POV HOLLY Esta mañana desperté sintiéndome ligera, casi como caminando sobre nubes. Haber conocido a Adam West ha marcado un antes y un después en mi vida. Yo, una directora de un pequeño colegio que lucha por el bienestar y la innovación de sus alumnos y docentes, madre soltera de dos pequeños genios. Él, CEO del corporativo West de innovación educativa con el carácter de un demonio. ¿Cómo imaginarme que después de todo lo que pasé con él dos meses atrás, ahora estuviera preparándome para tener una cita juntos? Me sentía ilusionada, incluso nerviosa, prácticamente saldría con mi colega de alto rango. Cinco años atrás, era inocente, ingenua y ansiosa por probar un poco de una vida romántica, haciéndome ilusiones con James Hawking, mi mejor amigo, de quien me enamoré, aunque él no me hubiese visto de esa forma y terminé cayendo en sus enredos, aunándole que descubrí que estaba embarazada de él. Evidentemente huí de ahí, regresé con mis padres y lo demás es historia. Ahora, cinco
POV NICHOLASPermanecí con Dakota un tiempo, el suficiente para asistir al cumpleaños de los mellizos de Holly. Adam seguía dándome problemas, Holly lo había mandado a la mierda y él tuvo que haberse ido a Grecia como un cobarde.Hace dos meses hubiese querido ser yo el que me acercara a Holly, el hombre por el que ella se hubiese enamorado y no hubiese tenido que pasar por esto, me rabiaba saber que mi estúpido hermano mayor me hubiese quitado esa oportunidad.Antes de entrar a la casa, un camión repartidor se detuvo frente a esta, un chico bajó con un enorme regalo, parecía pesado.—Disculpe ¿es la casa de la señorita Holly Grace Austen?—Si lo es—volqué mi atención.—Oh, ¿podría llamarla por favor?—Yo se lo entrego, de todos modos, debo entrar.El chico frunció los labios, rodeé los ojos, abrí la puerta.—La señorita Austen ahora está muy ocupada.—Está bien. —Firme aquí—me dijo el chico me tendió su tableta.Mientras firmaba el chico dejó el regalo en el suelo, una enorme caja
POV HOLLY3 MESES DESPUES—Mi amor, no te muevas.—Duele—lloriqueó mi hija.—Solo será—le di la vuelta a la liga—, listo.Ambas soltamos un jadeo aliviado.—Me punza la cabeza—protestó mi hija.—¡Alice, no te toques el cabello! —aprecié la obra de arte que había hecho con el cabello de mi hija, un moño—, necesitaré ver más tutoriales de peinados.—Por favor, mami—lloriqueó.—No está tan mal, ahora que la tía Dany no está para peinarte, debo hacerlo yo—si tan solo hubiese aprendido de mi hermana Dany a peinarme, ahora no estaría sufriendo con mi hija. Me alejé para apreciarla y ella abrió los ojos—, una vuelta…—lo hizo—, ¡hay mi amor, estás hermosa! —hizo una pose como la mujer maravilla, sonriendo anchamente—, solo una foto—bueno, no solo una, sino varias—, listo, toma tus botas y el abrigo.Hace tres meses se abrieron inscripciones de distintas clases recreativas en el gimnasio de mi cuñado Everett, que ya no es un gimnasio, ahora es un centro de deportes. Alice quiso entrar a tae kw
POV HOLLY—¡Holly! —ambos nos giramos para ver a Dakota trotando con sus tacones—. Espérame bruja—era una imagen graciosa verla trotando con rostro emocionado— ¡me acaba de llegar una promoción de pizza!, ya la pedí, vámonos a tu casa.¡Tan repentina como siempre!—Lo siento Rafael, tengo que irme.Tomé el ritmo de Dakota para ir por los niños.—¡Pero no se tu número!Dakota se detuvo en seco y se giró para con Rafael, de sus bolsillos extrajo un diminuto papel doblado.—Ese es su número, ahora adiós.Ella regresó a mi lado, tiró de mí con brusquedad, le di una última mirada a un radiante Rafael.—¿Por qué demonios llevas contigo papeles con mi número?—¿Por qué no? siempre hay una oportunidad para ti, si no es una relación, al menos es un buen polvo y mira que con ese chico, uf, estarías que ardes.—Ya cállate—gruñí—, además, no puede pasar nada.—No empieces…—Es el pediatra de mis hijos.—Oh—siguió trotando, luego su rostro se iluminó en una malévola sonrisa—. Oh, eso es genial—se
HOLLY¿Estará bien lo que voy a hacer?He pasado noches en vela recordando a Adam, abrazando la almohada que él ocupó, justo a mi lado y lloro cuando no puedo contenerme. He luchado mucho por no sentir, me enojo conmigo misma por extrañar a alguien que ni siquiera se acuerda de mí, ni una sola llamada, ni una sola noticia sobre él.Intento, con todas mis fuerzas no sentirme decepcionada conmigo misma por haber caído en lo mismo, aquello que tanto desee con todas mis fuerzas no volver a pasar.Por eso, salir con Rafael me parecía algo precipitado, pero necesario, intentar que me distrajera era lo mejor.Hoy, doce de octubre en plena estación otoñal, será recordado en mi memoria como el día en el que al fin he tenido una cita decente.Aunque el lugar es bastante…—¿Un campo de tiro? —pregunté estupefacta en cuanto bajé de su auto.—Te dije que sería una sorpresa.—Pensé que era de broma.Él extendió su mano hacía mí, la tomé con cautela. Nos adentramos al recibidor, había tres personas,
EROSSer el último hermano West no es tarea fácil.Tenía cuatro años cuando mis padres se separaron, en realidad no recuerdo mucho a mi padre en esa etapa de mi vida y mi madre, bueno, ella debía ser ausente por asumir la presidencia del corporativo.Adam tuvo que hacerse cargo de nosotros, él tenía trece años cuando asumió su rol de padre y por eso guardo cierto respeto hacia él, siempre cuidó de mí y me instruyó. Cuando él subió a presidencia, mi madre se quedó en casa, desde entonces ha sido terriblemente hostigante.Adam y Nicholas corrieron con la suerte de irse de casa tan pronto como pudieron, pero a mí me dejaron con ella, arrastrándome a todos lados donde ella quisiera, compensando la ausencia, a pesar de ser hostigante, orgullosa y ocurrente, es una madre misteriosa.El tiempo que he estado con ella, indirectamente, me ha enseñado su forma de ser, al principio creí que solo era quisquillosa, pero guarda muchos secretos. Además de que descubrí que mi habilidad era la observac
ADAM—Tengo algo interesante que mostrarte—masculló Eros del otro lado.—No es un buen momento—gruñí, sin dejar de mirar al bastardo frente mi—, te llamaré después.Segundos antes el primer imbécil más odiado de mi vida había abierto la puerta sin previo aviso. No esperé a que Eros contestara, tenía un asunto más delicado que tratar. Dejé mi celular a un lado. —¿Qué mierda haces aquí? —pregunté áspero.—Tengo el derecho a venir cuando quiera ¿no? —se acercó hacia mí, quería soltarle un puñetazo en su maldita boca—, escuché que estabas en problemas—sonrió burlón—, venía a rescatar a mou fílos—(mi amigo). —En primer lugar, no somos amigos—lo miré con recelo—, y no estaba en problemas—le devolví la burla—, además, no tienes ningún derecho a venir aquí cuando quieras, debes hacer una maldita cita.—Dony—bufó—, ¿seguirás molesto conmigo? —continuó con aquella burla en la puta cara—, esa riña fue hace mucho, sabes que me dedico a ello.Me estremecí.—¿Qué quieres aquí, Xander? —lo miré f
HOLLYVi a Eros marcharse, la sonrisa de mi rostro cayó.Adam.El sonido de su nombre en mi cabeza era como una serpiente venenosa moviéndose entre la suciedad, subiendo por mi cuerpo y enredándose en mi cuello hasta asfixiarme.Estará aquí de nuevo.Todo mi cuerpo se erizó.¡No! no puede ser, no cuando al fin me decidí salir con alguien.Me llevé las manos a la cabeza.Después de que los mellizos nacieron, tuvieron que pasar dos años para que tuviera citas, debido a la insistencia de Dakota, no duraba mucho, no pasábamos de la segunda cita, no había “conexión”Para una madre soltera es difícil tener citas decentes.Ahora conozco a este tremendo imbécil y me dejo llevar… ¡estoy mal!Incluso mi celular no deja de notificar las decenas de conexiones que hay en esa hostigante app de citas a la que Dakota descargó sin mi consentimiento, pero tampoco me he dado el tiempo para eliminarla. Nunca se sabe lo que pasará con Rafael.Debo admitir que, en mi momento de debilidad, furia y melancol