capitulo 8
Máximo estaba enojado, o más bien furioso, cuando vi a Alai con ese tipo tan sonriente. Lo que no logro entender es por qué conmigo no puede ser tan relajada. ¿Acaso le doy miedo?

Escucho cómo tocan la puerta y ahí la veo, parada, mi secretaria, mi hermosa Alai.

- ¿Señor, necesita algo? - Su hermosa voz me transporta y no lo puedo evitar. Me acerco a ella y la acorralo contra la pared. Veo cómo se tensa pero no hace nada para quitarme.

- Señor, ¿qué está... haciendo? - Se ve adorable cuando está nerviosa. Toco su mejilla ya sonrojada y pongo mis manos en sus caderas. Me acerco a su oído y le digo:

- No sabes cuánto te deseo, Alai. - Le doy un beso en el cuello y cuando me separo veo que tiene los ojos como platos. Pero cuando reacciona, me da una sonrisa que jamás había visto en ella. De repente, ella toma mi corbata y me atrae hacia ella.

- ¿Así que me deseas, señor? - Se toca el mentón y se muerde el labio. M****a.

- Veamos qué podemos hacer. - Intento besarla pero no me deja. Toma m
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo