Pasaron varios meses más, Tobías y Manuel comenzaron a llevarse bastante bien.
Aunque se escondían para hablar la mayoría del tiempo, a Vanessa en realidad nunca le importó. Al contrario, debía reconocer que Tobías era una persona íntegra, que siempre hacía todo con legalidad. Llegando al punto de no casarse o salir con nadie mientras estaba con ella.
Ese día la habitación estaba a oscuras y sus respiraciones comenzaban a normalizarse. Vanessa estaba a punto de levantarse e irse cuando Tobías la tomó de la mano.
—Por hoy... Duerme conmigo. —Ella suspiró y se recostó junto a él. Tobías estaba esperando que se recostara en su pecho, pero ella le dio fríamente la espalda y se durmió. Se sintió tan vacío y patético…
En el transcurso de la noche esperó que en sus sueños se moviera inconscientemente y como en muchos dramas amanecieran abrazados. Pero eso no era más que ficción, ahora también se sentía ridículo.
Se levantó, se puso su bóxer y comenzó a fumar en la ventana mientras la miraba detenidamente, estaba completamente dormida, pudo haberlo dudado, pero parecía que hasta en sueños le era repugnante.
Sonrió burlonamente, miró hacia afuera.
"No importa, aún si te soy repulsivo, jamás te dejaré ir".
Se puso su bata y salió a buscar agua, se sorprendió al encontrar a Manuel en la mesa leyendo. — ¿No es hora en la que deberías estar durmiendo? —El niño no respondió ni volteó a mirarlo.
Tobías frunció el ceño y se acercó. En el libro había una complicada fórmula que incluso él no entendía muy bien.
Manuel, respondió todo en silencio y Tobías lo miró en silencio durante todo el proceso. Cuando terminó organizó todo y se fue a su habitación.
Al día siguiente, Vanessa despertó y Tobías estaba recostado junto a ella pensativo.
Se levantó y fue directo a la ducha. Cuando salió la miró como si tuviera algo qué decir.
—¿Quieres hablar ya? Sabes como me molesta que me mires así.
— ¿Quieres casarte conmigo? — respondió Tobías de una manera extraña y bastante directa y seria como para tomarse como broma, ella se quedó congelada en el lugar. En algún momento saltaría de alegría y emoción al recibir una propuesta de matrimonio de alguien como él, con dinero, joven y guapo. Pero en ése momento se volvió tan absurdo y sin sentido que casi inconscientemente preguntó:
— ¿Por qué lo haría? —Con una sonrisa burlona se vistió y salió de la habitación.
Tobías apretó los dientes y los puños, mientras cerraba los ojos con desesperación.
"Debo resistir" No importaba qué, si no quería volver a perderla, debía resistir un poco más.
Cuando salió, su traje impecable, su mirada fría y segura lo convirtieron en un guapo e irresistible hombre de negocios.
Vanessa torció la boca con una insatisfacción que ni ella misma podía describir.
Tobías se acercó y le pellizcó el mentón. —Pórtate bien, madre de mi hermano.
Dijo con una sonrisa torcida mientras le daba un ligero beso en los labios.
¡¡CRASH!!
Un plato cayó al suelo y ambos miraron a Manuel, con los ojos bien abiertos mirándolos sorprendido. Tobías no supo como reaccionar, y Vanessa lo empujó para acercarse al niño.
— M... Manuel, e..escúchame por favor yo...
El niño levantó su manita y se fue en silencio, dejándolos a ambos sin palabras. Vanessa lo fulminó con la mirada, y Tobías, aunque estaba aterrado por dentro, no mostró ni un ápice de arrepentimiento o alteración en la superficie. —De cualquier manera se enteraría, ¿Cuál es la diferencia de ahora o después? —Se encogió de hombros y salió del departamento despreocupadamente.
Al estar el en auto, apretó fuertemente el volante, casi quería golpearse contra él hasta deshacerse la cabeza.
"Soy un maldito imbécil"
Aún así ya no podía hacer nada, esperaba que le permitiera hablar con él en algún momento y aclararlo lo mejor posible. Vanessa no podía entender el extraño amor que sentía por su hijo, pero de todas las peores situaciones, nunca se imaginó tener que explicarle este asunto.
Manuel que obviamente ya lo sabía, tuvo que tener alguna reacción. De lo contrario descubrirían que ése día los había escuchado.
Se quedó en silencio durante todo el día, no salió a la escuela y Vanessa no se atrevió a salir y dejarlo sin la niñera, que solo podía llegar hasta que él salía de la escuela. Ambos estuvieron en sus mundos hasta que Martina, la niñera. Llegó. —Señora, no sabía que estaría en casa. ¿Quiere que le prepare algo? —preguntó la mujer al notar la extraña incomodidad de Vanessa.
—No Martina, solo... Hazle algo a Manuel. —la preocupación de la mujer fue en aumento, cuando notó la palidez anormal de Vanessa. —¿Se siente bien? —Vanessa estaba comenzando a hartarse de sus preguntas tontas debido a que se sentía bastante mal, no obstante trató de mantener su paciencia y respondió lo más normalmente posible.
— No, no es nada…
No terminó de hablar cuando se desplomó en el suelo.
En el hospital, Vanessa no podía creer lo que el doctor le había dicho. A Manuel no se le permitió quedarse, así que tuvo que quedarse en casa. Cuando Tobías llegó se sorprendió al ver al niño frente a la puerta, como una estatua. Juntó las cejas y fue como si entendiera que algo había pasado. —Mamá está en el hospital. —en ése momento, la fachada del hombre se quebró y con una cara de pánico se acercó a Manuel. —¿Qué pasó? ¿Fue por lo que dije? Tú... Yo...—El niño, exasperado se alejó un poco y lo interrumpió. —No te comportes como un idiota, está en el hospital general. Ve a buscarla, yo no puedo ir. —Ah, si, si. tienes razón. —Tobías reaccionó y nervioso salió corriendo. En cuanto llegó, Tobías comenzó a preguntar y buscarla muy nervioso, después de que una enfermera lo llevara personalmente a la habitación de Vanessa, no se calmó hasta que entró, ni siquiera pudo dar un suspiro de alivio, dado que la encontró sentada y completamente devastada. Nuevamente se preocupó y se a
Varios días antes en el trabajo de Vanessa.— ¡Pero vaya! ¿No eres la zorra que estafó a mi exesposo?Todos en el lugar miraron curiosos a la mujer que detuvo a Vanessa. Ella trató de conservar la calma apesar de que ya todos la miraban como una basura. Se trataba de Eloísa, la exesposa del difunto padre de Manuel.En automático los susurros e indirectas no se hicieron esperar. Resultó que su jefe actual era un viejo compañero del padre de Manuel. Y, que hasta ese momento se enteró que era cuñado de Eloísa.Suspiró profundamente y entró a la oficina de su jefe a anunciarla. —Señor, la señora El... —¿Cómo está ése bastardo tuyo? ¿Ya saben tus vecinos que eres una mujer de la vida fácil? ¡Hump! Lo dudo, de ser así ya te habrían sacado a patadas de ése edificio. Aunque bueno, como ahora te estás acostando con el hijo de tu ex amante. Y te cuida bastante bien, supongo que se detienen por eso. Eres lo suficientemente calculadora y facil como para buscar hombres con algo de influencia y di
El doctor entró y al ver a Vanessa, sorprendiéndose al verlos, pero no dijo nada. Debido a la época era relativamente normal que las parejas pelearan y era bastante extraño que aún así, se sintiera tanta calma a pesar de todo.Lo raro era que las heridas del hombre se veían más aparatosas. Dejándolo ver bastante mal. Después de un rato una de las enfermeras entró y molesta atendió a Vanessa, se veía bastante irritada.En automático ella notó el motivo de su enojo, miró a Tobías, pero éste parecía perdido en sus pensamientos. Mientras la mujer retiraba su canalizacion, le dió un tirón. — Ah! ¡¿Estás loca?! ¡¿Qué demonios te pasa?!—Gritó Vanessa furiosa.La enfermera la miró con satisfacción y se preparó para salir. Mientras miraba a Tobías esperaba que por lo menos le dedicara una mirada, antes de pasar junto a él, miró espectante al hombre. Él permaneció impasible, y Vanessa casi vomitaba sangre de la ira.Pero lo soporto...«Maldita zorra»Apretó los dientes y se volvió a recostar en
Tobías creyó en algun momento, que si la mantenía en su mano, y la apretaba fuertemente, ella no pensaría en dejarlo nuevamente. Tal vez sonaría cruel y posesivo, pero la quería, la quería tan cerca y solo para él, lo que le quedaba de vida.Sin embargo, se equivocó...Su sangre se heló, y la soltó suavemente. Incluso dio varios pasos hacia atrás incrédulo, su pecho dolía como el infierno y se sintió tan aturdido que la cabeza le comenzó a doler junto con su garganta que se cerró de golpe dejándolo incapaz de hablar.Vanessa se sorprendió, al ver como sus lágrimas comenzaban a caer. Tobías mostró una expresión de dolor insoportable. Se apretó el pecho y se inclinó tratando de controlarse.No obstante, ella únicamente lo miró unos momentos y logró contener el impulso de acercarse a él, no podía flaquear en ese momento, al final, simplemente se dio la media vuelta y se fue.Tobías se acercó a la pared más cercana y con una sonrisa indefensa llena de lágrimas solamente pudo ver su espald
—Manuel, debes poner mucha atención. Estos libros son muy complicados...—dijo Vanessa mientras metía diligentemente los libros a su mochila.—¿Debemos vivir aquí?—la interrumpió Manuel. Vanessa se quedó en silencio e incómodamente lo miró por unos momentos. Sonrió y entendió perfectamente la preocupación de su hijo.Desde que las personas la comenzaban a ver mal, muchas mujeres incluso la desdeñaban y comenzaban a lanzarle indirectas en cuanto los veían, Manuel insistió varias veces en cambiar de domicilio, se veía a leguas la incomodidad de Vanessa, pero por la educación de Manuel trató de disimular lo más que pudo. Esa escuela era de las mejores y Manuel había logrado un excelente cupo y una beca completa, mientras él mantuviera sus calificaciones, no le importaba soportar lo que fuera necesario.Sin embargo, Manuel se volvió tan insistente, que ella llegó a molestarse, pero después de varios días y la negativa de Manuel de ir a la escuela, ella por fin accedió.Una semana después,
Varios días después, como Manuel ya lo había previsto. Vanessa estaba en el mercado, consiguiendo lo de la cena, cuando a lo lejos vio a Tobías. Trató de escapar y evitarlo, pero debido a la prisa derribó una mesa, haciendo mucho ruido y obviamente llamando la atención de medio mercado.Ella que estaba por salir huyendo para evitarlo, trató de correr, pero Tobías la alcanzó antes de que pudiera siquiera dar unos pasos.— Vanessa, por favor. Necesito hablar contigo.Ella, no se soltó pero lo ignoró completamente. Desvío la mirada e hizo como si no pasará nada. Sólo sonrió incómodamente a los transeúntes que pasaban junto a ellos.— Vanessa, sé lo que estás pasando. Sé que me porte terrible contigo. Y también sé lo que pasó con Eloísa.Ella no tuvo reacción, pero cerró los ojos derrotada. Con calma tomó la mano que la sujetaba tratando de soltarse y Tobías sin resistencia la liberó.— Necesito que me escuches, por favor. He sido terrible contigo, y lo sé. También sé que tienes miedo de
— Simplemente no hemos podido hablar decentemente. —cuando Manuel llegó, Tobías besaba intensamente a Vanessa. Ella al verlo empujó a Tobías bruscamente dándole un pellizco.— Auch! ¿Qué pasa? ¿Hice algo mal? Yo...Tobías estaba por comenzar a jugar de nuevo, pero una vosecilla se escuchó tras él.— Que rápido te adaptas. Manuel que ya se veía un poco más alto era un pequeño soldado inexpresivo. Entró sin mirar más y se encerró en su habitación. —¿Por qué no me dijiste?Preguntó Tobías en voz baja, bastante sonrojado. —Tú por que no tienes un poco de decoro. Sabias que en cualquier momento llegaría. —¿Como puedo tener decoro con esta belleza frente a mí?—Tobías la abrazó nuevamente, comenzó a besarla y sus manos travesearon en su cuerpo. Vanessa, trataba de empujarlo juguetonamente. Y de pronto Tobías se detuvo. —Hablaste con él ¿verdad?—Vanessa, siguió con la comida y bajó la mirada con una sonrisa. —Es más listo de lo que crees, me siento muy inútil como madre al no dejarlo ser
Silvestre y Tobías habían cerrado con éxito el trato, ambos no podían creerlo, pero los pocos datos que Manuel había remarcado, fueron importantes y claves para el negocio.Ambos comieron después de que el cliente se fue muy alegre y conforme.Silvestre no podía articular palabra y miraba a Tobías consternado. Éste último después de su consternación momentánea, río y comió alegremente.El hombre se preocupó y sintió vergüenza, su madre en su enfermedad luchaba por destruir la felicidad y la vida de las personas sin consideración.—Tobías, necesito hablar contigo sobre algo muy serio. Sé que hubo una época en la que tuve muchos problemas contigo, pero afortunadamente descubrí mi error a tiempo. Pero hay alguien aún no puede entenderlo.— Eloísa.Lo interrumpió Tobías mirándolo seriamente, como si su felicidad anterior no hubiera existido.Silvestre suspiró y asintió con impotencia y vergüenza.— Lo siento, de verdad me avergüenzo de todo lo que ocurrió en el pasado.A mí no me correspo