POV HOLLY
—¡Holly! —ambos nos giramos para ver a Dakota trotando con sus tacones—. Espérame bruja—era una imagen graciosa verla trotando con rostro emocionado— ¡me acaba de llegar una promoción de pizza!, ya la pedí, vámonos a tu casa.
¡Tan repentina como siempre!
—Lo siento Rafael, tengo que irme.
Tomé el ritmo de Dakota para ir por los niños.
—¡Pero no se tu número!
Dakota se detuvo en seco y se giró para con Rafael, de sus bolsillos extrajo un diminuto papel doblado.
—Ese es su número, ahora adiós.
Ella regresó a mi lado, tiró de mí con brusquedad, le di una última mirada a un radiante Rafael.
—¿Por qué demonios llevas contigo papeles con mi número?
—¿Por qué no? siempre hay una oportunidad para ti, si no es una relación, al menos es un buen polvo y mira que con ese chico, uf, estarías que ardes.
—Ya cállate—gruñí—, además, no puede pasar nada.
—No empieces…
—Es el pediatra de mis hijos.
—Oh—siguió trotando, luego su rostro se iluminó en una malévola sonrisa—. Oh, eso es genial—se sofocó—, es un doctor, guapo y con dinero.
—Dakota, no empieces, ya sabes lo que pasa si sales con un hombre guapo y con dinero.
Nos quedamos calladas, pero nos lanzamos una miradita cómplice y soltamos la carcajada, ahora ya podíamos hacer bromas con ello.
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—Oye—comenzó Dakota por lo bajo, ya estábamos en mi casa, comiendo pizza.
Los niños estaban entretenidos comiendo su rebanada y viendo el capítulo 34 de Sakura Card Captor, ¿por qué ven un viejo anime?, porque un día me dijeron que estaban aburridos, y que las animaciones ya no les llamaban mucho la atención, así que decidí ponerles algo de lo que veía cuando pequeña.
—¿Hum? —mastiqué el delicioso queso con peperoni.
Dakota se limpió la boca y me miró traviesa.
—¿Vas a salir con el Pediatra?
—¿Qué? —casi me atraganto.
—Se ve que es un buen chico.
—Dakota, es el doctor de mis hijos—protesté—, al final solo podemos ser amigos.
—No Holly, no me digas eso, los hombres no son amigos, solo son… juguetes de vez en cuando necesarios…
—Oye—recriminé—, se te olvida que uno de mis hijos es niño.
—Sí, y crecerá para volverse hombre y en algún momento de su vida cometerá una estupidez con una mujer—recriminó Dakota, apreté los labios—. Vamos Holly admítelo, las mujeres somos demasiado listas para manipularnos y ellos tan fascinantes como para engatusarnos con sus encantos.
—Está bien, basta de hablar sobre ello, ya te desviaste del tema…
—Tendremos esta misma conversación cuando Tony cumpla doce.
—Pero mientras déjame disfrutarlo, aun es mi bebé.
Le dio un trago a su copa de vino, si, nos hemos vuelto un poco adictas al vino.
—Retomando lo de Rafael, es guapo—señaló con sus dedos—, tiene buena presencia, le gustan los niños, cuidarse, quiero suponer que es trabajador, es un excelente partido para ti.
—Dakota, si yo le aceptara una salida y sale mal, no me gustaría hacer que se ilusione.
—Si esa salida sale mal, yo misma me encargaré de hacer como si nada de eso hubiese pasado.
Enarqué una ceja.
—¿Cómo podrías hacer eso?
—Fácil—se encogió de hombros—, le presento a una amiga y listo—solté un suspiro, ella puso ojos de cachorro—, anda Holly, puedo ser la niñera de tus hijos si quieres, pero sal.
¿Me arrepentiré?
—Está bien.
Soltó un chillido fuerte, tanto que mis hijos la callaron.
—Ya, ya, sigan viendo a Sakura—aplaudió para si—, verás que no te arrepentirás.
—Solo un café y ya.
Como si fuese un adivino, un mensaje se notificó en mi bandeja, un número desconocido.
Dakota me arrebató el celular.
—Es él.
Le arrebaté de vuelta el celular.
Hola, soy Rafael, espero que no me bloquees.
—Déjame contestarle—esperé.
—¡Pues hazlo ya! — se impacientó.
—No, pensará que estuve esperando su mensaje.
—Es mejor que lo contestes ahora, después te irás a dormir, lo dejarás para mañana, él te contestará cuando termine su torno y así pasarán semanas hasta que al fin puedan salir—sonrió picara—¿o me equivoco?
Hice puchero.
—Tú ganas—acepté—, será solo un café.
Dakota sonrió gatuna.
—Ambas sabemos que puede ser algo más.
HOLLY¿Estará bien lo que voy a hacer?He pasado noches en vela recordando a Adam, abrazando la almohada que él ocupó, justo a mi lado y lloro cuando no puedo contenerme. He luchado mucho por no sentir, me enojo conmigo misma por extrañar a alguien que ni siquiera se acuerda de mí, ni una sola llamada, ni una sola noticia sobre él.Intento, con todas mis fuerzas no sentirme decepcionada conmigo misma por haber caído en lo mismo, aquello que tanto desee con todas mis fuerzas no volver a pasar.Por eso, salir con Rafael me parecía algo precipitado, pero necesario, intentar que me distrajera era lo mejor.Hoy, doce de octubre en plena estación otoñal, será recordado en mi memoria como el día en el que al fin he tenido una cita decente.Aunque el lugar es bastante…—¿Un campo de tiro? —pregunté estupefacta en cuanto bajé de su auto.—Te dije que sería una sorpresa.—Pensé que era de broma.Él extendió su mano hacía mí, la tomé con cautela. Nos adentramos al recibidor, había tres personas,
EROSSer el último hermano West no es tarea fácil.Tenía cuatro años cuando mis padres se separaron, en realidad no recuerdo mucho a mi padre en esa etapa de mi vida y mi madre, bueno, ella debía ser ausente por asumir la presidencia del corporativo.Adam tuvo que hacerse cargo de nosotros, él tenía trece años cuando asumió su rol de padre y por eso guardo cierto respeto hacia él, siempre cuidó de mí y me instruyó. Cuando él subió a presidencia, mi madre se quedó en casa, desde entonces ha sido terriblemente hostigante.Adam y Nicholas corrieron con la suerte de irse de casa tan pronto como pudieron, pero a mí me dejaron con ella, arrastrándome a todos lados donde ella quisiera, compensando la ausencia, a pesar de ser hostigante, orgullosa y ocurrente, es una madre misteriosa.El tiempo que he estado con ella, indirectamente, me ha enseñado su forma de ser, al principio creí que solo era quisquillosa, pero guarda muchos secretos. Además de que descubrí que mi habilidad era la observac
ADAM—Tengo algo interesante que mostrarte—masculló Eros del otro lado.—No es un buen momento—gruñí, sin dejar de mirar al bastardo frente mi—, te llamaré después.Segundos antes el primer imbécil más odiado de mi vida había abierto la puerta sin previo aviso. No esperé a que Eros contestara, tenía un asunto más delicado que tratar. Dejé mi celular a un lado. —¿Qué mierda haces aquí? —pregunté áspero.—Tengo el derecho a venir cuando quiera ¿no? —se acercó hacia mí, quería soltarle un puñetazo en su maldita boca—, escuché que estabas en problemas—sonrió burlón—, venía a rescatar a mou fílos—(mi amigo). —En primer lugar, no somos amigos—lo miré con recelo—, y no estaba en problemas—le devolví la burla—, además, no tienes ningún derecho a venir aquí cuando quieras, debes hacer una maldita cita.—Dony—bufó—, ¿seguirás molesto conmigo? —continuó con aquella burla en la puta cara—, esa riña fue hace mucho, sabes que me dedico a ello.Me estremecí.—¿Qué quieres aquí, Xander? —lo miré f
HOLLYVi a Eros marcharse, la sonrisa de mi rostro cayó.Adam.El sonido de su nombre en mi cabeza era como una serpiente venenosa moviéndose entre la suciedad, subiendo por mi cuerpo y enredándose en mi cuello hasta asfixiarme.Estará aquí de nuevo.Todo mi cuerpo se erizó.¡No! no puede ser, no cuando al fin me decidí salir con alguien.Me llevé las manos a la cabeza.Después de que los mellizos nacieron, tuvieron que pasar dos años para que tuviera citas, debido a la insistencia de Dakota, no duraba mucho, no pasábamos de la segunda cita, no había “conexión”Para una madre soltera es difícil tener citas decentes.Ahora conozco a este tremendo imbécil y me dejo llevar… ¡estoy mal!Incluso mi celular no deja de notificar las decenas de conexiones que hay en esa hostigante app de citas a la que Dakota descargó sin mi consentimiento, pero tampoco me he dado el tiempo para eliminarla. Nunca se sabe lo que pasará con Rafael.Debo admitir que, en mi momento de debilidad, furia y melancol
DAKOTAHolly me miró con cierto enfado y como no.—¿De qué hablas? claro que no—la tomé del brazo—. Anda, vamos, que se nos hace tarde.—Te conozco desde hace años—gruñó—, estás mintiéndome.Le sostuve la mirada, ok, no la puedo engañar, pero, tampoco le puedo contar todo, no aún.—Está bien, lo admito, tuvimos un par de llamadas, nada más—enarcó una ceja—, es cierto.—Dakota, ¿si recuerdas lo que dijo?—Claro que lo recuerdo, pero le estoy haciendo la vida imposible—de pronto, tras la puerta, nuestra profesora comenzó la clase—, ¿charlamos luego? Ya comenzó—. Holly apretó los labios, pero no contestó.Ya me lo temía, sabía que se molestaría, pero ya pasará....2 MESES ATRÁS. Partirle ese llavero a Nicholas en la cabeza fue bastante satisfactorio, al igual que su rostro sorprendido.—Daky…—Ya veo lo que intentabas hacer, maldito caza faldas, intentabas seducir a mi amiga.Nicholas me devolvió la mirada con dureza.—No lo entenderías.—¿Entender qué? te doy un minuto para explicar
HOLLY—¡Papi! —los niños soltaron mi mano y corrieron a abrazar a su padre.Aminoré mi paso, viéndolos, James se agachó extendiéndole los brazos y los niños chocaron contra él. Mi corazón se estrujó por lo contentos que estaban los niños.—Los extrañé tanto—les besó la frente.Hace años James siempre se había visto serio y un poco hostil con las muestras de afecto en público, siempre quise tomarle la mano al caminar, incluso chocar nuestros brazos, pero él siempre rehuía. Verlo ahora con los niños, abrazándolos y besándolos, con esa ancha sonrisa, me pareció lo más hermoso que haya visto jamás, sentía el corazón hinchado.—Bienvenido—le dije en cuanto me acerqué.Él levantó la vista y me sonrió, el recuerdo de una sensación pasada me asaltó.—Gracias, de verdad los extrañé.Antes de que mi cerebro pensara en otras cosas (aunando el subidón de hormonas por el que estaba cruzando), preferí desviar mi atención.—¿Nos vamos? está anocheciendo.Él asintió y dado que los niños no querían se
HOLLYBien Holly, tu puedes hacerlo.Me vestí a propósito con ropa seria.Alejé de mí los vestidos, las faldas, los escotes y las zapatillas.Pantalón de vestir beige, blusa negra de cuello de tortuga y manga larga, botines al tobillo, el cabello recogido en un moño, ya había practicado lo suficiente con Alice esto de los peinados, collar, mis tres pequeñas arracadas en cada oreja. Rímel y gloss rojo.Sencilla, sofisticada, pero bonita y, sobre todo, no destacable.Lo menos que quería era llamar su atención, así para cuando saliera de la reunión y llegar a mi cita con Rafael, al menos podía deshacerme el moño y no verme tan rígida. Bien, respiré profundo, tomé mi bolso y mi abrigo.Ya salgo— le mandé un texto a Dakota.Salí de mi casa, eran apenas las cuatro de la tarde y ya comenzaba a hacer frio.—Algo me dice que no va a ser un buen día—mascullé.Me dirigí hacia la dirección que Eros me había proporcionado, allí vería a Dakota, encendí la radio, un poco de música no me haría mal
Holly se profesional, me repetí una y otra vez.Cuando la exposición de Eros terminó, las luces de la sala se iluminaron poco a poco.—Señor Xander—habló seriamente Adam, notas de frialdad en su voz—, con esto demuestro que su caridad, está siendo excelentemente manejada.Xander, sin dejar ese aire burlón se volvió hacia Adam.—Me alegra oír eso.Miré a hurtadillas mi reloj, apenas una hora y esto solo se trataba de mero formalismo.—Como sabrán—comenzó Eros—, todos los años realizamos una celebración de fin de año con el propósito de que los proyectos y los patrocinadores convivan en una cena a beneficio, para el Colegio De La Rosa, será su primer año en participación.Entonces así es como nos definen, como Proyectos y a los ricachones filántropos como Patrocinadores, es algo clasista y elitista si lo analizamos bien.Nicholas se levantó, proyectó en la pantalla unas animaciones.—Se les pide a los proyectos que realicen un bosquejo de un deseo adicional—comenzó—. Este deseo se basa