Darío
Luego de comer y conversar con los compradores, ya estoy en el hotel, es temprano, faltan tres horas para la celebración, por lo que decido quitarme a mi asistente de encima diciéndole que podría irse a descansar. Me dirijo a mi suite, para así estar fresco para la noche, una persona como yo siempre debe lucir impecable. Entro y me despojo de mis pertenencias, tomo ropa de dormir limpia y me la pongo. —Jefe—escucho que tocan mi puerta—es James. Me levanto y me dirijo a la puerta, necesito saber si pudo completar el encargo de hoy. Lo dejo pasar mientras me acomodo en la pequeña sala de mi habitación, James llega a mi lado y lo observo con atención. —Todo salió mal, me engañó. —¿Qué?— lo observo incrédulo—¿Cómo te pudiste haber dejado engañar por esa mujer? —La fui a buscar como usted ordenó y le dije que me envió para comprarle todo lo que ella quisiera, que la única condición era que lo sucedido ayer quedara en el olvido, que no haga una controversia en los medios. Gastó todo lo que quiso y al final solo le mandó a decir que: si quiere su silencio, tendría que ir usted mismo. Pero ¿qué...? —Espérame abajo, en 10 minutos salimos a su casa. Me acerco al armario y alcanzo el traje que tenía hace unos minutos, me lo coloco, tomo mis pertenencias y bajo a la recepción donde está James esperando por mí. —Vamos—nos dirigimos al vehículo el cual poco segundos después es puesto en marcha por el anterior mencionado. No soporto estar incluido en controversias estupidas, debí saber que involucrarme con la asistente de Leonardo me iba a traer problemas, no acostumbro a hacer estas cosas sin pensar, fue un error y como siempre he dicho: los errores se evitan, y si se cometen, se desaparecen. Bajo del vehículo y toco la puerta, la cual es abierta algunos minutos después, dándome la oportunidad para entrar sin permiso. —Estás terminando con mi paciencia, este será el último y primer aviso—amenazo—si abres la boca haré que te despidan, que ningún empresario te quiera contratar, te voy a rebajar tanto que no podrás soportar tu insignificante vida, si sabes lo que te conviene, la noche de anoche no existe—sé que hará lo que le ordeno, tiene las de perder—¿entendido? —Si—contesta no muy segura. —¿Entendido?—repito. —Si señor. —Así me gusta— me acerco a ella y palmeo su hombro—buena chica. Acomodo mi saco y me dirijo a la puerta. James no me preocupa, tiene años trabajando para mí familia, sabe que en este tipo de trabajos, lo principal es la discreción. Tomo mi celular y reviso mi correo, tengo muchas invitaciones a lugares a los cuales no iré, pero que con certeza, haré que mi asistente envíe unos regalos. —Señor, hemos llegado— Me avisa James, al ver que estaba concentrado en mi celular. —Recuerda pasarme a buscar a las 9:00 pm, hoy es la celebración. Me retiro hacia mi suite, para descansar, esta madrugada fue muy ajetreada, ya que claramente, una de mis conquistas no entendió su lugar. Es difícil encontrar a una mujer que me satisfaga sin involucrar los sentimientos, siempre me he considerado una persona muy organizada e intocable, por lo tanto tengo 4 reglas las cuales pocas mujeres logran cumplir: 1- Ninguna mujer puede tocar mi cabello, es señal de confianza. 2- No tengo sexo con una misma mujer más de una vez, así evito malentendidos. 3- No divulgar lo sucedido, no quiero shows mediáticos. 4-Ninguna mujer debe dormir conmigo. No quiero ni debo crear un vínculo con alguna mujer, no son más que distracciones del momento. Llego a la cama y me acuesto, esta vez no me molesto en quitarme el traje, no quiero perder tiempo. ••• ¡Maldita alarma, te odio! Mi alarma acaba de sonar, avisándome que son las 8:00, es decir, tengo que arreglarme para el evento. Me levanto y dirijo al baño. Al salir me acerco al armario para sacar el traje que estaré usando esta noche, es negro y debajo lleva una camisa roja acompañada de una corbata del mismo color del traje. Lo coloco encima de la cama y seco mi cuerpo con la toalla que segundos antes, lo cubría, tomo mi celular y envío un mensaje a mi asistente. *Asistente Williams* —Recuerde que hoy a las 9:00 tenemos una celebración, no se retrase. —Si jefe, casi estoy lista. Termino de amarrarme los cordones, tomo mi celular y salgo al pasillo, al mismo instante que mi asistente. Puedo notar que hoy se ve un poco mejor de lo normal, lleva un vestido rojo, elegante, a la vez muy sugerente y provocativo; con apertura de pierna en la falda larga. Sus labios del mismo tono del vestido, con un maquillaje natural y el pelo ondulado. Le hago señas para que bajemos y me sigue de cerca. En la recepción se encuentra James esperando por nosotros, también lleva traje, puesto que hoy nos acompañará en todo momento. —¡Guau, estás hermosa Naylea!—lo escucho decir. —Tú no te quedas atrás, te ves muy guapo con ese traje—responde. —Gracias, pero en serio, ¡estás preciosa!—¿Nos vamos?—pregunta mi chofer. Asiento y me voy al parqueo, siento a ambos caminar detrás de mi; al llegar, James abre la puerta y entro al auto. En el camino me dedico a observar por la ventana, es una noche muy viva y activa, hay muchas personas en la calle. Llegamos a la celebración y no me sorprende el ver tanto lujo y personas importantes. Me acerco a saludar a los conocidos, los cuales me reciben muy alegres. —Buenas noches Darío, ¿qué tal todo? —Buenas noches, perfecto, como siempre. —Ya veo—contesta refiriéndose a la celebración. Miro orgulloso a mi alrededor, he cumplido todo lo que siempre soñé y más. Río. En una esquina veo a mis empleados hablando animosamente, sin embargo, no comparten con nadie, no comen, no toman, nada, solo hablan; me sorprendería si logran moverse de ahí el resto de la noche. Me despido y me dirijo a uno de los camareros para tomar una bebida —Dichoso los ojos que lo ven—escucho a mis espaldas, una voz femenina articular de manera provocativa—es difícil de encontrar—continúa. —Todo depende de dónde me busque—me volteo y me sorprendo al ver semejante belleza, es una morena de ojos grandes, labios carnosos y pelo largo, lleva un vestido negro entallado al cuerpo, le queda hermoso. —Catherine—extiende su mano la cual no dudo en tomar. —No tengo que decirte quién soy. Creo que esta noche terminará mejor de lo esperado.Darío me dió el día libre, por lo que desde ayer decidí que hoy me levantaría temprano para recorrer Paris, nunca hubiese venido y sería una lástima irme sin conocer.Anoche me tomé el tiempo de buscar en internet algunos lugares bonitos y sobretodo gratis, a los cuales podría ir caminando.Tomo mis cosas y me dirijo a la recepción del hotel, para darle inicio a mi tour, lo primero que haré es visitar un museo, llevo una botella de agua para la caminata, hoy será un día cansoso, pero valdrá la pena.Llego al museo y me deleito viendo tantas esculturas y cosas interesantes, a lo lejos alcanzo a ver un grupo de personas siendo guiadas por un hombre alto de tez oscura; me apresuro para alcanzarlos y unirme al recorrido.—Buenos días, bienvenidos todos a Musée du Quai Branly (El Museo del muelle Branly), mi nombre es Víctor Fuentes, los estaré guiando y enriqueciendo sus conocimientos durante este recorrido.—Buenos días respondemos todos al unísono.—¿Podemos empezar?—pregunta el susodi
Darío Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.Segundos después se acerca a la mesa corriendo.—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que
¡Por fin volvimos! Nunca olvidaré este viaje, literalmente.Estamos en el camino del aeropuerto a la casa de Natalia, puesto que ella tiene mis pertenencias y noticias sobre el apartamento, ayer no pudimos hablar, por el tema de que no tengo celular.Mi jefe no me ha vuelto a hablar desde anoche que me prestó su celular, me agrada el silencio, puesto que solo abre la boca para insultar, juzgar y corregir; sin embargo, también me preocupa, tengo miedo a ser despedida, por eso anoche decidí aceptar que me llamara como lo hizo, no estoy en condiciones de contestar. Cada día estoy peor, bien que me decía Sthi que necesitaba tirarme de espalda en la playa a ver si así se me quita la mala suerte.Llegamos a la casa de Natalia, ella se encuentra afuera esperándonos.—Espero verla mañana temprano—se despide mi jefe.—Gracias por traerme señor, así será.—La verás antes de mañana hermanito—se incluye Natalia en la conversación.—¿De qué hablas?—Dario luce confundido ante las palabras de su he
Me levanto un poco cansada, ese viaje aún me está cobrando factura. Ayer pasé mi primera noche en la casa de mi jefe y no fue tan terrible, después de la conversación del despacho, no lo volví a ver. En la noche salí de mi habitación, donde estuve toda la tarde durmiendo, cené con la señora del servicio, quien ahora sé que se llama Irisa y me volví a acostar.Elijo un lindo conjunto de los que Dario me mandó a hacer cuando salimos de viaje y nunca usé.Me dirijo a la cocina donde se encuentra Irisa preparando un plato de frutas.—Buenos días Irisa, ¿qué tal?—entro saludando.—Buenos días, muy bien señorita ¿y usted?—Le dije que debía tutearme, soy Naylea—le recuerdo que soy una empleada más, así como Dario me lo recordó ayer.—¿Quiere fruta?, le estoy preparando un plato al señor, podría aprovechar para hacerle uno.—No, está bien, no se preocupe, me conformo con un poco de café, ¿puedo tomar?—Si, claro, hay suficiente.Darío al parecer no ha bajado, seguro se levanta después de mí,
¡No puedo creer que mi madre haya hecho esto!Camino por las calles titiritando, la lluvia cae sobre mi cuerpo, mientras lucho por encontrar algún lugar donde pueda cubrirme de ella; mi flequillo pegado a mi cara, mis pantuflas chapoteando y mi pequeña pijama empapada son el reflejo de la terrible noche que estoy viviendo.Intento ser fuerte, pero siento que en cualquier momento me podría derrumbar, es demasiado para mí.———————————————————————————-Capítulo 1:*Ese mismo día por la mañana*LunesJusto cuando me estaba robando un pañuelo con el sudor de Harry Styles, mi alarma me despierta.Me levanto y camino hacia el espejo a observar mi cara, la noche anterior me dormí tarde por estar leyendo, pero ni modo, tengo que ir a la universidad.¿Por qué existe la escuela?¿Por qué me acosté tan tarde?Son los pensamientos que inundan mi cabeza mientras me dirijo al baño a hacer mis necesidades y a tomar una ducha bien fría que me mantenga despierta al menos los dos primeros temas del exam
—Bueno, ponte cómoda, veré si encuentro algo seco para ti.Recorro todo el lugar con la mirada, estamos en la sala, es muy amplia, de colores neutros como el gris plomo y el blanco, tiene una gran escalera que da al segundo piso, los muebles tienen un tapizado precioso; no está muy cargada, una planta en la esquina hace el ambiente más cálido, tiene un gran ventanal.—Toma esto—dice Natalia bajando por las escaleras—te voy a llevar al baño para que te puedas arreglar.—Llévala al baño de servicio—dice Dario de mala gana.No sé porqué se comporta así, no le he dado razones para que me trate de esa forma, obviamente no le agrada la idea de que esté en su casa, ni siquiera había hablado hasta ahora, me hace sentir incómoda, me quiero ir.—No, irá al de mi habitación— dice su hermana tomándome de la mano.Se nota que es una persona muy agradable y decidida. Estos dos son muy diferentes, ella estaba dispuesta a ayudarme desde el primer momento en que me vió ahí tirada toda mojada.—Como se
DarioMe despierto por el insoportable ruido de mi alarma, me estiro y decido pararme. Me quito el bóxer para quedar completamente desnudo, entro a la ducha y dejo caer el agua sobre mi cuerpo.Hoy tengo ganas de usar un traje negro con una camisa azul cielo.Al salir del baño, tomo el traje que tenía en mente y me dirijo hacia el comedor, donde una de las señoras del servicio me tiene mi acostumbrado plato de frutas servido.—Buenos días Irisa— digo al llegar.—Buenos días señor Dario, ¿cómo está?—Muy bien, ¿y usted?.—Bien, la señorita Natalia le mandó a decir que se fue temprano porque tenía algo que hacer antes de llegar a la empresa.—Está bien—es lo único que contesto.Irisa es una señora mayor, lleva años en casa, desde antes del fallecimiento de mis padres, crecí con ella, es como una madre para mí.Tomo el tenedor y llevo el primer trozo de manzana a mi boca, seguido de esto, tomo un poco de jugo de naranja. Mientras me desayuno, reviso mis redes sociales, salí en el periódi
NayleaSalgo de la empresa echando humo, no quería demostrarle a Darío que su comentario sobre como voy vestida me afectó, no entiendo como una persona puede tener tan poquito tacto, él sabe mi situación y aún así no duda ni por un segundo hacerme sentir mal.Decido ir a la casa de mi madre, mi mejor amiga me dejó dinero suficiente para tomar tomar dos taxis (uno para ir para la empresa y otro de vuelta) pero necesito ir por mi ropa y mis ahorros.—Taxi—grito alzando mis manos—TAXIIIIISe para en frente de mí, abro la puerta y me subo.—Gracias señor.—A la orden—contesta—ponga en el GPS la ubicación del lugar al que quiere ir—dice señalando una pantalla que está pegada en la parte de atrás de su asiento—al final del recorrido le saldrá el costo del viaje.Me relajo en el asiento, cierro los ojos, quiero descansar aunque estoy segura de que llegaremos pronto, la casa de mi madre no queda tan lejos.—Señorita, llegamos.Observo la pantalla y saco el dinero del bolso para pagarle.—Muc