Tenía a Alai en mis brazos. Estaba fría, diría que demasiado fría y muy pálida. Cuando llegué al hospital, se la llevaron en una camilla para examinarla y no sé por qué sentía ganas de golpear algo, me sentía desesperado al no saber qué pasaba.
Pasaron dos horas hasta que el médico salió.
\- ¿Familiares de la señorita Alai Ramírez? - soy yo - me paré y caminé hasta el doctor.
\- ¿Qué hace usted con la paciente? - m****a, ¿qué digo?
\- Soy su novio.
\- La señorita Alai sufre de hipoglucemia. No puede estar muchas horas sin comer y al parecer no comió por un periodo largo, lo que causó la crisis - no puede ser, me siento como una m****a en este momento.
\- Debe comer cada dos horas para que eso no vuelva a pasar - yo asiento.
\- ¿Puedo verla?
\- Sí, claro, es la habitación 201.
\- Gracias.
Camino rápidamente a la habitación y cuando entro, ahí está ella, conectada y muy pálida. Me siento mal, fue mi culpa por poco la mato. Acaricio su mejilla, aún está fría pero se ve hermosa. Siento cómo se mueve y se voltea dándome la espalda, y cuando lo hace, su bata se abre un poco y lo que veo me deja impactado.
Su espalda está llena de cicatrices como si fueran quemaduras o golpes de látigo. Dios mío, ¿quién le hizo esto a esta chica tan dulce e inocente? Le acaricio la espalda suavemente y ella se levanta de golpe.
\- ¿Qué me pasó? - pregunta sentándose de golpe, haciendo que le dé otro mareo.
\- Hey, tranquila, no te levantes así, todavía estás muy débil.
\- ¿Tú me trajiste al hospital?
\- Sí, me preocupé, estabas muy fría y pálida - le tomo la mano y siento cómo se tensa.
\- Alai, lo siento mucho, yo no sabía lo que tenías, por mi culpa casi mueres, me siento mal - ella toca mi mano con la suya y me sonríe.
\- Tranquilo, señor, no pasa nada, usted no sabía lo que yo tenía - ¿cómo puede ser tan buena? Ella es un ángel.
\- Prometo que te dejaré comer todo lo que quieras, es más, me encargaré de que comas cada dos horas mientras estés en el trabajo - ella suelta una risa que me hace reír también.
\- Vaya, con que el gran jefe tiene sonrisa - en ese momento veo que se pone roja.
\- Oh, señor, lo siento, yo...
\- Tranquila, Alai, no me molesto - ella lanza un suspiro de alivio.
\- Descansa, aún te ves cansada, yo estaré aquí - ella asiente, se acomoda y se queda dormida. La observo y no paro de pensar en qué tiene esta niña que hace que pierda el control de mi mente y mi cuerpo, siento atracción por ella a pesar de que es joven, tiene apenas 19, yo tengo 30, es una locura.
Al día siguiente la vi ya levantada.
\- Vaya, ya despertaste - me sonríe.
\- Te quedaste toda la noche, no debiste molestarte.
\- Quería cuidarte y además, no tenías a nadie que te cuidara - ella frunce el ceño.
\- ¿Cómo sabes eso? - oh, dios.
\- ¿Me investigaste? - está enojada.
\- Hacemos eso con todas las personas que entran, por seguridad - veo cómo se pone nerviosa.
\- ¿Y qué más encontraste? - empieza a jugar con su cabello.
\- Nada más.
En ese momento entra el doctor y nos informa que ya nos podemos ir. Ella grita de emoción y yo me río por su reacción. La ayudo y la llevo a su casa.
\- Oye, Maximo, muchas gracias por todo, en serio - ella me mira a los ojos y hay un brillo especial.
\- No hay de qué - le acaricio su mejilla y ella sonríe.
\- Sabes, hace mucho nadie se preocupaba por mí, solo Tamara, pero me imagino que debió estar ocupadísima, pero como ya te diste cuenta, familia no tengo - veo cómo baja la mirada y se le apaga la voz.
\- Estoy solo, Max - la tomo del mentón y le digo.
\- Ya no lo estás - ella me mira, yo le sonrío y le beso la mejilla, haciendo que ella se sonroje, se ve hermosa.
\- Acuérdese de comer, descansa, mañana nos vemos.
\- Gracias, así será.
Y se baja, dejándome con un vacío. Cuando llegué a mi casa, no dejé de pensar en las horrorosas marcas que tiene en su espalda, ¿qué le habrá pasado? Necesito saberlo. Tomo mi celular y llamo a Pedro, mi investigador privado.
\- Pedro, necesito tu ayuda.
\- Dígame, señor.
\- Necesito que investigues a Alai Ramírez, busca toda la información de ella, no quiero que se te escape nada.
\- Ok, señor, mañana tendrá su informe en su oficina.
\- Gracias, Pedro. Feliz noche.
Me acuesto en mi cama, mi cómoda cama, cómo te extrañé. Empiezo a pensar en Alai, mi chica de pelo rubio y ojos grises, y me quedo profundamente dormido.
AlaiLlegué a la oficina cargada de ganas de trabajar. Cuando me monté en el ascensor, había un hombre muy guapo que me saludó muy formalmente.- Hola, mi nombre es Lucas. Trabajo en el sector de administración.- Hola, mi nombre es Alai. Soy nueva y trabajo con el presidente.- Vaya, debe ser complicado tratar con él - me río.- Más o menos, pero ahí vamos. - Llegué a mi piso y él se bajó conmigo.- Tengo que recoger algo aquí. - Yo asentí.- Oye, Alai, ¿quieres ir a almorzar ahora? - En ese momento escucho que gritan mi nombre.- ¡Señorita Ramírez, a mi oficina ya!- Mejor me voy. Y sí, me encantaría, Lucas. Adiós.Voy directo a su oficina y me suelta de golpe.- Aquí está prohibido tener relaciones entre empleados. Que le quede claro, señorita Ramírez.- Señor, él es solo una persona que acabo de conocer. - Pero ¿por qué demonios le estoy explicando?- Así pues, no pareció. Igual, no me interesan sus explicaciones. Solo acuérdese de lo que le dije.- ¿Qué pasa, Máximo, celoso? - En
Alai estaba temblando, no podía respirar bien. Todos esos feos recuerdos volvieron a mí como un balde de agua fría. Me senté tratando de respirar cuando sentí cómo entraban de golpe a mi oficina; era mi jefe. Se acercó rápidamente, me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo. Miré sus ojos y no vi nada en ellos, estaban vacíos. Empecé a moverme, pero me tenía atrapada.\- Máximo, suéltame - intenté soltarme.\- Aparte de asesina, eres una puta - me quedé en shock.\- ¿Cómo dijiste?\- Ya lo escuchaste. Ahora, ya que tengo tantas ganas de follar, deberías complacerme - empezó a besarme y yo quería gritar, pero me tapó la boca, tomó parte de mi vestido y lo rasgó por arriba, dejándome en sostén.\- No, suéltame, por favor - mis lágrimas comenzaron a salir y todos los recuerdos vinieron a mí. Me volví loca en un segundo y lo empujé, tirándome al piso.\- ¡No, basta, por favor, no me toquen más!\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - lloré desconsoladamente. No escuché más porq
AlaiDespierto con un terrible dolor de cabeza y siento como todo me da vueltas cuando logro levantarme en la cama me doy cuenta que estoy en una habitacion desconocida es grande y de paredes blancas no se nisiquiera como llegue aqui hasta que me empiezan a golpear los recuerdosMaximo trato de abusar de mi!! Yo le conte la verdad dios ahora que hago el lo sabe todo. Decido pararme y veo que tengo rapo de hombre puestaSiento como alguien abre la puerto y ahi lo veo maximo con unos vaqueros y una camisa tipo polo se ve jodidamente sexy y no puedo evitar morderme el labio inferior- pequeña despertaste - trata de acercarse pero yo doy un paso atras- porque estoy aqui maximo? - le pregunte lo mas seca posible- te desmayaste y no podia dejarte en tu casa en ese estado - da un paso hacia adelante- perdoname alai - toca mi mejilla y siento una corriente por todo mi cuerpo- soy
Alai,Ese hijo de perra- se te comió la lengua los ratones?- me pregunta burlón.- ¿Qué quieres, Matías? - pregunto con un tono brusco.- Sabes, no pensé que te volvería a ver después de tantos años - se acerca a mí, pero yo me alejo.- Estás igual de sexy o mejor, muy provocativa para cualquier hombre - me mira con deseo y eso me produce ganas de vomitar - ¿Cuánto tengo que pagar para volverte a tener en mi cama? - eso me saca de mis casillas, así que me acerco a él muy lentamente y veo cómo se le ilumina el rostro cuando llego a estar muy cerca. Le suelto una sonora cachetada.- En tu puta vida me volverás a tocar - veo ira en sus ojos, entonces me toma del cuello y me acorrala contra la pared. Empiezo a sentir mucho miedo.- Nunca en tu miserable vida vuelvas a hacer eso. Tú volverás a ser mía cueste lo que me cueste - veo cómo empieza a tocar mi pierna.- Y si le dices a alguien, m*****a perra, juro que te mataré - siento su aliento en mi oreja hasta que escucho la puerta.- Alai,
Máximo estaba enojado, o más bien furioso, cuando vi a Alai con ese tipo tan sonriente. Lo que no logro entender es por qué conmigo no puede ser tan relajada. ¿Acaso le doy miedo?Escucho cómo tocan la puerta y ahí la veo, parada, mi secretaria, mi hermosa Alai.- ¿Señor, necesita algo? - Su hermosa voz me transporta y no lo puedo evitar. Me acerco a ella y la acorralo contra la pared. Veo cómo se tensa pero no hace nada para quitarme.- Señor, ¿qué está... haciendo? - Se ve adorable cuando está nerviosa. Toco su mejilla ya sonrojada y pongo mis manos en sus caderas. Me acerco a su oído y le digo:- No sabes cuánto te deseo, Alai. - Le doy un beso en el cuello y cuando me separo veo que tiene los ojos como platos. Pero cuando reacciona, me da una sonrisa que jamás había visto en ella. De repente, ella toma mi corbata y me atrae hacia ella.- ¿Así que me deseas, señor? - Se toca el mentón y se muerde el labio. M****a.- Veamos qué podemos hacer. - Intento besarla pero no me deja. Toma m
AlaiEstaba en mi casa pensando en todo lo que habia pasado en la oficina lo que le hice a maximo me dio pesar pero se lo tenia bien merecido el imbecil ese por quien me toma piensa que puede venir a decir esas cosas imbecilSiento como suena mi celular y contetsoHolaHola preciosa como estas ? - mierda esa voz es la de matias- que mierdas quieres matias - le suelto- te quiero a ti en mi cama - yo me rio ironicamente- eso jamas volvera a pasar- claro te niegas a estar conmigo pero a tu jefe ni lo niegas nada - yo me quedo en shock que sabe el- con mi jefe no ha pasado nada- bueno no me interesa solo se que te deseo no dejo de pensar en ti y en tu cuerpo pegado al mio - siento como me dan ganas de vomitar por sus pLabraz- vete a la mierda m
ALAISon las 9 pm y estoy parada frente al club que Matías me dijo que asistiera. Estoy jodidamente nerviosa porque no sé lo que pueda pasar. Estando aquí por un minuto me entra el miedo, así que decido irme y dejar a Matías atrás, hasta que siento que alguien toma de mi brazo.- ¿Señorita Ramírez? - Me volteo y veo a un hombre alto, calvo y musculoso.- Sí, soy yo.- Acompáñeme, el señor la espera - Jala de mi brazo y me adentra al club. El calvo me pasa por unos pasillos hasta que llegamos al salón principal. Mis ojos se abren como platos, hay mujeres bailando casi desnudas en la pista y los hombres poniendo dinero en su cuerpo. Otras mujeres estaban atendiendo en la barra con ropa muy diminuta.- ¿Te gusta lo que ves? - Una voz me pregunta por atrás.- No, no me gusta para nada - El imbécil de Matías me mira de arriba abajo.- Pues qué lástima porque vas a trabajar para mí - Yo abro los ojos como platos.- ¿Qué? Eso jamás pasará.- ¿Quieres que todos se enteren de lo que hiciste? ¿Q
Me despierto por los rayos del sol y por el molesto sonido del despertador. ¡Dios, qué pesado se vuelve esto! Voy al baño y hago mis necesidades, pero cuando me miro al espejo quedo horrorizada con lo que veo: tengo un morado notorio en la mejilla.Decido ducharme y maquillarme lo más que pueda esa parte para que nadie lo note. Cojo mi ropa y me la coloco.Al llegar a la oficina saludo a mi amiga Tamara y le digo que en el almuerzo hablamos porque no quería llegar tarde a mi oficina. Cuando llego, me llevo la sorpresa de que mi jefe está sentado en mi silla.—Hola, Alai —se voltea y me sonríe.—Señor, ¿qué hace aquí?—¿Acaso no puedo venir a ver a mi secretaria? —me pregunta en tono burlón, pero yo no sé qué decir.—¿Se encuentra bien? Está pálida.—Es que no dormí muy bien, que digamos —él se acerca y me acorrala contra la pared.—¿Estás enferma? —acaricia mi mejilla, justo la que tengo el morado, así que de inmediato me quejo.—¡Auch! —me mira preocupado y toma mi rostro.—Por Dios,