Capitulo 4

AVA

Diego se quedó de pie, frente a mi, en la entrada del dormitorio, mirándome fijamente, me habia ayudado a salir del auto, y tuve que abrazarme de él porque casi me caia.

- Disculpa por haberte abrazado- me sentía apenada.

- No lo hagas, no te disculpes, al final la culpa es mia por arrollarte.

Debia decirlo, porque no era de las personas que sabían mentir.

Bajé la cabeza - Debo confesarte que, iba distraída ese día, estaba frustrada por haberme perdido y no puse demasiada atención al cruzar el estacionamiento, lo siento - puse una sonrisa tensa, de disculpa.

- Como dije, no es necesario, ¿vale?- tomo mi barbilla y me hizo mirarlo, sus ojos grises me tenian fascinada, pero eso, no podía confesarlo.

- Tus ojos son tan bellos- afirmó.

Baje mi rostro, el calor subía y bajaba por mis mejillas, sentia que me sonrojaba y no podia hacer nada para controlarlo.

- Ava, ya me voy, recordé que tengo algunas. . . tareas. . . pendientes, pero nos veremos mañana temprano.

- Recuerda que mañana es sábado y no hay clases.

Eso lo hizo reir - Entonces te veo en dos días, pero si necesitas algo, solo llámame.

*****

SÁBADO POR LA NOCHE

Me debatía entre llamarlo o no, todo el día habia pensado en eso, solo quería escuchar su voz, ya tenía el teléfono en mi mano y comenzó a sonar tan de repente que casi se me cae.

**- ¿Ava que haces?

- Ho. . . hola Diego, nada, no estoy haciendo nada en este momento, de hecho iba a llamarte, aunque ya olvidé para qué -** me sinceré.

Hubo un momento de silencio.

**- ¿Quieres cenar conmigo? Solo tú y yo.

- Vale.

- En 5 minutos estoy ahi**

Me levanté y me arreglé un poco, pinté mis labios y me cepillé el cabello, tampoco quería parecer que me esforcé mucho solo para salir a cenar.

Recibí un mensaje, ya me estaba esperanddo abajo.

- Hola- Saludé en cuanto lo vi.

- Hola, te ves muy bien- me ayudó a subir a su auto, condujo despacio hasta una cafeteria cerca del campus, ubicamos una mesa apartada y pedimos, nos sentamos muy cerca uno del otro.

- Me gusta este lugar, es cómodo, y la comida es rica, todo es muy guay.

- ¿Guay?

Suspiró - A veces olvido que eres americana, y no sabes de lo que hablo, - me miró fijamente- pero creeme que encajarías muy bien en España- alargó la mano y recogió mi cabello detrás de mi oreja.

- ¿De verdad crees eso?.

- Yo siempre hablo en serio- miró mis labios por un momento, después se sentó erguido y ya no dijo nada.

Trajeron nuestro pedido, y pasamos un rato intercambiando opiniones acerca de la cena.

- ¿Quieres probar?- dijo mostrándome su sándwich de tres quesos.

- Claro- de repente lo acercó a mi boca y le di un pequeño mordisco, luego rozó mi labio inferior con su pulgar.

- Tenias . . . una mancha.

Dejé de comer, solo podia verlo a él y a sus penetrantes ojos grises, se acercó a mi y rozó mis labios con su boca, la abri un poco y no dudó en tomarla por completo, mordiendo mis labios, sujetando mi rostro entre sus manos.

- Delicioso . . . el sándwich.- dije.

Se río pegado a mis labios, y luego se separó un poco para observarme.

- Me encanta tu mirada, y tus labios. . . son tan tentadores, la verdad es que me moría por besarlos desde hace tiempo.

-Pues hazlo de nuevo- respondí ruborizada.

Mordió mi labio inferior, y después me besó, abriéndose paso al interior de mi boca, sabia tan bien, cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación.

- Ava, me gustas mucho pero, solo voy a estar este año en este país, no creo que. . .

Lo interrumpí, poniendo un dedo sobre su boca.

- Diego, no pienses en eso, ¿te parece si solo disfrutamos el momento?, qprovechar el tiempo que estes aqui, también me gustas y estoy consciente de que solo será por un tiempo ¿Vale?

- Vale.

Terminamos de cenar, después me llevó a los dormitorios, y me acompañó hasta la entrada del edificio.

Se acercó y me besó una vez más, de nuevo invadiendo mi boca, pegando mi cuerpo al suyo, podia sentir su calidez, lo estaba disfrutando mucho, y no queria que se terminara el contacto.

- Si necesitas algo, puedes llamarme- susurró cerca de mi labios- hasta mañana, hermosa Ava.

- Hasta mañana Diego.- sonreí porque eso habia sido muy lindo.

El esperó a que cruzara la entrada, subió a su auto y después lo escuché alejarse despacio

Habia sido uno de los besos más deliciosos que haya recibido en la vida.

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