¡Por fin volvimos! Nunca olvidaré este viaje, literalmente.
Estamos en el camino del aeropuerto a la casa de Natalia, puesto que ella tiene mis pertenencias y noticias sobre el apartamento, ayer no pudimos hablar, por el tema de que no tengo celular. Mi jefe no me ha vuelto a hablar desde anoche que me prestó su celular, me agrada el silencio, puesto que solo abre la boca para insultar, juzgar y corregir; sin embargo, también me preocupa, tengo miedo a ser despedida, por eso anoche decidí aceptar que me llamara como lo hizo, no estoy en condiciones de contestar. Cada día estoy peor, bien que me decía Sthi que necesitaba tirarme de espalda en la playa a ver si así se me quita la mala suerte. Llegamos a la casa de Natalia, ella se encuentra afuera esperándonos. —Espero verla mañana temprano—se despide mi jefe. —Gracias por traerme señor, así será. —La verás antes de mañana hermanito—se incluye Natalia en la conversación. —¿De qué hablas?—Dario luce confundido ante las palabras de su hermana. —Espera y verás querido hermano, espera y verás. —Ven, te mostraré en dónde vivirás—la hermana de mi gruñón jefe me conduce hasta su auto, el cual tiene los asientos de atrás llenos con mis pertenencias. —No tengo palabras para agradecer todo lo que has hecho por mí, no me imagino qué habría pasado conmigo aquella noche que me encontraste llorando empapada frente a la empresa. —No tienes que agradecerme, eres una chica maravillosa, con mala suerte, pero maravillosa, verás que algún día la vida te recompensará por cada desgracia que has vivido. Por cierto, ¿Cómo te encuentras? —Mejor, ya casi no me duele, los calmantes han hecho su efecto, me dieron tres puntos, según el doctor se caen solos, solo queda esperar que eso suceda y estaré como nueva. —Me alegro; pues bien, como estuvimos hablando anteayer, los departamentos en esta zona son muy caros, están fuera de tu presupuesto, aún no encuentro alguno que se adapte a ti, más lejos quizás si, pero se te complicaría el ir a la empresa. —Entonces ¿qué haremos?—pregunto preocupada, pensé que eso ya estaba resuelto. —Tranquila, tengo una idea, casi estamos llegando, mejor toma mi celular y escríbele a Stheisy, me ha estado llamando el día completo, se preocupa mucho por ti. —Si, no te imaginas cuánto. —Llegamos—avisa Natalia, por lo que rápidamente borro el chat con mi mejor amiga, para devolverle su celular. Cuando levanto la mirada me sorprendo al ver dónde estamos. —No me mates—sonríe dudosa. —¿Qué hacemos en la casa de Darío Natalia?— pregunto seria. —Corrección, es la casa materna, aquí vivirás hasta que te consiga algo económico o empieces a cobrar en la empresa. —No Natalia, imposible, no puedo vivir con mi jefe, además, tu hermano no lo permitiría. —Tengo el mismo derecho que él, baja, todo estará bien. Considerando mis opciones, no me queda nada más que seguirla y adentrarnos en la casa, aún estoy un poco insegura, veré qué dice Dario. —¿Qué hacen aquí?—casi salto del susto. —Hola a ti también hermanito. —¿Te vas a quedar a dormir?—pregunta observando mi maleta. —No, es de Naylea, la instalaré en una de las habitaciones de huéspedes. —¿Tú qué? —La instalaré en la habitación de hues—no la deja continuar, no le gusta para nada la idea, de lejos se nota. —No se quedará en mi casa, ¿cómo se te ocurre querer alojar a una desconocida? Auch. —No es tu casa, es la casa de nuestros padres, por lo que puedo hacer y deshacer cuando me dé la gana. —Esta es MÍ casa y ya dije que no lo permitiré. —¡No me hagas enojar Dario Johnson, no lo hagas! mucha paciencia te he tenido. Solo estoy intentando ayudar a una amiga. —¿Por qué no la llevas a tu casa?—pregunta un poquito (que se note el sarcasmo) alterado. —Porque no veo la necesidad de que ella se tenga que quedar en mi casa donde vivo con mi esposo e hijos y no tengo habitaciones libres, las restantes las ocupan las personas del servicio, mientras tú estás solo aquí en la mansión de NUESTROS PADRES. —Despide a uno de los del servicio y listo. —Si nuestros padres te pudieran escuchar, estuvieran muy decepcionados de ti— musita Natalia—ellos nunca habrían dejado a una persona que lo necesita en la calle. Natalia sostiene mi maleta enojada y me toma del brazo ignorando olímpicamente a su hermano. —Disculpa por hacerte pasar un mal rato, si te puedes quedar aquí. La que se siente mal soy yo, por mi culpa se pelearon. —No quiero que estés mal con tu hermano por mi culpa, debería irme. —Todos siempre están mal con Darío Naylea, grábatelo. Llegamos a una de las habitaciones del fondo y nos adentramos. —No quiero hacerte pasar un mal rato, esta es la habitación más alejada de Darío, si tienes suerte, ni siquiera te lo toparás. —Gracias...—contesto insegura, no me gusta nada esta situación, seguiré buscando departamentos. No me quejo, estoy muy feliz y agradecida de haber encontrado una persona tan bondadosa como Natalia, es de las que ya no hay. Dos chicas del servicio subieron mis cosas, son muy eficientes. —Si quieres te ayudo a arreglar todo, así las chicas pueden regresar a sus oficios. —Está bien, no hay problema, son pocas, yo puedo sola. —Bueno, pues en ese caso, me iré, estás en tu casa, instálate. Me besa la mejilla y se va, todas mis cosas están encima de la gran cama. La habitación es muy bonita, todo es blanco lo que la hace ver reluciente e impecable. Lo mío no es tanto: cuadernos, unos cuantos calzados, ropa, interiores, etc, por lo que no tardaré mucho tiempo arreglando. —Permiso—escucho a alguien decir antes de abrir la puerta. —Diga—es una señora del servicio. —El señor Johnson quiere hablar con usted, la espera en su despacho. —Está bien, gracias. Salgo de la habitación y me sigo a la mujer hasta el despacho de Dario, al llegar, toco la puerta y espero hasta escuchar su respuesta. —Siéntese—me dice apenas me ve— ya que mi prepotente hermana decidió alojarla aquí, le quiero comunicar que tengo reglas, las cuales tiene que seguir si se quedará en mi casa. —No hay problema—contesto segura, me imaginé que algo así podría pasar. Darío es un controlador de primera. -No se meta en mi vida personal. -No salga de la habitación después de las 1:00 am. -Nada de andar desnuda por ahí. ¿A quién se le ocurriría eso? -Las pocas veces que nos veamos, me dirá señor Dario, aunque no estemos en la empresa sigo siendo su superior. -No traiga hombres, si llego a ver alguno, está fuera. -No quiero que se exhiba mucho fuera de la casa, puesto que si alguien la llega a ver, podría pensar que tengo algún tipo de relación amorosa y no acostumbro a que me vean con mujeres. -Coma en la cocina, a menos que tenga alguna una comida de trabajo y la necesite conmigo para tomar notas. -Mis empleados NO son sus empleados—puntualiza. —Por último, le dejo esto, es un contrato de confidencialidad, el cual expone que si usted filtra algo que vea en esta casa, me tendrá que pagar 10,000 dólares. ¿Qué? Si tuviera 10,000 dólares, no estaría aquí. —Eso es todo, se puede marchar. —Está bien, gracias—respondo por cordialidad, sin embargo, creo que es notoria la impresión que me dejó esta conversación. ¿Contrato? Me levanto con la intención de regresar a la habitación y terminar de ordenar mis cosas. —¡Ah, otra cosa! —Diga. —Me interesa saber si aún tiene mi tablet. —Si señor. —Menos mal.Me levanto un poco cansada, ese viaje aún me está cobrando factura. Ayer pasé mi primera noche en la casa de mi jefe y no fue tan terrible, después de la conversación del despacho, no lo volví a ver. En la noche salí de mi habitación, donde estuve toda la tarde durmiendo, cené con la señora del servicio, quien ahora sé que se llama Irisa y me volví a acostar.Elijo un lindo conjunto de los que Dario me mandó a hacer cuando salimos de viaje y nunca usé.Me dirijo a la cocina donde se encuentra Irisa preparando un plato de frutas.—Buenos días Irisa, ¿qué tal?—entro saludando.—Buenos días, muy bien señorita ¿y usted?—Le dije que debía tutearme, soy Naylea—le recuerdo que soy una empleada más, así como Dario me lo recordó ayer.—¿Quiere fruta?, le estoy preparando un plato al señor, podría aprovechar para hacerle uno.—No, está bien, no se preocupe, me conformo con un poco de café, ¿puedo tomar?—Si, claro, hay suficiente.Darío al parecer no ha bajado, seguro se levanta después de mí,
¡No puedo creer que mi madre haya hecho esto!Camino por las calles titiritando, la lluvia cae sobre mi cuerpo, mientras lucho por encontrar algún lugar donde pueda cubrirme de ella; mi flequillo pegado a mi cara, mis pantuflas chapoteando y mi pequeña pijama empapada son el reflejo de la terrible noche que estoy viviendo.Intento ser fuerte, pero siento que en cualquier momento me podría derrumbar, es demasiado para mí.———————————————————————————-Capítulo 1:*Ese mismo día por la mañana*LunesJusto cuando me estaba robando un pañuelo con el sudor de Harry Styles, mi alarma me despierta.Me levanto y camino hacia el espejo a observar mi cara, la noche anterior me dormí tarde por estar leyendo, pero ni modo, tengo que ir a la universidad.¿Por qué existe la escuela?¿Por qué me acosté tan tarde?Son los pensamientos que inundan mi cabeza mientras me dirijo al baño a hacer mis necesidades y a tomar una ducha bien fría que me mantenga despierta al menos los dos primeros temas del exam
—Bueno, ponte cómoda, veré si encuentro algo seco para ti.Recorro todo el lugar con la mirada, estamos en la sala, es muy amplia, de colores neutros como el gris plomo y el blanco, tiene una gran escalera que da al segundo piso, los muebles tienen un tapizado precioso; no está muy cargada, una planta en la esquina hace el ambiente más cálido, tiene un gran ventanal.—Toma esto—dice Natalia bajando por las escaleras—te voy a llevar al baño para que te puedas arreglar.—Llévala al baño de servicio—dice Dario de mala gana.No sé porqué se comporta así, no le he dado razones para que me trate de esa forma, obviamente no le agrada la idea de que esté en su casa, ni siquiera había hablado hasta ahora, me hace sentir incómoda, me quiero ir.—No, irá al de mi habitación— dice su hermana tomándome de la mano.Se nota que es una persona muy agradable y decidida. Estos dos son muy diferentes, ella estaba dispuesta a ayudarme desde el primer momento en que me vió ahí tirada toda mojada.—Como se
DarioMe despierto por el insoportable ruido de mi alarma, me estiro y decido pararme. Me quito el bóxer para quedar completamente desnudo, entro a la ducha y dejo caer el agua sobre mi cuerpo.Hoy tengo ganas de usar un traje negro con una camisa azul cielo.Al salir del baño, tomo el traje que tenía en mente y me dirijo hacia el comedor, donde una de las señoras del servicio me tiene mi acostumbrado plato de frutas servido.—Buenos días Irisa— digo al llegar.—Buenos días señor Dario, ¿cómo está?—Muy bien, ¿y usted?.—Bien, la señorita Natalia le mandó a decir que se fue temprano porque tenía algo que hacer antes de llegar a la empresa.—Está bien—es lo único que contesto.Irisa es una señora mayor, lleva años en casa, desde antes del fallecimiento de mis padres, crecí con ella, es como una madre para mí.Tomo el tenedor y llevo el primer trozo de manzana a mi boca, seguido de esto, tomo un poco de jugo de naranja. Mientras me desayuno, reviso mis redes sociales, salí en el periódi
NayleaSalgo de la empresa echando humo, no quería demostrarle a Darío que su comentario sobre como voy vestida me afectó, no entiendo como una persona puede tener tan poquito tacto, él sabe mi situación y aún así no duda ni por un segundo hacerme sentir mal.Decido ir a la casa de mi madre, mi mejor amiga me dejó dinero suficiente para tomar tomar dos taxis (uno para ir para la empresa y otro de vuelta) pero necesito ir por mi ropa y mis ahorros.—Taxi—grito alzando mis manos—TAXIIIIISe para en frente de mí, abro la puerta y me subo.—Gracias señor.—A la orden—contesta—ponga en el GPS la ubicación del lugar al que quiere ir—dice señalando una pantalla que está pegada en la parte de atrás de su asiento—al final del recorrido le saldrá el costo del viaje.Me relajo en el asiento, cierro los ojos, quiero descansar aunque estoy segura de que llegaremos pronto, la casa de mi madre no queda tan lejos.—Señorita, llegamos.Observo la pantalla y saco el dinero del bolso para pagarle.—Muc
Naylea- MiércolesEntro a la empresa con toda la seguridad del mundo, que en segundos se esfumina al detallar al personal de esta, todos se ven muy maduros y profesionales, creo que soy la más joven aquí.—Buenos días—le digo a la recepcionista.—Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?—responde amablemente.—Quiero saber donde se encuentra el área de recursos humanos, necesito pasar a recoger un contrato.—En el piso dos, tome el ascensor.—Gracias.Me dirijo al ascensor fascinada por el tamaño de esta empresa, es enorme, creo que nunca me cansaré de decirlo, me siento como la primera vez que entré. Rápidamente me arrepiento de estar de curiosa porque choco con una persona que trae unos papeles.—¡Ay, lo siento!—digo antes de agacharme a ayudarlo a recoger todo lo que dejó caer por mi culpa.—No hay problema—dirige su vista a mí, es precioso, tiene una recortada militar que queda perfecta con su tipo de cara, sus facciones son duras y su cuerpo, a pesar de llevar traje, se ve ejercit
No sé en qué momento me dejé convencer por Stheisy para venir a esta fiesta. Ella, Matias, su novia y yo, nos adentramos a la gran casa.—¡Chicos, vinieron!Veo a Kris acercarse de manera despreocupada con un vasito rojo plástico en su mano izquierda, lleva un short verde de baño.—Hola amigo—se dan un cálido apretón de mano, yo solo observo la escena.—¡Amanda volviste!, ¿cómo te fue?—Muy bien, los colombianos y sus comidas se robaron mi corazón—responde esta con emoción.—¡Naylea!— dirige su atención hacia mí—me alegra que estés aquí.Lo saludo un poco tímida, me arrepiento de haber venido, a juzgar por la cantidad de vehículos del parqueo, hay muchas personas.—Vengan, la fiesta es aquí atrás.Salimos al patio, es hermoso y espacioso, tiene una piscina, algunas mesas con sombrillas, sillas de playa y varias parrillas situadas en distintos lugares, al fondo se aprecia a ver un gazebo, distintos tipos de árboles, una pequeña cascada y muchas flores de distintos colores.Nos sentamos
Sthi no se tomó nada mal lo del viaje, al contrario, se ofreció a buscarme un departamento cerca de la zona, ya que cuando regrese, no podré quedarme en su casa, ellos no estarán. Las pocas cosas que pude sacar de casa las dejé guardadas en la de Natalia.Nos dirigimos al aeropuerto en silencio, ambas con el semblante caído, la extrañaré mucho, pero estoy segura de que las cosas mejorarán y pronto estaremos juntas riéndonos de todo esto. Es impresionante el giro que dió mi vida de un día a otro, el Lunes mi único problema era levantarme temprano para ir a la universidad, hoy estoy camino al viaje del trabajo que me dará de comer.Por otro lado, no he vuelto a hablar con mi madre, no entiendo cómo se pudo haber dejado consumir por el miedo de perder a su esposo, el miedo a estar ¿sola?, he intentado ignorar todo, de verdad que si, pero no puedo simplemente seguir y fingir que no sucedió; un gran vacío se implantó en mi corazón y duele... Duele no haber sido suficiente para ella.—Llega