Dania.

Desde el momento en que el hombre me dijo que los lobos habían atacado a Farrah, lo supe. No la estaban buscando para destruirla, la estaban buscando porque ella me conoce, y tal vez podría ayudarlos a encontrarme. Y aunque no sé si ella tiene que ver con esto, lo han hecho. Me han encontrado.

Con los nervios de punta, y débil por usar hoy mi poder dos veces tan seguidas, hago el hechizo para mantenerme oculta tanto en olor como en vista ante toda la amenaza; sin embargo, cuando corro dejando atrás a los Cox, siento a un lobo gris venir detrás de mí. Por más que intento ir más rápido, él parece seguirme demasiado cerca.

Veo a todos lados, notando que, aunque no puedo verme para él, mi cuerpo no pasa desapercibido por la naturaleza, la cual lleva el viento conmigo y me delata. Ante esto, con un movimiento direcciono el viento lejos de mí mientras hago que una rama se rompa cerca de ese otro camino. El plan resulta porque el lobo sigue esa pista mientras yo sigo corriendo por mí