AVA
EN EL DORMITORIO Comenzaba a dolerme la pierna, así que me tomé los analgésicos que me habian dado en el hospital, y me recosté en mi cama, ¿Cómo es que me había pasado algo tan estúpido? Iba caminando distraída buscando la ruta correcta del autobús que quería tomar hacia la galeria, solo que eso no se lo dije a Diego, el tonto que me golpeó con su auto. - Ava, ¿Qué te pasó?- dijo sorprendida mi amiga al verme, cuando llegó de sus clases. Allison era mi amiga y compañera en la habitación del campus, nos resultaba mejor de esa manera, porque pagamos menos por el alojamiento, aunque ella estudiaba filosofía. -Crucé por el estacionamiento y un estúpido me arrolló, y ahora tengo que llevar esto por unas semanas hasta que sane - señalé mi férula. - Dime quién es para poder ir a golpearlo- hizo un gesto, golpeándose repetidamente la mano abierta con su puño. - Gracias, pero, la verdad es que se portó muy bien, me llevó al hospital y se hizo cargo de todos los gastos, hasta me trajo aquí y. . . dijo que me llevaría mañana a mis clases. - Mmm, aja, todo un caballero, y. . . ¿Cómo es? - Ah, realmente no me fije mucho en eso, es que me sentía muy enfadada - mentí, porque si lo habia observado bien, alto, cabello muy oscuro, y unos ojos grises que me quitaron el aliento.- Es español, y tiene un curioso acento, eso si te lo puedo decir. - ¿De verdad? a mi me gustan los extranjeros. - Pues tal vez lo puedas conocer, aunque se nota que es algo. . . arrogante. - Eso no me importa, con que sea atractivo, es suficiente, y dime ¿estás bien?. -Si, estoy bien. - Entonces voy por algo para comer y después seguimos hablando de tu estúpido chico extranjero. Muy atractivo, esa era la palabra exacta para describirlo, y siendo honesta, me habia causado una gran impresión. AL DIA SIGUIENTE Ya habia bajado a la entrada del edificio, salí con algo dificultad y no vi a nadie, suspiré resignada, ya sabía que no debía confiar en un extraño para esto, ahora tendria que caminar hasta la parada del autobús para poder irme y llegaría tarde a mi primer clase. Una suv color rojo se detuvo, y de ahí bajó el tipo de ayer, llevaba unos jeans azules y una camisa de vestir de un color más claro, con las mangas dobladas hasta los codos, no podia creer lo bien que se veia. - Siento llegar tarde, le pedí el auto a un amigo, porque crei que no podrías subir al jep. por tu pierna. - Ya iba en camino a tomar el autobús. El se río nervioso - Pues venga, vamos o se nos hará tarde a los dos. Me ayudó a subir, y puso las muletas en el asiento de atrás. Arrancó el auto y aceleró como si fuera a competir en una carrera. - ¡Oye, oye, despacio o vas a arrollar a alguien más!- exclamé asustada. - Disculpa. Disminuyó la velocidad, e ibamos en silencio, se acercó para encender la radio, y mentalmente lo agradecí, porque el silencio comenzaba a ser incómodo. - ¿De dónde eres?- dijo por fin. - Lakeport. -¿Está lejos de aquí? ¿Que hay de bueno ahi? - Pues está a unas cuantas horas, y no hay mucho que decir, hay un gran lago, se puede navegar en bote o nadar, tambien está el maridaje. . . - ¿Maridaje?. . . - Si, ¿no sabes que es?- sonreí. - Por supuesto que sé lo que es, solo que es raro que alguien de tu edad lo sepa. - Ja, - reí - seguro que tú eres muy viejo, ¿en que año estás? - Último año de negocios internacionales, ¿y tú? - Primer año en artes- lo miré de reojo, definitivamente era bastante atractivo - ¿Puedo preguntar porqué viniste a este país a estudiar? sé que en España las universidades son muy buenas. - Ah, es que queria conocer otros lugares, tener una experiencia nueva, investigué y este lugar me pareció ideal, ¿y tu porqué escogiste esta universidad? - Porque es muy buena y tenia la carrera que queria estudiar, también queria cambiar de ambiente y conocer otros lugares. Me sonrió, se veía mas atractivo de esa manera y me hizo sonreir también. - Señorita Davis, llegamos a su destino- anunció. Aparcó en un lugar para discapacitados, y me ayudó a salir del auto, me dió las muletas y me acompañó hasta la puerta. - ¿A que hora vuelvo por ti? - No te preocupes por eso, hablaré con mi amigo Asher, él tiene unauto, le pediré que me lleve de regreso a mi dormitorio. - Bien, cómo quieras, - suspiró- nos veremos mañana en la entrada de tu dormitorio ¿misma hora? - Claro, gracias. Subió a su auto y lo perdí en el tráfico de la ciudad. - ¿A quien ves?- mi compañera, Susan habia llegado junto a mi. - A nadie, ¿me ayudas? - Claro, - le di mi mochila y acomodé mis muletas - vamos a la clase. Por supuesto, lo esperaría al siguiente dia con ansias.DIEGO Trascurrieron dos semanas, ya me sentia fatigado por tanto ir y venir todos los dias, porque debía levantarme más temprano para poder llevar a Ava a sus clases y luego llegar a tiempo a las mías, no veía el momento en que le quitaran la férula de su pierna para poder dejar de hacer esto. Ese dia me llamó mi padre, porque vió los movimientos de la tarjeta de crédito y se preocupo, pero después de explicarle todo se enfadó. ** - ¿Acaso no te dije que tenias que ser prudente?- mencionó algo tenso- Eso pudo haber sido peor, y estarías en un problema más grande. - Lo sé papá, pero ya lo resolví, de hecho estoy llevando a la chica a sus clases, hasta que pueda moverse con normalidad. - Bien, pues espero que aprendas la lección, y no vuelva a ocurrir algo asi ¿entendiste? - Si papá, y no le digas a mamá. - Muy tarde, dijo que después hablará contigo, ya sabes que yo no tengo secretos para ella. - Lo sé, papá- exclamé resignado - hablamos luego.** Resoplé, hablar con
AVA Diego se quedó de pie, frente a mi, en la entrada del dormitorio, mirándome fijamente, me habia ayudado a salir del auto, y tuve que abrazarme de él porque casi me caia. - Disculpa por haberte abrazado- me sentía apenada. - No lo hagas, no te disculpes, al final la culpa es mia por arrollarte. Debia decirlo, porque no era de las personas que sabían mentir. Bajé la cabeza - Debo confesarte que, iba distraída ese día, estaba frustrada por haberme perdido y no puse demasiada atención al cruzar el estacionamiento, lo siento - puse una sonrisa tensa, de disculpa. - Como dije, no es necesario, ¿vale?- tomo mi barbilla y me hizo mirarlo, sus ojos grises me tenian fascinada, pero eso, no podía confesarlo. - Tus ojos son tan bellos- afirmó. Baje mi rostro, el calor subía y bajaba por mis mejillas, sentia que me sonrojaba y no podia hacer nada para controlarlo. - Ava, ya me voy, recordé que tengo algunas. . . tareas. . . pendientes, pero nos veremos mañana temprano. - R
DIEGO ¡Flipaba en colores! las semanas que pasaron habian sido de pura tentación, llevándola tan cerca de mi en mi auto, y sin poder tocarla, porque desde el dia que la conocí, solo había pensado en cómo se sentiria besar sus labios, y ahora. . . ya lo sabia, el problema era que queria seguir haciéndolo y no podia comprometerme demasiado. ***** Al contrario de a sus amigos, a ella podía escucharla hablar durante horas de su pasión por el arte y la fotografía, que era a lo que queria dedicarse, la miraba mientras hablaba, con mi cabeza apoyada en mi mano, viendo los gestos exagerados que hacía con sus manos y sonreia cuando imitaba el sonido del clic de una cámara. - Pero solo estoy hablando yo, ¿no piensas decir nada? - Solo te observo y te escucho - respondí mientras me llevaba una palomita de maiz a la boca, estabamos sentados en el parque cerca de su dormitorio, hicimos un pequeño picnic y ya solo quedaban las palomitas. - Dame- dijo enérgica. - Nooo, son mías.- abr
DIEGO - ¿¡Que no somos nada!?- dije alterado- he metido mi lengua en tu boca no se cuántas veces y he sentido la calidez de tu cuerpo pegado al mio cuando me besas ¿y te atreves a decir que no somos nada?. Sali del auto, y cerré la puerta bruscamente, debia calmarme, en eso era muy parecido a mi padre, con su caracter explosivo, me agaché, respiraba con dificultad, y me concentré solo en eso. - Respira, solo respira- me dije. No sabía que los ejercicios de relajación de mi madre me servirían en este momento. Por fin me calmé, y entonces me di cuenta de la absoluta y cruda verdad, de que ella y yo, no podriamos llegar a ser nada más, ni siquiera amigos con derechos, por mucho que lo quisiera, porque no seria justo para ninguno de los dos. Entré al auto, arranqué y la llevé en silencio hasta su edificio. - Diego. . . - No digas nada por favor - dije en voz baja, la ayudé a bajar, y le di las muletas. - Mañana pasaré por tí, a la misma hora. - Gracias, de verdad.Es
AVA Era el dia de la graduación de la clase de negocios de Diego, por fin habia terminado su carrera, yo quería ir para poder verlo aunque sea a lo lejos, Allison me dijo que era una mala idea, pero nada me impidió llegar ahi. Cuando lo ví pasar por su diploma, me llené de orgullo, porque aunque habia sido poco el tiempo que habiamos pasado juntos, fue extraordinario, sentí que habia conectado con él de una forma que jamás imaginé. Sus padres habian venido, lo sabía porqué el hombre a su lado era muy parecido a él, era tan alto como él, y su madre tenia ese mismo color de cabello que lo hacia verse tan interesante. Yo queria acercarme para verlo mejor, pero la mano de Allison me detuvo. - Ava, no, no vayas, él fue muy claro, te dijo que no podían estar juntos, y además ni siquiera lo intentó, no vale la pena, ya no te tortures. La miré con tristeza, porque yo sabía que tenia toda la razón, ya iba a irme, pero, de repente escuché su voz. - ¿Ava? - era muy tarde, ya me ha
AVA El lugar a donde me habia llevado era muy elegante, ahora podia entender la elección del vestido, los padres de Diego vestían de manera más formal, cuando llegamos al restaurante, me recibieron con una enorme sonrisa. - Ava, te ves hermosa- señaló su madre. - Gracias señora Ferrer, usted también se ve muy bien. - Oh, no, no, nada de Ferrer, soy Santos y si quieres, puedes decirme Sam. Diego levantó las cejas sorprendido por el comentario, me ayudó a sentarme y después lo hizo él. Entonces, comenzó el interrogatorio. - Dime Ava, ¿que es lo que estudias? - dijo su madre. - Oh, acabo de terminar el primer año en artes, después quiero hacer fotografía profesional o tal vez la haga en verano, aún no lo decido. -¿Artes? -me miró sonriente - mmm ya me agradas más ¿Y tus padres? ¿ Dónde vives? - Soy de un lugar llamado Lakeport, a unas horas de aquí, ahí estan mis padres, y por ahora vivo en el campus. - Sam, ya deja en paz a la chica.- dijo su padre.- basta de pre
DIEGO Tres años han pasado, desde la última vez que la vi, desde el dia que rompí su corazón, sé por un amigo que la conoce, que es de las mejores de su clase, y también sé que pronto va a graduarse, me gustó saberlo, discretamente la he seguido a través de sus redes sociales, y solo puedo decir que se ha convertido en una hermosa mujer. Mi padre me sorprendió mientras estaba en la oficina, viendo algunas fotografías de nosotros que aún conservo en mi teléfono, porque he tenido algunas citas pero, ninguna me atrae tanto como lo hacía ella, y ninguna me hace reir como lo hacia ella, y besarla siempre fue un placer para mi. - Hijo, debemos hablar, vamos a mi oficina. Ya habia conseguido un puesto en la empresa de mi padre, pero habia comenzado desde abajo y poco a poco fui escalando, el decía que asi aprenderia mejor el manejo de la empresa y tenia razón. - Debo hacer un viaje, en un par de semanas, y dada tu experiencia y preparación, quiero que. . . - Quieres que te sust
AVA ¡Todos estabamos muy felices! Hoy era el dia de nuestra graduación, mis padres habian venido desde Lakeport, sabia que se sentian orgullosos de mí, me habian dado muestras de cariño desde que llegaron, los tutores querían que diera el discurso de despedida, por haber sido la mejor, pero lo decliné, no me sentía a gusto hablando en público, asi que mi amiga Susan se encargaría, no podía estar más feliz por ella, porque tenía el don. El lugar donde seria la ceremonia estaba completamente lleno, y sonaba una ligera música de fondo que se mezclaba con el bullicio de las personas, y, no se porqué pero vino a mi mente el recuerdo de Diego, no queria sentirme triste, sabía por un amigo mutuo que estaba muy bien en España, y que trabajaba con su padre, pero no sabia nadamás, seguramente a estas alturas, ya tendria alguna novia. Dejé esos pensamientos a un lado, porque ya iba a comenzar la ceremonia, el ruido cesó y el decano comenzó con el clásico discurso de apertura, después Sus