CELESTE
He recibido la llamada a la que tanto le temía que llegara; la universidad me está solicitando desde ya el pago para el semestre que se avecina. Sé que si quiero conservar un cupo en la carrera, tengo que adelantarme desde ya a cancelar. Mis planes eran de pagar hasta el mes que viene, pero me han dicho que para entonces habré quedado fuera del sistema.
Estoy desesperada y no sé qué hacer.
Precisamente la jefa nos ha comentado que la mesera que tenga más ventas durante este fin de año se llevará un incentivo económico bastante alto, cosa que quizá yo no logre porque no soy de este lugar y no conozco a muchas personas que digamos, nada más a mis compañeros de facultad y a mi novio que ni siquiera está de acuerdo con que yo sea una simple mesera.
Si tan solo le hubiese comentado mi problema a aquel buen hombre que quiso saber si estaba bien cuando me miró desorientada, seguro que él me hubiese ayudado a conseguir clientes.
¡Ah, Celeste, eres tan estúpida que no sabes aprovechar las oportunidades que la vida te presenta! —Me recrimino a mí misma.
Le llamo a mi novio para que me haga un préstamo, pero este nunca coge el teléfono. Esa es una mala manía que tiene, pero yo lo comprendo porque él se la pasa estudiando todos los días y eso me alegra mucho. En varias ocasiones me han insinuado que él tiene una novia oficial y que yo solo soy una más de su colección, pero yo no les creo, aunque nunca me hable de su familia, pero estoy segura de que me ama a mí y no existe otra chica que lo vuelva loco, eso me lo ha confirmado él mismo.
Falta tan solo una semana para Navidad, y mientras muchos estén celebrando con sus familiares, yo estaré sola este año. Solía vivir con mi hermano, pero desde que se casó decidió apartarse de mí y su esposa me pidió no volver a molestarlo, ni siquiera él se ha tomado la molestia en llamar y preguntar si su hermanita menor se encuentra bien.
Una lágrima resbala por mi mejilla al pensar en ello, sin embargo, he prometido salir adelante sin su ayuda y en el futuro espero encontrármelo y demostrarle lo fuerte que he sido y sigo siendo.
Así pasan dos días y el hombre sexi y guapo no ha vuelto a venir por su dosis de café. Creo que se ha ofendido porque prácticamente le dije que no se metiera en asuntos que no son de su incumbencia.
Ah, hemos perdido a un buen cliente. Solo espero que mi jefa no se entere de mi trato hacia él, porque seguro me despide de inmediato.
―Celeste, el cliente de la mesa catorce, quiere que lo atiendas personalmente. ―Me informa mi compañera.
―Ah, ese debe ser mi novio que por primera vez se ha dignado a visitarme en el trabajo. ―Le digo con una sonrisa y voy de prisa mientras me arreglo un mechón de cabello que se ha salido de mi coleta.
Mi sonrisa se borra al acercarme, pues, no es mi novio el que me espera, sino el hombre guapo que ni siquiera me observa por estar con su vista puesta en el celular.
―Perdone, me han enviado para que lo atienda a usted. ―expreso, tratando de disimular mi decepción al saber que no es quien yo me imaginaba.
―Yo mismo he pedido que venga, por favor, siéntese un momento para que hablemos de algo muy importante. ―Pide, como siempre, muy amable.
―Pero…
Trato de explicar que estoy en horas de trabajo y tengo prohibido hacer lo que él me está pidiendo.
―No se preocupe, he hablado por usted y podemos hablar con calma. ―comenta, como si haya escuchado mis pensamientos.
Yo me pregunto en qué momento ha llegado y ha solicitado directamente con mi jefa unos minutos conmigo.
―Dígame, ¿en qué le puedo ayudar? —le pregunté.
―Quiero saber si arreglaste el problema que tenías hace unos días. ―pregunta, colocando su mano en el mentón y acomodándose en la mesa.
―No tengo ningún problema, no sé de dónde saca esa imaginación. ―respondí tratando de no mostrarme en urgencia.
Él sonríe de lado como si supiera lo que está sucediendo.
―Iré al grano de esta conversación, pagaré el resto de tu carrera si aceptas fingir ser mi novia durante la Navidad. ―Habla como si fuese algo normal de tratar.
―¡Qué! ―exclamé, más que sorprendida por su propuesta, me siento ofendida de que haya estado investigando mi vida privada.
―Así mero como lo escuchaste, si aceptas mi propuesta, te prometo que hoy mismo haré el depósito y te ganarás el respeto hasta de los rectores.
Quiero negarme ante tan tentadora oferta, pero he dicho que haré lo que sea con tal de obtener el dinero y salir adelante con mi carrera de psicología.
―¿Qué hay que hacer?
―¿Aceptas? ―cuestiona, alzando una ceja y volviendo con esa sonrisa estúpida pero encantadora.
―Depende ―carraspeé mi garganta para que mi voz suene firme ―no quiero lanzarme al abismo sin antes conocerlo. ― Finalicé.
Él me explicó que su familia está en casa por la Navidad y quieren conocer a su novia, pero al no tener una y saber que yo estoy necesitada de dinero, ha pensado que ambos saldremos beneficiados.
―Está bien, acepto. Con la condición de que en la noche de Navidad me quedaré en su casa y dormiremos separados, aunque sea dentro de la misma habitación.
―¿Esa es tu única condición? —arquea su ceja, sorprendido.
―Por ahora, lo es.
―Bien, entonces frente a ti transferiré el dinero a la cuenta de tu universidad y diré que soy tu tutor, con eso bastará para que todos te respeten.
Yo me he quedado sorprendida con la velocidad de este hombre, en un segundo ya me había pedido mis datos personales y había hecho efectivo el pago de los dos años que aún me faltan por terminar.
―No entiendo, ¿por qué lo ha hecho de inmediato?—pregunté.
―¿Acaso esperaré a que te arrepientas? Ahora estás amarrada conmigo y no será fácil que te sueltes.
Ahora harás lo que yo te pida. Te irás a tu casa temprano y te arreglarás porque te llevaré a cenar con mi familia. Será una sorpresa para ellos cuando les presente a mi novia.
Después de un par de palabras más, el hombre guapo se marchó. Yo me he quedado sonriendo, pero de los nervios y la locura que acabo de hacer.
He aceptado ser la novia de un desconocido y este ha gastado una fuerte suma de dinero en mi facultad, por Dios, esto es de locos y creo que ambos lo estamos.
El reloj marca las seis de la tarde y yo aún estoy en el trabajo, creo que ni me quedará tiempo para ir a mi departamento y cambiarme de ropa, ya que la cena es a las 7 de la noche y mi novio falso pasará por mí faltando solo unos minutos.
Finalmente, no logré salir a tiempo y le envié un mensaje de texto al señor Bastian para pedirle que me recoja en la cafetería.
―¿Irás vestida de esa forma a la cena con la familia de tu novio? ―pregunta con una sonrisa de lado.
―Lo siento, pero no pude salir más temprano. Si te da vergüenza, podemos dejarlo para otro día. Prometo que entonces sí me arreglaré como una chica guapa y digna de usted, señor exigente.
―No te preocupes, ya eres hermosa y me importa un bledo lo que ellos piensen de ti, solo que te suplico que digan lo que digan, no te ofendas, estaré contigo y sabes cuál es nuestro trato.
―Me asustas.
Le dije con sinceridad.
Llegamos al restaurante, él dijo que su familia ya estaba esperándonos. Pero yo no me imaginé que solo lo esperaban con alegría a él y a mí… a mí me mandarían al demonio.
La familia del señor Cantoral infunde mucho miedo. En mi caso, que soy tan inocente y no estoy familiarizada con la alta sociedad, lo veo de esa manera.―Ah, hijo. Has traído a tu asistente también, es bueno que ella se entere de las buenas noticias. Ven, siéntate al lado de la chica que será tu prometida. ―alardeó, quien supongo es la madre de Bastian, pues, ni siquiera ha sido capaz de esperar una presentación.Mi falso novio me tomó de la mano y presionó con fuerza como si quisiera darme seguridad o sería por sus nervios, no lo sé.―Mamá, familia querida. Le presento a mi hermosa novia, Celeste. —anunció, regalándome una mirada y sonrisa tierna.La señora estuvo a punto de irse de espaldas al suelo cuando su querido hijo dijo eso, me recorrió de pie a cabeza con una mirada repugnante y dijo desde lo más profundo de su corazón:―¡Jamás aceptaré a esta mujer en nuestra prestigiosa familia! Solo mira su vestimenta, es un asco.Te ordeno que sueltes su mano de inmediato y tomes la de K
Bastian es un hombre que por fuera parece de piedra, pero en el fondo de su corazón, él es muy amable, lo digo porque siempre me defiende de la serpiente de su madre.―Hijo, esta mujer ni siquiera tiene el espíritu navideño en su interior, solo observa a tu alrededor, ¿dónde está el árbol de Navidad y la demás decoración? Ah, es el colmo. ―Alardea la cacatúa.―Mamá, ella me ha rogado para que desde el primer día de diciembre lo hagamos ―mintió―. Ella, al igual que tú, es una fanática para estas celebraciones, agregó.Pero hay un problema, aquí el aburrido soy yo, yo no le he permitido que arruine la casa con tantas luces.―Pero en vista de que tu familia está aquí, ahora sí lo puedo hacer, cariño. ―dije, con mucha paciencia, para no arruinar la velada.―Me has convencido, amada mía. Iremos a comprar lo necesario entonces para que comencemos a iluminar nuestra casa.Les juro que en ese momento yo me sentí muy especial, aunque sea de mentira que lo estamos haciendo, pero después de mi h
BASTIANEstoy en la oficina instruyéndole a mi asistente lo que deberá hacer el día de mañana, puesto que yo tendré que estar en mi casa con… con esa chica que ni siquiera recuerdo su nombre en este momento, pero, sonrío como maniático al recordar sus bellos ojos y esa sonrisa que me pone de cabeza.―Perdone, señor, ¿puedo retirarme? ―escucho la voz de mi asistente, de pronto vuelvo mi mente a lo que está sucediendo en realidad.―Claro, puedes marcharte. ―le respondo y juro que me siento avergonzado, es un hecho de que él se dio cuenta de que yo estaba en otro mundo.Solo pasaron unos cuantos segundos desde que mi asistente se retiró cuando veo entrar a Thara, mi amiga de la infancia y socia minoritaria de esta empresa.―Bastian, ¿has visto la nueva bomba que circula en las redes sociales?Pregunta sin siquiera saludarme, eso se me hace muy raro, pero no le reprocho nada, al contrario, la invito a tomar asiento.―No, ya sabes que no tengo tiempo para esas cosas, además no me interesan
Segundos después, la puerta se abre, y yo estoy de espaldas con temor a enfrentarme a esa fiera que seguramente sacará sus garras y me descuartizará para alimentar a los perros de la calle con mi carne.―¡Hola! Qué sorpresa verte por aquí, entra, por favor.Me ofrece y se nota que está muy cómoda y no como yo pensé que la encontraría; lanzando dagas por todos lados hasta crucificarme. Viste una bata de baño y una toalla enrollada en su cabello que la hace parecer relajada. Ella se ve jodidamente sexi y mi mirada se pierde en sus lindas piernas que anhelan ser acariciadas por mis manos.«¿Pero qué estoy pensando?» Me regaño en el mismo instante en que la veo acomodarse la bata tratando de bajarla, aunque esta ya no da para más.―Siento mucho lo que pasó en la cafetería, créeme que estoy muy avergonzado de mi familia. ―Me disculpo luego de aclarar mi garganta y poner en orden mis pensamientos con instintos de sexo.―¿Ya te lo contaron? Seguro lo hicieron de otra manera, pero eso me da i
CELESTEEste hombre está muy raro, sé que algo está tramando y no me lo quiere decir. Él está loco, quiere que seamos novios frente a todo el mundo, ¿qué dirá mi amor cuando se entere de esta locura? Seguro no me creerá que solo lo estoy haciendo por necesidad de dinero y querrá dejarme.Solo de pensar en ello se me eriza la piel, pues no me imagino una vida sin él.Ahora que el señor Bastian se ha marchado, decido marcar de nuevo el número de mi novio, ahora que lo recuerdo, no hemos hablado desde hace dos días, no sé qué le pasa y me preocupa que sea algo malo y yo no esté para él, si me necesita.Su teléfono vuelve a enviarme al buzón de voz, decido que mañana a primera hora iré de visita a su casa. Total, ahora ya no estoy ocupada con el trabajo durante el día y tengo tiempo disponible antes de ir a decorar la casa de mi novio falso. Además, por una parte, me agrada que mi novio oficial no sepa que he abandonado mi trabajo en la cafetería. Esa será una gran sorpresa para él, sé qu
Los hermanos y el padre del señor Bastian salieron también para ver el escándalo que la señora estaba causando. Ellos se divertían al verla, ella cree que estaba en el campo para estar gritando y ofreciéndole una mujer a su hijo.―¡Ah! Maldición Bastian. No he criado en vano a un hijo tan educadamente para que ahora venga y deje plantada a la chica que será su esposa. ―grita la señora al vernos acaramelados.―Mamá, no te equivoques. Celeste es la mujer de mi vida; si he de casarme, será con ella, no con alguien a quien tú has elegido sin mi consentimiento.«Eso estuvo bueno, señor Bastian, así quiere su madre que le dejen las cosas claras». —Dije en mi mente con una sonrisa de triunfo.Y es que esa familia, desde que la conocí, me ha caído muy mal, no me dan buena espina y yo mucho peor a ellos. Se nota que esa señora siempre ha manejado a su antojo la vida de sus hijos, pero con Bastian se ha topado muy fuerte y al parecer no podrá romper a esa roca sin sentimientos.El señor Bastian
BASTIANNo me he aguantado las ganas y he besado a Celeste, esa chica que me tiene loco sin que ella se dé cuenta. Sus labios son una delicia, juro que nunca en mi vida he probado algo más exquisito que su sabor.Cuando ese maldito sonido de su teléfono nos interrumpió, lo maldije internamente. Luego supe que estaba ilusionado con algo que no era mío, ella no me pertenece porque tiene novio y esa llamada lo comprueba por la forma en que ella le ha atendido.Yo me di la vuelta para ir a mi vestidor, por último le eché un vistazo y me percaté de que ella estaba blanca como una hoja de papel, se notaba débil y era cuestión de segundos para que se fuera de narices al suelo. Corrí, la tomé entre mis brazos y la hice recostar sobre la cama donde hace unos segundos nos habíamos estado besando.―¿Te encuentras bien? ―quise saber.―Sí. No, en realidad no lo estoy. ―dijo con tristeza y a punto de llorar porque sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no quería dar su brazo a torcer.―Confía en mí
Hubiera preferido investigar desde hace mucho tiempo antes a ese hombre. Estoy furioso y juro que si lo llego a tener delante de mí, le partiré el rostro por haber jugado con los sentimientos de una niña tan linda e ingenua que le creyó toda cuanta mentira le decía.Dentro del sobre, hay varias fotografías en donde un hombre se muestra con una mujer embarazada y un niño en sus brazos. El investigador asegura que se trata de ese maldito.―Fui a su casa y me hice pasar como un encuestador, ellos son una sola familia, son esposos y el niño es su hijo sumado al que viene en camino. ― ha escrito el investigador en el reverso de la fotografía.―Joder, Celeste, tengo que detenerte antes de que cometas una locura. ―dije en voz baja―. ―Aunque es mejor que lo veas por tu propia cuenta para que de una vez por todas te quites la venda de tus ojos y conozcas la razón del porqué ese idiota no te atiende como se debe.Comencé a manejar por el lado donde ella desapareció. Voy al pendiente de verla en