Por alguna razón entramos primero al área quemada. El clima es templado, pero estoy temblando. La vista de este lugar es imponente, apuesto a que cuando estaba ocupado era bonito. Mi imagen de un psiquiátrico es muy parecido al de las películas de terror y eso no es confiable.Hay varios cubículos, todo lo que alguna vez fue de madera terminó siendo cenizas, seguramente los bomberos o quien viniera a apagar el incendio quitó algunas de las peores ruinas. No sé mucho de incendios, pero cuando fue el de mi casa, los cimientos aguantaron debido a que no duró mucho. Aquí debió pasar algo parecido.Barremos el primer piso y decidimos subir al segundo, hay una puerta que conduce a un sanitario que apesta, está lleno de moscas que apenas se inmutan cuando echamos un vistazo. Dalia hace un gesto y sonido de asco y cierra la puerta de un azotón. Incluso ahí hay rastros del fuego.Hay otra puerta que conduce a una habitación vacía, un enorme ventanal permite la entrada de luz, ya no tiene vidri
La quinta persona tiene cabello largo, está volteada de forma que su rostro no se aprecia, tal vez alguien la distrajo para la foto. De cinco personas, tres estaban en Yesca y murieron, dos de ellas son responsables de la masacre: Gibrán y Ramiro quienes se suicidaron por la culpa. ¿Qué mierda con Lizbeth? Ella también murió. Se supone que hay un tercer cómplice, la policía aun no sabe quién es el responsable. La respuesta tiene que ser esta fotografía. El acosador debe ser la otra persona en esta foto.La acosadora. Todo este tiempo pensaba que nos acosaba un hombre y ahora resulta que es una mujer. Y el psiquiatra, no hay forma de que una chica haga todo el trabajo sola. Esto debe ser una maldita broma.Antes de que cualquiera pueda decir algo, se escucha un sonido cerca de la puerta. Al voltear, veo a una figura encapuchada que avienta algo humeante al interior y nos cierra la puerta.―¡No respiren!Grita Dalia un segundo antes de que el gas se esparza por el lugar.El primer insti
En internet no existe mucha información con respecto al hospital psiquiátrico, las páginas dicen los mismo y en realidad es muy poco. La biblioteca de pública de Velaria es pequeña, aunque bonita. Pasamos de largo la zona de libros para dirigirnos a la hemeroteca. Una bibliotecaria le informa a Sebastián que los ejemplares que datan de más de cinco años siguen en papel, de ahí en fuera, todo es más fácil porque lo podemos buscar virtualmente.Lo complicado es nuestra pasión.Pavel encuentra la fecha del incendio: diciembre del 2012. Esa fecha me suena, ¿qué ocurrió ese año? Salí del centro juvenil a inicios de enero, pero eso no es lo que me provoca molestia, ese año me suena, mierda. Por más que escarbo en mis recuerdos todo me devuelve a la confusión.Dado que el 2012 fue hace seis años, tenemos que acudir con una mujer de edad avanzada quien nos pregunta exactamente que tipo de publicación buscamos, qué ejemplar y de qué fecha.―Del incendio del hospital psiquiátrico ―dice Dalia ir
―No te incumbe ―sisea Sebastián―. No hago daño a nadie, si quiero seguir así, lo hago.―Pero ahí sigue el trastorno, que no dañes a nadie no significa que sea sano ―la tensión es tan fuerte, que quiero gritar―. ¿Qué te marcó tanto que necesitas ver a alguien humillado y con dolor para excitarte?Un gruñido gutural nace en la garganta de Sebastián un segundo antes de lanzarse hacia Pavel, el futbolista logra detener el golpe dirigido hacia su rostro, Sebastián lanza otro golpe que Pavel desvía sin mucho ánimo. Esto es una puta mierda. La salud mental tan importante como la física, lo entiendo, seguro estará bien que Sebastián vaya con un experto para descubrir la razón por la que tiene que infligir dolor para sentir placer, también estará bien que yo vaya con un terapeuta para que me ayude lidiar con la situación de mierda de la masacre, pero eso no importa en este momento.La prioridad es sobrevivir y terminar con el asunto del asesinato. Ya después podremos sacar a luz nuestros traum
Una vez que me tranquilizo y me hundo en el asiento trasero de la camioneta de Sebastián, veo todo con mayor claridad: No es posible que el psiquiatra siga vivo porque los forenses hacen pruebas para descubrir la identidad de un cadáver cuyo estado no deja ver de quién se trata, además, el asesinato de su esposa se basó en su confesión, una nota escrita que seguramente los grafóscopos compararon con documentos escritos por él.Veo más viable el hecho de que no soportó la culpa y se mató. En algún momento pudo caer todo el peso de sus actos sobre él y al darse cuenta del mal que hizo, acabó con su vida. El fingir su muerte para terminar con su trabajo me parece algo irreal. Además, la hija no pudo ser inventada, crear una persona falsa involucra mucho dinero y conexiones. Sería una coartada buena, pero dudo que el psiquiatra tuviera tanto poder. Ciertamente, el país es corrupto, tiene un pésimo sistema penal y todo se va a la mierda, pero tampoco veo posible algo tan elaborado como fin
El silencio es tenso, doloroso. No quiero alzar la cabeza por temor a ver miradas juzgándome. No quiero pasar de nuevo por las sospechas sin sentido. Hace dos minutos sospechaste de Pavel. Lo sé, a veces es inevitable, pero ya decidí que, por muchas sospechas, estos tres chicos son los de más confianza.―Quedamos que no más sospechas ―anuncia nuestro conductor―, así que mi cabeza está formulando mil teorías, pero no haré caso. Pero joder ¡no más secretos!Alzo el meñique en señal de pacto. Es infantil, lo sé, pero no sé qué más hacer.―Si no es Ventura, entonces con Tristán ―mierda, que no quiero―. No tienes que cogértelo, pero si son compañeros de medicina, debes aprovecharlo.Pavel tiene un punto, al ser compañera de Tristán, podría acercarme a él para espiar y descubrir qué mierda tienen que ver con todo esto, pero Tristán me da miedo. Es fácil enfrentarlo cuando estamos rodeados de gente, pero el estar sola con él me causa escalofríos. Si me quisiera hacer daño, ya lo habría hecho
―Ventura me dibujó ―trago saliva al recordar sus trazos delicados y perfectos―. El día que fuimos por Dalia los olvidé en el taxi que me llevó. El día que fui a pintar con Tristán él me los entregó ―eso siempre me molestó―. La única forma de conseguir los dibujos era subirse al mismo taxi que yo; el acosador siempre estuvo ahí, justo cuando llegué, él se fue. Una parte de mí llegó a pensar que Tristán era el acosador, pero sería demasiado obvio. Creo que son sus amigos.Mientras les comunico mis sospechas sobre Juan Pablo, Ulruir y Jaco (y su relación con Giuli), Dalia me mira, pensativa, seguramente está meditando qué tan probable es que su novio, un amigo de los Diener, también esté inmiscuido. Él podría ser amigo cercano de Ventura, claro. Todo este tiempo me convencí de que el supuesto cuarto hermano sería Andrés, cuando bien pudo ser el amigo, la cuarta persona que buscamos. Ventura fue a su casa el día que secuestraron a Sebastián, se veían unidos, parecían llevarse muy bien. Ma
Tomo una de las piezas y la admiro. Es tan pequeña y se siente tan frágil, que temo romperla si aplico un ápice de fuerza de más.Tengo que buscar alguna fotografía sobre ese laberinto. La chica mencionó que el año pasado la maqueta "anónima" fue sobre una casa embrujada. Desde mi punto de vista pudo tratarse de una casa del terror en donde mataron a gente. Eso significa que la masacre fue planeada al menos con un año de anticipación. ¡Nos han vigilado desde hace más de un año! Mientras felizmente estaba entrando a la universidad y aceptando a Juan Pablo como mi pareja, él se organizaba con los demás para matarnos.Al otro día, después de mucho tiempo de búsqueda, doy con la tienda de miniaturas. Reconozco a la chica que me acercó la lupa aquella vez. En cuanto suena la campana anunciando mi llegada, alza la cabeza y me sonríe.―¡Bienvenida! ―se pone en pie―. ¿Buscas algo en específico?De hecho, sí.―Vi una maqueta de laberinto en la feria de hace unas semanas ―explico como si no est