Capitulo 7

AVA

Era el dia de la graduación de la clase de negocios de Diego, por fin habia terminado su carrera, yo quería ir para poder verlo aunque sea a lo lejos, Allison me dijo que era una mala idea, pero nada me impidió llegar ahi.

Cuando lo ví pasar por su diploma, me llené de orgullo, porque aunque habia sido poco el tiempo que habiamos pasado juntos, fue extraordinario, sentí que habia conectado con él de una forma que jamás imaginé.

Sus padres habian venido, lo sabía porqué el hombre a su lado era muy parecido a él, era tan alto como él, y su madre tenia ese mismo color de cabello que lo hacia verse tan interesante.

Yo queria acercarme para verlo mejor, pero la mano de Allison me detuvo.

- Ava, no, no vayas, él fue muy claro, te dijo que no podían estar juntos, y además ni siquiera lo intentó, no vale la pena, ya no te tortures.

La miré con tristeza, porque yo sabía que tenia toda la razón, ya iba a irme, pero, de repente escuché su voz.

- ¿Ava? - era muy tarde, ya me habia visto.

Me giré lentamente para verlo, hasta quedar frente a frente.

- Hola, lo siento, pero ya nos vamos.

- Puedes esperar, mis padres estan aquí y quieren conocer a la chica que arrollé- plasmó una sonrisa amable en su rostro.

No entendía para qué, pero, al final, accedí, porque la verdad, es que tenia mucha curiosidad por conocerlos.

Caminamos hacia ellos, con mis nervios a tope y mi corazón acelerado.

- Papá, mamá, ella es Ava, la chica del arrollé, Ava, ellos son mis padres, Gabriel y Samantha.- dijo de manera formal.

- Hola, Diego me habló de ustedes, - les di la mano a ambos- ya saben mientras me llevaba a mis clases en su auto, cuando no podia moverme con rapidez.

- ¡Que linda eres!- exclamó su madre.

- Asi es cariño- dijo su padre, la tomaba de la mano mientras hablaban, y noté los ojos grises de su padre.

- Ahora veo de donde viene la mirada de Diego.- dije sin pensarlo.

- Oh, si, sus ojos son de un color muy interesante, ¿verdad?- exclamó su madre- fue una de las tantas cosas que me gustaron de él - aclaró sin dejar de verlo.

Me hizo sonrojarme, por la forma en cómo se veian entre ellos y baje la mirada, estaba desesperada por huir de ahí.

- Tengo que irme, mi amiga me está esperando- señalé a Allison.

Ella murmuró algo al oido de su esposo y el asintió.

- Vamos a quedarnos un dia más aqui, ¿te gustaría ir a cenar con nosotros?- me preguntó.

-¡Madre! - la miró Diego- seguramente Ava tiene otras cosas que hacer.

- No acepto una negativa - señaló su padre- si no me crees, pregúntale a su madre- y se río.

- Basta, Gabriel- lo reprendió.

- Claro, con gusto iré - respondí.

- Diego irá por ti y nos veremos ahí.

Balbuceé un escueto gracias y me fui de prisa.

*

No podia encontrar un vestido lo suficientemente lindo para ver a sus padres, al final, me di por vencida, así que solo tomé uno y me lo puse, un vestido de flores no era tan mala elección para el verano, me maquillé un poco y sujeté mi cabello en una coleta, bajé cuando Diego me envió un mensaje de que me estaba esperando, al verlo me quedé paralizada, usaba un traje azul oscuro sin corbata, y una camisa blanca, estaba para comérselo.

DIEGO

Sabia que no tenia un vestido adecuado para la cena, asi que habia ido a comprar uno de acuerdo al lugar a donde ibamos, mis padres eran muy exclusivos en ese aspecto, la vi salir de su dormitorio con un vestido de flores, si solo fuera mi cita, no estaría mal, pero, no se trataba de eso.

- Crei que no tenias un vestido apropiado, asi que por favor ponte este, venga, vamos, que se hace tarde -dije dándole una bolsa con la ropa de una tienda exclusiva.

***

No podía dejar de verla, el vestido color turquesa, resaltaba sus bellos ojos, se soltó su cabello y se puso el perfume que tanto me gusta.

- Te ves muy linda, y me encanta tu aroma.

- Diego, pon los ojos en el camino, no querrás tener otro accidente.

El constante movimiento de sus piernas mostraba su nerviosismo, probablemente por la cena, tal vez mis padres la intimidaban, yo ya les había advertido que Ava no sabia quien era yo realmente, solo esperaba que esto de la cena saliera bien.

- Oye, calma- toqué su pierna, deteniéndo el movimiento de inmediato.

Tocarla, eso era lo que más deseaba hacer desde hacia mucho tiempo, y hubiera querido tenerla en mi cama, besar cada centímetro de su suave piel, y rendirme a sus pies, le daría absolutamente todo lo que me pidiera, quería que entrara en mi mundo para no dejarla ir jamás, pero ella aún era joven y no queria interponerme en su futuro, porque si lo hacía, nunca me lo perdonaría.

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