La madre de Damián vio a unos jóvenes que a su parecer eran sucios y deshubicados, su expresión se volvió solemne y arrogante.Mientras entraba al café. Manuel suspiró y casi quería olerse a sí mismo para sentirse un poco más seguro, pero se mantuvo erguido y orgulloso al acercarse.Las mujeres en la mesa al verlo, se quedaron en silencio y miraron a la mujer de mayor rango esperando su reacción. Todas bebieron de su café y sonreían divertidas.La mujer mayor no tuvo más reacción más que mirar al hombre al frente.Manuel. Sintiendo como si su dignidad fuera pisoteada apretó los dientes y con una sonrisa profesional se acercó a ellas.—Me disculpo por el atrevimiento, pero mi amigo y yo estamos desesperados. Mi nombre es Manuel Rodríguez. Hice mi tesis sobre el desarrollo de la tecnología y sus distintos usos hace unos meses.La mujer no mostró reacción, pero por dentro se sintió extasiada.Un buen proyecto y además barato, no podía ser mejor. E incluso el mocoso mostraba ser habilidos
Al día siguiente, Manuel salió a la empresa de Damián. Al llegar, la empresa se veía pacifica y bastante estable, no solo daba buena imagen si no sus instalaciones eran de primera, categoría. El personal se veía profesional y bastante capacitado.Todos se veían pulcramente vestidos y presentables. Al recibir su llamado, Damián lo escaneó desde el instante en el que entró a la oficina. Por alguna razón se le hizo familiar pero lo ignoró. Su madre le había advertido encarecidamente que aceptara las condiciones del muchacho. Alegando un excelente futuro y riquezas. Si hubiera sido en algún otro momento, lo habría hecho sin pensarlo dos veces, pero los constantes esfuerzos de su madre por manipularlo, lo llenaron de odio tal, que se disgustaba hasta por escuchar su nombre. —Buena tarde mi nombre es...—Ahórrate todo tu teatro. ¿Qué te pidió mi esa mujer? Manuel se detuvo y lo miro confundido. —No voy a creer sus estupideces de que solo eres un don nadie en busca de dinero para un pr
Vanessa se sentía tan nerviosa, que casi en pánico salió corriendo. Se mordía los labios y comenzó a balancear nerviosamente el pie en su tacón. Manuel, suspiró un poco molesto varias veces, pero se contuvo de hablar. Cuando, Damián y la novia entraron, todos se quedaron boquiabiertos. Se trataba de la exnovia del CEO de la pequeña empresa Rodríguez. Vanessa abrió mucho los ojos y admiró a la hermosa mujer. Damián entró con ella del brazo pero parecía irritado, no obstante, a la novia no solo no le importaba, sino que sonreía hermosamente sintiéndose como una divina garza. —Tsk, oportunista.—Mamá... —Manuel alzó la ceja ante su comentario, la irritación ya comenzaba a ser algo insoportable, sin mencionar que Vanessa cada que podía criticaba todo, desde las mesas hasta los candelabros, de verdad estaba óniendo empeño para que nManuel la sacara de ahí. Todo parecía ir incómodamente bien, hasta que Damián vislumbró a Vanesa entre las mesas. Su sangre cayó al suelo y como no se había
Después del susto, la incomodidad y el escándalo. Manuel y Vanessa regresaron a su casa. —Hijo, yo...—No madre, olvida todo eso, sabemos lo que ambos hemos pasado, tu historia o lo que sea no me molestará, ya te lo había dicho. Sin embargo, debes ser capaz de soportarlo hasta que por lo menos, se calme todo lo referente a tí. Será difícil, pero si quieres que nuestra vida de verdad mejore, debes hacerlo.—Manuel entró a su habitación y cerró la puerta en la cara de Vanessa. Ella, se mordió las uñas nerviosa y casi queriéndose arrancar el cabello por su estupidez. No pasó mucho, para que se escuchara a alguien tocar la puerta. Al abrir, vio a una hermosa, curvilínea y bella chica. Y de inmediato frunció el ceño. — ¿Qué se te ofrece?—Preguntó cortante. Emily se sorprendió, pero sonrió brillantemente. — Una disculpa, buscaba a Manuel Rodríguez. Creo que me equivoqué de casa. —Vanessa la escaneó de arriba a abajo y supuso lo que quería. Cruzó los brazos y se recargó en el umbral de l
Vanessa miró suplicante a Miranda, y las lagrimas en sus ojos amenazaban con caer en cualquier momento. Había llegado minutos antes, con la plena intención de hacerla volver, sin embargo, no contó con que Miranda ya no la veía con los mismos ojos.Miranda se sintió irritada, pero al mismo tempo impotente. La mujer era de un carácter bastante fuerte, obviamente sería difícil tratar con ella. Pero después de todo lo que ocurrió después en la universidad, sería difícil hacer como si nada hubiera pasado. —¿Pero, que me encuentro aquí? ¿Por que no sabía que tendríamos visitas Miri?Miranda suspiró y se hizo a un lado para que Raquel entrara. Vanessa en automático hizo una cara hosca y no apartó su mirada molesta de la chica. —Será mejor que no trate de convencer a Miri, ese Manuel es un salvaje infiel, ninguna mujer lo merece, Miri incluso guardo y respetó su relación por esperarlo y él se la pasa de libertino en antros y bares. ¿Con qué cara viene? Porque a eso vino ¿No es así? No crea
"Mi niña, discúlpame por no decirte esto de frente, pero quiero que sepas que tu padre sigue con vida. Tal vez sea un poco difícil para ti aceptarlo, pero creo que ya es hora de que todo salga a la luz. Tú tienes el derecho de pelear por lo que te pertenece. No tengas miedo, tu padre te protegerá de cualquier cosa, como hasta ahora. Dejé un cheque con esta carta. En caso de que no quieras acercarte a él, este dinero será suficiente para que puedas terminar tus estudios y vivir una vida cómoda por muchos años. Sí, viene de tu padre. Pero te puedo asegurar que lo dio con todo su corazón y preocupación. No soy quién para decirte nada de esta situación, pero si lo buscas; te prometo que no te arrepentirás. Te amo, mi niña. Tu nombre a partir de cuándo leas esta carta es Miranda Martínez..."Mientras fruncía el ceño, la mujer que leía la carta sentía una increíble sensación de celos. Apretó los dientes y rompió la carta furiosa hasta dejarla hecha trizas y en los más pequeños tr
Cuando Miranda y Manuel llegaron a su casa, ya era bastante tarde, habían ido a cenar y caminaron un poco.Ambos se veían muy cómodos y sonrientes, cualquiera que los viera jugaría que era una pareja pacíficaMiranda no mucho después, se percató de las Miradas de Manuel. Cuando ella pasaba por las tiendas o quería comprar algo, por pequeño que fuera; él pagaba y la miraba con cierto grado de autosuficiencia, combinado con arrogancia y un toque de vergüenza. Ella alzó la ceja ante el curioso descubrimiento, aunque le pareció más como si viera a un niño pequeño, le pareció algo gracioso, al inicio; no le dió mucha importancia, no obstante, algunos de sus comentarios "románticos", comenzaban a erizarle la piel, pero también trataron de ignorarlos debido a su personalidad."Sólo está jugando" pensó varias veces.Al llegar a la puerta del departamento de ella, Manuel la tomó de las manos y jugueteó con ellas por un momento—Miranda, mañana presentaré mi tesis. Sé que tal vez no es la gran co
Al terminar, Manuel se fue de inmediato al baño mientras Emily lo seguía con la mirada con una sonrisa encantadora; cuando comenzó a vestirse ella, acarició suavemente el dorso de su mano. —¿Vas a irte así simplemente?Manuel la miró indiferente y Emily sintió un pinchazo de vergüenza. Tragó incómoda y trató de no romper su tierna imagen. Lo miró como si se sintiera apenada e impotente.—Sabes que no tengo opción ¿verdad? No tengo a nadie, estoy sola y necesito pagar mis propios estudios y todo. Manuel, sé que soy una mujer que ya no puede considerarse decente pero… —Él se acercó y la miró desde arriba, de una manera fría y distante.—¿Desde cuándo una prostituta le da explicaciones a sus clientes? —Él terminó de vestirse y arrojó el dinero a la cama. —Lo dijiste muy bien antes, sólo buscaba una cosa. Pagué por ello, ahora me voy. No me interesa tu difícil existencia. —Manuel encendió un cigarrillo y se fue sin mirar atrás.Emily, rechino los dientes furiosa por la envidia y la humil