Capítulo 48

Alondra regresó a la oficina el viernes por la tarde. Sonriente, feliz, otra vez con la carita coloreada de entusiasmo, siempre distendida y divertida, como si nada hubiera pasado. Yo estaba que me jalaba los pelos con tanto trabajo, que ni siquiera había dormido dos días en casa.

-Me alegra verte, otra vez, amiga-, le confesé.

-¿No te parece raro que un fantasma nos diga qué hacer?-, prendió ella su PC para empezar a editar las fotos que había hecho yo de un flamante astillero que abría sus puertas en el litoral, dedicado a la construcción de bolicheras y chalanas de todo tamaño.

-Si le contamos a alguien que hablamos con un muerto, nos dirán que estamos muy locas, ja ja ja-, me dio risa. Rudolph, como saben, ya me había contado todo lo que había hablado con Alondra.

-Bueno, la verdad, no me importa que me digan loca, lo que sé es que Rudolph es muy lindo-, hizo ella brillar sus ojitos y su sonrisa.

-Rudolph es mi esposo, no lo olvides-, sentí celos viéndola tan radiante.
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo