento íntimo llegó a su fin con la llegada de Aristóteles y mi padre.—Es un gusto conocer al verdadero Eros —pronuncié con sorna—Pensé que Marcos jamás te sacaría de esa caja de cristal —me miró fijamente—. No me malinterpretes, Francia es preciosa pero prefiero el calor de Italia o la inmensidad hermosa de Grecia —se dirige a papá—. Pero al fin la obra de arte salió de su museo —dijo con sarcasmo. Rodé los ojos—Él exagera un poco, ¿no es así, padre? —lo miré y éste se removió incómodo posando su mano en la espalda como gesto de protección—. De ahora en adelante el negocio lo llevaré yo —aviso, obteniendo una sonrisa maliciosa de su parte—. Todo lo que tenga que ver lo tratarás personalmente conmigo —comento sin titubeos.Ensanchó la sonrisa victorioso, como un depredador delante de su presa acorralada. En sus ojos se encendió una llamarada de luj
Me das muchas vueltas y no estás dejándome vivir. Ven a mí y quemaré al mundo por ti Eros—Déjame en el lugar de siempre —le ladro a Marlon azotando la puerta—¿Está bien, señor? —me ve por el retrovisor —¡¿A caso ves que es así?! —grito, histéricoIntenta decir algo pero cierra la boca. Se lo agradezco, no estoy para soportar pendejadas. La rabia me está consumiendo, el momento se repite una y otra vez en mi memoria. ¡¿Que le pasa a esa perra?!, parecía estar de acuerdo con la cercanía que tuvimos, su cuerpo reaccionando al mío. No es la primera vez que estamos juntos. Pero no, me rechazó. Paciencia señor, paciencia. El golpe le dolió a mi ego, se atrevió a pegarme, a mí que soy su igual y también vale mi poder. ¡Ya verá esa hija de puta! Vendrá arrastrándose a mis pies, porque no voy a descansar hasta que sea lo que ella representa: mi trofeo. Es la ficha importante para tener el control absoluto del trono de la mafia europea y la necesito a mi lado, por las buenas o por las mal
La adrenalina del momento nos llevó a otro nivel...Eros—¿Qué coño haces aquí? —digo con desdén. Joder. Hasta con esa ropa simple se ve apetecible...Esos labios, rojos, suaves. El cabello largo rozando sus caderas. El azul intenso de su mirada sobre mí, me prende, me excita... Comienzo a divagar en los recuerdos de esas veces y me obligar a quitar la mirada de ella. Estoy perdiendo la concentración de la situación. —Estamos a minutos de un ataque —se acerca hacia la mesa para recoger una beretta y la glock que se coloca en la espalda—. Nada de preguntas absurdas —termina la revisión del armamento—, ni esas miradas de reproche —pasa por mi lado con un rifle AR-15 en sus manos Respiro profundo e invoco toda la cordura, concentración y fuerza para arrancarle la cabeza solo a los malnacidos de la CCFE y no a Lucrecia.Subimos a las camionetas arrancando a todo lo que se puede. En cinco minutos estamos en los alrededores del muell
Esto es una guerra y nadie se salva en ella.Marcos—¿Y? —observo la escena delante de mí—Son de la beretta, señor —informa Lorenzo parándose a mi lado—Bien —suspiro—. Pasen reporte completo —exijo al aire, esperando a que alguien responda—Todos los muertos son militares, señor —habla uno de la seguridad Santorini—, la seguridad de ambas familia están completos, heridos pero completos.—Recojan el desastre, envíen los cuerpos a Alemania y salgan de aquí —ordeno dando media vuelta e irme.Me dispongo a salir de ahí, el aire que respiro me quema los pulmones, la ropa está asfixiándome y siento que me mareo. «Shawn». Es lo que pienso cuando las imágenes me pasan como carrete en la mente. Lo crié y lo vi crecer, se le enseñó lo mismo que a los demás, le tomé amor y estuvo conmigo hasta que su madre decidió llevárselo de aquí para terminar así, muerto. A veces me pregunto porque mierda me emparejo con mujere