Naylea- Miércoles
Entro a la empresa con toda la seguridad del mundo, que en segundos se esfumina al detallar al personal de esta, todos se ven muy maduros y profesionales, creo que soy la más joven aquí. —Buenos días—le digo a la recepcionista. —Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?—responde amablemente. —Quiero saber donde se encuentra el área de recursos humanos, necesito pasar a recoger un contrato. —En el piso dos, tome el ascensor. —Gracias. Me dirijo al ascensor fascinada por el tamaño de esta empresa, es enorme, creo que nunca me cansaré de decirlo, me siento como la primera vez que entré. Rápidamente me arrepiento de estar de curiosa porque choco con una persona que trae unos papeles. —¡Ay, lo siento!—digo antes de agacharme a ayudarlo a recoger todo lo que dejó caer por mi culpa. —No hay problema—dirige su vista a mí, es precioso, tiene una recortada militar que queda perfecta con su tipo de cara, sus facciones son duras y su cuerpo, a pesar de llevar traje, se ve ejercitado, sus ojos son grises. —Soy un poco torpe—respondo avergonzada. —Los errores son de humanos, y ya que hablamos de humanos, mi nombre es Matías—extiende su mano la cual no dudo en tomar. —Naylea—sonrío. —¿Qué te trae por aquí Naylea?— pregunta mientras nos levantamos. —Soy la nueva asistente de presidencia. —¡Ugh!, te deseo suerte—su cara cambia de felicidad a desagrado. —¿Por qué esa cara?, ¿tan malo es el jefe? —Mmm, es especial—sonreímos, pero un carraspeo detrás de mí, nos interrumpe. —Dario... ¿Dario? DARIO. Siento los nervios recorrer todo mi cuerpo con tan solo escuchar ese simple nombre, ¿nos habrá escuchado hablar de él?, encima, yo debería estar en su oficina. —¿Por qué no está en su puesto?, no me tutees en el trabajo—habla refiriéndose a Matías. De esta no paso, me despedirá. —Porque tropecé con Naylea y se me cayeron los papeles. —Yo los vi sonriendo, les recuerdo que esto no es un parque, aquí hay reglas. —¿Acaso está prohibido sonreír? Por aquí me huele a despido y no específicamente al mío. Pista: su nombre empieza por ma y termina en tias. Yo solo digo. —Vaya a su puesto de trabajo, no me haga enojar tan temprano. —Siempre lo estás. Matías no tiene frenos, simplemente le contesta, como si no estuviera hablando con su jefe. —Señorita Naylea. Me volteo con pesar, no me sentía preparada para mirarlo a los ojos. —Le dije 7:30 en mi oficina, son las 7:37 y todavía no pasa por recursos humanos, odio la impuntualidad. ¿Qué parte de que tropecé con Matías no entendió? —Odias todo, nos vemos en la cafetería Naylea, fue un gusto conocerte— dice Matías antes de irse. —Disculpe señor, voy al área de recursos humanos. —Ya es tarde, vamos a la oficina, pediré que alguien lo lleve, tenemos un viaje que planear—dice camino al ascensor. —¡Ah, se va de viaje!—eso me emociona, ya que significa que duraré varios días sin verlo, podré hacer mi trabajo sin la presión e incomodidad que él causa en mí. —Nos iremos de viaje, señorita Naylea, nos. —¿Qué?— entramos y veo las puertas cerrarse. —Tengo una reunión con nuevos compradores el jueves, y si todo sale bien, el Viernes una celebración, volvemos el domingo. —Con todo respeto, no estoy lista para viajar señor y los eventos sociales no se me dan. —¿Cree que todo eso me importa?, ese es su trabajo y yo se lo advertí ayer, su prioridad, recuérdelo. —Pero, no creí que me sometería a dicha presión tan rápido. —Tranquila, puedo aplazar todos mis negocios hasta que usted se sienta preparada—contesta con obvio sarcasmo. Llegamos a su oficina lo cual ahora luce un poco diferente puesto que hay dos escritorios, uno más alto que otro. —Este es su lugar de trabajo— como me lo imaginé, el escritorio más bajito, él y su necesidad de sentirse superior a todos. —Tenga— Me extiende una tablet—Aquí está mi correo, mi horario, información de todos mis negocios...en resumen, muchas cosas de suma importancia se encuentran en sus manos. Nos vamos mañana y volvemos el Domingo, vamos a Francia, París—voy escuchando y anotando todo, no quiero que se me vaya a olvidar algo—también necesito que se comunique con Grecia y le confirme sus medidas, ella le comprará la ropa que utilizará todo el viaje, no quiero que vaya a ir vestida como la primera vez que se presentó aquí, sus gastos salen por mi cuenta. Me aterra el simple hecho de ir a actividades donde hay tantas personas desconocidas, pero esto es magnífico. —Instálese y póngase a trabajar, a las 12:00 pm puede salir a comer, su hora de regreso es a las 1:00 pm, no se permite salir de las instalaciones. —Entendido. Tomo asiento y me dedico a hacer todo lo que me pidió, al finalizar, saco mis cuadernos y empiezo con mi tarea, me sentí muy bien cuando aceptaron mi propuesta esta mañana, algunos maestros tienen secciones virtuales y me dejaron hacer el pase para ellas, otras tuve que retirarlas. ¡Aún no puedo creer terminaré el semestre de forma virtual! Siempre he odiado este tipo de clases, siento que se aprende poco o nada, pero la situación lo amerita, debo esforzarme. —¿Qué hace? —Mis tareas—al parecer no le molesta ya que no dice nada más. Termino de hacer la última tarea del día y chequeo la hora, son las 11:30 am, en treinta minutos salgo a almorzar. —¿Terminó de hacer todo lo que le pedí? —Si. —Buenos días—saluda Natalia, apenas entra a la oficina. —Buenos días—contesto ya que su hermano no hace más que ignorarla. Toma una silla y se sienta a mi lado. —No me entretengas Natalia—es lo único que dice, sin siquiera levantar la cabeza de su computadora. Esta rueda los ojos e ignora las palabras de su hermano. —¿Qué tal tu primer día de trabajo?—pregunta en voz baja. —Bien, hasta ahora todo normal. —¿Y por qué te noto tan desanimada?—me mira con cierta curiosidad. —Es que...pienso en todo lo que pasó y ahora estoy teniendo mi primer trabajo, mañana tenemos que viajar, no estoy acostumbrada a esta vida, me siento abrumada. —Es difícil, pero verás que pronto te acostumbrarás y le tomarás el paso. —Ojalá. —Así será. Mira el lado bueno…viajar siendo la asistente de mi hermano, significa estar en un hotel cinco estrellas y lucir nuevos conjuntos que no tendrás que pagar. —Eso me dijo, ¿por qué? —Porque a mi hermano le gusta "cuidar su imagen" y le gusta que sus asistentes "luzcan al nivel"—dice simple. Reviso la hora mientras recojo mis cosas, solo faltan dos minutos para salir, tengo hambre. —Disculpa que te deje, pero ya casi es mi hora de almorzar, no quiero perder tiempo, sabes que aún no conozco la empresa—me despido. —¿Necesita algo más jefe?—pregunto, no quiero que se le ocurra encargarme algo justamente a la hora de salir. —No—revisa el reloj que lleva puesto—si quiere puede irse a comer, solo faltan dos minutos. —No, gracias, esperaré—este hombre sale con cada cosa, temo a irme y después me lo reclame aunque me haya dado permiso, prefiero hacer las cosas según las reglas. Ya son las doce, al fin, tomo mi bolso y salgo de ahí, no sin antes despedirme nuevamente de los hermanos. —Se nota que tu primer día de trabajo fue muy bueno, te noto feliz—escucho una voz conocida a mis espaldas, es Matías. —Hola Matías, me fue normal, no me quejo. —Disfrútalo, no será así todos los días. —¡No me asustes!—abro los ojos preocupada. —Solo te estoy siendo sincero, Dario puede llegar a ser muy insoportable. —¿Por qué hablas así de tu jefe?, ¡wow, qué caballeroso!—digo divertida al ver como se adelanta para abrirme la silla. —Dario es mi primo preciosa. —Entiendo... —Iré a buscar nuestras bandejas, aguarda aquí. —Como si tuviera muchas opciones. En pocos minutos lo veo de regreso con dos bandejas de comida. —Eso fue rápido—observo la fila de trabajadores esperando sus turnos para buscar sus bandejas—¿Cómo rayos lo hic... —Supongo que ser el primo del jefe tiene sus ventajas—responde contestando a la pregunta que ni siquiera me dejó terminar—aunque me lleve terrible con mi primo, pero eso es algo que sólo sabes tú—sonríe mostrando su dentadura blanca—si esto sale de aquí tendré que eliminarte—bromea. —Eres muy gracioso, ¿sabías?—desde el momento uno ha estado soltando bromas. —Si y por eso no le caigo bien a mi primo—sonríe—Kris, el mejor amigo de Darío me invitó a una fiesta de piscina en su casa hoy, ¿te gustaría ir? —También me invitó, pero no estoy segura, ¿No que te llevabas mal con Darío? —Si, pero me llevo magnífico con su mejor amigo, ya que él si es agradable, además no es como que nos odiemos o algo así, simplemente él ve la vida desde otro punto. —Entiendo... —Entonces, ¿a qué hora te paso a buscar? —Lo pensaré, no estoy segura, pero de ir, sería con mi mejor amiga. —Dale, así conoces a Amanda. —¿Quién es Amanda? —Mi novia, tenemos cinco años de relación. —Entiendo... Corto la conversación y llevo una cucharada de comida a mi boca, no quiero que se me haga tarde por estar hablando y meterme en problemas con mi jefe.No sé en qué momento me dejé convencer por Stheisy para venir a esta fiesta. Ella, Matias, su novia y yo, nos adentramos a la gran casa.—¡Chicos, vinieron!Veo a Kris acercarse de manera despreocupada con un vasito rojo plástico en su mano izquierda, lleva un short verde de baño.—Hola amigo—se dan un cálido apretón de mano, yo solo observo la escena.—¡Amanda volviste!, ¿cómo te fue?—Muy bien, los colombianos y sus comidas se robaron mi corazón—responde esta con emoción.—¡Naylea!— dirige su atención hacia mí—me alegra que estés aquí.Lo saludo un poco tímida, me arrepiento de haber venido, a juzgar por la cantidad de vehículos del parqueo, hay muchas personas.—Vengan, la fiesta es aquí atrás.Salimos al patio, es hermoso y espacioso, tiene una piscina, algunas mesas con sombrillas, sillas de playa y varias parrillas situadas en distintos lugares, al fondo se aprecia a ver un gazebo, distintos tipos de árboles, una pequeña cascada y muchas flores de distintos colores.Nos sentamos
Sthi no se tomó nada mal lo del viaje, al contrario, se ofreció a buscarme un departamento cerca de la zona, ya que cuando regrese, no podré quedarme en su casa, ellos no estarán. Las pocas cosas que pude sacar de casa las dejé guardadas en la de Natalia.Nos dirigimos al aeropuerto en silencio, ambas con el semblante caído, la extrañaré mucho, pero estoy segura de que las cosas mejorarán y pronto estaremos juntas riéndonos de todo esto. Es impresionante el giro que dió mi vida de un día a otro, el Lunes mi único problema era levantarme temprano para ir a la universidad, hoy estoy camino al viaje del trabajo que me dará de comer.Por otro lado, no he vuelto a hablar con mi madre, no entiendo cómo se pudo haber dejado consumir por el miedo de perder a su esposo, el miedo a estar ¿sola?, he intentado ignorar todo, de verdad que si, pero no puedo simplemente seguir y fingir que no sucedió; un gran vacío se implantó en mi corazón y duele... Duele no haber sido suficiente para ella.—Llega
Estamos camino al hotel, ya está anocheciendo y estoy exhausta. Solo quiero llegar, darme un buen baño, ponerme pijama y acostarme a dormir por tres días seguidos.—Señorita Naylea, cuando lleguemos, acompáñeme a mi suite, necesito ver sus notas— ruedo los ojos al ver que mi plan tiene interrupciones—estoy hablando con usted, ¿es sorda?—No jefe, estaba entretenida, no hay problema.—Pues, para la próxima, no se entretenga, no olvide que usted vino a trabajar.Llegamos al hotel y nos dirigimos a la suite del gruñón, como ya lo había imaginado, despampanante, digna de él. Se dirigió al baño y salió con ropa de dormir, ¡genial! Él si puede estar cómodo y yo aún en tacones y ropa de trabajo. Nos sentamos en los muebles.—Diga—me hace seña para que empiece a hablar.Tomo la tablet y con cuidado leo todo lo que escribí en la reunión. Veo su semblante endurecerse, justo cuando creo que me va a gritar y decir que hago todo mal, de su boca salen estas palabras:—Buen trabajo, anotó puntos cla
ViernesMe levanto súper cansada por todos los acontecimientos ocurridos en la madrugada, pero es tarde, tengo que levantarme y reportarme ante mi jefe para que sepa que estoy disponible, por si me necesita. Me deshago de mi pijama para dirigirme al baño, me encantaría quedarme en la tina un buen rato, pero no puedo, por lo que opto por abrir la ducha y dejar caer la lluvia artificial sobre mí; cierro los ojos al sentir el agua fría.Después de unos minutos de gloria, tengo que salir del baño y volver a mi realidad, me dirijo a mi maleta para buscar el atuendo de hoy. No he utilizado el closet de la habitación porque encuentro innecesario colgar ropa para estar tan pocos días, saco una falda roja pegada al cuerpo por encima de la rodilla, una blusa de mangas cortas con cuello tortuga y unos tacones de aguja.Salgo de la habitación y me dirijo a la de mi jefe, toco la puerta y espero su respuesta.—Buenos días— digo cuando diviso al hombre por el cual no pude dormir bien.Sale y sin de
DaríoLuego de comer y conversar con los compradores, ya estoy en el hotel, es temprano, faltan tres horas para la celebración, por lo que decido quitarme a mi asistente de encima diciéndole que podría irse a descansar. Me dirijo a mi suite, para así estar fresco para la noche, una persona como yo siempre debe lucir impecable. Entro y me despojo de mis pertenencias, tomo ropa de dormir limpia y me la pongo.—Jefe—escucho que tocan mi puerta—es James.Me levanto y me dirijo a la puerta, necesito saber si pudo completar el encargo de hoy. Lo dejo pasar mientras me acomodo en la pequeña sala de mi habitación, James llega a mi lado y lo observo con atención.—Todo salió mal, me engañó.—¿Qué?— lo observo incrédulo—¿Cómo te pudiste haber dejado engañar por esa mujer?—La fui a buscar como usted ordenó y le dije que me envió para comprarle todo lo que ella quisiera, que la única condición era que lo sucedido ayer quedara en el olvido, que no haga una controversia en los medios. Gastó tod
Darío me dió el día libre, por lo que desde ayer decidí que hoy me levantaría temprano para recorrer Paris, nunca hubiese venido y sería una lástima irme sin conocer.Anoche me tomé el tiempo de buscar en internet algunos lugares bonitos y sobretodo gratis, a los cuales podría ir caminando.Tomo mis cosas y me dirijo a la recepción del hotel, para darle inicio a mi tour, lo primero que haré es visitar un museo, llevo una botella de agua para la caminata, hoy será un día cansoso, pero valdrá la pena.Llego al museo y me deleito viendo tantas esculturas y cosas interesantes, a lo lejos alcanzo a ver un grupo de personas siendo guiadas por un hombre alto de tez oscura; me apresuro para alcanzarlos y unirme al recorrido.—Buenos días, bienvenidos todos a Musée du Quai Branly (El Museo del muelle Branly), mi nombre es Víctor Fuentes, los estaré guiando y enriqueciendo sus conocimientos durante este recorrido.—Buenos días respondemos todos al unísono.—¿Podemos empezar?—pregunta el susodi
Darío Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.Segundos después se acerca a la mesa corriendo.—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que
¡Por fin volvimos! Nunca olvidaré este viaje, literalmente.Estamos en el camino del aeropuerto a la casa de Natalia, puesto que ella tiene mis pertenencias y noticias sobre el apartamento, ayer no pudimos hablar, por el tema de que no tengo celular.Mi jefe no me ha vuelto a hablar desde anoche que me prestó su celular, me agrada el silencio, puesto que solo abre la boca para insultar, juzgar y corregir; sin embargo, también me preocupa, tengo miedo a ser despedida, por eso anoche decidí aceptar que me llamara como lo hizo, no estoy en condiciones de contestar. Cada día estoy peor, bien que me decía Sthi que necesitaba tirarme de espalda en la playa a ver si así se me quita la mala suerte.Llegamos a la casa de Natalia, ella se encuentra afuera esperándonos.—Espero verla mañana temprano—se despide mi jefe.—Gracias por traerme señor, así será.—La verás antes de mañana hermanito—se incluye Natalia en la conversación.—¿De qué hablas?—Dario luce confundido ante las palabras de su he