Estamos camino a casa de Dario, se supone que hoy debería estar en la oficina, pero como soy su asistente y él no irá a la empresa, no tengo que ir, Natalia se estará encargando de todo estos días que mi jefe se estará ausentando y yo...bueno, se me pagará por cuidar del gruñón.—Tenga cuidado al bajar—lo tomo del hombro para que no tenga que hacer fuerzas.Sorpresivamente hace lo que le pido y lo ayudo a bajarse del auto. Estos días en la clínica se estuvo portando como el idiota que siempre ha sido.Sobre el ataque: el ex empleado se encuentra tras las rejas, es impresionante lo rápido funcionan las cosas cuando se trata de alguien con dinero. En la casa reforzaron la seguridad y contrataron más vigilantes para que custodien la casa los fines de semana, días los cuales mi jefe odiaba tener personal, pero creo que esto le dejó una lección. Me hubiese gustado que su actitud también cambiara, sin embargo es mucho pedir, sigue siendo el mismo arrogante, cruel y desinteresado de siempre.
Acabo de salir de la quinta tienda de vestidos junto a Natalia, quien debería estar en la empresa, pero según ella esta es una "emergencia de moda" puesto que hoy en la tarde es mi graduación y yo no he comprado vestido por estar pendiente a Dario, lo había olvidado.Entramos a la tienda y nos llaman la atención varios vestidos, Natalia toma tres. El primero es verde Aqua sin tiro y corto, el segundo es largo, pegado al cuerpo, color negro y el tercero el cual es mi favorito, es azul príncipe con una abertura en una pierna, pegado al cuerpo, ¡es precioso!Me coloco el primero de los tres vestidos y no me termina de convencer, aún así decido salir para que mi amiga me dé su opinión.—¡Siguiente!—grita apenas me ve.—¡Qué amable!—exclamo sarcásticamente.Regreso con el siguiente y siento que este si le gustó, pero a mí no termina de convencerme.Me adentro nuevamente a los probadores y esta vez me pruebo mi opción favorita.—¡Es muy bonito!—pienso, observando mi reflejo en el espejo.De
Al finalizar la ceremonia, tomo a mi amigo del brazo para irnos a un lugar más privado y hablar del tema pendiente.—¿Por qué me ocultaste que te había llamado?—Porque te habrías atrevido a no venir, hoy es un día especial, tienes que estar con ella.—En estos momentos estoy muy enojada contigo, ¡no puedo creer lo que me estás diciendo!, ¿Si captas que estás hablando de la mujer que me echó de casa en plena noche lluviosa solo por tratar de ponerle los puntos claros al pervertido de su esposo?—Si, pero es tu madre, ¡yo solo quiero que vivas en paz!—¿Por qué estoy siendo pintada como la mala cuando soy la ÚNICA víctima?—Porque estás viviendo a base del rencor, eso no es vida, ¡te está destruyendo!—No puedo creer lo que estás diciendo—musito decepcionada.—Al menos escúchala, me dijo que tenía algo que decir—habla observando detrás de mí. ¡No lo puedo creer, lo que faltaba!Me giro para quedar cara a cara con la mujer que me dió y quitó la vida.—¿Qué necesitas?—Necesito hablar, h
Darío En la tarde hablé con mi doctor, quien a regaña dientes aceptó mi regreso a la empresa, con la condición de no hacer hacer nada que denote trabajo duro. En estos momentos acabo de nutrirme con el informe de estos días que he estado ausente, afortunadamente, todo se encuentra en orden.Estos días han sido muy incómodos ya que he tenido que estar en cama sin hacer nada. Ya podré regresar a la empresa y demostrarles a todos los que siquiera piensan en ponerme un dedo encima, quién manda.¡Nadie se puede deshacer de Darío!NADIEMe adentro en mis sabanas de seda con la intención de dormir hasta mañana, empero el sonido de mi celular interrumpe dicha acción.—Son casi las tres de la madrugada, ¿quién llama a esta hora?Con pesar estiro mi brazo y tomo el celular de la mesita de noche, con este cerca puedo leer el nombre de la persona que osa llamarme, Naylea, mi asistente.—¿Qué quiere? No son horas de llamar—es el saludo que recibe de mi parte.—Disculpe señor, es que tomé el teléf
NayleaMe levanto y un tremendo rayo de luz solar me da los buenos días.—Mierda!— cierro los ojos con rapidez y me acerco para cerrar las cortinas, al parecer, anoche bebí tanto que olvidé cerrarlas, sin embargo, cuando hago el ademán para sostenerlas no siento nada.¿Quién robó las cortinas?Abro los ojos con lentitud, así acostumbrarme suavemente a la luz y no entiendo nada de lo que está pasando hasta que los tengo totalmente abiertos.Me encuentro en el estacionamiento de la casa.¡Dentro del auto de Darío!Miles de preguntas como: ¿Por qué rayos amanecí en el auto de mi jefe? Inundan mi cabeza.¿Qué pasó anoche?Me bajo del vehículo, haciendo que la alarma empiece a sonar. Tapo mis oídos con rapidez, no debí haber bebido tanto anoche.—Buenos días—saluda mi jefe, quien se acerca al auto con su acostumbrado porte dominante, ¡no parece que tiene un hoyo en un brazo!—la quiero en 10 minutos en la oficina.—Eso es imposible, mire cómo estoy—digo señalando el vestido de ayer, que a d
Me acerco al portón de la casa de mi inescrupuloso jefe, todos están tranquilos.—¿Qué pasa aquí?—pregunto a uno de los guardias.—Darío tiene visita.—¡Noche de películas!—digo emocionada, pensando en lo que haré, apenas ponga un pie en la habitación.—No, el señor dijo que se integre a la cena apenas regrese.—¿Yo?—asiente—¿para qué?—alza ambos hombros, dejándome entender que no sabe la razón.—Está bien, gracias.—También le mandó a decir que se arregle y baje con la tablet, estarán en la mesa.Me adentro en la casa tratando de no llamar mucho la atención, para luego subir a ponerme algo decente. —No sé porqué Dario no me avisa estas cosas con tiempo—refunfuño, aún estando segura de que si le pregunto, me contestará algo como: porque soy el jefe y hago lo que quiera.Tomo una ducha rápida, no me puedo presentar oliendo a basura, y al salir saco del guardarropa un vestido negro, pegado al cuerpo, es sencillo, pero estaré en casa, no necesito mucho. Mi pelo lo dejo caer con algunas
Darío—¿Me disculpan un momento?— me dirijo a mis invitados antes de subir a mi habitación. Necesito un descanso de tantas personas. Voy al baño y me lavo la cara, tomo la pequeña toalla eminentemente blanca colgada cerca de mi lavamanos, tengo la intención de secarme, cuando escucho unas voces que no hacen más que despertar mi curiosidad, con la toalla en mano me acerco a la ventana con vista al área de la piscina, para prestar atención a la conversación.Escucho una risa femenina, la cual identifico rápidamente, seguida de otra muy conocida para mí.¿Qué...?Abro la cortina y los veo...mi amigo sostiene a mi asistente del mentón y la envuelve en un beso que ella responde gustosamente.Solo una maldita regla y no pudo cumplirla, una vez más.Tiro la toalla encima de la cama y me encamino en pasos rápidos hacia mi piscina.Al llegar a la sala les sonrío a algunos invitados que se acercan para felicitarme. En cualquier otro momento me hubiese encantado recibir esos halagos, sin embarg
Me desperté y lo primero que inundó mi cuerpo, fue la vergüenza por todo lo que sucedió ayer con mi jefe y su mejor amigo.Me tomó por sorpresa el beso de Kris, mas no me sorprendió, desde el principio imaginé que no era nada más que un mujeriego. Típico hombre con dinero que cree que puede hacer todo lo que le llegue a la mente, sin algún tipo de represalia.¿Kris me cae bien? Si, perfecto, pero me alejaré de él si planea alejarme de mis responsabilidades.Ayer casi me cago del susto cuando escuché a Darío a nuestras espaldas, lo bueno para mí y malo para Kris es que quien recibió la ola de reclamos fue él, no yo.Salgo del taxi y arreglo mi blazer, hoy llevo un conjunto rojo de blazer y pantalón de tela, precioso, lo acompañé con un top blanco, unos tacones y cartera del mismo color. Entro a la recepción y saludo a las personas de la planta baja.—Buenos días jefe—le hablo al entrar a la oficina, pero este no contesta. Maleducado.—Hoy nos vamos de viaje—es lo único que dice luego d