Cuando Miranda y Manuel llegaron a su casa, ya era bastante tarde, habían ido a cenar y caminaron un poco.Ambos se veían muy cómodos y sonrientes, cualquiera que los viera jugaría que era una pareja pacífica
Miranda no mucho después, se percató de las Miradas de Manuel. Cuando ella pasaba por las tiendas o quería comprar algo, por pequeño que fuera; él pagaba y la miraba con cierto grado de autosuficiencia, combinado con arrogancia y un toque de vergüenza. Ella alzó la ceja ante el curioso descubrimiento, aunque le pareció más como si viera a un niño pequeño, le pareció algo gracioso, al inicio; no le dió mucha importancia, no obstante, algunos de sus comentarios "románticos", comenzaban a erizarle la piel, pero también trataron de ignorarlos debido a su personalidad."Sólo está jugando" pensó varias veces.Al llegar a la puerta del departamento de ella, Manuel la tomó de las manos y jugueteó con ellas por un momento—Miranda, mañana presentaré mi tesis. Sé que tal vez no es la gran cosa, pero me gustaría que estuvieras ahí.Ella sabía la gran importancia que tenía eso. Le sonriendo cálidamente como siempre y con una emoción no disimulada le mostró todo su apoyo.—Claro que sí, ahí estará. Te aseguro que todo saldrá bien. —Manuel al verla, se sintió con el pecho tan lleno, pero al mismo tiempo se sintió con un hambre insoportable muy difícil de soportar. Se acercó a ella y lentamente se acercaron a la pared, mientras él recargaba su mano en la misma, acunó su rostro y con su mano libre, con el pulgar, acarició sus labios rosados.Su mirada anhelante no se disimuló y abrió un poco sus propios labios con una sensación de sed. Miranda lo miró sorprendida, por un momento, no supo cómo reaccionar, su guapo y serio rostro era irresistible. Ella misma no podía creer que no hubiera notado nunca tal encanto.Debido a sus trabajos se mantenía en forma, la mayor parte del tiempo tenía un semblante frío y serio, pero siempre que la veía sonreía para ella.Parecía un Adonis perfecto.Sí él de verdad la amaba como la hacía sentir, entonces…En silencio, Manuel se acercó a su rostro y le dio un ligero beso en los labios. En ese instante, sintió como si una llama ardiente se encendiera dentro de él. Poco a poco se fue profundizando el beso, haciéndolo más intenso y dominante. Miranda cerró los ojos, pero debido a su inexperiencia, se sintió un poco torpe. Manuel se separó de ella y la tomó del mentón delicadamente.La miró como si fuera una presa indefensa, que estaba anhelando devorar y su mirada se volvió más profunda. Esa sensación era tan ardiente y desesperante, pero al mismo tiempo le provocaba un miedo involuntario de lastimarla, esas sensaciones parecieron tan incongruentes con él mismo que era frustrante, sin embargo, al mismo tiempo lo volvía loco.Miranda nunca se imaginó que Manuel podría despertar una excitación y expectativa tan grandes, sus respiraciones se fueron agitando. Y llegó un punto en el que Manuel la sostuvo de la cintura para apoyarla; se sintió en las nubes, deseada, cuidada y al mismo tiempo afortunada. Era un hombre tan maravilloso y sólo tenía ojos para ella en todos sus años de conocerse.Y en ese momento, parecía que Manuel ya estaba preparándose para dar el siguiente paso.Él ágilmente la levantó haciendo que sus piernas abrazaran su cintura, abrió la puerta y la llevó a la habitación mientras la besaba cada vez más posesivamente.Miranda comenzó a sentir dolor en una parte incómoda de su cuerpo, y se sintió un poco avergonzada al sentir la humedad entre sus piernas, pero no quería detenerse.La recostó en la cama y entre jadeos Manuel se detuvo un momento, el admirador bajo la débil luz de la luna que entraba por la ventana. Y sonriendo al ver su rostro sonrojado e incómodo. —¿Hay algo mal? —preguntó él, mientras bajaba suavemente a besar su cuello delicadamente. Ella ante la nueva sensación, presionó un poco sus piernas alrededor de él y se retorció con un poco de ansiedad. Manuel bajó un poco más y comenzó a desabotonar su blusa. Sin embargo, Miranda, se sorprendió y lo empujó por reflejo asustada.Se sentó en la cama y Manuel quedó arrodillado en el suelo, mirándola un poco desconcertada.—Eh... Yo… —tragó saliva nerviosa, asustada y apenada. Manuel captó su inquietud y sonriendo negando con la cabeza. Se puso de pie, la acercó tomándola por la nuca y besó su frente. Soltó un pesado suspiro y volvió a mirarla.—No te preocupes, entiendo. Fui muy impulsivo. Perdóname. —tomó una sábana del clóset y la envolvió en ella. Miranda bajó la mirada y presionó la sábana. Manuel notó su preocupación y confusión por lo que trataba de tranquilizarla. —No pasa nada, no tienes por qué sentirte mal o incómodo ¿de acuerdo? —se acercó a la puerta y le sonrió antes de salir.Miranda levantó la vista y la sonrisa despreocupada de Manuel la hizo sentir algo culpable, y, al final, quedó en silencio en la oscuridad tratando de procesar todo. Y, sin embargo afuera, en cuanto cerró la puerta, el semblante de Manuel se volvió serio, frío e intimidante. Salió del departamento de Miranda pero no entró al suyo.Dejó el edificio, y se dirigió a otro lugar.***********Entrando al lugar, Manuel escaneó el bar, se sentó en el lugar más oscuro y pidió un trago. No pasó mucho para que una hermosa chica se acercara contoneándose coquetamente.—Hola cariño~ Creí que no vendrías hasta dentro de una semana. —Manuel no respondió, y continuó bebiendo con una mirada oscura. Emily se sentó junto a él y levantó su falda mientras cruzaba sus bellas piernas. La mirada de Manuel, la recorrió en un segundo, ella se emocionó y con sutileza puso su mano en la pierna de Manuel —Sé lo que viniste a buscar, ¿No quieres que te sirva hoy? —Su voz sensual hizo cosquillas en la oreja de Manuel, que en un instante. Se giró y la besó agresivamente.Emily respondió y en poco tiempo se pudo escuchar sus coquetos gemidos a través de sus labios. Él se puso de pie y salió del lugar sin mencionar una sola palabra, y Emily rápidamente corrió tras él.En la habitación, los fuertes gritos y gemidos provocaban que cualquiera que escuchara se sonrojara. Manuel se volvió una bestia insensible en el momento en el que entraron.No le importaba nada más que desahogar su frustración, y Emily encantada; Sentía una gran sensación de triunfo y emoción al acostarse con el perfecto hombre que más amaba su mejor amiga.Al terminar, Manuel se fue de inmediato al baño mientras Emily lo seguía con la mirada con una sonrisa encantadora; cuando comenzó a vestirse ella, acarició suavemente el dorso de su mano. —¿Vas a irte así simplemente?Manuel la miró indiferente y Emily sintió un pinchazo de vergüenza. Tragó incómoda y trató de no romper su tierna imagen. Lo miró como si se sintiera apenada e impotente.—Sabes que no tengo opción ¿verdad? No tengo a nadie, estoy sola y necesito pagar mis propios estudios y todo. Manuel, sé que soy una mujer que ya no puede considerarse decente pero… —Él se acercó y la miró desde arriba, de una manera fría y distante.—¿Desde cuándo una prostituta le da explicaciones a sus clientes? —Él terminó de vestirse y arrojó el dinero a la cama. —Lo dijiste muy bien antes, sólo buscaba una cosa. Pagué por ello, ahora me voy. No me interesa tu difícil existencia. —Manuel encendió un cigarrillo y se fue sin mirar atrás.Emily, rechino los dientes furiosa por la envidia y la humil
Un pequeño niño, escuchaba del otro lado de la puerta. —Ése niño no es nada para mí, sí quieres puedo dejarlo en un orfanato o algo. Ya te dije que sólo… —El hombre que fumaba recostado en la cama sonrió y se acercó a ella, acarició su mejilla y su cara mostró una expresión de burla.La mujer se sintió incómoda, pero trató de conservar su sonrisa. —¿De verdad crees que me voy a tragar el cuento de que ése niño no es tuyo? No hace falta mucha imaginación o inteligencia para saber de quién es. Vanessa, ese niño es mi hermano menor ¿No es así?Ella sintió como cada gota de su sangre cayera de golpe, se quedó sin palabras y su mirada consternada provocó otra sonrisa de burla del hombre. —Fuiste su secretaria casi diez años, y repentinamente desapareciste. Me rompiste el corazón ¿Sabes? traté por todos los medios de crecer y hacerme un lugar en la empresa para que mi padre aceptara nuestra relación. Pero no fuiste más que una sucia, traidora y mentirosa. —Vanessa más que nadie en ese momen
Pasaron varios meses más, Tobías y Manuel comenzaron a llevarse bastante bien. Aunque se escondían para hablar la mayoría del tiempo, a Vanessa en realidad nunca le importó. Al contrario, debía reconocer que Tobías era una persona íntegra, que siempre hacía todo con legalidad. Llegando al punto de no casarse o salir con nadie mientras estaba con ella. Ese día la habitación estaba a oscuras y sus respiraciones comenzaban a normalizarse. Vanessa estaba a punto de levantarse e irse cuando Tobías la tomó de la mano.—Por hoy... Duerme conmigo. —Ella suspiró y se recostó junto a él. Tobías estaba esperando que se recostara en su pecho, pero ella le dio fríamente la espalda y se durmió. Se sintió tan vacío y patético…En el transcurso de la noche esperó que en sus sueños se moviera inconscientemente y como en muchos dramas amanecieran abrazados. Pero eso no era más que ficción, ahora también se sentía ridículo. Se levantó, se puso su bóxer y comenzó a fumar en la ventana mientras l
En el hospital, Vanessa no podía creer lo que el doctor le había dicho. A Manuel no se le permitió quedarse, así que tuvo que quedarse en casa. Cuando Tobías llegó se sorprendió al ver al niño frente a la puerta, como una estatua. Juntó las cejas y fue como si entendiera que algo había pasado. —Mamá está en el hospital. —en ése momento, la fachada del hombre se quebró y con una cara de pánico se acercó a Manuel. —¿Qué pasó? ¿Fue por lo que dije? Tú... Yo...—El niño, exasperado se alejó un poco y lo interrumpió. —No te comportes como un idiota, está en el hospital general. Ve a buscarla, yo no puedo ir. —Ah, si, si. tienes razón. —Tobías reaccionó y nervioso salió corriendo. En cuanto llegó, Tobías comenzó a preguntar y buscarla muy nervioso, después de que una enfermera lo llevara personalmente a la habitación de Vanessa, no se calmó hasta que entró, ni siquiera pudo dar un suspiro de alivio, dado que la encontró sentada y completamente devastada. Nuevamente se preocupó y se a
Varios días antes en el trabajo de Vanessa.— ¡Pero vaya! ¿No eres la zorra que estafó a mi exesposo?Todos en el lugar miraron curiosos a la mujer que detuvo a Vanessa. Ella trató de conservar la calma apesar de que ya todos la miraban como una basura. Se trataba de Eloísa, la exesposa del difunto padre de Manuel.En automático los susurros e indirectas no se hicieron esperar. Resultó que su jefe actual era un viejo compañero del padre de Manuel. Y, que hasta ese momento se enteró que era cuñado de Eloísa.Suspiró profundamente y entró a la oficina de su jefe a anunciarla. —Señor, la señora El... —¿Cómo está ése bastardo tuyo? ¿Ya saben tus vecinos que eres una mujer de la vida fácil? ¡Hump! Lo dudo, de ser así ya te habrían sacado a patadas de ése edificio. Aunque bueno, como ahora te estás acostando con el hijo de tu ex amante. Y te cuida bastante bien, supongo que se detienen por eso. Eres lo suficientemente calculadora y facil como para buscar hombres con algo de influencia y di
El doctor entró y al ver a Vanessa, sorprendiéndose al verlos, pero no dijo nada. Debido a la época era relativamente normal que las parejas pelearan y era bastante extraño que aún así, se sintiera tanta calma a pesar de todo.Lo raro era que las heridas del hombre se veían más aparatosas. Dejándolo ver bastante mal. Después de un rato una de las enfermeras entró y molesta atendió a Vanessa, se veía bastante irritada.En automático ella notó el motivo de su enojo, miró a Tobías, pero éste parecía perdido en sus pensamientos. Mientras la mujer retiraba su canalizacion, le dió un tirón. — Ah! ¡¿Estás loca?! ¡¿Qué demonios te pasa?!—Gritó Vanessa furiosa.La enfermera la miró con satisfacción y se preparó para salir. Mientras miraba a Tobías esperaba que por lo menos le dedicara una mirada, antes de pasar junto a él, miró espectante al hombre. Él permaneció impasible, y Vanessa casi vomitaba sangre de la ira.Pero lo soporto...«Maldita zorra»Apretó los dientes y se volvió a recostar en
Tobías creyó en algun momento, que si la mantenía en su mano, y la apretaba fuertemente, ella no pensaría en dejarlo nuevamente. Tal vez sonaría cruel y posesivo, pero la quería, la quería tan cerca y solo para él, lo que le quedaba de vida.Sin embargo, se equivocó...Su sangre se heló, y la soltó suavemente. Incluso dio varios pasos hacia atrás incrédulo, su pecho dolía como el infierno y se sintió tan aturdido que la cabeza le comenzó a doler junto con su garganta que se cerró de golpe dejándolo incapaz de hablar.Vanessa se sorprendió, al ver como sus lágrimas comenzaban a caer. Tobías mostró una expresión de dolor insoportable. Se apretó el pecho y se inclinó tratando de controlarse.No obstante, ella únicamente lo miró unos momentos y logró contener el impulso de acercarse a él, no podía flaquear en ese momento, al final, simplemente se dio la media vuelta y se fue.Tobías se acercó a la pared más cercana y con una sonrisa indefensa llena de lágrimas solamente pudo ver su espald
—Manuel, debes poner mucha atención. Estos libros son muy complicados...—dijo Vanessa mientras metía diligentemente los libros a su mochila.—¿Debemos vivir aquí?—la interrumpió Manuel. Vanessa se quedó en silencio e incómodamente lo miró por unos momentos. Sonrió y entendió perfectamente la preocupación de su hijo.Desde que las personas la comenzaban a ver mal, muchas mujeres incluso la desdeñaban y comenzaban a lanzarle indirectas en cuanto los veían, Manuel insistió varias veces en cambiar de domicilio, se veía a leguas la incomodidad de Vanessa, pero por la educación de Manuel trató de disimular lo más que pudo. Esa escuela era de las mejores y Manuel había logrado un excelente cupo y una beca completa, mientras él mantuviera sus calificaciones, no le importaba soportar lo que fuera necesario.Sin embargo, Manuel se volvió tan insistente, que ella llegó a molestarse, pero después de varios días y la negativa de Manuel de ir a la escuela, ella por fin accedió.Una semana después,