Me levanto por el sonido molesto del despertador que me indica que es hora de levantarmeHoy me levante con animo ya que hoy es el primer dia trabajo en una empresa de arquitectos mi mejor amiga tamara trabaja como secretaria de uno de los arquitectos y me consiguio el puesto de secretaria del presidente, la verdad solo espero que me la lleve muy bien con mi nuevo jefe ya que necesito mucho este trabajoMe meto a la ducha y me despojo de mi ropa y cuando lo hago observo las horrendas marcas que ese imbecil me dejo cierro los ojos para alejar aquellos recuerdos tan horrorosos y mejor me meto al bañoCuando ya estoy lista bajo a dasayunar y me encuentro a mi amiga tamara- hola tam como amaneces - me siento al lado de ella y como mi cereal- bien amiga y tu ?- super bien ya quiero conocer a mi jefe - tamara se le contrae la cara y yo le pregunto- porq
¡Pero qué m****a, metí la pata!—Oh señor, cómo lo siento, yo no... —el hombre aparta bruscamente a la mujer excesivamente operada de su regazo y arregla mi ropa—.—¡¿QUE NO TE ENSEÑARON A TOCAR?! —prácticamente me grita.—Señor, sí toqué, pero nadie dijo nada —me encojo de hombros.—¿Y por eso te crees con el derecho de entrar así? ¿Es que eres estúpida? —¿Perdón? ¿Me dijo estúpida?—Carla, sal de aquí —ella lo mira enfadada pero se va—.—Ahora dime, ¿quién eres tú? —me suelta bruscamente.—Yo... soy... su nueva secretaria —Dios, ¿por qué tartamudeo?—Ah, ya. ¿Y acaso nunca te enseñaron a tocar, señorita...?—Ramírez. Me llamo Alai Ramírez —le tiendo la mano y él me la recibe. Cuando rozamos nuestras manos, siento una corriente por todo mi cuerpo y lo miro a los ojos. Dios, nunca lo había detallado, pero es un dios griego: tiene cabello castaño, unos ojos verdes y un cuerpo que denota mucho ejercicio.—Ya deja de mirarme así —abro los ojos como platos y mis mejillas se tornan rojas.—
Tenía a Alai en mis brazos. Estaba fría, diría que demasiado fría y muy pálida. Cuando llegué al hospital, se la llevaron en una camilla para examinarla y no sé por qué sentía ganas de golpear algo, me sentía desesperado al no saber qué pasaba.Pasaron dos horas hasta que el médico salió.\- ¿Familiares de la señorita Alai Ramírez? - soy yo - me paré y caminé hasta el doctor.\- ¿Qué hace usted con la paciente? - m****a, ¿qué digo?\- Soy su novio.\- La señorita Alai sufre de hipoglucemia. No puede estar muchas horas sin comer y al parecer no comió por un periodo largo, lo que causó la crisis - no puede ser, me siento como una m****a en este momento.\- Debe comer cada dos horas para que eso no vuelva a pasar - yo asiento.\- ¿Puedo verla?\- Sí, claro, es la habitación 201.\- Gracias.Camino rápidamente a la habitación y cuando entro, ahí está ella, conectada y muy pálida. Me siento mal, fue mi culpa por poco la mato. Acaricio su mejilla, aún está fría pero se ve hermosa. Siento cóm
AlaiLlegué a la oficina cargada de ganas de trabajar. Cuando me monté en el ascensor, había un hombre muy guapo que me saludó muy formalmente.- Hola, mi nombre es Lucas. Trabajo en el sector de administración.- Hola, mi nombre es Alai. Soy nueva y trabajo con el presidente.- Vaya, debe ser complicado tratar con él - me río.- Más o menos, pero ahí vamos. - Llegué a mi piso y él se bajó conmigo.- Tengo que recoger algo aquí. - Yo asentí.- Oye, Alai, ¿quieres ir a almorzar ahora? - En ese momento escucho que gritan mi nombre.- ¡Señorita Ramírez, a mi oficina ya!- Mejor me voy. Y sí, me encantaría, Lucas. Adiós.Voy directo a su oficina y me suelta de golpe.- Aquí está prohibido tener relaciones entre empleados. Que le quede claro, señorita Ramírez.- Señor, él es solo una persona que acabo de conocer. - Pero ¿por qué demonios le estoy explicando?- Así pues, no pareció. Igual, no me interesan sus explicaciones. Solo acuérdese de lo que le dije.- ¿Qué pasa, Máximo, celoso? - En
Alai estaba temblando, no podía respirar bien. Todos esos feos recuerdos volvieron a mí como un balde de agua fría. Me senté tratando de respirar cuando sentí cómo entraban de golpe a mi oficina; era mi jefe. Se acercó rápidamente, me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo. Miré sus ojos y no vi nada en ellos, estaban vacíos. Empecé a moverme, pero me tenía atrapada.\- Máximo, suéltame - intenté soltarme.\- Aparte de asesina, eres una puta - me quedé en shock.\- ¿Cómo dijiste?\- Ya lo escuchaste. Ahora, ya que tengo tantas ganas de follar, deberías complacerme - empezó a besarme y yo quería gritar, pero me tapó la boca, tomó parte de mi vestido y lo rasgó por arriba, dejándome en sostén.\- No, suéltame, por favor - mis lágrimas comenzaron a salir y todos los recuerdos vinieron a mí. Me volví loca en un segundo y lo empujé, tirándome al piso.\- ¡No, basta, por favor, no me toquen más!\- ¡No me lastimen, se los ruego, no me peguen! - lloré desconsoladamente. No escuché más porq
AlaiDespierto con un terrible dolor de cabeza y siento como todo me da vueltas cuando logro levantarme en la cama me doy cuenta que estoy en una habitacion desconocida es grande y de paredes blancas no se nisiquiera como llegue aqui hasta que me empiezan a golpear los recuerdosMaximo trato de abusar de mi!! Yo le conte la verdad dios ahora que hago el lo sabe todo. Decido pararme y veo que tengo rapo de hombre puestaSiento como alguien abre la puerto y ahi lo veo maximo con unos vaqueros y una camisa tipo polo se ve jodidamente sexy y no puedo evitar morderme el labio inferior- pequeña despertaste - trata de acercarse pero yo doy un paso atras- porque estoy aqui maximo? - le pregunte lo mas seca posible- te desmayaste y no podia dejarte en tu casa en ese estado - da un paso hacia adelante- perdoname alai - toca mi mejilla y siento una corriente por todo mi cuerpo- soy
Alai,Ese hijo de perra- se te comió la lengua los ratones?- me pregunta burlón.- ¿Qué quieres, Matías? - pregunto con un tono brusco.- Sabes, no pensé que te volvería a ver después de tantos años - se acerca a mí, pero yo me alejo.- Estás igual de sexy o mejor, muy provocativa para cualquier hombre - me mira con deseo y eso me produce ganas de vomitar - ¿Cuánto tengo que pagar para volverte a tener en mi cama? - eso me saca de mis casillas, así que me acerco a él muy lentamente y veo cómo se le ilumina el rostro cuando llego a estar muy cerca. Le suelto una sonora cachetada.- En tu puta vida me volverás a tocar - veo ira en sus ojos, entonces me toma del cuello y me acorrala contra la pared. Empiezo a sentir mucho miedo.- Nunca en tu miserable vida vuelvas a hacer eso. Tú volverás a ser mía cueste lo que me cueste - veo cómo empieza a tocar mi pierna.- Y si le dices a alguien, m*****a perra, juro que te mataré - siento su aliento en mi oreja hasta que escucho la puerta.- Alai,
Máximo estaba enojado, o más bien furioso, cuando vi a Alai con ese tipo tan sonriente. Lo que no logro entender es por qué conmigo no puede ser tan relajada. ¿Acaso le doy miedo?Escucho cómo tocan la puerta y ahí la veo, parada, mi secretaria, mi hermosa Alai.- ¿Señor, necesita algo? - Su hermosa voz me transporta y no lo puedo evitar. Me acerco a ella y la acorralo contra la pared. Veo cómo se tensa pero no hace nada para quitarme.- Señor, ¿qué está... haciendo? - Se ve adorable cuando está nerviosa. Toco su mejilla ya sonrojada y pongo mis manos en sus caderas. Me acerco a su oído y le digo:- No sabes cuánto te deseo, Alai. - Le doy un beso en el cuello y cuando me separo veo que tiene los ojos como platos. Pero cuando reacciona, me da una sonrisa que jamás había visto en ella. De repente, ella toma mi corbata y me atrae hacia ella.- ¿Así que me deseas, señor? - Se toca el mentón y se muerde el labio. M****a.- Veamos qué podemos hacer. - Intento besarla pero no me deja. Toma m