capitulo 5

Alai

estaba temblando, no podía respirar bien. Todos esos feos recuerdos volvieron a mí como un balde de agua fría. Me senté tratando de respirar cuando sentí cómo entraban de golpe a mi oficina; era mi jefe. Se acercó rápidamente, me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo. Miré sus ojos y no vi nada en ellos, estaban vacíos. Empecé a moverme, pero me tenía atrapada.

\- Máximo, suéltame - intenté soltarme.

\- Aparte de asesina, eres una puta - me quedé en shock.

\- ¿Cómo dijiste?

\- Ya lo escuchaste. Ahora, ya que tengo tantas ganas de follar, deberías complacerme - empezó a besarme y yo quería gritar, pero me tapó la boca, tomó parte de mi vestido y lo rasgó por arriba, dejándome en sostén.

\- No, suéltame, por favor - mis lágrimas comenzaron a salir y todos los recuerdos vinieron a mí. Me volví loca en un segundo y lo empujé, tirándome al piso.

\- ¡No, basta, por favor, no me toquen más!

\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - lloré desconsoladamente. No escuché más porque todo se volvió borroso y me desmoroné.

Máximo

\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - vi cómo Alai se desmayaba. La tomé en mis brazos y comencé a darme cuenta del monstruo en el que me he convertido. Soy una m****a de persona. ¿Quién sabe por lo que ella pasó y yo la lastimé, casi abusé de ella? La llevé a mi oficina y la acosté en mi sillón, puse mi saco donde le rasgué el vestido y vi de nuevo sus marcas. Al tocarlas, ella se despertó de golpe y se separó de mí, no sin antes darme una cachetada.

\- ¡Eres un hijo de puta! ¿Quisiste abusar de mí? - la vi llorar a mares.

\- Alai, pequeña, lo siento.

\- ¿Qué m****a vas a sentir tú? Tú no sabes nada. Querías juzgarme cuando no sabes nada de mí y de la vida de m****a que llevé. Y sabes qué, sí, soy una asesina y no me arrepiento de haber matado al imbécil que se cagó en mi vida y me dejó marcada de por vida - me gritó y me dejó helado con sus palabras.

\- Ahora te quedas callado. Sí, Máximo, estás frente a una asesina. Yo maté a mi pareja, lo maté, y no sabes cuánto lo disfruté. Dios, estaba fuera de mí. No la reconocía, no era mi ángel.

\- Él me lo quitó todo, me arrebató todo, y eso jamás se lo perdonaré - ella no me escuchaba.

\- ¿Quieres saber por qué lo maté? - ella no se da cuenta quién soy.

\- Él abusó de mí durante un año y me vendió a muchos hombres. Y sabes, me drogaba para que yo me dejara violar. Un día no quise tener nada con él, así que me quemó la espalda y me golpeó con un látigo asegurándose de que quedara marcada de por vida. Ese hombre me arrebató todo. Así que, como ya no tenía nada que perder, una noche fui a su casa. Él pensaba que yo quería sexo, pero no, le di varias puñaladas y lo quemé varias veces con una espátula caliente. Me vengué de él, de todo lo que me hizo. Estuve en un reformatorio durante tres años con unos malditos medicamentos psiquiátricos. Ese hombre me dañó por dentro y por fuera, y eso jamás se va a poder reparar - intentó levantarse, pero se mareó y cayó desmayada en el sillón.

Llamé al médico y, cuando lo hice, se me cayeron unas lágrimas.

\- Te juro que yo te protegeré y no dejaré que nadie te lastime. Yo cuidaré de ti, mi ángel.

Le besé la frente y la abracé mientras venía el médico.

\- Lo siento, pequeña...

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