137°

En la vida había tenido que hacer algo tan doloroso como aquello, pensé mientras empacaba las maletas de mis hijos; al ver sus juguetes y sus pequeños cuadernos, sentía que me desgarraba el alma con cada prenda que empacaba. El dolor me consumía, y sollozaba varias veces en solitario en su habitación. Ya entrada la noche, Alexander llegó.

— Xavier logró hablar con papá — me contó — . Él está de acuerdo con esta decisión. reconoció que sabía que yo me resistiría, pero aceptaría tarde o temprano. Dijo que… que es un lugar perfecto para que nuestros hijos estén a salvo, que muy pocas personas saben de él.

— ¿Dónde está? — pregunté.

Alexander se sentó en el borde de la cama y me observó con ternura, mientras me acariciaba la mejilla. Murmuró:

— No lo sé. Él dijo que no nos lo diría porque es peligroso. Ni siquiera nosotros sabremos dónde está.

— Entonces, ¿cómo haremos para encontrarlos si algo sale mal? — le pregunté asustada. Aquello ya no me parecía una buena idea.

Alexander me ab
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP