Capítulo 36

A la hora que Nathan llegó a la casa, observó que Jennifer platicaba despreocupada con Ariadna en el comedor. Las dos mujeres, al percatarse de su presencia, se quedaron en silencio.

Ariadna apretó los labios y Jennifer desvió el rostro ante la mirada inquisitiva de Nathan.

—Sigan en su parloteo —les dijo, con los ojos entrecerrados—. Pequeñas cacatúas —susurró, de camino a las escaleras.

Ariadna subió detrás de él, ansiosa por saber la información que traía acerca de su padre.

Nathan al escuchar sus pasos se frenó en seco y se dio la vuelta con la intención de quedarse frente a ella.

—Dime —le pidió Ariadna.

Nathan avanzó con paso lento hacia su esposa y la envolvió con sus brazos.

—No estás en condiciones de exigir nada. —Acunó sus mejillas y atrapó su aliento en un suave beso. Cualquier chispita de conciencia se iba a la mierd@ al tenerla así.

El calor de su piel traspasaba la fina tela de su blusa, y lo enloquecía simplemente al no apartarse.

—¿Dime qué sabes de mi papá? —le
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