Darío me dió el día libre, por lo que desde ayer decidí que hoy me levantaría temprano para recorrer Paris, nunca hubiese venido y sería una lástima irme sin conocer.Anoche me tomé el tiempo de buscar en internet algunos lugares bonitos y sobretodo gratis, a los cuales podría ir caminando.Tomo mis cosas y me dirijo a la recepción del hotel, para darle inicio a mi tour, lo primero que haré es visitar un museo, llevo una botella de agua para la caminata, hoy será un día cansoso, pero valdrá la pena.Llego al museo y me deleito viendo tantas esculturas y cosas interesantes, a lo lejos alcanzo a ver un grupo de personas siendo guiadas por un hombre alto de tez oscura; me apresuro para alcanzarlos y unirme al recorrido.—Buenos días, bienvenidos todos a Musée du Quai Branly (El Museo del muelle Branly), mi nombre es Víctor Fuentes, los estaré guiando y enriqueciendo sus conocimientos durante este recorrido.—Buenos días respondemos todos al unísono.—¿Podemos empezar?—pregunta el susodi
Darío Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.Segundos después se acerca a la mesa corriendo.—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que
¡Por fin volvimos! Nunca olvidaré este viaje, literalmente.Estamos en el camino del aeropuerto a la casa de Natalia, puesto que ella tiene mis pertenencias y noticias sobre el apartamento, ayer no pudimos hablar, por el tema de que no tengo celular.Mi jefe no me ha vuelto a hablar desde anoche que me prestó su celular, me agrada el silencio, puesto que solo abre la boca para insultar, juzgar y corregir; sin embargo, también me preocupa, tengo miedo a ser despedida, por eso anoche decidí aceptar que me llamara como lo hizo, no estoy en condiciones de contestar. Cada día estoy peor, bien que me decía Sthi que necesitaba tirarme de espalda en la playa a ver si así se me quita la mala suerte.Llegamos a la casa de Natalia, ella se encuentra afuera esperándonos.—Espero verla mañana temprano—se despide mi jefe.—Gracias por traerme señor, así será.—La verás antes de mañana hermanito—se incluye Natalia en la conversación.—¿De qué hablas?—Dario luce confundido ante las palabras de su he
Me levanto un poco cansada, ese viaje aún me está cobrando factura. Ayer pasé mi primera noche en la casa de mi jefe y no fue tan terrible, después de la conversación del despacho, no lo volví a ver. En la noche salí de mi habitación, donde estuve toda la tarde durmiendo, cené con la señora del servicio, quien ahora sé que se llama Irisa y me volví a acostar.Elijo un lindo conjunto de los que Dario me mandó a hacer cuando salimos de viaje y nunca usé.Me dirijo a la cocina donde se encuentra Irisa preparando un plato de frutas.—Buenos días Irisa, ¿qué tal?—entro saludando.—Buenos días, muy bien señorita ¿y usted?—Le dije que debía tutearme, soy Naylea—le recuerdo que soy una empleada más, así como Dario me lo recordó ayer.—¿Quiere fruta?, le estoy preparando un plato al señor, podría aprovechar para hacerle uno.—No, está bien, no se preocupe, me conformo con un poco de café, ¿puedo tomar?—Si, claro, hay suficiente.Darío al parecer no ha bajado, seguro se levanta después de mí,
Capítulo 15Me lanzo en la cama desilusionada, ¿Por qué Dario tiene que ser tan cruel?, Ganas no me faltan de marcharme con Enrique.Estoy muy enojada por todo lo que sucedió allá afuera, si hubiéramos estado dentro de la casa, hubiese sido más aceptable, sin embargo, tampoco era razón para tratarnos como lo hizo.Yo nunca rompería ninguna de sus estupidas reglas.¡Solo quiero pasar un día en paz!Cierro los ojos, lágrimas de impotencia caen por mis mejillas, odio la sensación de querer decir o hacer algo y no poder porque podría afectarme, no quiero estar en este lugar, desearía abrir los ojos y estar con mamá, que todo esto no haya sido nada más que una pesadilla.Sin embargo, es real, muy real, todo lo que siento, todo lo que me pasa, mis emociones reprimidas, las que expreso, me siento al borde del precipicio.Abro los ojos nuevamente y me paro de la cama, necesito bañarme para relajarme, me pondría a escuchar música pero no tengo celular.Al salir del baño, me coloco mi pijama y
En este momento me encuentro corriendo hacia el ascensor, puesto que Dario me pidió que fuera a buscar unos papeles a la nueva sucursal que puso junto a Leonardo y los otros inversionistas de la reunión de Paris, pero cuando llegué, la asistente de Leonardo los había traído. Luego de una larga espera fuera de la sucursal, encontré un taxi y llegué a la empresa, la recepcionista me advirtió que Dario me había estado buscando como loco.Subo al ascensor, hoy siento que va más lento que nunca, pero mi desesperación por llegar se acorta cuando este se abre y deja ver a un muy enojado Dario esperándome con los brazos cruzados.—¿Por qué tardó tanto en regresar?—es el saludo que recibo de mi querido jefe.—No pasaban taxis, están escasos y no tengo celular para pedirlos.—Hace más de dos semanas que la asaltaron y aún no tiene celular, mi asistente no puede estar incomunicada—reclama enojado (como siempre), cree que todos tenemos sus mismas posibilidades.Así como lo escuchan, llevo más de
Me levanto por el espantoso ruido del despertador, restriego mis ojos y me paro de la cama, mientras más duro acostada, más pereza me da.—Otro día de trabajo, ¡Qué felicidad!—exclamo sarcástica.La vida era más fácil cuando mi único deber era estudiar. Voy al baño a hacer mis necesidades matutinas y tomar una ducha.Al salir me dirijo al armario para sacar uno de mis conjuntos de trabajo, este consta de un pantalón de tela blanco, una blusa sin mangas cuello alto color lila y un blazer del mismo color del pantalón, lo pongo encima de la cama y regreso a buscar unos tacones lilas preciosos, me los regaló mi mamá para mi cumpleaños #17, es mi color favorito. Me pongo el conjunto y me acerco al beauty para hacerme un maquillaje sencillo y peinar mi cabello.—¡Hermosa!—sonrío al ver el resultado, mas cuando extiendo mi mano para tomar el teléfono que Enrique me entregó ayer, noto una caja al lado de este—¿Qué es esto?—me pregunto.La tomo en manos y me sorprendo al ver de qué se trata.
Sábado Y aquí estoy, vagando de madrugada, como los viejos tiempos. Me paro del escritorio y a falta de algo interesante que hacer, empiezo a rondar por la biblioteca, no soy de libros físicos, los prefiero en el celular porque el olor me incomoda, pero en esta ocasión me arriesgaré; extiendo la mano y tomo un libro al azar.—Este será—expreso en voz baja.Vuelvo al escritorio y empiezo mi lectura.Habla de una chica que se enamora de un magnate, su jefe, con un gran secreto: ¡Es un vampiro líder!Me encanta leer y poder imaginar el momento, ya voy por el capítulo 20, no quiero soltarlo.—Dices amarme pero no paras de mentir, ¿qué me estás ocultando? Alzo la vista y ahí está mi jefe, sus ojos color rojo me miran con una intensidad que nunca antes había visto, siento una extraña sensación recorrer todo mi cuerpo.¿Qué está pasando?¡Esto no es normal!—Tengo muchas cosas que confesarte Island—lo escucho decir— lo primero es que: no soy humano, soy un vampiro.Una risa irónica sale d