- 12:10 AM - Salomé.
"¿En serio Damián está agobiado con nuestra relación? Si es así, ¿por qué no me ha dicho nada? Siempre hemos hablado las cosas, siempre hemos tratado nuestros problemas cara a cara, ¿por qué ahora prefiere poner distancia entre nosotros en vez de solucionar las cosas frente a frente?"
"¿Es por el sexo? ¿Tiene miedo de que me enfade porque todo se reduce al sexo? Si él me lo pidiera, nuestra vida sexual mejoraría un montón, ¿pero por qué no lo hace? ... ¡No! !No! No debería estar pensando en todo esto, Fernando no tiene razón, nuestro único problema es ese maldito trabajo, y yo tengo que apoyar a Damián, porque me necesita más que nunca en estos momentos tan difíciles".
"Pero... si fuera verdad... si Fernando tuviera razón... ¿Puedo hacer algo yo para mejorar las cosas?"
—¿Y cómo lo hago? —dije sin mucha seguridad. El alcohol ya me estaba haciendo efecto, ya no era sólo un exceso de alegría lo que me estaba provocando. Las palabras de Fernando tenían cada vez más sentido para mí, y por más que quería contradecirlas, no se me venía nada a la cabeza, estaba completamente desarmada.
—¿Cómo hago para demostrárselo? ¿Cómo hago para tomar las riendas? ¿Cómo hago para convertirme en la mujer que él espera? Nunca supe cómo iniciar las relaciones... Siempre que lo hago es porque lo noto a él con ganas, y eso me desinhibe un poco... Pero hacerlo yo... porque salga de mí... Me muero de la vergüenza con sólo pensarlo
—Salomé, yo puedo ayudarte con eso, pero para eso voy a necesitar que confíes plenamente en mí. —respondió.
—¿Ayudarme? ¿Cómo?
—Tu problema es la vergüenza, ¿no? Bueno, tenemos que intentar que la pierdas.
—¿Cómo? —volví a preguntar.
—Bueno, es muy importante que sepas que esto va a requerir de mucha paciencia por tu parte, y que no se te va a pasar de un día para el otro. ¿Cuál es el único inconveniente? Que parece que Damián no va a hacer mucho acto de presencia en los próximos días. Pero no te preocupes, porque aparecer, va a aparecer, segurísimo, y tenemos que hacer que cada momento que vayas a pasar con él, por diminuto que sea, cuente.
—¿Estás diciendo que me le insinúe apenas lo vea? Imposible...
—No, boluda, no te estaría ofreciendo mi ayuda si fuera tan fácil.
—¿Entonces?
—Mirá, antes que nada, quiero aclarar algunas cosas para que no haya malentendidos. No quiero que te hagas una idea equivocada de lo que te voy a proponer, no me gustaría que se arruinara todo esto que tanto trabajo nos costó reconstruir —dijo en un tono súper serio—. Primero, quiero que tengas muy en cuenta que yo acabo de salir de una relación muy dolorosa, y que todo esto va a ser muy difícil para mí, pero que quiero hacerlo de todas maneras porque no quiero que termines igual que yo.
—¿Pero a qué te refieres...?
—Segundo —me interrumpió—, yo mañana, o pasado, o la semana que viene a más tardar, voy a salir por esa puerta, y es muy probable que no nos volvamos a ver en mucho tiempo. En cuanto consiga trabajo y me vuelva a estabilizar, me voy a ir bien lejos de esta ciudad, quiero dejar atrás todos los recuerdos dolorosos que tengo en este lugar.
—No te sigo... —fue lo único que atiné a decir. No sabía por qué se había puesto tan melodramático.
—Y tercero, vos vas a marcar todos los límites, yo no voy a tocarte ni un pelo si vos no querés.
—¿Tocarme? No te sigo, Fer. Me está costando entender todo esto que me estás diciendo, así que vé al grano, por favor.
—Salomé, es vital que confiés en mí si querés que todo esto salga bien —volvió a decirme muy seriamente—. ¿Qué me decís? ¿Confiás en mí?
—Sí, confío en ti, pero no entiendo por qué tanto misterio, dímelo de una vez.
—Tenés que practicar conmigo, Salomé, hacer como si yo fuera Damián, es la única opción.
Antes de que me soltara todo ese discurso, me había tumbado boca arriba en el sofá. Me empezaba a sentir mareada y no quería volver a montar una escenita como la de navidades. Aun así, escuchaba atentamente lo que me decía. ¿Practicar con él? ¿Hacer como si él fuera Damián? Sí, escuchaba atentamente, pero de ahí a procesar bien la información, había un mundo, el alcohol me tenía en un estado semi-inconsciente.
—¿Hacer como si tú fueras Damián? No te entiendo...
—Tenés que ir perdiendo la vergüenza poco a poco, Salomé. Lo ideal sería que practicaras con el propio Damián, pero como no está acá, y como tenemos que aprovechar cada minuto que vayas a pasar junto a él, tenés que hacerlo conmigo.
—¿Hacer el qué? —dije prácticamente sin inmutarme.
—Practicar, Salomé, practicar. Tenés que practicar conmigo todos esos movimientos que harías para acercarte a tu novio.
—¿Qué? Si no puedo hacerlo ni con él, ¿cómo voy a hacerlo contigo? —argumenté.
—Bueno, por eso se llama práctica, no te voy a pedir que te acuestes conmigo, ni que me beses, ni ninguna cosa rara...
—¿Entonces? —pregunté, estaba bastante descolocada.
—A ver, repasemos por enésima vez... Tu problema es la vergüenza, te da muchísima vergüenza acercarte a tu novio si no es él el que se propone primero, ¿no? Bueno, si vamos poco a poco y con mucha paciencia, después no te va a costar nada intimar con él.
—Pero para practicar contigo voy a tener que ponerme muy cariñosa, y eso no me sale natural, además de que eso también me da muchísima vergüenza —añadí. No me cerraba para nada la idea.
—Justamente por eso, Salomé, vamos a hacer que pierdas esa vergüenza, que es lo que te está trayendo tantos problemas. Además, ya te dije, vos vas a marcas todos los límites.
—¿Pero se supone que tengo que intimar contigo? Pero yo no quiero hacerlo... —todo esto lo decía con los ojos entrecerrados, me estaba costando mucho mantener la consciencia.
—No vas a intimar conmigo... A ver... ¿Cómo te lo explico...? —dijo, al parecer armándose de paciencia—. Obviamente, contacto tiene que haber, pero, vuelvo a repetir, esos límites los marcás vos.
—¿Contacto? ¿Contacto de qué tipo? —Estaba completamente segura de que iba a declinar su oferta, pero por alguna razón quería que terminara de exponer su plan.
—Bueno, abrazos, caricias, ya sabés, contacto soft. Pero, repito, hasta donde vos quieras, y yo no te voy a tocar ni un pelo, creo que esa es la mejor forma para curarte.
Me parecía todo súper irreal, hasta hacía unos minutos, nunca me había siquiera planteado si mis problemas con mi novio eran por culpa de nuestra vida sexual, y ahora estaba discutiendo con mi amigo de la adolescencia formas para desinhibirme. Pero no, no había manera de que pudiera aceptar eso, además no estaba convencida de nada de lo que habíamos hablado esa última hora, y Damián se merecía un voto de confianza, había hecho demasiado por nuestra relación como para que yo dudara de sus intenciones a las primeras de cambio, y ni el alcohol ni nada iba a hacerme cambiar de parecer. Así que me incorporé como pude, y dije:
—Te lo agradezco, Fernando, sé que no tienes ninguna intención rara conmigo y que todo esto lo haces desde la bondad de tu corazón, pero todavía creo que mi relación con Damián se sigue caracterizando por esa confianza mútua que siempre hemos tenido, y no me parece justo desconfiar de él ahora que más me necesita. —dije serenamente, y de la forma más sobria posible.
—Está bien, Salomé, no voy a decir nada más, no quiero que pienses que tengo algo en contra de Damián, todo lo contrario, me abrió las puertas de su casa sin conocerme y todavía me sigue dejando quedarme acá. Quizás fue que me dio un ataque de confianza y por eso te quise contar las cosas cómo las veo yo desde afuera.
—No pasa nada, vienes de salir de una relación muy dolorosa, por eso debes estar viendo todo con malos ojos, pero no pasa nada, yo sé que lo haces por mi bien.
—Sí, debe ser eso...
—Bueno, creo que me voy a dormir ya, que mañana tengo que madrugar para hablar con Damián.
—Ok, dejá que te ayudo.
No hablamos más nada esa noche, la velada había concluído mucho mejor de lo que se hubiese podido esperar cuando Fernando sacó el tema de mi relación con Damián. Sí, igual yo tenía muchas ganas de dejar las cosas ahí, primero porque me estaba sintiendo bastante incómoda, y segundo porque quería evitar hacer alguna estupidez por culpa del alcohol.
Una vez en la cama, me puse a pensar en las ganas que tenía de que llegara el día siguiente para poder hablar con Dami, quería escuchar su voz y que me volviera a decir que todo iba a salir bien. De alguna manera, todo lo que me había dicho Fernando esa noche seguía retumbando en mi cabeza, por eso necesitaba hablar con mi novio para tranquilizarme un poco.
No tardé mucho en quedarme dormida.
12:50 AM - Fernando.—Se terminó todo, no puedo creer cómo mierda fui tan pelotudo de proponerle algo como eso. La tenía en mis manos, ¡la concha de mi madre!Trataba de mantenerme calmado, pero tenía ganas de romper todo. Ahí se había escapado mi oportunidad de ganarme a Salomé, y todo por dejarme guiar por la cabeza de abajo.—¡Qué pelotudo, por dios!Estaba muy nervioso y pensaba en muchas cosas a la vez, no podía tranquilizarme. Sabía que era muy probable que a la mañana siguiente viniera el payaso ese a decirme que tenía que irme ahora que estaba recuperado. Y no podía contarles la verdad, primero porque no me iban a creer, y segundo porque aunque lo hicieran, el tipo no iba a permitir que me quedara cuando estaba siendo perseguido por una mafia organizada.Estuve dando vueltas en la cama toda la noche, apenas pude dormir, me sentía condenado en toda la extensión de la palabra...10:50 AM - Salomé."You're way too beautiful girl, that's why it'll never work"—¡Salo! ¡Buenos días!
03:30 AM - Fernando.—Tú eres tonto, de verdad...—No me hinchés las pelotas, ¿podés prestarme la guita o no?—Es que, no sé... ¿Cómo se lo explico después a Roberto?—Camila, por favor, ustedes treinta mil euros es lo que dejan de propina a los camareros en cualquier lugar. Están forrados en plata...—Roberto revisa todo, y cuando digo todo, es todo. Imagínate cómo me tiene de controlada desde que descubrió lo nuestro.—Camila, en serio, es cuestión de vida o muerte, literalmente. Sos mi última esperanza.—Lo siento, Fercho, no puedo hacer nada por ti, te deseo toda la suerte del mundo.—¡No! ¡No cuelgues! ¡La puta que te parió!Desahuciado, absolutamente desahuciado.08:50 AM - Salomé.—Salo.—Mmmm...—¡Salomé!—Déjame...—¡Despierta, dormilona!Abrí los ojos muy despacio, todavía un poco pegados por las lagañas, y entonces lo vi. Me incorporé de un salto y lo abracé con todas mis fuerzas. Por fin había vuelto...—¡Mi amor! —grité—. ¡Creí que no ibas a venir!—¿Cómo no voy a venir?
01:50 PM - Salomé.—¡Espera, Salomé! ¡A ver si te vas a volver a hacer daño!—¡Cállate! ¡Soy feliz! —Le respondí con alegría. Si bien el doctor me había recomendado seguir guardando reposo, a mí no me importaba absolutamente nada. Por fin volvía a ser libre y ya no iba a tener que depender de nadie para hacer lo que quisiera.—¿Adónde vamos ahora? ¡Tengo ganas de ir al centro comercial, aunque no compremos nada! ¡Vamos!—E-Espera, Salomé —dijo a la vez que me frenaba sujetándome del hombro.—¿Qué pasa?—Que tengo que irme a trabajar...—¿Ya? Pero si no son ni las dos...—Sí... pero me acaba de mandar un mensaje Santiago para que vaya —me respondió, cosa que me pareció rara, porque conozco muy bien el tono que suena cuando a Damián le llega un mensaje, y estaba segura de que esa mañana no lo había oído en ningún momento.—Me habías dicho que hoy entrabas a las tres o a las cuatro...—Sí, ya, pero ya sabes cómo es Santiago, no es la primera vez que me cambia el horario.—"Hoy lo que imp
—Me gustaría hablar más tiempo, nena, pero mañana me levanto a las 5, y sabes que me gusta dormir muchas horas...—Ya lo sé, Zami, y gracias, me hizo muy bien hablar contigo.—¡Como me vuelvas a dar las gracias te abofeteo! ¡Ya te dije que para algo soy tu hermana!—Jaja, gra..., ¡te quiero, reina!—Yo también, princesa, y me alegro que ya puedas caminar, esa silla de ruedas mataba todos tus encantos.—¡Qué dices!—¡Sí! No te lo quise decir, pero estuviste horrible todo estos días en esa maldita silla, ni te molestabas en arreglarte, quizás fue por eso que Damián se sumergió en su trabajo, porque mataste todo tu erostismo, jajaja.—Jeje. Bueno, me voy, mañana hablamos.—Buenas noches, hermanita, que descanses."Otra.... Como si no tuviera suficiente con el idiota de Fernando..." pensé. Había estado toda la tarde dando vueltas a todo, a absolutamente todo, y cuando me sentí aturdida fui al piso de mi hermana, para calmarme un rato. No fue del todo como esperaba la charla, porque tampoc
4:00 PM - Damián.—Qué día de mierda, santo cielo. La verdad es que preferiría volver a trabajar 24 horas seguidas a tener que seguir teniendo que soportar al asqueroso de Barrientos.Acababa de salir de la oficina ya en mi segundo día de horario estabilizado, sin horas extras ni explotaciones de ningún tipo. No obstante, el trabajo seguía siendo un dolor de huevos tremendo, y todo por culpa del supervisor del nuevo proyecto que nos habían asignado a mi equipo... bueno, al equipo de Lau y a mí.Ya estaba llegando a casa, quería aislarme de los problemas del trabajo al menos por unas horas, tenía ganas de ver a mi querida novia y que me alegrara el día con su hermosa sonrisa.Apenas entré en el apartamento, lancé el maletín al sofá que tenía más cerca, y también la chaqueta. Grité hasta tres veces el nombre de Salomé, pero no hubo respuesta, cosa que me extrañó, porque suponía que a esa hora tenía que estar en casa. Seguí llamándola, tenía muchas ganas de verla, el día había sido espan
00:00 hs. - Fernando.—Bueh... Al menos gané un poco de tiempo.Estaba sentado en el salón, solo, mi única compañía eran mis pensamientos y las voces de la televisión, a las cuales no les daba pelota. La verdad es que esa noche, por un buen rato, llegué a olvidarme de todos mis problemas. Sí, durante unas horas, sentí paz en mi alma. Me costaba reconocerlo, me gustaba sentir que tenía todo controlado y que yo mandaba sobre mis emociones, pero la verdad era que la situación me estaba superando. Por esa razón, la compañía de Salomé fue como un soplo de aire fresco para mí. Haber pasado el rato con ella me había hecho volver a aquellos días de adolescencia cuando estaba enamorado de ella."Será que al final no soy tan duro como creo ser", pensaba mientras cambiaba de canal, aunque sin buscar ningún canal en específico. Sí, porque había llegado a esa casa buscando techo gratis por una semana o dos, la idea era hacer mis trabajitos para poder pagarle a los negros, y una vez juntara lo sufi
—Acariciame... Dame un poco más de tu calor... Tu objetivo es que yo me dé cuenta de que tenés ganas de 'tema'...Mi parte la tenía clarísima, pero no sabía si ella iba a ser capaz de cumplir la suya. Sin embargo, Salomé volvió a hacer algo que no me esperaba. Muy torpemente, se incorporó un poco, y pasó su pierna derecha por encima de mi pierna izquierda. Luego me abrazó con la mano que, hasta ese momento, había tenido atrapada entre nuestros cuerpos, y se apretó contra mí. Esta vez su cara quedó enfrentada con mi cuello, y pude notar como su respiración se iba acelerando cada vez más.—¿Así está bien? —me preguntó. Por supuesto que estaba bien, el 99% de los hombres, incluido su novio, ya habrían captado sus intenciones y se la habrían llevado a la catrera a empotrarla como dios manda. Pero yo no era su pareja, y no me convenía que la cosa terminara ahí, tenía que seguir incitándola a que avanzara más.—Cualquiera ya habría entendido perfectamente lo que querés, Salo, pero no Damián
POV Salomé—¡Siempre dices lo mismo! ¡Estoy harta de tus promesas!Tras estas palabras, agarré mi abrigo, mi bolso y mi paraguas, y salí por la puerta.Estaba a punto de llorar y muy enojada, no podía creer que me lo hubiera vuelto a hacer, ¡había vuelto a romper su promesa! Pero ésta iba a ser la última vez, ya era hora de que eligiera, o su trabajo o yo. Así que decidí que lo mejor era irme a pasar unos días a casa de mi madre, sabía perfectamente lo mucho que le molestaba eso, pero pensé que un buen escarmiento le vendría bien. Todavía estaba a tiempo de llegar al último tren de las 10:45, tenía la estación a diez minutos a pie, así que dándome un poco de prisa llegaría sin problemas, si ese maldito ascensor se daba prisa en llegar.Durante el camino iba dándole vueltas al tema, tenía millones de cosas en la cabeza en ese momento, y por primera vez tuve dudas, ¿había hecho bien en irme a vivir con Damián tan pronto? Después de todo no hacía ni dos años que estábamos saliendo, y las