Recorro con mis manos la espalda de Alai mientras profundizo nuestro beso. Muerdo suavemente su labio inferior y escucho un gemido.—Max, espera, por favor —me separo de ella con nuestras respiraciones agitadas.—Nena, por favor, hablemos —ella da una fuerte respiración y asiente.—Vamos a tu casa, quiero ver a mi hija —yo asiento y la conduzco a mi coche.El recorrido fue silencioso, pero no incómodo. Ella iba sumergida en sus pensamientos y yo en los míos. Necesito recuperarla, necesito que volvamos a ser una familia; la necesito como un infierno. Llegamos a casa, bajamos, y lo primero que hacemos es subir a ver a Jazmín.—Está dormida, mi angelito —me dice Alai tocando su mejilla.—Ven, mejor bajemos para que no la despertemos —le doy un beso en su cabecita y cojo el monitor. Bajamos y voy a la cocina por un trago para los dos, ambos lo necesitamos.—Toma —le extiendo el vodka y ella lo recibe.—Gracias —me siento al lado de ella y la miro esperando alguna reacción.—¿Por qué no me
AlaiEstoy muy feliz; al fin arreglamos todos nuestros problemas Max y yo. Ahora solo espero poder llegar a ser una familia feliz, sin ningún idiota que se meta en nuestro camino.- Hola, Alai.- Buenos días, señor Alejandro. ¿Cómo amanece?- Bien, Alai. Déjame decirte que hoy estás encantadora. (Me sonrojo por su comentario.)- Gracias, señor.- Bueno, ¿y cómo te terminó de ir con el padre de tu hija? - Será que le cuento a mi jefe.- La verdad, ayer me enteré de algunas cosas, como, por ejemplo, que sigo casada con él ya que nunca firmó los papeles. (Veo cómo el señor Alejandro abre los ojos, pero me deja continuar.)- También me he dado cuenta de que me ama con locura, al igual que nuestra hija, y que todos los problemas que hemos tenido han sido por creer en otras personas y no en nosotros mismos. Y también me di cuenta de algo más - sonrío y miro a mi jefe.- ¿Qué es?- Que lo sigo amando con locura yo también y que quiero pasar el resto de mi vida a su lado. (Alejandro sonríe y s
AlaiEstaba muy, pero muy feliz de poder volver a casarme con Max. Ambos acordamos que queríamos algo muy sencillo, así que decidimos hacerlo en la playa con la gente más cercana. Cuando le conté a Tamara, ella se emocionó mucho y dijo que teníamos que conseguir el vestido, ya que Max y yo quedamos en casarnos en un mes. A pesar de estar ya casados, queríamos renovar nuestros votos.Cuando le dije eso a Alejandro, se puso muy feliz. Le pedí el favor de que me llevara al altar y se le salió una lágrima de la emoción, ya que él nunca tuvo hijos y yo, por decirlo así, me convertí en una hija para él. Mi bebé Jazmín ya está caminando y nos tiene a Max y a mí corriendo de un lugar a otro para que no se pegue contra algo. Creo que Max ya está teniendo dolor de espalda.- M****a, era mejor cuando no caminaba - se sienta Max en el sillón y yo me río.- Eres un viejo - él se levanta y se acerca a mí.- Sí, pero soy tu viejo sexy - me besa y muerde mi labio, haciendo que suelte un gemido.- Sabe
AlaiHoy decidí que sería un lindo día para ir a la playa, así que decidí ir con Jazmín ya que Max no podía por trabajo. Tomé a mi pequeña y nos dirigimos a la playa. Cuando llegamos, mi pequeña era la sensación con su vestido de baño, que es igual al de su madre, y también por ser tan risueña.Puse una toalla en la arena y me senté con mi bebé.—Qué hermosa bebé —dije. Cuando alzo la vista, veo a un hombre muy guapo de piel morena.—Gracias —le sonrío.—¿Es tuya? —pregunta el hombre moreno.—Sí, es mi hija —respondo. Jazmín le sonríe y él toma su manita en forma de saludo.—Eres toda una princesa, igual a tu madre —le dice a mi bebé, y yo me sonrojo por su comentario.—Bueno, las dejo, un placer conocerlas —se despide, y entonces yo decido meterme al mar con mi bebé.—¿Te gusta el agua, amor? —le digo a mi bebé, y ella me sonríe.Después de estar un tiempo en el agua, decido que ya es hora de irme. Llegamos a casa y me doy una ducha con mi bebé para ir a la oficina a reclamar unos pap
AlaiEstaba acostada sobre el pecho de Max después de haber hecho el amor.— Amor, mañana nos casamos. ¿No estás feliz?— Sí, amor, obvio que estoy feliz, solo que también estoy nerviosa. — Me pegué más a su cuerpo.— No va a pasar nada, te lo prometo. — Besó mis labios. — Descansa, que mañana será el gran día.Y eso hice, me abandoné en los brazos de Morfeo.Al otro día, siento cómo alguien está saltando en la cama.— Oye, amiga, despierta. — Es Tamara.— ¿Qué quieres, Tamara? — Me levanto y veo a mi bebé que me sonríe al verme.— Hola, mi bebé hermosa. — La tomo en mis brazos y le doy muchos besos.— Bueno, basta de besos. Báñate, que en dos horas hay que estar listas. — Yo asiento y me levanto de la cama directo a la ducha. Cuando salgo, me pongo una sudadera y una camisa suelta.— Listo, Tam, empieza a hacer tu magia. — Le sonrío y ella me señala la silla.— Quiero dejarte el pelo suelto, pero te colocaré unas pequeñas ondas, y el maquillaje lo haré muy suave porque el matrimonio s
MáximoCinco años despuésEstaba comprando unas hermosas flores para llevarle a mi querida esposa. Llevo tomada de la mano a mi pequeña Jazmín, que ahora tiene 5 años. Ella está cada día más hermosa y es muy parecida a su madre; lo único que heredó de mí fueron mis ojos, porque el resto es una imagen de mi preciosa Alai.- Papá, ¿qué te parece si compramos flores blancas? A mamá le gustaría - me dice mi hija.- Está bien, princesa. Hay que apurarnos para ir al cementerio.- Sí, papá, vamos.Compramos las flores y, con sumo cuidado, las llevo al carro y subo con mi pequeña. Cuando llegamos al cementerio, doy un profundo respiro, ya que todavía me cuesta venir aquí. Me paro frente a su tumba y una lágrima se me escapa. Siento como unos brazos cálidos me abrazan por la cintura.- ¿Todo bien, amor? - me volteo y veo a mi hermosa esposa que me sonríe y me da ánimos.- Sí, amor, es solo que aún me duele un poco todo esto. Mi padre murió hace un año después de que disparó a mi pequeña. A él l
Me levanto por el sonido molesto del despertador que me indica que es hora de levantarmeHoy me levante con animo ya que hoy es el primer dia trabajo en una empresa de arquitectos mi mejor amiga tamara trabaja como secretaria de uno de los arquitectos y me consiguio el puesto de secretaria del presidente, la verdad solo espero que me la lleve muy bien con mi nuevo jefe ya que necesito mucho este trabajoMe meto a la ducha y me despojo de mi ropa y cuando lo hago observo las horrendas marcas que ese imbecil me dejo cierro los ojos para alejar aquellos recuerdos tan horrorosos y mejor me meto al bañoCuando ya estoy lista bajo a dasayunar y me encuentro a mi amiga tamara- hola tam como amaneces - me siento al lado de ella y como mi cereal- bien amiga y tu ?- super bien ya quiero conocer a mi jefe - tamara se le contrae la cara y yo le pregunto- porq
¡Pero qué m****a, metí la pata!—Oh señor, cómo lo siento, yo no... —el hombre aparta bruscamente a la mujer excesivamente operada de su regazo y arregla mi ropa—.—¡¿QUE NO TE ENSEÑARON A TOCAR?! —prácticamente me grita.—Señor, sí toqué, pero nadie dijo nada —me encojo de hombros.—¿Y por eso te crees con el derecho de entrar así? ¿Es que eres estúpida? —¿Perdón? ¿Me dijo estúpida?—Carla, sal de aquí —ella lo mira enfadada pero se va—.—Ahora dime, ¿quién eres tú? —me suelta bruscamente.—Yo... soy... su nueva secretaria —Dios, ¿por qué tartamudeo?—Ah, ya. ¿Y acaso nunca te enseñaron a tocar, señorita...?—Ramírez. Me llamo Alai Ramírez —le tiendo la mano y él me la recibe. Cuando rozamos nuestras manos, siento una corriente por todo mi cuerpo y lo miro a los ojos. Dios, nunca lo había detallado, pero es un dios griego: tiene cabello castaño, unos ojos verdes y un cuerpo que denota mucho ejercicio.—Ya deja de mirarme así —abro los ojos como platos y mis mejillas se tornan rojas.—