Capítulo 43

Luego de cumplir con nuestro trabajo en las locaciones donde se hacía la telenovela que debíamos publicitar, fuimos a la agencia a editar las fotos y los videos y nos quedamos trabajando hasta cerca de las once de la noche. Entonces recién fuimos a mi casa. Alondra, ésta vez, no estaba ni nerviosa ni impaciente ni asustada ni sumida en el pánico y por el contrario se le veía tranquila, serena y decidida a resolver el misterio de mi marido muerto.

-A Rudolph le dará gusto verte y hablar contigo-, le dije contenta y entusiasmada.

-Estás muy contenta de tener esa relación paranormal con tu marido, puede ser que solo sea tu imaginación-, me disparó al medio del corazón.

Sin embargo, eso era cierto y se lo dije a Rudolph. Yo no quería despertar de ese sueño. Estaba feliz, encandilada, nuevamente enamorada, quizás más prendada que nunca de mi marido, y era feliz y dichosa a su lado, tanto que no quería que se vaya nunca, como ocurrió con Darrow que se fue después de aclarar las
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