Después del susto, la incomodidad y el escándalo. Manuel y Vanessa regresaron a su casa. —Hijo, yo...—No madre, olvida todo eso, sabemos lo que ambos hemos pasado, tu historia o lo que sea no me molestará, ya te lo había dicho. Sin embargo, debes ser capaz de soportarlo hasta que por lo menos, se calme todo lo referente a tí. Será difícil, pero si quieres que nuestra vida de verdad mejore, debes hacerlo.—Manuel entró a su habitación y cerró la puerta en la cara de Vanessa. Ella, se mordió las uñas nerviosa y casi queriéndose arrancar el cabello por su estupidez. No pasó mucho, para que se escuchara a alguien tocar la puerta. Al abrir, vio a una hermosa, curvilínea y bella chica. Y de inmediato frunció el ceño. — ¿Qué se te ofrece?—Preguntó cortante. Emily se sorprendió, pero sonrió brillantemente. — Una disculpa, buscaba a Manuel Rodríguez. Creo que me equivoqué de casa. —Vanessa la escaneó de arriba a abajo y supuso lo que quería. Cruzó los brazos y se recargó en el umbral de l
Vanessa miró suplicante a Miranda, y las lagrimas en sus ojos amenazaban con caer en cualquier momento. Había llegado minutos antes, con la plena intención de hacerla volver, sin embargo, no contó con que Miranda ya no la veía con los mismos ojos.Miranda se sintió irritada, pero al mismo tempo impotente. La mujer era de un carácter bastante fuerte, obviamente sería difícil tratar con ella. Pero después de todo lo que ocurrió después en la universidad, sería difícil hacer como si nada hubiera pasado. —¿Pero, que me encuentro aquí? ¿Por que no sabía que tendríamos visitas Miri?Miranda suspiró y se hizo a un lado para que Raquel entrara. Vanessa en automático hizo una cara hosca y no apartó su mirada molesta de la chica. —Será mejor que no trate de convencer a Miri, ese Manuel es un salvaje infiel, ninguna mujer lo merece, Miri incluso guardo y respetó su relación por esperarlo y él se la pasa de libertino en antros y bares. ¿Con qué cara viene? Porque a eso vino ¿No es así? No crea
Damián al ver el informe, se sentía tan inquieto, que después de muchos años sintió la urgencia por saber cómo estaba su hija. Mientras su nana cuidaba de ella, estaba seguro que estaría bien, pero al faltar ella sentía tanto miedo de que Bárbara, la encontrara y pasara lo mismo que con su madre.Al llegar a su casa por la noche, cenó en su estudio y continuó con su trabajo como siempre.Cuando llegó al informe de Manuel, se sorprendió por la fluidez con la que escribía y explicaba, tenía los conocimientos y la habilidad innata para darse a entender muy bien.Por algún motivo, también le era familiar.—Señor...Una chica abrió la puerta y le llevo una taza de café.—La señora Camila salió hoy también. No dió hora para su regreso.La sirvienta era hija de su mayordomo. Era amable y bien portada. Se sonrojaba cuando lo veía y siempre sonreía para él. Cuando se estipuló su matrimonio tuvo una cara de tristeza durante mucho tiempo, y durante varios días se despareció de su vista.De todas
"Mi niña, discúlpame por no decirte esto de frente, pero quiero que sepas que tu padre sigue con vida. Tal vez sea un poco difícil para ti aceptarlo, pero creo que ya es hora de que todo salga a la luz. Tú tienes el derecho de pelear por lo que te pertenece. No tengas miedo, tu padre te protegerá de cualquier cosa, como hasta ahora. Dejé un cheque con esta carta. En caso de que no quieras acercarte a él, este dinero será suficiente para que puedas terminar tus estudios y vivir una vida cómoda por muchos años. Sí, viene de tu padre. Pero te puedo asegurar que lo dio con todo su corazón y preocupación. No soy quién para decirte nada de esta situación, pero si lo buscas; te prometo que no te arrepentirás. Te amo, mi niña. Tu nombre a partir de cuándo leas esta carta es Miranda Martínez..."Mientras fruncía el ceño, la mujer que leía la carta sentía una increíble sensación de celos. Apretó los dientes y rompió la carta furiosa hasta dejarla hecha trizas y en los más pequeños tr
Cuando Miranda y Manuel llegaron a su casa, ya era bastante tarde, habían ido a cenar y caminaron un poco.Ambos se veían muy cómodos y sonrientes, cualquiera que los viera jugaría que era una pareja pacíficaMiranda no mucho después, se percató de las Miradas de Manuel. Cuando ella pasaba por las tiendas o quería comprar algo, por pequeño que fuera; él pagaba y la miraba con cierto grado de autosuficiencia, combinado con arrogancia y un toque de vergüenza. Ella alzó la ceja ante el curioso descubrimiento, aunque le pareció más como si viera a un niño pequeño, le pareció algo gracioso, al inicio; no le dió mucha importancia, no obstante, algunos de sus comentarios "románticos", comenzaban a erizarle la piel, pero también trataron de ignorarlos debido a su personalidad."Sólo está jugando" pensó varias veces.Al llegar a la puerta del departamento de ella, Manuel la tomó de las manos y jugueteó con ellas por un momento—Miranda, mañana presentaré mi tesis. Sé que tal vez no es la gran co
Al terminar, Manuel se fue de inmediato al baño mientras Emily lo seguía con la mirada con una sonrisa encantadora; cuando comenzó a vestirse ella, acarició suavemente el dorso de su mano. —¿Vas a irte así simplemente?Manuel la miró indiferente y Emily sintió un pinchazo de vergüenza. Tragó incómoda y trató de no romper su tierna imagen. Lo miró como si se sintiera apenada e impotente.—Sabes que no tengo opción ¿verdad? No tengo a nadie, estoy sola y necesito pagar mis propios estudios y todo. Manuel, sé que soy una mujer que ya no puede considerarse decente pero… —Él se acercó y la miró desde arriba, de una manera fría y distante.—¿Desde cuándo una prostituta le da explicaciones a sus clientes? —Él terminó de vestirse y arrojó el dinero a la cama. —Lo dijiste muy bien antes, sólo buscaba una cosa. Pagué por ello, ahora me voy. No me interesa tu difícil existencia. —Manuel encendió un cigarrillo y se fue sin mirar atrás.Emily, rechino los dientes furiosa por la envidia y la humil
Un pequeño niño, escuchaba del otro lado de la puerta. —Ése niño no es nada para mí, sí quieres puedo dejarlo en un orfanato o algo. Ya te dije que sólo… —El hombre que fumaba recostado en la cama sonrió y se acercó a ella, acarició su mejilla y su cara mostró una expresión de burla.La mujer se sintió incómoda, pero trató de conservar su sonrisa. —¿De verdad crees que me voy a tragar el cuento de que ése niño no es tuyo? No hace falta mucha imaginación o inteligencia para saber de quién es. Vanessa, ese niño es mi hermano menor ¿No es así?Ella sintió como cada gota de su sangre cayera de golpe, se quedó sin palabras y su mirada consternada provocó otra sonrisa de burla del hombre. —Fuiste su secretaria casi diez años, y repentinamente desapareciste. Me rompiste el corazón ¿Sabes? traté por todos los medios de crecer y hacerme un lugar en la empresa para que mi padre aceptara nuestra relación. Pero no fuiste más que una sucia, traidora y mentirosa. —Vanessa más que nadie en ese momen
Pasaron varios meses más, Tobías y Manuel comenzaron a llevarse bastante bien. Aunque se escondían para hablar la mayoría del tiempo, a Vanessa en realidad nunca le importó. Al contrario, debía reconocer que Tobías era una persona íntegra, que siempre hacía todo con legalidad. Llegando al punto de no casarse o salir con nadie mientras estaba con ella. Ese día la habitación estaba a oscuras y sus respiraciones comenzaban a normalizarse. Vanessa estaba a punto de levantarse e irse cuando Tobías la tomó de la mano.—Por hoy... Duerme conmigo. —Ella suspiró y se recostó junto a él. Tobías estaba esperando que se recostara en su pecho, pero ella le dio fríamente la espalda y se durmió. Se sintió tan vacío y patético…En el transcurso de la noche esperó que en sus sueños se moviera inconscientemente y como en muchos dramas amanecieran abrazados. Pero eso no era más que ficción, ahora también se sentía ridículo. Se levantó, se puso su bóxer y comenzó a fumar en la ventana mientras l