ALAIHan pasado 1 mes desde que decidí salir con Máximo. Él se ha portado de maravilla y siempre está al pendiente de mí. Si me preguntan por el club, todavía estoy trabajando ahí, pero ya no me estoy acostando con Matías porque lleva 1 mes sin ir por asuntos de trabajo. Pero tengo miedo de que regrese, ya que no quiero seguir dejándome tocar por él.Siento como alguien me abraza por detrás, pegando mi espalda a su pecho. Al oler su aroma, sé que es Máximo.\- ¿En qué tanto piensas, nena? - Me volteo y lo miro a los ojos.\- En lo feliz que soy a tu lado - lo beso y después me pego a su cuerpo como si dependiera mi vida de eso.\- No me dejes - le susurro, y es la verdad, no quiero que me deje nunca.\- Hey, jamás te voy a dejar ir. Voy a estar a tu lado siempre - me toma en sus brazos y me lleva a la cama. Hacemos el amor toda la tarde y cuando llega la noche me visto porque debo irme.\- No entiendo por qué siempre te vas los martes y jueves.\- Amor, ya te dije que tengo club de lec
Al llegar al hospital, el médico me revisa y me hace exámenes. Nos dijo que tenía una fisura en la costilla, pero que no era grave; solo debía guardar reposo por unos días. Max, como buen novio, sugirió que me fuera a su casa mientras me recuperaba, y yo acepté encantada.Al llegar, me deposita en la cama y se acomoda a mi lado.—Alai, casi muero del susto —digo tomando su mano.—Hey, no fue nada, ya estoy mejor —responde él con una sonrisa para tranquilizarme, hasta que escuchamos cómo se abre la puerta. Palidezco al ver quién es Matías.—Alai, ¿qué haces aquí?—Tú, ¿qué haces aquí, Matías? ¿Cómo entras así? —responde Max.—Vine a saludarte, pero veo que estás ocupado con esta...—No sabía que tenías novia, Maxi, y mucho menos que fuera ella —me mira a mí y luego vuelve su mirada hacia mí, haciendo que me encoja de hombros.—¿Por qué hablas así? ¿Acaso tienes algún problema con que tenga novia?—No pensé que te gustaran las zorras —suelta Matías, haciendo que me sorprenda.—¡No le fal
Al llegar a mi casa con unas inmensas ganas de llorar, me tiro a la cama y dejo que mis sentimientos afloren. Lloro de dolor y de rabia por no poder hacer nada, por no poder contarle la verdad a Máximo y por tener que trabajar en ese apestoso lugar.- Te odio, Matías. Te odio - grito lo más fuerte posible, quitando toda esta rabia. Escucho cómo mi celular suena y veo que es Tamara.- Tam, te necesito - digo entre sollozos.- Voy para allá. - Cuando llega, le cuento todo lo que pasó y, por algún motivo, me hace sentir mejor.- Amiga, entiende a Máximo, él debe estar confundido y peor que tú al no saber lo que pasa.- Lo sé, amiga, pero no le puedo decir lo que me convertí, no por mí sino por culpa de otro - suelto un sollozo.- Amiga, entonces ¿qué piensas hacer? ¿Seguir trabajando en ese horrible lugar? - yo niego.- Me pienso ir del país - mi amiga abre los ojos.- ¿Qué? No, ¿cómo crees? No puedes huir así nomás, ¿qué pasará con Máximo?- No lo sé, amiga. Creo que a veces es mejor que
AlaiNo puede ser, esto no me puede estar pasando a mí. Siento como si todo ocurriera en cámara lenta.- ¿Por qué? - me mira a los ojos. - Porque me hiciste estosu voz es suplicante, una lágrima se desliza por mi mejilla y cuando intento hablar, los dos guardias lo toman de los brazos y veo cómo él comienza a forcejear para que lo suelten.- ¡¿POR QUÉ, ALAI?! ¡¿POR QUÉ MIERDAS ME HICISTE ESO?! - no lo soporto, siento como una mano toca mi hombro y es Matías.- Tranquila, nena, todo va a estar bien - me hierve la sangre, me zafó de un tirón de su agarre, tomo mis cosas y me voy a mi casa, no quiero estar aquí.Al llegar a casa intento llamar a Máximo pero no contesta. Le envío mensajes pidiendo que me deje explicarle, pero nada, no responde.Decido bañarme y cuando salgo me meto en la cama, pero no logro conciliar el sueño. Mañana tengo que ir a trabajar, así sea para recibir mi carta de despido, pero tengo que poner cara. Necesito que Máximo me escuche.Son las 7 am, me levanto y me m
Han pasado dos semanas, dos semanas que han sido las peores de mi vida. Solo recibo insultos y maltratos de Maximo y, para rematar, me dijo que tenía que colaborar organizando su boda con la "modelucha". Llego a mi casa y me paro en seco al ver quién es.- ¿Qué haces aquí, Matías? - le suelto con rabia.- Llevas días sin ir al club - entra a la casa y se sienta.- Hey, yo no te dije que pasaras.- Pues ya entré - ruedo los ojos.- No voy a volver - le suelto.- No quiero que vuelvas a bailar, solo te quiero para mí - eso jamás pasará, cariño.- Tampoco quiero estar contigo. Déjame en paz. Todo lo que tú tocas lo pudres - le grito desesperada. Él se levanta y toma mis hombros con fuerza.- Tú vas a hacer lo que yo te ordene, porque tú eres mía y de nadie más - me suelto como puedo y le digo.- No, eso jamás. ¡Largo de mi casa y largo de mi vida! - sin esperarlo, Matías me suelta un golpe en la cara, haciendo que caiga al suelo. Me toco la parte lastimada y me doy cuenta de que tengo san
MáximoVeo cómo Alai cierra lentamente sus ojos. Sus palabras me dejan helado: "Ella me ama." Borro eso de mi cabeza y siento su pulso, por Dios, está débil. Necesito llegar ya al hospital.Al llegar, la tomo en brazos y llamo a los enfermeros. Ellos me ayudan y se la llevan, dejándome ahí parado. Decido llamar a su amiga Tamara para que esté enterada, y cuando llega, veo cómo me fulmina con la mirada.- ¿Qué le hiciste? - me dice con odio.- Yo no le hice nada. Solo fui a ver por qué faltó y me di cuenta de que tenía un gran golpe en la cara. Le pregunté, pero no me quiso decir quién fue y todo estalló. - A ella le cambia la cara y se suaviza.- Ese maldito bastardo - dice Tamara.- ¿Tú sabes quién fue? Dímelo, Tamara, dime quién le hizo eso.- A mí no me corresponde decirte eso y además, tú no te has ganado el derecho de saberlo. Has tratado de la peor manera a mi amiga y ella no se lo merece. - Me empiezo a desesperar.- Ella me engañó. Estaba bailando en un club nudista, sabiendo q
Entro a la habitación donde tienes a Alai, tomo una silla y la coloco al lado de su cama. Luego, tomo su mano. Al tomar su mano, veo el vendaje en sus muñecas y un escalofrío se apodera de mí. Alai está fría y muy pálida, conectada a unas máquinas que hacen ruido.No soporto verla así. Dios, todo esto es culpa mía. Debió haberla escuchado, pero mi orgullo fue más fuerte. La pobre estaba pasando por un momento duro y no la escuché.-Ángel, por favor, levántate. Déjame ver esos preciosos ojos que tienes y escuchar tu melodiosa voz. Perdóname por ser tan idiota. Juro que saldremos de esta juntos. Yo te ayudaré y estaré siempre para ti. Pero no me dejes, te necesito más que a nadie en el mundo - apenas me doy cuenta de que una lágrima cae por mi mejilla - Te amo.-También te amo, Max - mi corazón se detiene al escuchar su voz, está débil pero la escuché - Max, estoy muy mareada - me paro rápidamente y llamo al médico.-Buenas tardes, Alai. Soy el Dr. López, la voy a revisar - el doctor re
ALAIDesperté con un fuerte dolor de cabeza. Estaba muy fría y pálida, pero decidí levantarme para ir a trabajar. Sé que en la oficina hay mucho trabajo y no me puedo dar el lujo de faltar. Entro al baño, me ducho y decido colocarme unos pantalones con una blusa y tacones.Cuando bajo, veo a Máximo desayunando.- Hola, Máx. - Le doy un beso, pero al separarme veo su cara de confusión.- ¿Para dónde vas?- Al trabajo, ya no soporto estar encerrada. Quiero ir a trabajar. - Veo cómo lo piensa hasta que al final asiente.- Está bien, a ti no te puedo negar nada. - Le sonrío y me siento a desayunar con él.Cuando llegamos a la oficina, entramos cogidos de la mano y siento cómo todos nos miran.- Máx, todos nos miran. - Le digo en un susurro.- ¿Y? Mejor que la gente sepa que eres mi novia - Yo ruedo los ojos.Entramos a su despacho y nos ponemos a trabajar. Al parecer, sí había mucho trabajo. A la hora del almuerzo, me reúno con Tam en la cafetería.- ¡Tam! ¡Tiempo sin verte! - La abrazo co