Guardé la rabia que sentía por ese maldito y me dirigí con palabras suaves a su esposa. No quería parecer agresivo frente a un niño, pero la situación me obliga a serlo.―Señora, esa chica que usted ve allá bañada en llanto —señalé el auto donde estaba Celeste. —Esa chica preciosa estuvo en una relación con el poco hombre al que usted llama esposo, esta mañana él ha cortado su relación con ella y por eso estamos aquí. Sepa usted con la clase de hombre que se acuesta cada noche, es un maldito canalla que juega con las mujeres. ―expresé con tranquilidad y orgulloso de haber desenmascarado a esa peste de alacrán.Me di la vuelta para marcharme, pero el hombre tuvo las agallas de detenerme y jurarme que eso no se quedaría así y que pronto tendría noticias suyas porque era muy poderoso, mucho más que mí, él lo dijo así y yo sonreí con ironía.―Te espero donde sea y cuando sea, tu solo encárgate de notificarme el día y la hora que quieras morir. No le tengo miedo a un león y mucho menos a u
El señor Bastian insiste en que me tome un descanso. Sin embargo, ahora soy yo la que me niego a hacerlo. Quiero que el dolor de la traición no me consuma. Prefiero dedicarme a pagar la deuda que he adquirido con él, y olvidarme de este trago amargo que me forzó a probar mi exnovio.―Eres más fuerte de lo que pensé. ―me dijo en un susurro y me rodeó con sus brazos para que me recostara en su pecho.Me separé de él, no quiero desarrollar sentimientos por otro hombre después de mi desafortunada relación reciente.―¿Quieres cancelar los planes que ya teníamos o te sientes capaz de seguir con ellos? — Él se refiere a que su madre ha dicho que yo no tengo espíritu navideño como su familia acostumbra.―Me has contratado para hacer lo que digas, no perdamos el tiempo y vamos por esa decoración. La Navidad nos espera y debemos recibirla como se debe.Me vestí con otra ropa y nos fuimos al centro comercial. Yo estoy tan emocionada al ver la cantidad y variedad de cosas que sacan para las fiest
En el camino recibí muchas llamadas del señor Bastian, incluso mensajes de texto en donde me pregunta que dónde estoy y que está preocupado porque desaparecí del restaurante. Yo solo sonrío de mala gana y me seco una lágrima que brota de mis ojos. No sé qué me pasa, esto me duele más que lo que me hizo mi propio novio. Llegué al departamento y me preparé un tazón de fideos. Sí, el hambre es mi mejor aliada en tiempos de tristeza y desesperación.—Contrólate, Celeste. Has prometido no enamorarte más y menos de un hombre millonario que solo te está pagando por tus servicios. —Me regaña mi mente, pero mi corazón le dice que guarde silencio y no hable por el resto de este contrato.BASTIAN Me siento feliz porque estoy almorzando con una chica preciosa, Celeste, esa misma que hace unas horas dijo con sus propias palabras que el beso que nos dimos no significaba nada. Ella no sabe que, para mí, significa mucho; estoy enamorado de ella en secreto.Me siento incómodo
Celeste no se ha hecho de rogar, ella es muy obediente. La vi sonreír, ella es muy hermosa cuando lo hace. Sin pensarlo dos veces, se volvió a acomodar sus zapatillas y con brincos de emoción, como si fuera una pequeña niña, me siguió hasta el auto. Parece que hablarle de la Navidad le despierta el ánimo y la felicidad acompañada de sus locuras.―En el futuro, no te atrevas a creer en tus pensamientos, debes consultarme a mí, primero sobre lo que quieras saber y yo con gusto te daré la respuesta, ¿estamos de acuerdo?―Sí, señor. ―alcanzó a decir antes de quedarse profundamente dormida hasta que llegamos a mi casa. Por desgracia, mi familia ya ha regresado. Se suponía que lo harían hasta la tarde, pero conociendo bien a mi madre, sería extraño que no quisiera estar aquí jodiendo a Celeste.―Bastian, no sé si soportaré a tu madre. ―comentó con preocupación.―No tienes por qué soportar nada de nadie, si te dicen algo y te sientes ofendida, tienes derecho a defenderte, por mí no hay probl
24 DE DICIEMBREEl tan esperado día de Navidad ha llegado; por una parte, estoy feliz porque ya mañana mi familia se marchará y me dejarán en paz. Por otro lado, me siento triste. Estos días que he pasado con Celeste puedo decir con seguridad de que han sido los mejores y divertidos tiempos de mi vida. Mañana será el día en que dejaremos de fingir un noviazgo, eso fue lo que establecimos cuando juntos elaboramos y firmamos el contrato.Esta tarde he quedado con ella para salir un rato, la llevaré a la mejor tienda a que elija el vestido que usará esta noche. Quiero que se vea radiante y mi madre siga creyendo que es mi novia de verdad.Me encantaría pedirle a Celeste que sigamos fingiendo por un tiempo más, pero sé que ella no lo aceptará. Yo la voy a extrañar demasiado, ella es muy divertida y me juega unas bromas de encanto con las que nunca me molestaría. Lo admito, me he enamorado de ella como nunca lo he hecho en mi vida, la amo a pesar de que no es mucho el tiempo de haberla co
Llegamos a una enorme tienda de ropa, juro que nunca en mi vida imaginé siquiera entrar a una de esta magnitud en donde solo se aprecian prendas de las marcas más reconocidas y exclusivas.—Celeste, Adelántate y ve escogiendo lo que te guste, todo corre por mi cuenta, ya lo sabes. —ordenó Bastian, mientras él se dirige a otro lugar, a atender una llamada que está entrando en su celular.Con miedo de tocar algo y arruinarlo me dirigí hasta el área donde se encuentran los vestidos para fiestas, la tienda está un poco llena de clientes y me siento algo humillada y con temor de que Bastian me juegue una mala broma y me abandone justo aquí, él es capaz de hacerlo solo para que yo me moleste.—Señorita, le pido amablemente que se retire de esta tienda. Le aseguro que aquí no encontrará nada que se adapte a su presupuesto económico. —me dijo una chica que trabaja como dependienta, lo sé por su uniforme.—Disculpe, si estoy aquí es porque puedo permitirme pagar sus prendas, por favor. —Le pid
Ingresé al vestidor para probarme el vestido mientras la chica se encuentra cerca por si necesito ayuda. Bastian me pidió que saliera para observar cómo me queda, pero no le gustó. Dijo que ese no va con mi color de piel y tampoco moldea mi figura.Él eligió un vestido rojo pasión, me pidió que me lo tallara y cuando estuvo acomodado en mi cuerpo me apresté a salir para conocer su opinión. Esta noche, todo se debe a él.—Shh, ¿a dónde vas? —me silenció, colocando su mano en mi boca para que no gritara.Sí, el muy bastardo se ha colado en el vestidor.—¡Joder, me has asustado horrible! ¿Qué carajo se supone que haces aquí? —le cuestioné con mi corazón al borde de salirse de mi pecho.—He venido a ver qué tal te queda, vi que tardaste mucho y pensé que necesitabas ayuda.—Para eso está la chica, si necesitara ayuda sería a ella quien debo llamar.—Ya no hay chica esperándote afuera, he pedido que la despidan por bruta, jamás debió de hablarte así.—No lo puedo creer, en fin no diré nada
BASTIANJuro que estoy nervioso, en mi tienda volví a besar a Celeste. Joder, es que su sabor es adictivo, su boca me vuelve loco cuando la veo mover esos deliciosos labios de los cuales no quisiera despegarme nunca. Esa chica es exquisitamente sexi, ella despierta mucho morbo en mí.Esta noche, al terminar con todo, tengo que visitar a las chicas en el bar, necesito follarme a una que me haga olvidar las ganas que tengo de estar entre las piernas de Celeste. Pero creo que me quedaré con las ganas de salir porque, ahora que lo recuerdo, Celeste pidió quedarse la noche de Navidad y seguro que no lo ha olvidado.Llegamos a mi casa. Esta noche, mi madre junto a mi hermana se están encargando de preparar la cena; según ellas, no permitirán que Celeste ocupe la cocina y termine por arruinarlo todo en un día tan especial como hoy.Saludamos y al ver que la cena aún no está lista nos fuimos directo a mi habitación, prefiero mil veces estar encerrado a estar hablando con alguien que en lo úni