En el hospital, Vanessa no podía creer lo que el doctor le había dicho.
A Manuel no se le permitió quedarse, así que tuvo que quedarse en casa. Cuando Tobías llegó se sorprendió al ver al niño frente a la puerta, como una estatua.
Juntó las cejas y fue como si entendiera que algo había pasado.
—Mamá está en el hospital. —en ése momento, la fachada del hombre se quebró y con una cara de pánico se acercó a Manuel.
—¿Qué pasó? ¿Fue por lo que dije? Tú... Yo...—El niño, exasperado se alejó un poco y lo interrumpió. —No te comportes como un idiota, está en el hospital general. Ve a buscarla, yo no puedo ir.
—Ah, si, si. tienes razón. —Tobías reaccionó y nervioso salió corriendo.
En cuanto llegó, Tobías comenzó a preguntar y buscarla muy nervioso, después de que una enfermera lo llevara personalmente a la habitación de Vanessa, no se calmó hasta que entró, ni siquiera pudo dar un suspiro de alivio, dado que la encontró sentada y completamente devastada.
Nuevamente se preocupó y se acercó a ella con cuidado.
—¿Estás bien?
—Debemos terminar con esto.—respondió ella de manera tajante.
—¿Qué?—preguntó él confundido.
—Tobías, ya no puedo continuar con esto. —Ella trató de desviar la mirada pero Tobías sostuvo con suavidad su mentón. —Vanessa, si fue por lo de esta mañana yo...
—Estoy embarazada.
—¿Qué? —preguntó Tobías incrédulo, su cara de tonto pudo haberle ocasionado risa a cualquiera, menos a Vanessa en ese momento.
—Que estoy embarazada. —volvió a rsponder con el ceño fruncido.
—E...Es.. Espera, Es.. ¿Verdad? —Vanessa sintía como si se estuviera burlando de ella, mientras lo veía sonreír al preguntarle.
—Voy a... ¿Ser... papá? —Se sentía tan consternado que, hubiera saltado de emoción si pudiera procesarlo. Se quedó en shock mientras la miraba sorprendido.
Vanessa no sabía ni siquiera qué sentir, era como si reviviera la humillación y la vergüenza de volver a esconderse debido a ése bebé.
—¿Quién te dijo que es tuyo?
Respondió ella, mientras lo miraba con sátira. De un segundo a otro, Tobías fue arrastrado del cielo al infierno sin piedad. Un dolor y rabia insoportables se apoderaron de él, la tomó de la barbilla y la giró hacia él. Mientras le hablaba con una voz peligrosa.
—No pienses que puedes comportarte como una zorra cuando me tienes a mí cerca. ¿Crees que no sé lo que haces? ¡Ja! Jamás confiaría en una mujerzuela como tú. Todo este tiempo te he estado vigilando, así que...
Sí, sé perfectamente que ése niño es mío. —Vanessa se sentía tan cansada, que ya no pudo enfocar sus emociones. Cerró los ojos con cansancio y lo dejó hablar todo lo que quiso.
Tobías se sentía tan impotente y frustrado. Quería sacudirla y preguntarle qué demonios pensaba. No sabía si hablar con ella y ser sincero funcionaría, solo se imaginó miles de preguntas y millones de respuestas sarcásticas y dolorosas.
"Ya no sé si podré soportarlo".
Esa hermosa y pálida cara seguía en sus manos sin reacción, él también estaba llegando a su límite.
El cansancio de Vanessa llegó al punto en que comenzó a sentir somnolencia. Dándole a Tobías un picón en su orgullo ya de por sí herido. —¿Cuánto quieres?—Vanessa abrió los ojos sorprendida y lo miró indignada.
—¿Cuanto...? ¿Qué?—preguntó ella consternada mientras lo veía como si fuera un idiota. —Ya me escuchaste, ¿Cuanto quieres por ése niño?
Al final, lo miró consternada con la boca abierta sin saber qué responderle, después en un arrebato, se puso de pie y así como estaba se dirigió a la puerta.
—Te estoy hablando Vanessa.— Ella estaba tan furiosa, indignada y dolida, que respodió lo que creyó que sería mejor para quitárselo de encima. —¿Sabes qué? Prefiero abortarlo que dártelo.
Tobías lívido de la ira, la abofeteó con fuerza, cuando ella volvió la mirada hacia él, la estaba mirando como si fuera algo aborrecible. Se limpió la sangre de la comisura de su boca y le regresó el golpe.
Obviamente su fuerza no era comparable, pero aún así se hinchó y las marcas de sus uñas se veían horribles. Ninguno volvió a mencionar una palabra, y Vanessa volvió a la cama. Tobías se sentía tan desesperado que estuvo a punto de gritar y llorar sin contenerse. Pero ésa mujer....
¿Por qué no era capaz de comprender? ¿Acaso no se sentía cansada? ¿No tenía la más mínima inquietud por perderlo?
Estuvo a nada de preguntar con lágrimas en los ojos que era lo que en realidad significaba para ella.
¿Pero qué caso tendría? ¿Acaso sería tan sincera como él?
No, desgraciadamente ella ya casi había cerrado sus sentimientos de manera hermética. Era triste y decepcionante, pero una vez más maldijo a su padre desde el fondo de su corazón.
Él la hizo así.
Ambos se quedaron en silencio.mucho tiempo, Tobías cerró los ojos. Y se recostó en el sofá de la habitación.
Aún no podía entender el porqué de la actitud de Vanessa. Se sentía tan agotado y devastado, que era capaz de rendirse en cualquier momento, pero sentía una gran resistencia a hacerlo, no obstante...
Aunque sintiera que sin ella no viviría, en ése momento parecía que era peor vivir así.
Pero solo un poco más, sabía en el fondo que ella también lo amaba, pero estaba tan asustada de todo lo que había pasado, que su mismo instinto la hacía rechazarlo.
Con un poco más de paciencia y más dedicación, esperaba que por lo menos una sonrisa sincera apareciera en su rostro cuando lo viera. De no ser porque en ese entonces era muy joven e ingenuo, tal vez desde el principio habrían podido ser felices.
Pero desgraciadamente... Silvestre y su madre arruinaron todo.
Debía vengarse como era debido, sin importar que, su padre demostró que Vanessa y Manuel eran muy importantes al desviar todo ése dinero.
Sólo Manuel al cumplir la mayoría de edad sería capaz de tocarlo, por lo que eso le pertenecía por derecho.
Afortunadamente mostraba excelentes dotes, era inteligente y muy observador.
Ése niño pintaba para ser el tiburón dominante en algún momento de su vida.
Sólo esperaba que no lo tratara como un enemigo después. Después de un rato, un poco más tranquilo miró a Vanessa, ella parecía perdida en sus pensamientos, mientras miraba a la nada.
Quería desaparecer esa tristeza y esa falta de amor por la vida de ella. Cuando la conoció era una mujer vivaz y alegre.
Pese a sus intenciones, ella se veía muy ilusionada con la vida. Pero... Como una maldición, apareció su familia para apagarla.
¡Hola! Regresamos con otra nueva historia, espero que les guste tanto como a mí, y compartan sus opiniones como siempre en los comentarios; ya saben que siempre los reviso, muchas gracias a todos y todas por su aprecio y sus comentarios de aliento en mis redes, ¡Los amo mucho!
Varios días antes en el trabajo de Vanessa.— ¡Pero vaya! ¿No eres la zorra que estafó a mi exesposo?Todos en el lugar miraron curiosos a la mujer que detuvo a Vanessa. Ella trató de conservar la calma apesar de que ya todos la miraban como una basura. Se trataba de Eloísa, la exesposa del difunto padre de Manuel.En automático los susurros e indirectas no se hicieron esperar. Resultó que su jefe actual era un viejo compañero del padre de Manuel. Y, que hasta ese momento se enteró que era cuñado de Eloísa.Suspiró profundamente y entró a la oficina de su jefe a anunciarla. —Señor, la señora El... —¿Cómo está ése bastardo tuyo? ¿Ya saben tus vecinos que eres una mujer de la vida fácil? ¡Hump! Lo dudo, de ser así ya te habrían sacado a patadas de ése edificio. Aunque bueno, como ahora te estás acostando con el hijo de tu ex amante. Y te cuida bastante bien, supongo que se detienen por eso. Eres lo suficientemente calculadora y facil como para buscar hombres con algo de influencia y di
El doctor entró y al ver a Vanessa, sorprendiéndose al verlos, pero no dijo nada. Debido a la época era relativamente normal que las parejas pelearan y era bastante extraño que aún así, se sintiera tanta calma a pesar de todo.Lo raro era que las heridas del hombre se veían más aparatosas. Dejándolo ver bastante mal. Después de un rato una de las enfermeras entró y molesta atendió a Vanessa, se veía bastante irritada.En automático ella notó el motivo de su enojo, miró a Tobías, pero éste parecía perdido en sus pensamientos. Mientras la mujer retiraba su canalizacion, le dió un tirón. — Ah! ¡¿Estás loca?! ¡¿Qué demonios te pasa?!—Gritó Vanessa furiosa.La enfermera la miró con satisfacción y se preparó para salir. Mientras miraba a Tobías esperaba que por lo menos le dedicara una mirada, antes de pasar junto a él, miró espectante al hombre. Él permaneció impasible, y Vanessa casi vomitaba sangre de la ira.Pero lo soporto...«Maldita zorra»Apretó los dientes y se volvió a recostar en
Tobías creyó en algun momento, que si la mantenía en su mano, y la apretaba fuertemente, ella no pensaría en dejarlo nuevamente. Tal vez sonaría cruel y posesivo, pero la quería, la quería tan cerca y solo para él, lo que le quedaba de vida.Sin embargo, se equivocó...Su sangre se heló, y la soltó suavemente. Incluso dio varios pasos hacia atrás incrédulo, su pecho dolía como el infierno y se sintió tan aturdido que la cabeza le comenzó a doler junto con su garganta que se cerró de golpe dejándolo incapaz de hablar.Vanessa se sorprendió, al ver como sus lágrimas comenzaban a caer. Tobías mostró una expresión de dolor insoportable. Se apretó el pecho y se inclinó tratando de controlarse.No obstante, ella únicamente lo miró unos momentos y logró contener el impulso de acercarse a él, no podía flaquear en ese momento, al final, simplemente se dio la media vuelta y se fue.Tobías se acercó a la pared más cercana y con una sonrisa indefensa llena de lágrimas solamente pudo ver su espald
—Manuel, debes poner mucha atención. Estos libros son muy complicados...—dijo Vanessa mientras metía diligentemente los libros a su mochila.—¿Debemos vivir aquí?—la interrumpió Manuel. Vanessa se quedó en silencio e incómodamente lo miró por unos momentos. Sonrió y entendió perfectamente la preocupación de su hijo.Desde que las personas la comenzaban a ver mal, muchas mujeres incluso la desdeñaban y comenzaban a lanzarle indirectas en cuanto los veían, Manuel insistió varias veces en cambiar de domicilio, se veía a leguas la incomodidad de Vanessa, pero por la educación de Manuel trató de disimular lo más que pudo. Esa escuela era de las mejores y Manuel había logrado un excelente cupo y una beca completa, mientras él mantuviera sus calificaciones, no le importaba soportar lo que fuera necesario.Sin embargo, Manuel se volvió tan insistente, que ella llegó a molestarse, pero después de varios días y la negativa de Manuel de ir a la escuela, ella por fin accedió.Una semana después,
Varios días después, como Manuel ya lo había previsto. Vanessa estaba en el mercado, consiguiendo lo de la cena, cuando a lo lejos vio a Tobías. Trató de escapar y evitarlo, pero debido a la prisa derribó una mesa, haciendo mucho ruido y obviamente llamando la atención de medio mercado.Ella que estaba por salir huyendo para evitarlo, trató de correr, pero Tobías la alcanzó antes de que pudiera siquiera dar unos pasos.— Vanessa, por favor. Necesito hablar contigo.Ella, no se soltó pero lo ignoró completamente. Desvío la mirada e hizo como si no pasará nada. Sólo sonrió incómodamente a los transeúntes que pasaban junto a ellos.— Vanessa, sé lo que estás pasando. Sé que me porte terrible contigo. Y también sé lo que pasó con Eloísa.Ella no tuvo reacción, pero cerró los ojos derrotada. Con calma tomó la mano que la sujetaba tratando de soltarse y Tobías sin resistencia la liberó.— Necesito que me escuches, por favor. He sido terrible contigo, y lo sé. También sé que tienes miedo de
— Simplemente no hemos podido hablar decentemente. —cuando Manuel llegó, Tobías besaba intensamente a Vanessa. Ella al verlo empujó a Tobías bruscamente dándole un pellizco.— Auch! ¿Qué pasa? ¿Hice algo mal? Yo...Tobías estaba por comenzar a jugar de nuevo, pero una vosecilla se escuchó tras él.— Que rápido te adaptas. Manuel que ya se veía un poco más alto era un pequeño soldado inexpresivo. Entró sin mirar más y se encerró en su habitación. —¿Por qué no me dijiste?Preguntó Tobías en voz baja, bastante sonrojado. —Tú por que no tienes un poco de decoro. Sabias que en cualquier momento llegaría. —¿Como puedo tener decoro con esta belleza frente a mí?—Tobías la abrazó nuevamente, comenzó a besarla y sus manos travesearon en su cuerpo. Vanessa, trataba de empujarlo juguetonamente. Y de pronto Tobías se detuvo. —Hablaste con él ¿verdad?—Vanessa, siguió con la comida y bajó la mirada con una sonrisa. —Es más listo de lo que crees, me siento muy inútil como madre al no dejarlo ser
Silvestre y Tobías habían cerrado con éxito el trato, ambos no podían creerlo, pero los pocos datos que Manuel había remarcado, fueron importantes y claves para el negocio.Ambos comieron después de que el cliente se fue muy alegre y conforme.Silvestre no podía articular palabra y miraba a Tobías consternado. Éste último después de su consternación momentánea, río y comió alegremente.El hombre se preocupó y sintió vergüenza, su madre en su enfermedad luchaba por destruir la felicidad y la vida de las personas sin consideración.—Tobías, necesito hablar contigo sobre algo muy serio. Sé que hubo una época en la que tuve muchos problemas contigo, pero afortunadamente descubrí mi error a tiempo. Pero hay alguien aún no puede entenderlo.— Eloísa.Lo interrumpió Tobías mirándolo seriamente, como si su felicidad anterior no hubiera existido.Silvestre suspiró y asintió con impotencia y vergüenza.— Lo siento, de verdad me avergüenzo de todo lo que ocurrió en el pasado.A mí no me correspo
Emily como todos los días, se arregló de manera sutil y un poco sensual. Ése día sería la tan esperada presentación de Manuel, y quería estar en primera fila para él. Cuando llegó, Miranda se sorprendió al verla.—¿A dónde vas?Emily se abstuvo de rechinar los dientes y sonrió alegremente.—Vine a acompañarte, me enteré que Manuel presenta su tesis. Tan importante fue que varios profesores hicieron una pausa para venir a verla.Miranda se sintió incómoda por alguna razón, conocía bastante bien a Emily y sus modos de vestir, cuando algo o alguien le interesaba, no le importaría nada que tuviera que hacer o a quién tuviera que quitar de su camino. Con un ligero suspiro, entendió que ya no sería posible una amistad normal con ella.Adentro, Manuel con una sonrisa la saludo, pero Emily casi la hizo a un lado para saludarlo emocionada. Él frunció el ceño y giró la mirada a su trabajo ignorandola por completo. Ella no mostró su insatisfacción, jaló a Miranda del brazo y la hizo sentarse con