Naylea
Salgo de la empresa echando humo, no quería demostrarle a Darío que su comentario sobre como voy vestida me afectó, no entiendo como una persona puede tener tan poquito tacto, él sabe mi situación y aún así no duda ni por un segundo hacerme sentir mal. Decido ir a la casa de mi madre, mi mejor amiga me dejó dinero suficiente para tomar tomar dos taxis (uno para ir para la empresa y otro de vuelta) pero necesito ir por mi ropa y mis ahorros. —Taxi—grito alzando mis manos—TAXIIIII Se para en frente de mí, abro la puerta y me subo. —Gracias señor. —A la orden—contesta—ponga en el GPS la ubicación del lugar al que quiere ir—dice señalando una pantalla que está pegada en la parte de atrás de su asiento—al final del recorrido le saldrá el costo del viaje. Me relajo en el asiento, cierro los ojos, quiero descansar aunque estoy segura de que llegaremos pronto, la casa de mi madre no queda tan lejos. —Señorita, llegamos. Observo la pantalla y saco el dinero del bolso para pagarle. —Muchas gracias señor, pase buen día—Digo al mismo tiempo que cierro la puerta del auto, el señor no me responde y arranca. Un hombre de pocas palabras. Me acerco a la casa y busco en el jardín la piedra donde mi madre esconde la llave de repuesto. Entro a casa y me dirijo directamente a mi habitación, los olores primaverales de mi aromatizante inundan mis fosas nasales, extrañaré mi habitación, a mi madre, la casa, todo, me duele saber que mi madre tomó esta decisión, aunque creo que fue lo mejor, no puedo estar en un lugar donde una persona tenga malas intenciones conmigo. Todos a medida que vamos creciendo, pensamos en como sería nuestro futuro, sin embargo, a ninguno se nos pasa por la cabeza conseguir nuestro primer trabajo en estas condiciones, ni ser echados de casa, mis sueños y metas están tabaleando. Busco una maleta y echo ropa formal, para la oficina, algunos vestidos, pantalones, mi uniforme, blusas y ropa interior, utilizo una más pequeña para mis calzados, accesorios y productos de higiene personal. Tomo mi mochila y entro todos mis cuadernos. Encima del tocador alcanzo a ver mi celular, mi laptop y mis alcancías, son 3 en total. Me apresuro y salgo de casa, dejo la llave debajo de la piedra, saco el celular y pido un taxi, mientras lo espero, veo a algunos vecinos haciendo sus actividades diarias. —Los extrañaré a ustedes también—susurro. En pocos minutos alcanzo a ver un auto gris acercándose. —¿Naylea Williams?—pregunta a penas baja el cristal del auto. —Si. —Súbase, yo la ayudaré con eso—dice apuntando a mis maletas. —Muchas gracias. —A la orden—las toma y las entra en el maletero. Al contrario del hombre del taxi anterior, este es sociable—Entonces, ¿cómo me dijo que se llamaba señorita? —Naylea. —¿Cuánto tiempo duró en su antigua casa?, en caso de que se esté mudando, o ¿solo son vacaciones? Ok, muy sociable. —Me estoy mudando—respondo lo más rápido posible, tratando de que la conversación quede ahí, mi madre siempre ha dicho que no se le puede brindar tantas informaciones a un desconocido. —¿Por qué?—pregunta interesado por mi respuesta. —Conseguí un trabajo. —¡Oh, qué bueno! Le deseo suerte —Muchas gracias señor. —Hemos llegado a su destino, es usted muy simpática, espero volverla a ver. —Gracias, usted igual— pago y me bajo. Entro a la casa de mi mejor amiga, encontrándome con ella y sus padres en el comedor. —Buenas tardes—digo al entrar. —Buenas tardes mi niña—responde la madre de Sthi—ven a comer. —Primero subiré esto a la habitación—señalo las maletas. —Estefan y yo pensamos en darte algo de dinero para que puedas buscar algún departamento—me habla la señora Samantha, apenas me ve bajar—nos habría encantado dejarte la casa, pero ya nos la compraron. —No, no tienen de qué preocuparse, tengo algunos ahorros y acabo de conseguir trabajo en una empresa muy importante. —¿Ah, si?—Pregunta desconfiada. —Si—afirmo mientras muevo lentamente mi cabeza de arriba hacia abajo, asintiendo. —¿En cuál empresa? —Johnson, es una marca de ropa, ¿la conocen? —Claro—asegura el padre de mi amiga— pero, ¿cómo lograste conseguir empleo ahí y qué puesto te dieron?, hasta donde tengo entendido no aceptan personas sin experiencia. —La chica que me ayudó anoche es una de las dueñas, al conocer mi situación, decidió hacerme una entrevista para ser la asistente de su hermano quién es el presidente de la empresa. —¡Wow, amiga! Me alegro de que hayas podido conseguir trabajo tan rápido—dice mi amiga emocionada—cuando terminemos de comer vamos a mi habitación, así hablamos y te paso mis apuntes de hoy. —Gracias. Bajo la mirada hacia mi plato, encontrando allí unos tostones acompañados de espagueti con camarones. ¡Me encanta la pasta! Tomo mi tenedor y empiezo a comer, esto está muy rico. —Mami, la comida te quedó deliciosa- habla mi mejor amiga a mi lado. —Concuerdo con Sthi—agrego. —Naylea, vamos a mi habitación, tenemos que hablar—me guiña un ojo. —Vamos— subo los hombros restándole importancia—con su permiso, nos retiramos de la mesa—digo antes de levantarme. —Está bien, lleven sus platos a la cocina y bajen a fregarlos más tarde, Estefan y yo tenemos que volver a salir. Dejamos los platos en la cocina, para luego subir a la habitación y sentarnos en la cama. —Suéltalo todo—la miro confundida, ella lo nota, rueda los ojos y me explica—lo que dijiste allá abajo "cinsiguí tribiji in ini empresa mii impirtinti"— dice burlándose. —Ya lo dije todo, fui a devolverle la ropa a Natalia, ella me preguntó sobre mis planes ahora que había sido echada de casa, le dije que tengo unos ahorros, pero que necesitaría donde vivir a partir del viernes; me hizo una entrevista, le gustaron mis respuestas y habló con su hermano, quien aceptó su propuesta—hago comillas con mis dedos. —Bueno, lo veo justo, nunca has trabajado, pero me sorprende, tu primer trabajo como asistente de presidencia en una empresa tan grande, ¿cuál será el próximo?, ¿presidenta?—reímos. —Tuve suerte—digo, esta vez analizando todo lo que ha sucedido desde ayer. —Si que la tuviste. —Te voy a extrañar amiga, no me olvides nunca por favor— me pongo melancólica, mientras siento como una lagrimita traviesa amenaza por salir. —Nunca te voy a olvidar, ademas te vendré a visitar, no te preocupes, todo estará bien. Me da un abrazo reconfortante—tengo a la mejor amiga del mundo. —Ahora dejémonos de dramas—se seca las lagrimas con la manga de su suéter, no me hubiera dado cuenta de que también estaba llorando— y haz las tareas de hoy—a veces me sorprende lo seca que puede llegar a ser. —Pasa el cuaderno—ruedo los ojos y extiendo la manos. Busco mi mochila y me siento en el escritorio para empezar a hacer todo. No sé en qué momento me quedé dormida, pero unos toques en mi brazo son los que me despiertan. —Tienes una llamada—habla Stheisy—Es del número de ayer, tu jefe. Abro los ojos exaltada y tomo el celular. —Buenas tardes señor—saludo. —Buenas tardes, la llamo para decirle que pase a la mansión a firmar el contrato, estos días sin asistente me tienen atrasado, mañana será un día cargado. Acepto y me levanto para buscar a mi mejor amiga, quien se encuentra lavando los trastes del almuerzo. —Por supuesto que si, sabes que puedes contar conmigo. Regreso a su habitación y escojo una falda marrón con un abierto hasta un poco más abajo del muslo y una camisa suelta de un tono más claro, en los pies, opto por usar unos tacones blancos, todo esto acompañado de una cartera del mismo color. —Lista—digo al bajar. —Espera que suba y busque algo para mí. Minutos después, alcanzo a verla, bajar las escaleras con un vestido negro cuello tortuga, pegado al cuerpo, con un blazer gris oversize y unos botines del mismo color del vestido, está preciosa. Nos subimos al auto e Irreplaceable de Beyoncé comienza a sonar, nos gusta mucho esta canción, por lo que ambas empezamos a cantar y en mi caso, a bailar al compás de la música. —Es aquí—dice mi amiga. Dirijo mi vista hacia la mansión, la cual parece ser más grande y ostentosa que ayer. —Buenas tardes—habla mi amiga por el intercomunicador de la puerta—Naylea Williams. Al decir esto, los grandes portones son abiertos desde el interior. Nos adentramos y dejamos el auto parqueado al frente de la casa, tal y como dijo el señor de seguridad. —Te espero aquí—dice Sthi sentada en el auto. —Está bien, no creo que tarde. Me adentro a la gran casa junto a una de las mujeres del servicio y subimos hasta la segunda planta, recuerdos de anoche empiezan a azotar mi mente, desde ser echada de casa, hasta chocar con el que podría ser mi nuevo jefe. El simple hecho de recordar su mirada intimidante y su pesadez, me da nervios, quiero que todo salga bien. Nos detenemos en una puerta diferente a las demás, esta es marrón y de una madera un poco antigua. —Buenas tardes—saludo. —Buenas tardes, tome asiento—se dirige a mí, sin siquiera levantar la mirada del papel—Este es el contrato, tómese el tiempo de leerlo y haga cualquier pregunta, no me gustaría que se presentara algún futuro mal entendido—dice sin interés alguno, para extenderme el papel y así, mirarme por primera vez a los ojos. A pesar de tener los ojos claros, su mirada da cierta sensación de oscuridad, lo que hace que aparte la mía, me siento pequeña. Tomo el papel y leo todo. —Me gustaría una copia de esto. —Es lo normal—dice, como si acabara de pedir la cosa más estúpida del mundo. —Esto sería todo, mañana la quiero temprano en su puesto de trabajo, no acepto ningún tipo de excusas. Esto debe ser su prioridad. Es lo último que dice antes de señalarme la puerta ¡una persona agradable! Salgo del lugar con mi jefe pisándome los talones, en la sala alcanzo a ver a mi mejor amiga hablando muy animada con un chico. —¿Terminaron?—pregunta esta. —Si, ya todo está aclarado—respondo llegando a su lado. —Me habías dicho que tu amiga era preciosa, creo que te quedaste corta—le habla el chico con quien la encontré hablando—Kris, ¿y tú?—se presenta esperando mi respuesta. —Ella, mi nueva asistente— mi jefe es quien se la da y aparte, le dedica una mirada de advertencia. —Bueno, pues me complace invitar, a mi querida nueva amiga y a tu nueva asistente a mi fiesta de piscina—habla este. No creo que sea buena idea estar relacionándonos con estas personas...Dario es mi jefe, solo eso y su amigo, un desconocido. Abro la boca para rechazar amablemente la invitación, pero Stheisy se me adelanta. —¡Claro que iremos! Esta chica me debe una salida.Naylea- MiércolesEntro a la empresa con toda la seguridad del mundo, que en segundos se esfumina al detallar al personal de esta, todos se ven muy maduros y profesionales, creo que soy la más joven aquí.—Buenos días—le digo a la recepcionista.—Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?—responde amablemente.—Quiero saber donde se encuentra el área de recursos humanos, necesito pasar a recoger un contrato.—En el piso dos, tome el ascensor.—Gracias.Me dirijo al ascensor fascinada por el tamaño de esta empresa, es enorme, creo que nunca me cansaré de decirlo, me siento como la primera vez que entré. Rápidamente me arrepiento de estar de curiosa porque choco con una persona que trae unos papeles.—¡Ay, lo siento!—digo antes de agacharme a ayudarlo a recoger todo lo que dejó caer por mi culpa.—No hay problema—dirige su vista a mí, es precioso, tiene una recortada militar que queda perfecta con su tipo de cara, sus facciones son duras y su cuerpo, a pesar de llevar traje, se ve ejercit
No sé en qué momento me dejé convencer por Stheisy para venir a esta fiesta. Ella, Matias, su novia y yo, nos adentramos a la gran casa.—¡Chicos, vinieron!Veo a Kris acercarse de manera despreocupada con un vasito rojo plástico en su mano izquierda, lleva un short verde de baño.—Hola amigo—se dan un cálido apretón de mano, yo solo observo la escena.—¡Amanda volviste!, ¿cómo te fue?—Muy bien, los colombianos y sus comidas se robaron mi corazón—responde esta con emoción.—¡Naylea!— dirige su atención hacia mí—me alegra que estés aquí.Lo saludo un poco tímida, me arrepiento de haber venido, a juzgar por la cantidad de vehículos del parqueo, hay muchas personas.—Vengan, la fiesta es aquí atrás.Salimos al patio, es hermoso y espacioso, tiene una piscina, algunas mesas con sombrillas, sillas de playa y varias parrillas situadas en distintos lugares, al fondo se aprecia a ver un gazebo, distintos tipos de árboles, una pequeña cascada y muchas flores de distintos colores.Nos sentamos
Sthi no se tomó nada mal lo del viaje, al contrario, se ofreció a buscarme un departamento cerca de la zona, ya que cuando regrese, no podré quedarme en su casa, ellos no estarán. Las pocas cosas que pude sacar de casa las dejé guardadas en la de Natalia.Nos dirigimos al aeropuerto en silencio, ambas con el semblante caído, la extrañaré mucho, pero estoy segura de que las cosas mejorarán y pronto estaremos juntas riéndonos de todo esto. Es impresionante el giro que dió mi vida de un día a otro, el Lunes mi único problema era levantarme temprano para ir a la universidad, hoy estoy camino al viaje del trabajo que me dará de comer.Por otro lado, no he vuelto a hablar con mi madre, no entiendo cómo se pudo haber dejado consumir por el miedo de perder a su esposo, el miedo a estar ¿sola?, he intentado ignorar todo, de verdad que si, pero no puedo simplemente seguir y fingir que no sucedió; un gran vacío se implantó en mi corazón y duele... Duele no haber sido suficiente para ella.—Llega
Estamos camino al hotel, ya está anocheciendo y estoy exhausta. Solo quiero llegar, darme un buen baño, ponerme pijama y acostarme a dormir por tres días seguidos.—Señorita Naylea, cuando lleguemos, acompáñeme a mi suite, necesito ver sus notas— ruedo los ojos al ver que mi plan tiene interrupciones—estoy hablando con usted, ¿es sorda?—No jefe, estaba entretenida, no hay problema.—Pues, para la próxima, no se entretenga, no olvide que usted vino a trabajar.Llegamos al hotel y nos dirigimos a la suite del gruñón, como ya lo había imaginado, despampanante, digna de él. Se dirigió al baño y salió con ropa de dormir, ¡genial! Él si puede estar cómodo y yo aún en tacones y ropa de trabajo. Nos sentamos en los muebles.—Diga—me hace seña para que empiece a hablar.Tomo la tablet y con cuidado leo todo lo que escribí en la reunión. Veo su semblante endurecerse, justo cuando creo que me va a gritar y decir que hago todo mal, de su boca salen estas palabras:—Buen trabajo, anotó puntos cla
ViernesMe levanto súper cansada por todos los acontecimientos ocurridos en la madrugada, pero es tarde, tengo que levantarme y reportarme ante mi jefe para que sepa que estoy disponible, por si me necesita. Me deshago de mi pijama para dirigirme al baño, me encantaría quedarme en la tina un buen rato, pero no puedo, por lo que opto por abrir la ducha y dejar caer la lluvia artificial sobre mí; cierro los ojos al sentir el agua fría.Después de unos minutos de gloria, tengo que salir del baño y volver a mi realidad, me dirijo a mi maleta para buscar el atuendo de hoy. No he utilizado el closet de la habitación porque encuentro innecesario colgar ropa para estar tan pocos días, saco una falda roja pegada al cuerpo por encima de la rodilla, una blusa de mangas cortas con cuello tortuga y unos tacones de aguja.Salgo de la habitación y me dirijo a la de mi jefe, toco la puerta y espero su respuesta.—Buenos días— digo cuando diviso al hombre por el cual no pude dormir bien.Sale y sin de
DaríoLuego de comer y conversar con los compradores, ya estoy en el hotel, es temprano, faltan tres horas para la celebración, por lo que decido quitarme a mi asistente de encima diciéndole que podría irse a descansar. Me dirijo a mi suite, para así estar fresco para la noche, una persona como yo siempre debe lucir impecable. Entro y me despojo de mis pertenencias, tomo ropa de dormir limpia y me la pongo.—Jefe—escucho que tocan mi puerta—es James.Me levanto y me dirijo a la puerta, necesito saber si pudo completar el encargo de hoy. Lo dejo pasar mientras me acomodo en la pequeña sala de mi habitación, James llega a mi lado y lo observo con atención.—Todo salió mal, me engañó.—¿Qué?— lo observo incrédulo—¿Cómo te pudiste haber dejado engañar por esa mujer?—La fui a buscar como usted ordenó y le dije que me envió para comprarle todo lo que ella quisiera, que la única condición era que lo sucedido ayer quedara en el olvido, que no haga una controversia en los medios. Gastó tod
Darío me dió el día libre, por lo que desde ayer decidí que hoy me levantaría temprano para recorrer Paris, nunca hubiese venido y sería una lástima irme sin conocer.Anoche me tomé el tiempo de buscar en internet algunos lugares bonitos y sobretodo gratis, a los cuales podría ir caminando.Tomo mis cosas y me dirijo a la recepción del hotel, para darle inicio a mi tour, lo primero que haré es visitar un museo, llevo una botella de agua para la caminata, hoy será un día cansoso, pero valdrá la pena.Llego al museo y me deleito viendo tantas esculturas y cosas interesantes, a lo lejos alcanzo a ver un grupo de personas siendo guiadas por un hombre alto de tez oscura; me apresuro para alcanzarlos y unirme al recorrido.—Buenos días, bienvenidos todos a Musée du Quai Branly (El Museo del muelle Branly), mi nombre es Víctor Fuentes, los estaré guiando y enriqueciendo sus conocimientos durante este recorrido.—Buenos días respondemos todos al unísono.—¿Podemos empezar?—pregunta el susodi
Darío Estoy disfrutando de un exquisito platillo, en uno de los restaurantes del hotel, mientras mi guardaespaldas se encuentra a mi lado haciendo lo mismo.—Permiso señor Darío— me habla James, señalando su celular, se para de la mesa y toma la llamada cuando cree que está lo suficientemente retirado, lo alcanzo a ver y al juzgar por sus gestos, sé que se trata de un problema.Segundos después se acerca a la mesa corriendo.—Lo siento jefe, me tengo que ir, es Naylea, está perdida y herida—¿qué?—Espere, lo acompañaré— hago señas al mesero para que traiga la cuenta, pago y salimos rápidamente del hotel.Solo espero que no haya dejado perder mi tablet, tengo muchas cosas importantes ahí.Nos dirigimos al estacionamiento y nos subimos en mi vehículo.—A ver con qué saldrá esta niña ahora—musito.En pocos minutos llegamos al lugar, menos mal; James se baja y luego de unos segundos conversando, ambos se acercan al auto. Mi guardaespaldas se dirige al asiento del conductor, mientras que