Estamos camino al hotel, ya está anocheciendo y estoy exhausta. Solo quiero llegar, darme un buen baño, ponerme pijama y acostarme a dormir por tres días seguidos.—Señorita Naylea, cuando lleguemos, acompáñeme a mi suite, necesito ver sus notas— ruedo los ojos al ver que mi plan tiene interrupciones—estoy hablando con usted, ¿es sorda?—No jefe, estaba entretenida, no hay problema.—Pues, para la próxima, no se entretenga, no olvide que usted vino a trabajar.Llegamos al hotel y nos dirigimos a la suite del gruñón, como ya lo había imaginado, despampanante, digna de él. Se dirigió al baño y salió con ropa de dormir, ¡genial! Él si puede estar cómodo y yo aún en tacones y ropa de trabajo. Nos sentamos en los muebles.—Diga—me hace seña para que empiece a hablar.Tomo la tablet y con cuidado leo todo lo que escribí en la reunión. Veo su semblante endurecerse, justo cuando creo que me va a gritar y decir que hago todo mal, de su boca salen estas palabras:—Buen trabajo, anotó puntos cla
ViernesMe levanto súper cansada por todos los acontecimientos ocurridos en la madrugada, pero es tarde, tengo que levantarme y reportarme ante mi jefe para que sepa que estoy disponible, por si me necesita. Me deshago de mi pijama para dirigirme al baño, me encantaría quedarme en la tina un buen rato, pero no puedo, por lo que opto por abrir la ducha y dejar caer la lluvia artificial sobre mí; cierro los ojos al sentir el agua fría.Después de unos minutos de gloria, tengo que salir del baño y volver a mi realidad, me dirijo a mi maleta para buscar el atuendo de hoy. No he utilizado el closet de la habitación porque encuentro innecesario colgar ropa para estar tan pocos días, saco una falda roja pegada al cuerpo por encima de la rodilla, una blusa de mangas cortas con cuello tortuga y unos tacones de aguja.Salgo de la habitación y me dirijo a la de mi jefe, toco la puerta y espero su respuesta.—Buenos días— digo cuando diviso al hombre por el cual no pude dormir bien.Sale y sin de
DaríoLuego de comer y conversar con los compradores, ya estoy en el hotel, es temprano, faltan tres horas para la celebración, por lo que decido quitarme a mi asistente de encima diciéndole que podría irse a descansar. Me dirijo a mi suite, para así estar fresco para la noche, una persona como yo siempre debe lucir impecable. Entro y me despojo de mis pertenencias, tomo ropa de dormir limpia y me la pongo.—Jefe—escucho que tocan mi puerta—es James.Me levanto y me dirijo a la puerta, necesito saber si pudo completar el encargo de hoy. Lo dejo pasar mientras me acomodo en la pequeña sala de mi habitación, James llega a mi lado y lo observo con atención.—Todo salió mal, me engañó.—¿Qué?— lo observo incrédulo—¿Cómo te pudiste haber dejado engañar por esa mujer?—La fui a buscar como usted ordenó y le dije que me envió para comprarle todo lo que ella quisiera, que la única condición era que lo sucedido ayer quedara en el olvido, que no haga una controversia en los medios. Gastó tod
Darío me dió el día libre, por lo que desde ayer decidí que hoy me levantaría temprano para recorrer Paris, nunca hubiese venido y sería una lástima irme sin conocer.Anoche me tomé el tiempo de buscar en internet algunos lugares bonitos y sobretodo gratis, a los cuales podría ir caminando.Tomo mis cosas y me dirijo a la recepción del hotel, para darle inicio a mi tour, lo primero que haré es visitar un museo, llevo una botella de agua para la caminata, hoy será un día cansoso, pero valdrá la pena.Llego al museo y me deleito viendo tantas esculturas y cosas interesantes, a lo lejos alcanzo a ver un grupo de personas siendo guiadas por un hombre alto de tez oscura; me apresuro para alcanzarlos y unirme al recorrido.—Buenos días, bienvenidos todos a Musée du Quai Branly (El Museo del muelle Branly), mi nombre es Víctor Fuentes, los estaré guiando y enriqueciendo sus conocimientos durante este recorrido.—Buenos días respondemos todos al unísono.—¿Podemos empezar?—pregunta el susodi
Darío Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.Segundos después se acerca a la mesa corriendo.—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que
¡Por fin volvimos! Nunca olvidaré este viaje, literalmente.Estamos en el camino del aeropuerto a la casa de Natalia, puesto que ella tiene mis pertenencias y noticias sobre el apartamento, ayer no pudimos hablar, por el tema de que no tengo celular.Mi jefe no me ha vuelto a hablar desde anoche que me prestó su celular, me agrada el silencio, puesto que solo abre la boca para insultar, juzgar y corregir; sin embargo, también me preocupa, tengo miedo a ser despedida, por eso anoche decidí aceptar que me llamara como lo hizo, no estoy en condiciones de contestar. Cada día estoy peor, bien que me decía Sthi que necesitaba tirarme de espalda en la playa a ver si así se me quita la mala suerte.Llegamos a la casa de Natalia, ella se encuentra afuera esperándonos.—Espero verla mañana temprano—se despide mi jefe.—Gracias por traerme señor, así será.—La verás antes de mañana hermanito—se incluye Natalia en la conversación.—¿De qué hablas?—Dario luce confundido ante las palabras de su he
Me levanto un poco cansada, ese viaje aún me está cobrando factura. Ayer pasé mi primera noche en la casa de mi jefe y no fue tan terrible, después de la conversación del despacho, no lo volví a ver. En la noche salí de mi habitación, donde estuve toda la tarde durmiendo, cené con la señora del servicio, quien ahora sé que se llama Irisa y me volví a acostar.Elijo un lindo conjunto de los que Dario me mandó a hacer cuando salimos de viaje y nunca usé.Me dirijo a la cocina donde se encuentra Irisa preparando un plato de frutas.—Buenos días Irisa, ¿qué tal?—entro saludando.—Buenos días, muy bien señorita ¿y usted?—Le dije que debía tutearme, soy Naylea—le recuerdo que soy una empleada más, así como Dario me lo recordó ayer.—¿Quiere fruta?, le estoy preparando un plato al señor, podría aprovechar para hacerle uno.—No, está bien, no se preocupe, me conformo con un poco de café, ¿puedo tomar?—Si, claro, hay suficiente.Darío al parecer no ha bajado, seguro se levanta después de mí,
Capítulo 15Me lanzo en la cama desilusionada, ¿Por qué Dario tiene que ser tan cruel?, Ganas no me faltan de marcharme con Enrique.Estoy muy enojada por todo lo que sucedió allá afuera, si hubiéramos estado dentro de la casa, hubiese sido más aceptable, sin embargo, tampoco era razón para tratarnos como lo hizo.Yo nunca rompería ninguna de sus estupidas reglas.¡Solo quiero pasar un día en paz!Cierro los ojos, lágrimas de impotencia caen por mis mejillas, odio la sensación de querer decir o hacer algo y no poder porque podría afectarme, no quiero estar en este lugar, desearía abrir los ojos y estar con mamá, que todo esto no haya sido nada más que una pesadilla.Sin embargo, es real, muy real, todo lo que siento, todo lo que me pasa, mis emociones reprimidas, las que expreso, me siento al borde del precipicio.Abro los ojos nuevamente y me paro de la cama, necesito bañarme para relajarme, me pondría a escuchar música pero no tengo celular.Al salir del baño, me coloco mi pijama y