Capítulo 138

Me gustaba ver a Rudolph jugando con los bebés. -¿Te van a ver siempre?-, le pregunté esa tarde que les cambiaba sus pañalitos. Él me miraba divertido y le hacía juego a sus hijos practicando muecas y gestos. Ellos reían, se entusiasmaban y querían que él los cargase, estirando sus bracitos impacientes y porfiados.

-Solo hasta que empiecen a recordar las cosas, entonces ya no me podrán ver, es lo que creo-, me confesó trastabillando con su aflicción.

-¿Y yo?-, alcé mi naricita.

-Tú siempre me verás, mi amor-, me dijo, y me dio un gran besote en la boca.

Primero le cambié sus pañalitos a una de las niñas la levanté y se la puse en los brazos de Rudolph. -Ella es Alondra, es la más chillona-, le dije mordiendo mi lengua. Él la tomó con mucho cuidado chasqueando la boca, haciéndole mimos y la bebé pasó sus deditos por los labios de su padre, encantada y contenta.

Luego preparé a Rudolph Junior e hicimos el intercambio. y mientras acostaba en su cunita a Alondra, mi marido j
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