La lluvia golpeaba suavemente el ventanal, cada gota deslizándose con lentitud por el cristal. Callum Rutland estaba sentado en su sillón favorito, con la mirada perdida en el paisaje gris. Su mente, sin embargo, estaba lejos de la tormenta.Había recuperado la memoria.Las primeras semanas habían sido confusas, con recuerdos fragmentados que llegaban como ráfagas sueltas. Pero con el tiempo, todo encajó. Ahora lo sabía: su mano derecha lo había traicionado, Arabella trataba a su hijo con la frialdad de un extraño, y su madre aprovechaba su estado para manipular la empresa a su conveniencia.Pero no había dicho nada. Ni siquiera a Terrence. No quería que su pequeño se convirtiera en una herramienta de presión.La voz de su padre lo sacó de sus pensamientos.—Hijo —su voz más suave de lo normal.Callum no se giró de inmediato.—¿Qué quieres? —preguntó con tono neutral.Cale Rutland se acercó con cautela, sosteniendo una carpeta en la mano.—Necesito que firmes unos documentos.
286La oficina que había alquilado en el centro de la ciudad era un espacio frío, impersonal, pero eficaz. Julieta estaba sentada frente a su computadora, revisando los últimos informes de la compra de acciones, un proceso tedioso que requería su completa atención. Maximiliano estaba cerca, hojeando varios documentos relacionados con los mismos negocios, pero había una atmósfera palpable de tensión entre ellos. El aire estaba cargado con el peso de no decir lo que ambos sabían. Dimitri ni ninguno de sus enemigos se quedarían quieto tratando de darles un golpe mortal. Sabían que, tarde o temprano, tendría que haber una confrontación.Ya había hablado con Yoon y le dije que Fernando había quedado derrotado en su cas y era justo lo que ella quería, desesperarlo y exterminar a la plaga que ayuda a sus enemigos.—Es justo lo que quiero —dije por teléfono.—Ten cuidado ahora, ese hombre ahora sin nada es más peligroso —aconseja.—Es lo que quiero —dije de forma enigmática.Las preguntas que
287Dimitri estaba enojado luego de que el abogado de Julieta se fuera.El sonido de la puerta cerrándose aún resonaba en la habitación, pero el silencio que quedó atrás era ensordecedor. Fernando caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, con las manos en el cabello y la respiración entrecortada.—¿De dónde sacaré el dinero?! —gritó, golpeando con el puño la mesa más cercana.Dimitri, sentado en un sillón con expresión impasible, se limitó a mirarlo con hastío.—No sé —respondió, con voz cargada de fastidio.Fernando se giró hacia él con furia.—¡Tú debes ayudarme! —bramó—. No pagué porque pensé que matarías a esos bastardos y míralos, ¡siguen vivos y bien!Cada palabra que salía de su boca era un alarido de desesperación. Pero no notó el destello asesino que cruzó la mirada de Dimitri hasta que fue demasiado tarde.—¡Cállate! —rugió Dimitri.Antes de que Fernando pudiera reaccionar, vio un destello plateado. Luego sintió un ardor abrasador en su muslo.—¡Arghh! —
288Dimitri —Tiene que vender todos los activos —dijo el abogado Johnson, con la voz tensa y los dedos tamborileando sobre la mesa.Lo observé con hastío desde mi asiento de cuero, con un cigarro apagado entre los dedos. Sus ojos se movían inquietos entre los documentos que tenía frente a él, como si buscara una solución mágica que no existía.—Sea quien sea que está detrás de mí, quiere mi cabeza —bufé, recargándome contra el respaldo con fastidio.Johnson tragó saliva.—Si no actúa rápido, los bancos congelarán sus cuentas. Sus socios ya están cortando lazos —el abogado se veía muy nervioso y yo cada vez más impaciente—. Si no liquida todo en las próximas semanas, no solo perderá los activos, sino que…—Ya sé lo que pasará, maldita sea —lo interrumpí con impaciencia.Sabía exactamente lo que pasaría. Alguien me estaba arrinconando, empujándome hacia el borde, esperando que cayera por mi cuenta. Pero yo no caía. No sin pelear.Me puse de pie de golpe, haciendo que Johnson di
289Callum estaba solo en el balcón, sosteniendo un vaso de cristal corto con su líquido ambarino puro, disfrutando de la frialdad del vidrio contra su piel. El silencio de la noche envolvía la mansión, permitiéndole un momento de calma entre el caos de su mente. Sin embargo, ese respiro no duró mucho.Escuchó pasos acompasados acercándose a su espalda. No necesitó girarse para saber de quién se trataba. Aun así, lo hizo lentamente, enfrentándose a la sonrisa calculada de su padre. Cale estaba allí, con una expresión de nerviosismo apenas oculta bajo su porte impecable. Había visto esa expresión antes, cuando su padre quería algo de él, cuando intentaba manipularlo con palabras suaves y promesas vacías.—Quisiera saber si firmaste los papeles, hijo —preguntó con una voz cargada de falsa amabilidad, como si la respuesta no le importara, aunque Callum sabía que en realidad lo era todo para él.Callum tomó un sorbo de su whisky, dejando que el licor le quemara la garganta antes de respon
290El viento azotó su rostro, pero esta vez no sintió el frío. Sintió algo más. Esperanza.El silencio de la mansión era engañoso. Callum se sentó en el borde de la cama, los codos apoyados en las rodillas y la mirada clavada en la puerta cerrada con llave. Su familia lo tenía atrapado aquí, como un prisionero dentro de su propia casa. Pero esta noche, todo cambiaría.Un leve "clic" en la cerradura lo hizo ponerse de pie. La puerta se abrió lentamente y una figura alta y oscura entró sin hacer ruido. Blade.—¿Vienes a asegurarte de que no escape? —preguntó Callum en voz baja, sin ocultar su desconfianza, pensando que era su padre o Arabella.—No seas idiota, soy yo. Vine a sacarte de aquí —susurró Blade, cerrando la puerta tras de sí.Callum lo analizó con cautela. La última vez que confió en alguien, terminó encerrado como un animal. Pero su hermano se mantenía firme, con la mirada decidida. No parecía una trampa.—Terrence —dijo Callum de pronto, sintiendo el peso del miedo e
1 POV Julieta Mi respiración estaba atascada en mi garganta mientras él bombeaba sin descanso dentro de mí, una explosión se acumulaba en mi vientre bajo ya familiar para mí. Miré sus hermosos ojos de azules que me devolvían la mirada de manera cálida. Era el único momento que teníamos donde no era como el hombre de las nieves, frío y distante. Siempre era tan frío en el trabajo, que me siento privilegiada cuando la calidez entra en su mirada y solo es para mí, compaginando con su cuerpo caliente. Sus musculosos brazos sostenían todo su peso me besaba de manera ardorosa mordiendo mis labios casi con saña. Me entrego sin vergüenza al único hombre que he amado siempre. Llegamos a nuestro clímax casi al mismo tiempo y me siento en las nubes. Como cada vez. Aún mi sudor no se había secado cuando él ya estaba levantándose de la cama y metiéndose al baño. Suspiré un poco triste, pero ya acostumbrada porque nunca fue el tipo de hombre que se acurruca y se queda horas hablando o simpl
2POV JulietaLos murmullos en la oficina empezaron a crecer en toda la oficina, sus compañeros de trabajo eran bastantes chismosos y amaban regarlo en los demás pisos de la compañía.—Pensé que salía con Julieta, juraba que era su amante —dijo un hombre al que la misma Julieta había rechazado con educación en varias ocasiones.—Liliane es más bonita, mírala —dijo alguien más— toda la clase y la belleza que tiene la chica, no como ella que se cree la gran cosa.—Liliane siempre ha hecho gran pareja con el señor Maximiliano, no sé porque no se casaron hace cinco años —dijo una mujer cerca de Julieta.La madre de Max la favorecía frente a su hijo y de mí misma siempre que podía, para que él no se olvide de ella. No sé por qué Max no admite que tenemos una relación, así su madre lo dejaría en paz, sería lo más fácil.—Lamento tener que decepcionarlas —dijo Max Hawks sin pizca de arrepentimiento en su voz o su rostro—. Tengo una videoconferencia…—En cinco minutos con la gente de S