MáximoVeo cómo Alai cierra lentamente sus ojos. Sus palabras me dejan helado: "Ella me ama." Borro eso de mi cabeza y siento su pulso, por Dios, está débil. Necesito llegar ya al hospital.Al llegar, la tomo en brazos y llamo a los enfermeros. Ellos me ayudan y se la llevan, dejándome ahí parado. Decido llamar a su amiga Tamara para que esté enterada, y cuando llega, veo cómo me fulmina con la mirada.- ¿Qué le hiciste? - me dice con odio.- Yo no le hice nada. Solo fui a ver por qué faltó y me di cuenta de que tenía un gran golpe en la cara. Le pregunté, pero no me quiso decir quién fue y todo estalló. - A ella le cambia la cara y se suaviza.- Ese maldito bastardo - dice Tamara.- ¿Tú sabes quién fue? Dímelo, Tamara, dime quién le hizo eso.- A mí no me corresponde decirte eso y además, tú no te has ganado el derecho de saberlo. Has tratado de la peor manera a mi amiga y ella no se lo merece. - Me empiezo a desesperar.- Ella me engañó. Estaba bailando en un club nudista, sabiendo q
Entro a la habitación donde tienes a Alai, tomo una silla y la coloco al lado de su cama. Luego, tomo su mano. Al tomar su mano, veo el vendaje en sus muñecas y un escalofrío se apodera de mí. Alai está fría y muy pálida, conectada a unas máquinas que hacen ruido.No soporto verla así. Dios, todo esto es culpa mía. Debió haberla escuchado, pero mi orgullo fue más fuerte. La pobre estaba pasando por un momento duro y no la escuché.-Ángel, por favor, levántate. Déjame ver esos preciosos ojos que tienes y escuchar tu melodiosa voz. Perdóname por ser tan idiota. Juro que saldremos de esta juntos. Yo te ayudaré y estaré siempre para ti. Pero no me dejes, te necesito más que a nadie en el mundo - apenas me doy cuenta de que una lágrima cae por mi mejilla - Te amo.-También te amo, Max - mi corazón se detiene al escuchar su voz, está débil pero la escuché - Max, estoy muy mareada - me paro rápidamente y llamo al médico.-Buenas tardes, Alai. Soy el Dr. López, la voy a revisar - el doctor re
ALAIDesperté con un fuerte dolor de cabeza. Estaba muy fría y pálida, pero decidí levantarme para ir a trabajar. Sé que en la oficina hay mucho trabajo y no me puedo dar el lujo de faltar. Entro al baño, me ducho y decido colocarme unos pantalones con una blusa y tacones.Cuando bajo, veo a Máximo desayunando.- Hola, Máx. - Le doy un beso, pero al separarme veo su cara de confusión.- ¿Para dónde vas?- Al trabajo, ya no soporto estar encerrada. Quiero ir a trabajar. - Veo cómo lo piensa hasta que al final asiente.- Está bien, a ti no te puedo negar nada. - Le sonrío y me siento a desayunar con él.Cuando llegamos a la oficina, entramos cogidos de la mano y siento cómo todos nos miran.- Máx, todos nos miran. - Le digo en un susurro.- ¿Y? Mejor que la gente sepa que eres mi novia - Yo ruedo los ojos.Entramos a su despacho y nos ponemos a trabajar. Al parecer, sí había mucho trabajo. A la hora del almuerzo, me reúno con Tam en la cafetería.- ¡Tam! ¡Tiempo sin verte! - La abrazo co
MáximoLlegué a casa y tomé a Alai en brazos para acostarla en la cama. Llamé al médico para que viniera y la revisara, ya que la veía muy quieta. El doctor llegó, la revisó y me dijo que todo estaba bien, que lo más probable era que ella hubiera tenido una crisis nerviosa. Le aplicó unos calmantes y me dijo que necesitaba reposo.Me recosté a su lado y acaricié su rostro. Pobre de mi ángel, todo lo que has tenido que pasar y por mi culpa. Tamara llamó para saber cómo estaba su amiga y le dije qué fue lo que pasó. Ella me dijo que si pasaba algo no dudara en llamarla.A la mañana siguiente me levanté temprano. Alai todavía estaba dormida, así que decidí ir por eso. Desayuné ya que ayer no comió nada. Le dejé el desayuno y me dirigí a la oficina. Al llegar, sentí cómo la sangre me hervía al ver al hombre que estaba en mi oficina.—¿Qué haces aquí, Matías? —Él se volteó y sonrió.—Vine a verte, amigo, y a preguntarte cómo está mi pequeña. Lamentablemente tuve que viajar y no he podido en
AlaiEstoy en la oficina preparando un informe para una junta que tiene Max con unos ejecutivos. Es un negocio muy importante porque puede darle muchos millones a Max, asi que todo debe estar en orden.- Hola, nena - Max entra a mi oficina y me da un casto beso.- Hola, hermoso, ¿qué te trae por aquí? - le pregunto coquetamente, acordándome de lo que hicimos en su oficina ayer.- Vine a decirte que esta noche tenemos una fiesta muy importante, donde me van a premiar como mejor ejecutivo del año - veo un brillo de superioridad en sus ojos.- ¡Wow, amor, eso es genial! - veo cómo su cara cambia.- Nunca me habías dicho así. Mmm, me encanta cómo suena en tus labios - yo río y lo beso.- Quiero que me acompañes - yo lo dudo.- No sé, Max, no quiero que la gente me vea como un bicho raro - bajo mi mirada.- Cariño, al primero que haga eso le partiré la cara. Quiero compartir eso contigo - toca mi mejilla y me mira con sus ojos, que hacen que me derrita de amor.- Está bien, voy contigo - él
Alai- No me esperabas, preciosa. - Se acerca más y me pega a su cuerpo.- Suelta me, Matías. - Trato de soltarme, pero él no me deja.- Dime qué tiene él que yo no tenga. - Me sujeta fuerte del cuello.- Todo. Tiene todo lo que tú no tienes. Él es perfecto para mí. Tú eres como una patada en el culo. - Le suelto y veo cómo sus ojos se llenan de furia. Toma mi cuello muy fuerte y me estampa contra el muro, haciéndome soltar un grito de dolor.- Tú eres mía, pequeña. Acuérdate de todas esas noches que te hice mía. Eres mi locura, Alai. - Besa mi mejilla y eso me provoca ganas de vomitar.- Yo te quería solo para mí desde que te conocí por primera vez. Y sabes que tenía el plan de matar a tu novio con tal de tenerte solo para mí, pero tú te me adelantaste y lo hiciste por mí. - No puedo creer todo lo que me dice.- Yo te puedo cuidar y puedo darte todo lo que tú quieras. - Me besa en la boca, pero yo no le correspondo, solo intento soltarme.- No me rechaces. - Toma mi cabeza y la deja q
ALAI- Soy el padre de Máximo.No lo podía creer. El hombre que estaba frente a mí era el padre de Max, aquel hombre que hablaba con él la noche de la fiesta.- Soy Arturo. No es necesario que se presente, ya sé perfectamente quién es usted - me miró de arriba a abajo con desprecio.- De acuerdo, dígame qué lo trae a mi oficina.- Quiero que te alejes de mi hijo - ¿Qué?- Eso jamás pasará. Yo amo a su hijo y él me ama a mí - él se rió y me miró.- ¿Eso crees? Mi hijo no ama a nadie. Él solo te está utilizando y cuando se canse de ti, te botará como hace con todas. Ten por seguro que apenas llegue una chica mejor que tú, te reemplazará - No, Max nunca me haría eso, yo lo sé.- Su hijo no sería capaz de hacer eso. Así que le pido por favor que salga ahora de mi oficina - Arturo se levantó y caminó hacia mí.- Bonito carácter - tocó mi mejilla y yo la retiré de golpe. Él tomó mi cintura y me pegó a su cuerpo, causándome ganas de vomitar.- Sabes, me encantan las difíciles - me lo dijo al
MAXIMO- ¿En qué piensas, amor? - le pregunto a Alai que está recostada sobre mi pecho.- En lo feliz que soy a tu lado.Me encanta cuando te pones romántica, me hace querer abrazarla y nunca soltarla. Ahora sí, está más que decidido, voy a pedirle a Alai que sea mi esposa. Quiero pasar el resto de mi vida al lado de esta mujer.Al día siguiente llego a la oficina y ya mi princesa se encuentra en la oficina de ella. Cuando entro a mi oficina veo al hombre que menos desearía ver.- Padre, ¿qué haces aquí? - le pregunto seco.- ¿Esa es la forma de recibir a tu padre? Vaya, la zorra que tienes como novia te ha cambiado, hijo de puta.- No le hables así, respétala y más porque pronto será mi esposa - él se ríe.- A ver si con esto sigues queriendo que ella sea tu esposa. - Me entrega un sobre. Yo se lo arrebato de las manos y cuando lo abro veo fotos de Matías y Alai besándose el día de la fiesta.- No, no puede ser verdad - me niego a creer eso. Me niego a creer que mi princesa me hizo es