Alai
estaba temblando, no podía respirar bien. Todos esos feos recuerdos volvieron a mí como un balde de agua fría. Me senté tratando de respirar cuando sentí cómo entraban de golpe a mi oficina; era mi jefe. Se acercó rápidamente, me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo. Miré sus ojos y no vi nada en ellos, estaban vacíos. Empecé a moverme, pero me tenía atrapada.
\- Máximo, suéltame - intenté soltarme.
\- Aparte de asesina, eres una puta - me quedé en shock.
\- ¿Cómo dijiste?
\- Ya lo escuchaste. Ahora, ya que tengo tantas ganas de follar, deberías complacerme - empezó a besarme y yo quería gritar, pero me tapó la boca, tomó parte de mi vestido y lo rasgó por arriba, dejándome en sostén.
\- No, suéltame, por favor - mis lágrimas comenzaron a salir y todos los recuerdos vinieron a mí. Me volví loca en un segundo y lo empujé, tirándome al piso.
\- ¡No, basta, por favor, no me toquen más!
\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - lloré desconsoladamente. No escuché más porque todo se volvió borroso y me desmoroné.
Máximo
\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - vi cómo Alai se desmayaba. La tomé en mis brazos y comencé a darme cuenta del monstruo en el que me he convertido. Soy una m****a de persona. ¿Quién sabe por lo que ella pasó y yo la lastimé, casi abusé de ella? La llevé a mi oficina y la acosté en mi sillón, puse mi saco donde le rasgué el vestido y vi de nuevo sus marcas. Al tocarlas, ella se despertó de golpe y se separó de mí, no sin antes darme una cachetada.
\- ¡Eres un hijo de puta! ¿Quisiste abusar de mí? - la vi llorar a mares.
\- Alai, pequeña, lo siento.
\- ¿Qué m****a vas a sentir tú? Tú no sabes nada. Querías juzgarme cuando no sabes nada de mí y de la vida de m****a que llevé. Y sabes qué, sí, soy una asesina y no me arrepiento de haber matado al imbécil que se cagó en mi vida y me dejó marcada de por vida - me gritó y me dejó helado con sus palabras.
\- Ahora te quedas callado. Sí, Máximo, estás frente a una asesina. Yo maté a mi pareja, lo maté, y no sabes cuánto lo disfruté. Dios, estaba fuera de mí. No la reconocía, no era mi ángel.
\- Él me lo quitó todo, me arrebató todo, y eso jamás se lo perdonaré - ella no me escuchaba.
\- ¿Quieres saber por qué lo maté? - ella no se da cuenta quién soy.
\- Él abusó de mí durante un año y me vendió a muchos hombres. Y sabes, me drogaba para que yo me dejara violar. Un día no quise tener nada con él, así que me quemó la espalda y me golpeó con un látigo asegurándose de que quedara marcada de por vida. Ese hombre me arrebató todo. Así que, como ya no tenía nada que perder, una noche fui a su casa. Él pensaba que yo quería sexo, pero no, le di varias puñaladas y lo quemé varias veces con una espátula caliente. Me vengué de él, de todo lo que me hizo. Estuve en un reformatorio durante tres años con unos malditos medicamentos psiquiátricos. Ese hombre me dañó por dentro y por fuera, y eso jamás se va a poder reparar - intentó levantarse, pero se mareó y cayó desmayada en el sillón.
Llamé al médico y, cuando lo hice, se me cayeron unas lágrimas.
\- Te juro que yo te protegeré y no dejaré que nadie te lastime. Yo cuidaré de ti, mi ángel.
Le besé la frente y la abracé mientras venía el médico.
\- Lo siento, pequeña...
AlaiDespierto con un terrible dolor de cabeza y siento como todo me da vueltas cuando logro levantarme en la cama me doy cuenta que estoy en una habitacion desconocida es grande y de paredes blancas no se nisiquiera como llegue aqui hasta que me empiezan a golpear los recuerdosMaximo trato de abusar de mi!! Yo le conte la verdad dios ahora que hago el lo sabe todo. Decido pararme y veo que tengo rapo de hombre puestaSiento como alguien abre la puerto y ahi lo veo maximo con unos vaqueros y una camisa tipo polo se ve jodidamente sexy y no puedo evitar morderme el labio inferior- pequeña despertaste - trata de acercarse pero yo doy un paso atras- porque estoy aqui maximo? - le pregunte lo mas seca posible- te desmayaste y no podia dejarte en tu casa en ese estado - da un paso hacia adelante- perdoname alai - toca mi mejilla y siento una corriente por todo mi cuerpo- soy
Alai,Ese hijo de perra- se te comió la lengua los ratones?- me pregunta burlón.- ¿Qué quieres, Matías? - pregunto con un tono brusco.- Sabes, no pensé que te volvería a ver después de tantos años - se acerca a mí, pero yo me alejo.- Estás igual de sexy o mejor, muy provocativa para cualquier hombre - me mira con deseo y eso me produce ganas de vomitar - ¿Cuánto tengo que pagar para volverte a tener en mi cama? - eso me saca de mis casillas, así que me acerco a él muy lentamente y veo cómo se le ilumina el rostro cuando llego a estar muy cerca. Le suelto una sonora cachetada.- En tu puta vida me volverás a tocar - veo ira en sus ojos, entonces me toma del cuello y me acorrala contra la pared. Empiezo a sentir mucho miedo.- Nunca en tu miserable vida vuelvas a hacer eso. Tú volverás a ser mía cueste lo que me cueste - veo cómo empieza a tocar mi pierna.- Y si le dices a alguien, m*****a perra, juro que te mataré - siento su aliento en mi oreja hasta que escucho la puerta.- Alai,
Máximo estaba enojado, o más bien furioso, cuando vi a Alai con ese tipo tan sonriente. Lo que no logro entender es por qué conmigo no puede ser tan relajada. ¿Acaso le doy miedo?Escucho cómo tocan la puerta y ahí la veo, parada, mi secretaria, mi hermosa Alai.- ¿Señor, necesita algo? - Su hermosa voz me transporta y no lo puedo evitar. Me acerco a ella y la acorralo contra la pared. Veo cómo se tensa pero no hace nada para quitarme.- Señor, ¿qué está... haciendo? - Se ve adorable cuando está nerviosa. Toco su mejilla ya sonrojada y pongo mis manos en sus caderas. Me acerco a su oído y le digo:- No sabes cuánto te deseo, Alai. - Le doy un beso en el cuello y cuando me separo veo que tiene los ojos como platos. Pero cuando reacciona, me da una sonrisa que jamás había visto en ella. De repente, ella toma mi corbata y me atrae hacia ella.- ¿Así que me deseas, señor? - Se toca el mentón y se muerde el labio. M****a.- Veamos qué podemos hacer. - Intento besarla pero no me deja. Toma m
AlaiEstaba en mi casa pensando en todo lo que habia pasado en la oficina lo que le hice a maximo me dio pesar pero se lo tenia bien merecido el imbecil ese por quien me toma piensa que puede venir a decir esas cosas imbecilSiento como suena mi celular y contetsoHolaHola preciosa como estas ? - mierda esa voz es la de matias- que mierdas quieres matias - le suelto- te quiero a ti en mi cama - yo me rio ironicamente- eso jamas volvera a pasar- claro te niegas a estar conmigo pero a tu jefe ni lo niegas nada - yo me quedo en shock que sabe el- con mi jefe no ha pasado nada- bueno no me interesa solo se que te deseo no dejo de pensar en ti y en tu cuerpo pegado al mio - siento como me dan ganas de vomitar por sus pLabraz- vete a la mierda m
ALAISon las 9 pm y estoy parada frente al club que Matías me dijo que asistiera. Estoy jodidamente nerviosa porque no sé lo que pueda pasar. Estando aquí por un minuto me entra el miedo, así que decido irme y dejar a Matías atrás, hasta que siento que alguien toma de mi brazo.- ¿Señorita Ramírez? - Me volteo y veo a un hombre alto, calvo y musculoso.- Sí, soy yo.- Acompáñeme, el señor la espera - Jala de mi brazo y me adentra al club. El calvo me pasa por unos pasillos hasta que llegamos al salón principal. Mis ojos se abren como platos, hay mujeres bailando casi desnudas en la pista y los hombres poniendo dinero en su cuerpo. Otras mujeres estaban atendiendo en la barra con ropa muy diminuta.- ¿Te gusta lo que ves? - Una voz me pregunta por atrás.- No, no me gusta para nada - El imbécil de Matías me mira de arriba abajo.- Pues qué lástima porque vas a trabajar para mí - Yo abro los ojos como platos.- ¿Qué? Eso jamás pasará.- ¿Quieres que todos se enteren de lo que hiciste? ¿Q
Me despierto por los rayos del sol y por el molesto sonido del despertador. ¡Dios, qué pesado se vuelve esto! Voy al baño y hago mis necesidades, pero cuando me miro al espejo quedo horrorizada con lo que veo: tengo un morado notorio en la mejilla.Decido ducharme y maquillarme lo más que pueda esa parte para que nadie lo note. Cojo mi ropa y me la coloco.Al llegar a la oficina saludo a mi amiga Tamara y le digo que en el almuerzo hablamos porque no quería llegar tarde a mi oficina. Cuando llego, me llevo la sorpresa de que mi jefe está sentado en mi silla.—Hola, Alai —se voltea y me sonríe.—Señor, ¿qué hace aquí?—¿Acaso no puedo venir a ver a mi secretaria? —me pregunta en tono burlón, pero yo no sé qué decir.—¿Se encuentra bien? Está pálida.—Es que no dormí muy bien, que digamos —él se acerca y me acorrala contra la pared.—¿Estás enferma? —acaricia mi mejilla, justo la que tengo el morado, así que de inmediato me quejo.—¡Auch! —me mira preocupado y toma mi rostro.—Por Dios,
MÁXIMOTomo a Alai de la cintura y la pego a mi coche. Recorro con mis manos todo su cuerpo. Dios, cómo la deseo. Deseo todo de ella: sus besos, sus caricias, sus risas.—Para, Máximo. Alguien nos puede ver. —Mierda, tenía razón.—¿Quieres ir a comer conmigo? —Veo cómo se sorprende, pero después suaviza su gesto.—Claro, me encantaría. —Le abro la puerta del copiloto y conduzco hasta mi restaurante favorito.—Espero que te guste la comida italiana. —Veo cómo se le ilumina la cara.—Me fascina. Mi abuela solía prepararnos pasta. —Su rostro se entristece.—¿Hey, qué pasa?—Ella murió hace dos años y ni siquiera pude despedirme de ella. No sé si me perdonó por mis errores. —Tomo su mentón y le digo:—De seguro que sí, Alai. Olvida tu pasado y vive tu presente. Sé que es horrible lo que te pasó, pero debes olvidarlo y vivir el ahora. —Ella toma mi mano.—Gracias, Máximo. No sabes cómo me reconforta escuchar esas palabras.La cena transcurre entre risas y coqueteos. La pequeña Alai sabe cóm
AlaiYa eran las 4:30 pm y sabía que en una hora pasaría el chofer de Máximo para llevarme a la dichosa fiesta. Decido ponerme un vestido negro de escote profundo y me dejo el pelo suelto.Me miro al espejo y por algún motivo siento que quiero impresionar a Máximo. Ya son las 6 y escucho cómo pita un auto afuera, lo que me indica que el chofer llegó. Bajo y lo saludo para adentrarme en el auto y en ese momento me llega un mensaje al celular.Recuerda, preciosa, a las 9 pm en el club.MatíasBloqueo el teléfono y me dispongo a ver por la ventana la ciudad. Después de unos veinte minutos llego a mi destino y entro al lugar. Empiezo a buscar a Máximo y lo encuentro de espaldas hablando con unos hombres. Por un momento, la mirada de los hombres se posa en mí y me miran con deseo. Máximo, al percatarse de eso, voltea y veo cómo se le abren los ojos al verme ahí parada. Reacciona al instante y camina rápido hacia mí.—¿Se puede saber por qué vienes así vestida? —me dice cerca del oído.—¿Qué